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Sonia Caldera

Redes sociales y adolescentes: Cómo promover un uso saludable 800 800 Sandra Ribeiro

Redes sociales y adolescentes: Cómo promover un uso saludable

Las redes sociales han tenido un impacto significativo en la vida de los adolescentes. Si bien pueden ofrecer una amplia gama de beneficios, también pueden plantear desafíos para la salud mental y el bienestar emocional de los jóvenes. Por eso en este articulo os enseñaremos cómo promover un uso saludable de las redes sociales.

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo humano, caracterizada por profundos cambios físicos, emocionales, cognitivos y sociales. Durante este período, los adolescentes experimentan cambios hormonales, redefinen su identidad y buscan un sentido de pertenencia en el mundo que los rodea. 

En los últimos años, la proliferación de las redes sociales ha transformado la forma en que los adolescentes interactúan y se comunican, provocando una influencia relevante en su desarrollo. 

Estas plataformas virtuales se han convertido en una parte integral de su día a día, ofreciendo una forma de conectarse con amigos, compartir experiencias, y acceder a información de manera rápida y sencilla. Sin embargo, el impacto de las redes sociales en la vida de los jóvenes va más allá de la mera interacción en línea, existe una serie de perjuicios asociados con el uso excesivo o inadecuado de las redes sociales, especialmente en relación con la salud mental y emocional de los adolescentes. Es crucial comprender cómo estas plataformas afectan a nuestros jóvenes y cómo podemos promover un uso saludable que salvaguarde su bienestar.

Efectos negativos de un uso excesivo o inadecuado de las redes sociales

  1. Aislamiento social y falta de habilidades de comunicación interpersonal: El tiempo dedicado a las redes sociales puede llevar a un aislamiento social progresivo, ya que los adolescentes se vuelven cada vez más absorbidos por las interacciones en línea en lugar de establecer conexiones significativas cara a cara, perdiendo la práctica y la experiencia directa de interactuar en situaciones reales.
  2. Imagen idealizada: Los adolescentes pueden sentir la presión de mantener una imagen idealizada de sí mismos en las redes sociales, lo que puede llevar a una desconexión entre la identidad real y la proyectada en el mundo digital. Esta brecha entre la identidad virtual y la identidad real puede influir significativamente en sus relaciones sociales fuera de esas plataformas.
  3. Comparación y baja autoestima: Las redes sociales a menudo fomentan la comparación constante, ya sea en términos de apariencia, logros o estilo de vida. Los adolescentes pueden experimentar una presión constante para cumplir con los estándares irreales de perfección y popularidad que se promueven en estas plataformas. En algunos adolescentes se refleja en una baja autoestima, sentimientos de insatisfacción y autocrítica, ya que se sienten constantemente inferiores en comparación con sus pares.
  4. Estándares de belleza: Además de problemas de autoestima, el uso excesivo de redes sociales ha sido asociado con una percepción distorsionada de la imagen corporal en los adolescentes. La exposición constante a imágenes retocadas y estándares de belleza poco realistas puede llevar a comparaciones sociales dañinas, lo que aumenta la insatisfacción con la propia apariencia física y, en casos extremos, puede dar lugar a trastornos alimentarios y desórdenes de ansiedad.
  5. Ansiedad y depresión: La exposición constante a las redes sociales puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión. La presión para mantener una imagen positiva en las redes sociales, la posibilidad de ser objeto de ciberacoso o la falta de privacidad y descanso pueden generar un estrés adicional en los adolescentes y tener un impacto perjudicial en su bienestar emocional. Si quieres obtener más información sobre la ansiedad y depresión.

Estrategias para un uso saludable de las redes sociales en los adolescentes

Educación sobre el uso responsable: Es fundamental que los adolescentes entiendan los pros y contras de las redes sociales. Proporciona información sobre cómo proteger su privacidad, identificar y evitar el acoso cibernético, y reconocer contenido inapropiado o perjudicial. Es importante también resaltar sus beneficios, como la conexión social y la oportunidad de aprendizaje y fomentar las habilidades digitales y ayudarle a desarrollar un pensamiento crítico como, por ejemplo, evaluar la veracidad de la información que recibe en las redes sociales.

  • Establecimiento de límites y pautas: El establecimiento de límites claros en cuanto al tiempo de uso de las redes sociales es crucial para promover un equilibrio saludable. Se recomienda establecer horarios específicos para el uso de dispositivos y fijar límites de tiempo razonables. Esto ayuda a prevenir un uso excesivo y a fomentar un estilo de vida balanceado que incluya otras actividades importantes.
  • Control parental y supervisión activa: Los padres y tutores, mediante el control parental y la supervisión activa, pueden establecer restricciones y filtros para proteger a los adolescentes de contenido inapropiado o dañino. Además, es importante mantener una comunicación abierta y establecer reglas claras para el uso responsable de las redes sociales.
  • Modelo a seguir: Los adultos tenemos un papel fundamental en el modelado de un uso saludable de las redes sociales para los adolescentes y jóvenes. Es importante que seamos conscientes de nuestros propios hábitos en línea y cómo afectan nuestras relaciones y nuestro estado de ánimo. Los adolescentes son más propensos a escuchar y seguir los consejos de los adultos que respetan y admiran. Si mostramos un uso responsable y saludable de las redes sociales, es más probable que ellos lo vean como una referencia válida y tomen nota de nuestras acciones.
  • Conciencia de la privacidad: Enseña a los adolescentes a ajustar sus configuraciones de privacidad y a ser cuidadosos con la información que comparten en línea. Explica los riesgos de compartir datos personales y la importancia de mantener su identidad segura.
  • Fomento de actividades offline y relaciones saludables: Es importante equilibrar el tiempo delante de una pantalla con actividades extracurriculares, deportes y relaciones interpersonales. Resulta esencial recordar a los adolescentes que hay vida fuera de las redes sociales. Participar en actividades, practicar deportes y cultivar relaciones cara a cara fortalece su bienestar general y reduce la dependencia excesiva de los dispositivos.
  • Beneficios de la interacción cara a cara y el contacto con la naturaleza: Promover la interacción cara a cara y el contacto con la naturaleza es fundamental para contrarrestar el aislamiento y los efectos negativos de un uso excesivo de las redes sociales. Establecer conexiones personales reales, socializar y pasar tiempo al aire libre proporciona beneficios para la salud mental y emocional de los adolescentes.

Uso problemático de las redes sociales en los adolescentes: el papel del psicólogo

Los/las psicólogos/as especializados/as en la salud mental de jóvenes y adolescentes están familiarizados con los efectos negativos del uso excesivo o inadecuado de las redes sociales y juegan un papel clave en la identificación temprana de esos problemas. La terapia brinda al adolescente el apoyo necesario para abordar esos efectos, le ayuda a desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y le brinda apoyo emocional. 

Es importante estar atentos a las señales y síntomas que pueden presentar los adolescentes con un uso inadecuado de las redes sociales y buscar ayuda profesional. Una intervención a tiempo puede revertir los efectos perjudiciales de las redes sociales y proporcionar el apoyo emocional que necesita el adolescente.

Algunas de estas señales o síntomas pueden incluir

  1. Cambios bruscos en el estado de ánimo: El/la psicólogo/a estará atento a posibles cambios significativos en el estado de ánimo del adolescente, como irritabilidad, tristeza, ansiedad o apatía. Estas emociones pueden estar determinadas por la experiencia de compararse con otros en las redes sociales o por la exposición a contenido perjudicial en línea.
  2. Aislamiento social: El uso excesivo de las redes sociales puede llevar a un aislamiento progresivo del adolescente, quien podría preferir la interacción digital en lugar de participar en actividades sociales fuera de la pantalla. El/la psicólogo/a abordará este comportamiento y buscará comprender las causas subyacentes.
  3. Disminución en el rendimiento académico: El tiempo dedicado a las redes sociales puede generar una repercusión en el rendimiento académico del adolescente debido a la distracción y la falta de concentración. El/la psicólogo/a explorará la relación entre el uso de las redes sociales y el desempeño escolar para encontrar posibles soluciones. 
  4. Dificultades en las relaciones interpersonales: El impacto de las redes sociales en la comunicación interpersonal es posible que afecte a  las relaciones del adolescente fuera del mundo virtual. El/la psicólogo/a trabajará en mejorar las habilidades sociales del adolescente y ayudará a fortalecer sus conexiones con sus pares. 

Una vez que el terapeuta identifica estos problemas, es fundamental proporcionar un apoyo emocional sólido al adolescente. La terapia puede ofrecer un espacio seguro y confidencial para que el joven exprese sus preocupaciones, miedos y pensamientos sin juicios. El/la psicólogo/a desempeña el papel de un oyente empático, lo que permite al adolescente sentirse comprendido y validado en sus experiencias y emociones.

En definitiva, el impacto de las redes sociales en los adolescentes es innegable, y es crucial promover un uso saludable que garantice su bienestar mental. Educación y concienciación son fundamentales para concienciar a los adolescentes acerca de los riesgos y beneficios de las redes sociales, fomentando habilidades digitales y pensamiento crítico. En este proceso, el papel del/de la psicólogo/a es clave para identificar problemas y brindar apoyo emocional. En resumen, es imperativo que padres, educadores y profesionales de la salud mental se involucren activamente en la protección de la salud mental de los adolescentes en el entorno digital, ya que solo a través de una colaboración decidida podemos asegurar un entorno seguro y propiciar una relación sana y equilibrada de los adolescentes con las redes sociales.

 

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Sonia Caldera

Psicóloga General Sanitaria (M-33682)

Experta en Psicoterapia Breve con niños, adolescentes y adultos, en Clínica e Intervención en trauma con EMDR

Extensa experiencia en Trastornos de Conducta Alimentaria.

 

 

 

fortaleciendo relación hijo adolescente
La comunicación efectiva con los adolescentes: Cómo establecer vínculos sólidos 800 800 Sandra Ribeiro

La comunicación efectiva con los adolescentes: Cómo establecer vínculos sólidos

La comunicación efectiva desempeña un papel fundamental en la relación con los adolescentes. Durante esta etapa de cambios y descubrimientos, establecer vínculos sólidos a través de una comunicación abierta y respetuosa es esencial para el bienestar emocional y el desarrollo saludable de los adolescentes. En este artículo, exploraremos la importancia de la comunicación efectiva con los adolescentes y compartiremos estrategias prácticas para establecer vínculos sólidos basados en el respeto y la comprensión mutua.

Escucha activa y sin juicios

La escucha activa es la base de una comunicación efectiva con los adolescentes. Es una habilidad de comunicación fundamental que fomenta una comprensión profunda y empática del otro. Significa prestar atención de manera consciente y completa a lo que la otra persona está diciendo, sin emitir juicios ni críticas.

La escucha activa implica estar plenamente presente en la conversación, sin distracciones, y demostrar interés genuino por el punto de vista y las emociones del individuo que está hablando. 

La parte de «sin juicios» es especialmente importante. Significa que el oyente suspende cualquier forma de evaluación o prejuicio personal mientras escucha. No se trata de estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que se dice, sino de aceptar y comprender la perspectiva del otro sin juzgarla. Esto permite que la persona se sienta segura y comprendida, fomentando así una comunicación más abierta y honesta.

Es importante estar presente y prestar atención a lo que dicen, sin interrumpir ni juzgar. Al practicar la escucha activa, les brindamos a los adolescentes un espacio seguro para expresarse y sentirse valorados. 

Cómo realizar una escucha activa y sin juicios

  • Demuestra interés genuino: Muestra un interés real por lo que el/la adolescente tiene que decir. Hazle preguntas abiertas y fomenta un ambiente en el que se sienta cómodo/a compartiendo sus pensamientos y emociones.
  • Evita interrumpir o responder de inmediato: Permite que el/la adolescente termine sus ideas antes de responder. No interrumpas ni trates de adelantarte a lo que va a decir. Sé paciente y brinda espacio para que se exprese completamente.
  • Valida sus sentimientos: Reconoce y valida las emociones del/de la adolescente, incluso si no estás de acuerdo con sus puntos de vista. Validar sus sentimientos le brinda la confianza para expresarse abiertamente y fortalece la conexión emocional.
  • Refleja y resume: Para demostrar que le estás escuchando activamente, repite o parafrasea las ideas principales que el/la adolescente ha expresado. Esto muestra que has entendido y estás siguiendo la conversación.
  • Controla tus propias reacciones emocionales: Mantén tus emociones en equilibrio y evita dejar que tus propias opiniones o prejuicios influyan en la forma en que escuchas al/a la adolescente. Mantén una actitud neutral y abierta.
  • Practica la empatía: Intenta comprender y ponerte en el contexto emocional del/de la adolescente. Ponerte en sus zapatos y tratar de ver las cosas desde su perspectiva puede ayudarte a comprender mejor sus sentimientos y experiencias.

Recuerda que la escucha activa y sin juicios es una habilidad en desarrollo. Cuanto más practiques y te comprometas con ella, mejor te convertirás en un oyente efectivo y comprensivo.

Fomenta la confianza y el respeto mutuo

  • La confianza y el respeto son fundamentales para establecer vínculos sólidos con los adolescentes. Estas son algunas estrategias que pueden ayudarte a fomentar un ambiente de confianza y respeto mutuo:
  • Sé abierto/a y transparente: Comparte tus propias experiencias y emociones de manera apropiada. De esta manera, les muestra al/a la adolescente que pueden confiar en ti y le animas a hacer lo mismo.
  • Evita la crítica y el juicio: En lugar de criticar o juzgar al/a la adolescente, enfócate en comprender su perspectiva y ofrecerle apoyo. La crítica constante puede generar resentimiento y obstaculizar la comunicación abierta y dañar vuestra relación. En lugar de centrarte en los errores o comportamientos negativos del/de la adolescente, es más efectivo resaltar lo positivo, enfatizando sus logros y valorando su esfuerzo. El respeto mutuo es fundamental para mantener una comunicación efectiva y fortalecer el vínculo entre vosotros.
  • Establece límites y normas claras : Establecer límites y normas claras es una parte importante de la comunicación efectiva con los adolescentes. Esto les brinda estructura y les ayuda a comprender las expectativas. Al establecer límites, es fundamental tener en cuenta las necesidades individuales que tiene el/la adolescente en cuestión y llegar a acuerdos mutuos. De este modo, dotamos a los adolescentes de la oportunidad de expresar sus necesidades y preocupaciones con respecto a los límites establecidos. Un enfoque cooperativo en la definición de los límites ayuda a prevenir conflictos y promueve una sensación de responsabilidad compartida.
    El establecimiento de límites consistentes ayuda a los adolescentes a desarrollar habilidades de autodisciplina. Les dota de pautas claras sobre lo que es aceptable y lo que no lo es, aprenden a regular su propio comportamiento y a responsabilizarse de sus decisiones.
  • Sé consistente: Aplica los límites de manera consistente y justa, y siempre desde el amor no de la imposición. Los adolescentes necesitan tener claridad sobre las expectativas y consecuencias de sus acciones. Los límites consistentes y justos brindan protección y seguridad a los adolescentes a la par que les ayuda a desarrollar habilidades de autodisciplina. Gracias a ellos, les dotamos de pautas claras sobre lo que es aceptable o no y los adolescentes aprenden a regular su comportamiento y responsabilizarse de sus decisiones.
  • Fomenta la autonomía y la responsabilidad: A medida que los adolescentes crecen, es importante permitirles tomar decisiones y asumir responsabilidades. Permite que el/la adolescente asuma tareas  apropiadas para su edad y nivel de desarrollo. Esto puede incluir responsabilidades domésticas, gestión del tiempo y  la participación en la toma de decisiones familiares. Estimula su autonomía y empodérale para que se convierta en un individuo responsable.

 

Busca momentos de calidad y conexión

Además de las conversaciones diarias, busca momentos de calidad y conexión con los adolescentes. Estos momentos fortalecen la relación y crean recuerdos significativos. Puedes hacerlo a través de actividades compartidas, salidas en familia o simplemente dedicando tiempo para escuchar y apoyar al/a la adolescente en sus intereses y pasiones.

Algunas alternativas son:

  • Actividades compartidas: Encuentra actividades en las que ambos podáis participar y disfrutar juntos. Esto puede incluir deportes, juegos de mesa, cocinar juntos, ver películas o hacer caminatas. Estos momentos de diversión y complicidad ayudan a crear un vínculo emocional más fuerte.
  • Salidas en familia: Planifica salidas en familia donde podáis explorar nuevos lugares o disfrutar de actividades recreativas. Esto permite que los adolescentes se sientan parte de la unidad familiar y fortalece el sentido de pertenencia. Además, estas experiencias compartidas os brindan la oportunidad de interactuar de manera diferente y desarrollar recuerdos positivos en conjunto.
  • Apoyo en sus intereses: Muestra interés genuino en las pasiones y los intereses de tus adolescentes. Participa en sus actividades, asiste a sus presentaciones o competencias, y hazles saber que valoras sus talentos y esfuerzos. Esto les brinda un sentimiento de apoyo y comprensión, y fortalece la conexión emocional.

Terapia: Un espacio seguro y neutral

Cuando la comunicación entre padres y adolescentes se vuelve difícil y problemática, debido a conflictos, malentendidos o falta de confianza, la terapia puede ser una alternativa valiosa y una zona neutra para fortalecer la comunicación. La terapia puede proporcionar un espacio seguro donde todos los miembros de la familia pueden expresar sus preocupaciones, explorar sus emociones y aprender estrategias efectivas de comunicación.

Cómo puede ayudar la terapia en la comunicación entre padres y adolescentes:

  • Un espacio seguro y neutral: La terapia brinda un entorno seguro y neutral donde los adolescentes y los padres pueden compartir sus preocupaciones, sentimientos y puntos de vista sin temor a juicios o represalias. El terapeuta actúa como facilitador y guía, ayudando a fomentar una comunicación abierta y constructiva. La terapia proporciona un espacio seguro para abordar los problemas de comunicación y una comprensión más profunda de las necesidades, experiencias y perspectivas del otro lo que posibilita una comunicación más empática y efectiva. 
  • Mejora de la comprensión mutua: La terapia familiar ayuda a mejorar la comprensión mutua al permitir que todos los miembros de la familia expresen sus pensamientos y sentimientos de manera estructurada. El terapeuta ayuda a clarificar malentendidos, promueve la empatía y facilita la comunicación efectiva entre padres e hijos.
  • Herramientas y estrategias de comunicación: Durante las sesiones de terapia, se enseñan y practican habilidades de comunicación efectiva que se pueden aplicar en el hogar. La terapia familiar o la terapia individual con el adolescente ofrece una serie de beneficios para mejorar la comunicación entre padres e hijos.
  • Fortalecimiento de los vínculos familiares: La terapia proporciona un espacio seguro para explorar y abordar los problemas de comunicación, lo que permite a los padres e hijos adolescentes fortalecer sus vínculos emocionales y construir relaciones más sólidas.
  • Resolución constructiva de conflictos: La terapia  proporciona herramientas y estrategias para abordar los conflictos de manera constructiva. Los padres y los adolescentes aprenden a expresar sus puntos de vista de manera respetuosa, buscar soluciones mutuamente beneficiosas y fortalecer la resiliencia familiar.
  • Explorar temas subyacentes: La terapia puede ayudar a identificar y abordar problemas subyacentes que pueden estar contribuyendo a la dificultad en la comunicación. Esto podría incluir problemas de salud mental, conflictos familiares pasados no resueltos, cambios importantes en la vida de la familia o desafíos individuales que enfrentan los adolescentes.
  • Fomento de la autonomía y la responsabilidad: La terapia ayuda a los adolescentes a desarrollar habilidades de comunicación y resolución de problemas, promoviendo con ello,  su autonomía y responsabilidad. Esto les permite participar activamente en la construcción de una comunicación familiar saludable.

Estas herramientas ayudan a resolver conflictos, expresar emociones de manera saludable y establecer límites claros. Si sientes que la comunicación en tu familia se ha visto afectada, considera buscar el apoyo de un profesional en terapia familiar.

Recuerda que cada adolescente es único y puede requerir diferentes enfoques de comunicación. Si sientes que necesitas apoyo adicional en la relación con tu hijo/a adolescente, considera buscar la ayuda de un profesional en psicología especializado en terapia con adolescente y/o terapia familiar.

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Extensa experiencia en Trastornos de Conducta Alimentaria.

 

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades 808 808 Sandra Ribeiro

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): cómo afectan las Navidades a las personas con TCA

Se acercan las Navidades y con ellas momentos para compartir junto a nuestros seres queridos. Asociamos estas fechas con encuentros familiares, reuniones con amigos y compañeros de trabajo que se celebran, en la mayoría de los casos, frente a una mesa y en donde la comida y la bebida adquieren un papel protagonista.

Para muchas personas la Navidad es un momento de alegría y celebración. Sin embargo, para las personas que padecen un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón, la Navidad es un periodo desafiante y difícil en la que se encuentran expuestas a situaciones a las que temen mucho. De hecho, puede ser una “pesadilla”. Para muchas de las personas con un TCA, las Navidades traen un fuerte estrés, ansiedad y miedo.

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y la preparación anticipada de las Navidades

Las personas que sufren con anorexia, bulimia, trastorno por atracones…, en fin, algún tipo de trastorno alimentario, comienzan a prepararse para las Navidades mucho antes que los demás.

Si tienes un TCA, quizás pienses que, si pierdes un poco de peso antes de esas fechas, podrías darte el lujo de “pegar una comilona” como hacen todos los demás. Por supuesto, eso es algo que piensas, pero que nunca sucede, ya que una persona con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) de cualquier tipo nunca disfruta realmente de esas fiestas debido a la preocupación y al miedo que le tienen a la comida.

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y el gran miedo de las fiestas de fin de año

Una persona con trastorno alimentario no se permite relajar y disfrutar de las Navidades. Una persona con anorexia, bulimia y trastorno por atracones tiene siempre muy presente que llegará el momento en que tenga que enfrentarse a toda la comida que hay en torno a esas fiestas, a la cantidad de calorías y, por consiguiente, a la presión familiar. Hay un gran miedo a engordar que aumenta con cada bocado de comida. Hay tanta ansiedad que le provoca un gran sufrimiento.

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades: el incremento de las conductas disfuncionales

Para intentar gestionar el malestar que sufren es posible que incrementen determinadas conductas para intentar evitar el control de sus familiares y para gestionar el malestar que sienten. Algunas de estas conductas pueden ser:

  • Restringir totalmente o controlar la cantidad de los alimentos ingeridos.
  • En otros casos, comer cantidades inusualmente grandes de comida.
  • Incrementar el número de veces que acuden al baño.
  • Utilizar prendas más holgadas.

En el caso de la anorexia, existe mucha ansiedad por parte de quien la sufre y presión por parte de los familiares para que la persona coma. En el caso de la bulimia y los atracones, puede existir un pensamiento constante de realizar un atracón y la búsqueda incansable de un plan para desechar todo lo ingerido. Se sienten especialmente vulnerables al sentirse el foco de atención en torno a cuanto comen, lo que comen y por los posibles comentarios acerca de su físico. Todo ello les causa mucha ansiedad.

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades: la publicidad que no ayuda

En estas fechas se produce una exposición a las campañas publicitarias relacionadas con productos de belleza, menús, dulces y todo tipo de alimentos relacionados con la celebración de estas fiestas y se relacionan con el placer, la felicidad y el amor.

Las personas que sufren un TCA no solo han de lidiar con las dificultades asociadas a su relación con la comida sino también con una baja autoestima, dificultades para relacionarse, miedos, traumas que les hacen sentirse muy vulnerables.

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y los días posteriores a las Navidades

Si tú eres una persona que sufre de un trastorno alimentario, es común que en los días posteriores a las Navidades aparezcan profundos sentimientos de tristeza, culpabilidad y ansiedad.

La culpa experimentada es enorme y surgen los pensamientos disfuncionales y creencias irracionales como:

  • “He comido mucho”.
  • “¿Por qué no me puedo controlar?”.
  • “He engordado unos 5kg”.
  • “Estoy súper hinchada/o”.
  • “La ropa ya no me entra”.
  • “Soy un desastre”.
  • “Nadie me va a querer nunca”.
  • “No sirvo para nada”.
  • “Doy asco”.

Junto con esos pensamientos y creencias tan disfuncionales encontramos la desesperación por intentar compensar todas las calorías consumidas. Quizás pienses que lo mejor en esos días sería restringir tu dieta y/o hacer ejercicio intensivo para intentar eliminar todo lo ingerido.

Recomendaciones para ayudarte en esas fechas tan estresantes y difíciles para ti como son las Navidades:

  • Respeta las cinco comidas diarias.
  • Haz una lista de cosas que puedes hacer para ayudarte a relajar y distanciarte de los sentimientos y pensamientos disfuncionales que te pueden venir antes y/o después de una posible comida en exceso. Por ejemplo, escribir lo que sientes, leer, visitar a un amigo, hablar por teléfono, etc.
  • Ten siempre a mano el número de teléfono de amigos/as que sepan por lo que pasas y, en esos momentos más complicados para ti, les pueda llamar.
  • Ten siempre a mano el número de teléfono de tus contactos de apoyo (psicólogo, psiquiatra…).
  • Intenta no contar las calorías.
  • Intenta no pesarte en esa época. Ya te pesarás cuando vuelvas a tu rutina normal.
  • No te olvides cuidarte. Es importante que, en esas fiestas, puedas mantener una rutina de autocuidado.
  • Intenta no ver las Navidades como una “montaña de comida” que deben o no deben ser ingeridos. Estas fiestas son para estar en familia, compartir momentos agradables y disfrutar de la presencia de tus seres queridos.
  • No permitas que los demás ejerza más presión sobre ti de la que puedes soportar. Aprende a poner límites de manera asertiva. Si alguien hace algún comentario sobre tu apariencia, forma de comer, que comes de más o de menos, diles que no es cómodo para ti hablar sobre ello y si saben que tienes problemas con la alimentación, diles que ya estás en tratamiento o lo estás buscando.
  • Si, al final, te has pegado un atracón y/o has vomitado, no te obsesiones con ello e intenta no culpabilizarte. Simplemente, ha pasado, pero eso no define quien eres.

¿De qué modo podemos ayudar a las personas que sufren TCA en estas fechas?

  • Evita conversaciones acerca de su físico y muéstrale interés en cómo se encuentra, sus proyectos e intereses.
  • No hagas comentarios acerca de la comida y de sus posibles efectos.
  • Acuerda un tiempo de duración para la comida y no obligues a que la persona coma más de lo pactado.
  • Planea actividades para la sobremesa como juegos de mesa, charlas sobre algún tema interesante…
  • Que la comida, las calorías y el peso, no se transformen en un monotema. Hay muchas cosas que podéis compartir y disfrutar juntos.

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y su tratamiento

El tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) comprende un abordaje multidisciplinar que combina la psicoterapia (terapia psicológica), la psicoeducación sobre la alimentación y una supervisión médica. El tratamiento de un TCA lleva su tiempo y es muy difícil que lo puedas hacer de manera autónoma, sin ayuda profesional.

Si todavía no te has puesto es las manos de un profesional especializado, no dejes pasar el tiempo. La anorexia, la bulimia, el trastorno por atracones, no remiten solos.

 

Si te has identificado con este artículo y crees que te podemos ayudar, pide cita y te acompañaremos en tu proceso terapéutico con toda la confidencialidad y profesionalidad que una terapia psicológica requiere. No estamos aquí para juzgarte, sino para acompañarte en esa etapa tan difícil como importante en dirección a una vida saludable.

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Este artículo es una colaboración entre:

Sonia Caldera

Psicóloga General Sanitaria (M-33682)

Experta en Psicoterapia Breve con niños, adolescentes y adultos, en Clínica e Intervención en trauma con EMDR

Extensa experiencia en Trastornos de Conducta Alimentaria.

Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos del Servicio de Psicología Aplicada de la UNED

 

 

 

 

 

 

 

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