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Madres narcisistas

Madres narcisistas y su impacto en las relaciones familiares

En el complejo tejido de las relaciones familiares, el rol materno desempeña una función de vital importancia. Sin embargo, cuando una madre enfrenta el desafío de un trastorno narcisista, esta dinámica puede ejercer un impacto profundo sobre sus hijos y las conexiones cercanas. En este artículo, adentraremos en el tema de las madres narcisistas, explorando cómo sus comportamientos pueden generar resonancias emocionales en sus hijos e influir en el entorno familiar en general. Investigaremos las características del narcisismo materno patológico, analizaremos cómo esta faceta se manifiesta en las interacciones cotidianas y proporcionaremos herramientas para identificar sus efectos en las relaciones cercanas. Además, ofreceremos estrategias concretas para abordar esta dinámica disfuncional, construyendo vínculos más saludables y significativos para todas las partes involucradas.

Origen del término «narcisismo»

Antes de adentrarnos en el mundo de las madres narcisistas, es valioso comprender el origen del término ‘narcisismo’. Su origen está en el mito de Narciso, un personaje de la mitología griega, que aparece en las historias transmitidas por Ovidio en su obra «Las Metamorfosis». En esta historia, Narciso era un joven extremadamente guapo y atractivo, y como resultado, desarrolló una vanidad desmesurada, despreciando a todos aquellos que se enamoraban de él. Un día, mientras se encontraba junto a un río, quedó hipnotizado por su propio reflejo en las aguas y se enamoró perdidamente de su propia imagen. Incapaz de alejarse de su propio reflejo, finalmente terminó ahogándose.

Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, popularizó el término al utilizarlo para describir un tipo de personalidad que se centra en el ego y la satisfacción de sus propias necesidades y deseos, en detrimento de las relaciones con los demás. Desde entonces, el término «narcisismo» se ha utilizado para describir una variedad de comportamientos y actitudes relacionadas con un exceso de autoenfoque y autoadmiración.

Según el profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard, Andrew P. Morrison, un nivel razonable de narcisismo en adultos es saludable, ya que equilibra las necesidades individuales con las necesidades de los demás. Sin embargo, el narcisismo puede manifestarse también de manera patológica, asociado a trastornos como el Trastorno de la Personalidad Narcisista, que puede afectar a diversos tipos de relaciones. En el contexto familiar, tanto padres como madres, así como hijos e hijas, pueden exhibir rasgos narcisistas.

 El perfil de la madre narcisista

El término ‘madre narcisista’ señala a aquella figura materna que padece un narcisismo patológico. Este perfil se distingue por una arrogancia innata y una autoimagen excesivamente elevada, demandando admiración incesante y sosteniendo la creencia en su superioridad sobre los demás. Arrastrando una autoestima frágil que anhela validación externa, constantemente busca reafirmarse a sí misma mediante presunciones de sus propios méritos. Como resultado de estas características, las madres narcisistas engendran pautas de comportamiento abusivas que arrojan una sombra negativa sobre la salud mental de aquellos que comparten su entorno.»

Madres narcisistas: su impacto en las personas y relaciones cercanas

El tema de las madres narcisistas permanece en gran medida en la sombra de la sociedad, de tal forma que la disponibilidad de material al respecto es escasa.

Frecuentemente, se mitifica a las madres como seres venerados e inigualables, pero esta perspectiva puede velar una realidad mucho más intrincada. La imagen de la madre elevada a la categoría de figura divina, respaldada por un amor incondicional, puede encubrir el narcisismo materno que, en su forma más potente, puede adoptar manifestaciones agresivas, manipuladoras e incluso destructivas para aquellos que comparten su espacio con la madre narcisista.

El narcisismo materno, cuando alcanza niveles patológicos, constituye una problemática seria que no debería ser marginada, trivializada o idealizada. Aunque el narcisismo representa un componente natural en el desarrollo humano, puede convertirse en una fuerza altamente perjudicial para el individuo y sembrar discordia en las relaciones cercanas si no se aborda de manera adecuada.

Madre narcisista: Características

  1. Conducta Abusiva: Impulsada por la creencia de que su título de ‘Madre’ le confiere inmunidad y prerrogativas especiales, la madre narcisista ejerce un abuso psicológico, verbal y emocional (e incluso, en ocasiones, físico) sobre su hijo/a, con el fin de reafirmar su superioridad. Este comportamiento se origina en su incapacidad para cultivar amor y aceptación hacia sí misma.
  2. Rigidez Inflexible: Aunque pueda expresar ideas infantiles o incoherentes, la madre narcisista muestra una inflexibilidad absoluta en su interpretación de los mensajes que emite. No tolera que sus opiniones sean cuestionadas ni refutadas.
  3. Desafíos Identitarios: La personalidad narcisista, al carecer de una base sólida, presenta una autenticidad fragmentada en todos los aspectos de su vida. Esta carencia de una identidad definida la conduce a una constante búsqueda de orientación y dirección personal.
  4. Autoestima Frágil: No existe tarea más sencilla que herir los sentimientos de una madre narcisista. Su concepción distorsionada de la autovaloración y el amor propio la convierten en una presa fácil. Esta persona se visualiza solo a través de los ojos de los demás, encontrando valor en el reconocimiento ajeno. Su percepción de autovalía depende exclusivamente de logros, apariencia física, habilidades excepcionales, popularidad, admiración, elogios y posición económica o social. Al depender completamente de la validación externa, solo se acepta a sí misma cuando es validada por otros o cuando alcanza éxito absoluto en todas sus empresas, destacándose de alguna forma.
  5. Egocentrismo Desmedido: La madre narcisista se niega rotundamente a reconocer cuando alguien necesita ayuda o apoyo emocional. Invariablemente, subestima e ignora conscientemente el dolor de su hijo/a, mientras insiste en que su hijo/a se dedique incondicionalmente a satisfacer sus propias necesidades. Este enfoque egocéntrico impide que la madre narcisista forje vínculos afectivos auténticos con cualquier persona, incluso con su propio/a hijo/a. Su comportamiento es frío, seco y distante cuando el foco no recae en su propio estado emocional o necesidades.
  6. Búsqueda Obsesiva de la Perfección: Todo lo que emprende la madre narcisista debe cumplir los estándares más elevados de excelencia. Sin embargo, esta actitud perfeccionista no surge de la confianza en sí misma, sino de una profunda inseguridad. Cuando no logra mantener sus reglas y expectativas, o cuando no es objeto de alabanza, experimenta una autocrítica negativa y autoanuladora. El perfeccionismo de la madre narcisista resulta agotador, haciéndose sentir insignificantes y menospreciados a quienes la rodean.
  7. Ciclo de Disfunción Familiar: Las personalidades narcisistas a menudo provienen de entornos familiares disfuncionales y, asimismo, las familias conformadas por una madre narcisista tienden a serlo. Bajo la influencia directa de una madre narcisista, es casi imposible mantener una dinámica familiar armoniosa y funcional. Ella manipula a quienes la rodean para satisfacer sus propios intereses. Utiliza su estatus de madre para favorecer a un hijo en particular, el “niño dorado”. Este/a hijo/a es el que muestra mayor disposición a acatar sus demandas sin protestar, sembrando sutiles manipulaciones que generan conflictos entre hermanos/as, especialmente hacia el/la hijo/a “oveja negra”.
  8. Sometimiento: Relacionarse con un narcisista, ya sea una madre, padre, «amigo/a», colega o pareja, implica someterse a la tiranía de su ego insaciable y despiadado. Este tipo de relación conlleva una vida caracterizada por la autoanulación, el sometimiento, el chantaje emocional, la codependencia, las mentiras, el maltrato emocional y, en ocasiones, físico.
  9. Siembra de Discordia: La madre narcisista, al estar perpetuamente insatisfecha consigo misma, provoca conflictos innecesarios para aliviar su propia confusión emocional interna. Raramente opta por el diálogo y la comprensión, en lugar de ello, sostiene una actitud intransigente y obstinada que propicia la perpetuación de desacuerdos y discordias en lugar de fomentar la armonía.
  10. Comportamiento inmaduro:Los narcisistas, con el tiempo, no experimentan una evolución significativa, lo que conlleva a que manifiesten conductas propias de niños obstinados o adolescentes inseguros. En lugar de abogar por sus puntos de vista de manera racional, madura y centrada, recurren a tácticas de intimidación, discusiones, conflictos y manipulación emocional para persuadir a los demás a servir a sus intereses, deseos y caprichos.
  11. Carencia de Responsabilidad: Para la madre narcisista, cualquier acontecimiento adverso es completamente ajeno a su influencia. Su intolerancia hacia la admisión de errores o equivocaciones es patente. Por lo tanto, constantemente busca agravios ajenos para cargar con las consecuencias de sus propias derrotas. Incluso cuando es consciente de su comportamiento abusivo y causa daño, raramente ofrece disculpas. Su constante búsqueda por corresponder a expectativas perfeccionistas, idealistas e irrealistas a menudo desemboca en la necesidad de encontrar un culpable exterior por sus fracasos.
  12. Necesidad de ser el centro de atención: En cualquier contexto o evento, la madre narcisista no puede evitar exhibir una necesidad de ser el centro de atención. Su sensación de superioridad se manifiesta de manera exagerada, lo que la lleva a exigir un trato preferencial. Este rasgo se evidencia también en su estilo de comunicación y sus acciones, denotando un tono de arrogancia en todas sus facetas.

Madres narcisistas y depresión

Es relevante subrayar que el perfil de una madre narcisista conlleva una inclinación hacia la depresión. Esta dimensión puede parecer paradójica, ya que la madre narcisista exhibe una fachada de superioridad y control en público. Sin embargo, en su interior, lleva una herida abierta en su autoestima. La realidad que atañe a la auténtica faceta de su personalidad la convierte en una candidata propensa a la depresión. Es común observar una inclinación marcada hacia la autocrítica y el menosprecio de sí misma, acompañados por una persistente aversión hacia su propio ser. Además, su incapacidad para cultivar amor propio y autocompasión perpetúa los sentimientos de autorrechazo.

Una de las principales problemáticas de las personalidades narcisistas, como por ejemplo las madres narcisistas, radica en que rara vez buscan ayuda terapéutica. Al negar sus propias vulnerabilidades o la existencia de problemas psicológicos y emocionales, transcurren sus vidas envueltas en la insatisfacción, achacando siempre la culpa a los demás. A medida que su descontento se extiende y afecta sus relaciones, en ocasiones de manera irreparable, suelen quedar atrapadas en episodios depresivos.

Ser hijo/a de una madre narcisista constituye uno de los desafíos más complejos y dolorosos que una persona puede afrontar. Esto se debe a que la madre narcisista se resiste tenazmente a reconocer y respetar la individualidad, autonomía, preferencias y necesidades de sus hijos/as. La dinámica de esta relación solo parece «funcionar» cuando el/la hijo/a se somete completamente a su control y a la manipulación psicológica que ejerce sobre él.

Soy hijo/a de una madre narcisista. ¿Qué debo saber?

  1. El Cambio es un Desafío: Es crucial comprender que el cambio en tu madre es improbable. Las personas solo cambian cuando reconocen esa necesidad. La madre narcisista, en cambio, sostiene una certeza firme en su propia perspectiva, donde cualquier desacuerdo, cualquier punto de vista que esté alejado de “su verdad”, se convierte en una batalla. Las personalidades narcisistas tienden a ver las situaciones en blanco y negro, sin matices, “o estás conmigo o estás contra mí”. En este contexto, tu capacidad para tomar decisiones como un adulto independiente cobra vital importancia. Aunque puede brindarte consejos y compartir su punto de vista, es fundamental que te defiendas de imposiciones y respetes tus elecciones.
  2. Evolución Negativa: A menudo se escucha que el tiempo todo lo cura. Sin embargo, en este caso, esa idea no se aplica. Con el paso del tiempo, estas relaciones abusivas no mejoran, sino que tienden a empeorar. Las madres narcisistas y los narcisistas en general perfeccionan su habilidad de manipulación con la edad, sintiéndose menos obligados a disimular su comportamiento.
  3. La Carencia de Amor: Un conocimiento doloroso pero esencial es que las madres narcisistas carecen de la capacidad de amar. Su incapacidad de amarse a sí mismas refleja en su inhabilidad para amar a los demás. Como suele decirse, uno solo puede dar lo que posee. Si su interior alberga rabia, amargura y resentimiento, solo podrá entregar eso. En otras palabras, no puedes extraer jugo de uva de una naranja, no importa cuánto lo intentes.
  4. La Idea de «Salvar»: Existe la idea errónea de que brindar amor y cuidado constante a una madre narcisista puede «salvarla». Lamentablemente, esta perspectiva no aplica con esta clase de personalidad, ya que las madres narcisistas raramente están dispuestas a cambiar.
  5. Nutrición del Dolor: Las madres narcisistas, así como las personalidades narcisistas en general, encuentran satisfacción en el dolor de sus víctimas. Este comportamiento retorcido se traduce en hacer que te sientas inferior para elevar su propia superioridad, desestabilizarte para sentirse en equilibrio, y tomar el control al provocar tu enfado y pérdida de compostura. Es una dinámica realmente perversa.

Los niños/as, naturalmente en búsqueda de la aprobación materna, anhelan ser vistos, aprobados, aceptados y amados. Sin embargo, los hijos/as de madres narcisistas pasan sus vidas tratando de cumplir con los altos estándares exigidos por ellas para obtener aprobación y una forma retorcida de «amor».

Si crees que tu madre es narcisista y quieres curar las heridas de esta relación disfuncional, además de implementar cambios positivos y adquirir herramientas para lidiar con la situación,

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

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Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra” 800 800 Sandra Ribeiro

Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra”

La dinámica de una madre narcisista dentro de la familia puede tener efectos profundos en sus hijos e hijas. Mientras que uno puede ser el «niño dorado», favorecido y sobrevalorado, otro puede ser la «oveja negra», menospreciada y criticada constantemente. Descubramos cómo esta dinámica disfuncional afecta a los hijos e hijas y la importancia de buscar apoyo para superar sus efectos emocionales.

“Niño dorado” y “oveja negra”: significado

«El niño dorado” de la madre narcisista es un término que se utiliza para describir al/a la hijo/a que es favorecido/a y sobrevalorado/a por una madre narcisista.

La “oveja negra” de la madre narcisista es el término que se usa para describir a un/a hijo/a que es constantemente menospreciado/a, ignorado/a o criticado/a por una madre con trastorno narcisista de la personalidad. En contraste con el «niño dorado», la “oveja negra” es el miembro de la familia que recibe un trato desfavorable y negativo.

La dinámica del «niño dorado» y de la «oveja negra» también puede ocurrir en familias con un padre narcisista. Al igual que con una madre narcisista, un padre narcisista puede mostrar favoritismo y trato desigual hacia sus hijos, lo que puede llevar a la formación de estas dinámicas disfuncionales.

Es importante destacar que, aunque la literatura nos indique que, en la mayoría de las familias con madres narcisistas, en la que la estructura familiar lo permite, ocurre que el “niño dorado” es un hijo varón y a la “oveja negra” una hija mujer, queremos enfatizar que en nuestra experiencia clínica estas dinámicas no son universales y pueden variar según la personalidad de la madre narcisista, la estructura familiar, las experiencias pasadas y otros factores. En algunas familias, la dinámica puede ser diferente, con una hija mujer siendo la “niña dorada” y un hijo varón como la “oveja negra». Además, la dinámica narcisista no está limitada a familias con varios hijos, ya que también puede ocurrir en familias con hijos/as únicos/as o en otras estructuras familiares. En el presente artículo, utilizaremos los conceptos “niño dorado” y “oveja negra” indiscriminadamente.

Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP)

En general, una persona con un Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) se caracteriza por un patrón persistente de comportamientos egocéntricos y desadaptativos que afectan significativamente la vida y las relaciones interpersonales. Las personas con TNP suelen tener dificultades para establecer relaciones significativas y saludables debido a su enfoque egocéntrico y falta de empatía. Para una definición más exhaustiva de madres narcisistas, consulta nuestro artículo: “Madres narcisistas”.

El “niño dorado” de una madre narcisista

En este contexto, el término «niño dorado» se refiere a un/a hijo/a que es tratado como el favorito, elogiado constantemente y colocado en un pedestal por la madre narcisista. La madre puede enfocar toda su atención en este hijo/a, cumpliendo sus deseos y necesidades, mientras que desestima o menosprecia a otros hijos que no son considerados tan especiales.

Ser el “niño dorado” de una madre narcisista puede tener un impacto significativo en el desarrollo del niño/a. Puede generar un sentido de superioridad y una actitud de entitlement (creer que merece privilegios especiales) en el/la hijo/a favorecido, así como sentimientos de rechazo, envidia y resentimiento en los demás hijos que no reciben el mismo trato.

A medida que estos niños crecen, pueden tener dificultades para desarrollar relaciones saludables y equitativas, ya que pueden internalizar el mensaje de que son mejores o más importantes que los demás. También pueden enfrentar dificultades en la vida adulta al lidiar con situaciones en las que no sean el centro de atención o no reciban el trato especial al que estaban acostumbrados.

Es importante destacar que este patrón de crianza puede ser perjudicial para todos los hijos involucrados y para la dinámica familiar en general.

El niño dorado: síntomas y características 

El “niño dorado” de una madre narcisista puede desarrollar una serie de síntomas y características como resultado de la dinámica disfuncional en la que se encuentra. Algunos de los síntomas comunes que podrían surgir incluyen:

  • Sentido exagerado de superioridad: El/la niño/a puede desarrollar un sentido exagerado de importancia y sentirse superior a los demás, creyendo que merece privilegios especiales.
  • Falta de empatía: Al haber sido sobrevalorado constantemente, el/la niño/a puede tener dificultades para ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos o necesidades.
  • Buscar atención y validación constante: El “niño dorado” puede buscar continuamente la aprobación y elogios de los demás para mantener su sentido de autoestima inflada.
  • Dificultades para establecer relaciones equitativas: Puede tener problemas para establecer relaciones saludables y equitativas con los demás, ya que está acostumbrado a recibir un trato especial y puede esperar el mismo trato en todas las situaciones.
  • Sensibilidad a la crítica: Debido a la sobrevaloración constante, el “niño dorado” puede ser especialmente sensible a la crítica y reaccionar negativamente a cualquier comentario negativo sobre él o sus acciones.
  • Falta de límites: Al ser el favorito de la madre narcisista, es probable que el/la niño/a haya sido consentido en exceso, lo que puede llevarlo a tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y responsabilidades.
  • Dificultades en el trabajo en equipo: Puede tener problemas para trabajar en equipo y cooperar con otros, ya que puede sentir que sus ideas y contribuciones son siempre superiores.
  • Inseguridad encubierta: A pesar de su aparente sentido de superioridad, el “niño dorado” puede tener inseguridades profundas y miedo a ser abandonado o despreciado si no cumple con las expectativas de la madre narcisista y, en consecuencia, de los demás.

Es importante tener en cuenta que no todos los/as niños/as que son tratados como el “niño dorado” desarrollarán todos estos síntomas, y las experiencias individuales pueden variar. Estos síntomas pueden persistir en la vida adulta si no se abordan adecuadamente a través de la terapia y el autoconocimiento. Si crees que puedes ser el “niño dorado” o conoces a alguien que pueda estar enfrentando esta situación, es esencial buscar ayuda profesional para comprender y manejar los efectos de la crianza narcisista.

La “oveja negra” de una madre narcisista

La hija o hijo que se convierte en la «oveja negra» de una madre narcisista puede intentar desesperadamente complacer y satisfacer las necesidades de su progenitora narcisista en un esfuerzo por recibir su aprobación y amor. Esta dinámica puede ser especialmente dañina para la identidad de la persona “oveja negra”, ya que se ve obligada a suprimir o negar sus propias necesidades, deseos y personalidad para adaptarse a lo que la madre narcisista espera o quiere que sea.

“Oveja negra”: la pérdida de la identidad

Al intentar agradar a la madre narcisista, la “oveja negra” puede perder su sentido de identidad y autoestima, ya que sus propias necesidades y deseos no son tomados en cuenta o son desestimados. Puede sentir que nunca es lo suficientemente buena o valiosa para la madre y que su valor como persona depende de cómo la madre la percibe y trata en un momento dado.

Esta constante invalidación de la identidad y la falta de aceptación por parte de la madre narcisista pueden tener un impacto devastador en el desarrollo emocional y psicológico de la persona “oveja negra”. Pueden surgir sentimientos de confusión, inseguridad y baja autoestima. La hija o hijo puede sentir que no sabe quién es realmente, ya que ha estado tratando de adaptarse a las expectativas cambiantes y poco realistas de la madre narcisista.

Además, la búsqueda desesperada de aprobación y amor por parte de la “oveja negra” hacia la madre narcisista puede llevar a relaciones interpersonales poco saludables en el futuro, ya que pueden tener dificultades para establecer límites adecuados o reconocer relaciones tóxicas.

Los efectos de una crianza narcisista pueden ser devastadores. La terapia puede ser de gran ayuda para recuperar una identidad saludable, desarrollar una autoestima sólida y aprender a establecer límites adecuados en las relaciones con los demás, incluyendo la relación con la madre narcisista.

La “oveja negra”: síntomas y características 

Las “ovejas negras” a menudo se encuentran en una posición en la que sus logros y esfuerzos son minimizados o desestimados, mientras que sus errores y defectos se magnifican. Pueden ser objeto de críticas constantes, humillaciones o comparaciones negativas con otros miembros de la familia, especialmente con el “niño dorado”.

Como resultado de este trato injusto y perjudicial, la “oveja negra” puede desarrollar una serie de síntomas y características, que pueden incluir:

  • Baja autoestima: El trato negativo y la falta de apoyo de la madre narcisista pueden minar la confianza y autoestima de la “oveja negra”.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: La “oveja negra” puede sentirse rechazada e inadecuada debido a la falta de reconocimiento y afecto por parte de la madre.
  • Resentimiento hacia la madre y/o el hermano “niño dorado”: La “oveja negra” puede desarrollar resentimiento hacia la madre por el trato desigual y hacia el “niño dorado” por recibir el favoritismo.
  • Búsqueda de validación externa: La “oveja negra” suele buscar constantemente la validación y aprobación fuera del ámbito familiar, ya que rara vez la obtienen de su madre narcisista.
  • Conductas autodestructivas: En algunos casos, la “oveja negra” puede recurrir a conductas autodestructivas como forma de lidiar con el dolor y la frustración.
  • Relaciones conflictivas: Puede también tener dificultades para establecer relaciones saludables debido a la dinámica tóxica que ha experimentado en su familia de origen.
  • Independencia y rebelión: Al sentir que nunca cumple con las expectativas de su madre, algunas “ovejas negras” pueden volverse independientes o incluso rebeldes como una forma de protegerse y afirmar su identidad.

Es fundamental comprender que estos síntomas y características no son una consecuencia directa de ser la “oveja negra”, sino más bien resultado de la dinámica narcisista y disfuncional dentro de la familia. Buscar apoyo profesional puede ser de gran ayuda para abordar y sanar las heridas emocionales y desarrollar una mayor resiliencia y autoestima. La terapia puede ayudarte a establecer límites saludables y a desarrollar habilidades para establecer relaciones más satisfactorias en el futuro.

De “niño dorado” a “oveja negra”: cuando la madre narcisista cambia la dinámica

El cambio de dinámica de «niño dorado» a «oveja negra» puede ocurrir en familias con una madre narcisista cuando la madre decide cambiar su percepción o actitud hacia un hijo determinado. Esto puede deberse a diversas razones, y la dinámica puede variar según las circunstancias específicas de la familia y la personalidad de la madre narcisista. Algunos posibles escenarios de cambio de dinámica podrían ser:

  • Rivalidad entre hermanos: Si hay varios hijos en la familia, la madre narcisista podría fomentar la rivalidad y la competencia entre ellos, alternando entre elevar a uno como el «niño dorado» y despreciar a otro como la «oveja negra», dependiendo de las circunstancias o su estado de ánimo.
  • Cambio de percepción del hijo “niño dorado»: El hijo “niño dorado» puede llegar a decepcionar a la madre narcisista al no cumplir con sus expectativas o desafiarla de alguna manera. Esto puede llevar a que la madre cambie su percepción y trato hacia ese hijo, desplazándolo hacia una posición de “oveja negra”.
  • Necesidad de control: La madre narcisista puede cambiar la dinámica para mantener el control y manipular a los miembros de la familia según sus necesidades y deseos en un momento dado.
  • Cambio en la estructura familiar: Eventos importantes como un divorcio, la llegada de un nuevo hijo, la “oveja negra” se ha independizado u otros cambios en la dinámica familiar pueden alterar la percepción y el trato de la madre hacia uno de sus hijos.
  • Proyección de inseguridades: La madre narcisista puede proyectar sus propias inseguridades y problemas no resueltos en uno de sus hijos, lo que puede llevar a un cambio en la dinámica.
  • Influencia externa: A veces, la dinámica de la familia puede verse afectada por la influencia de personas externas, como amigos, familiares o cambios en el entorno social.

Síntomas que pueden desarrollar el “niño dorado” y la “oveja negra”

El «niño dorado» y la «oveja negra», hijos/as de una madre narcisista, pueden desarrollar diferentes síntomas emocionales y psicológicos debido a su posición en la dinámica familiar disfuncional. Estos síntomas pueden variar en intensidad y presentación en cada individuo, pero algunos comunes son:

Síntomas del «niño dorado»:

  • Necesidad excesiva de aprobación: Puede desarrollar una búsqueda constante de elogios y validación externa debido a la sobrevaloración y elogios recibidos de la madre narcisista.
  • Baja autoestima oculta: Aunque pueda parecer que tiene una autoestima sólida por el favoritismo de la madre, en realidad, puede sentir que su valía depende únicamente de la aprobación materna.
  • Dificultad para establecer límites: Puede tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y ceder ante las demandas de la madre narcisista.
  • Sentimiento de culpa: Puede sentirse culpable por recibir la atención y el trato preferencial, especialmente si sus hermanos enfrentan un trato desfavorable.
  • Dificultades en relaciones cercanas: Puede experimentar dificultades en establecer relaciones saludables con los demás, ya que puede estar acostumbrado a recibir admiración y atención constantes.

Síntomas de la «oveja negra»:

  • Baja autoestima y autoconcepto negativo: Puede desarrollar una percepción negativa de sí misma debido al trato desfavorable y críticas constantes de la madre narcisista.
  • Ansiedad y depresión: Puede experimentar ansiedad y depresión debido al estrés emocional causado por el trato desigual y las expectativas poco realistas de la madre.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: Puede sentir que nunca puede cumplir con las expectativas de la madre y que no es lo suficientemente valioso o amado.
  • Dificultades en la confianza: Puede tener dificultades para confiar en los demás y desarrollar relaciones cercanas debido a las experiencias de traición emocional.
  • Conflictos internos: Puede enfrentar conflictos internos entre el deseo de complacer a la madre narcisista y la necesidad de ser auténtico y fiel a sí mismo.

Es importante tener en cuenta que no todos los «niños dorados» o «ovejas negras» desarrollarán todos estos síntomas, y el impacto emocional puede variar según la personalidad y las experiencias únicas de cada individuo. Sin embargo, si reconoces estos síntomas en ti mismo o en alguien que conoces, es esencial buscar apoyo y asesoramiento profesional para abordar los efectos de la dinámica narcisista en la familia y promover la sanación emocional.

Papel de la terapia el el tratamiento del «niño dorado» y de la «oveja negra»

El papel de la terapia es fundamental en el tratamiento tanto del «niño dorado» como de la «oveja negra» en una dinámica familiar con una madre narcisista. Ambos hijos, así como el resto de la familia, pueden beneficiarse enormemente de un trabajo terapéutico para reconocer el rol que jugaron en la dinámica familiar y abordar los posibles síntomas emocionales y psicológicos que puedan haber desarrollado como resultado de esa experiencia.

Para el «niño dorado»:

  • Autoconciencia: La terapia puede ayudar al «niño dorado» a desarrollar una mayor autoconciencia y comprensión de cómo la dinámica narcisista ha influido en su identidad y autoestima.
  • Establecimiento de límites: Aprenderá a establecer límites saludables y a desarrollar una identidad más sólida y equilibrada, independiente de la aprobación de la madre narcisista.
  • Manejo de la culpa: Puede explorar y manejar los sentimientos de culpa que pueden surgir por ser el favorecido en la dinámica familiar y cómo esto ha afectado sus relaciones con otros miembros de la familia.

Para la «oveja negra»:

  • Fortalecimiento de la autoestima: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a reconstruir su autoestima y comprender que su valía no depende de la opinión o el trato de la madre narcisista.
  • Sanación emocional: Puede abordar las heridas emocionales causadas por el trato desfavorable y las críticas constantes recibidas, y aprender estrategias para manejar las emociones relacionadas.
  • Reconocimiento de la propia identidad: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a explorar y reconocer su verdadera identidad, separada de la etiqueta impuesta por la madre narcisista.

Para ambos casos:

  • Autoconciencia: Tomar conciencia de las dinámicas familiares y su impacto puede ser el primer paso para la sanación. Reconocer los patrones disfuncionales permite una mejor comprensión de uno mismo y de cómo esos patrones afectan la vida presente.
  • Autocuidado: Aprender a cuidar de sí mismos es esencial. Esto puede incluir la práctica de técnicas de relajación, ejercicios de respiración, meditación o cualquier otra actividad que promueva la calma y el bienestar.
  • Establecimiento de límites: Aprender a establecer límites saludables es fundamental para proteger la salud mental y emocional frente a las demandas y manipulaciones de la madre narcisista y tener relaciones más saludables.
  • Red de apoyo: Conectar con otras personas que hayan experimentado dinámicas similares puede brindar un sentido de pertenencia y comprensión, además de proveer un espacio para compartir experiencias y aprendizajes.

El/ la psicóloga puede plantear el distanciamiento emocional y, si es necesario, el distanciamiento físico de esa madre narcisista.

Es importante recordar que el proceso de sanación y crecimiento puede llevar tiempo y que cada individuo tendrá su propio ritmo. No hay una fórmula única para el proceso, y buscar ayuda profesional puede ser esencial para guiar y apoyar en el camino hacia la sanación y el bienestar emocional.

 

Es esencial recordar que la dinámica narcisista y disfuncional en una familia puede ser perjudicial para todos los miembros involucrados. Si experimentas una dinámica compleja con una madre narcisista o si conoces a alguien que enfrenta esta situación, es importante buscar apoyo y asesoramiento profesional con un/a psicólogo/a especializado/a en trastornos de la personalidad. La terapia individual o familiar puede ayudar a abordar los problemas emocionales y relacionales y desarrollar estrategias para manejar las complejidades de la dinámica familiar.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

autocritica y perfeccionismo
El equilibrio entre la autocrítica y el perfeccionismo: claves para una buena salud mental 800 800 Sandra Ribeiro

El equilibrio entre la autocrítica y el perfeccionismo: claves para una buena salud mental

La autocrítica y el perfeccionismo están estrechamente vinculados y pueden tener un impacto significativo en la salud mental. Cuando la autocrítica se manifiesta en forma de perfeccionismo extremo, la búsqueda constante de la excelencia en todas las áreas de la vida puede resultar agotadora y dañina para el bienestar emocional. Un perfeccionismo despiadado, donde nunca sentimos que nuestro trabajo o esfuerzo son lo suficientemente buenos, alimenta un ciclo vicioso que afecta negativamente nuestra autoestima y genera ansiedad y estrés constantes. En este artículo, exploraremos cómo el perfeccionismo puede manifestarse como autocrítica constante y cómo podemos liberarnos de este ciclo para vivir una vida más saludable y plena.

Autocrítica y perfeccionismo 

La autocrítica y el perfeccionismo están estrechamente relacionados. Veamos cómo se interconectan:

  • Perfeccionismo: El perfeccionismo es una actitud o creencia que implica la búsqueda constante e inflexible de la perfección en todos los aspectos de la vida. Las personas perfeccionistas establecen estándares extremadamente altos y a menudo inalcanzables para sí mismas. Siempre se esfuerzan por lograr un rendimiento excepcional y evitan cometer errores a toda costa.
  • Autocrítica: La autocrítica es la capacidad de evaluar y juzgar nuestras propias acciones y comportamientos. En el contexto del perfeccionismo, la autocrítica se vuelve especialmente relevante, ya que las personas perfeccionistas nunca estamos satisfechos con nuestro trabajo o esfuerzo y tienden a ser muy críticas consigo mismas cuando no cumplen con sus estándares imposibles. Se castigan mentalmente por no alcanzar sus expectativas y se ven a sí mismas como incompetentes o deficientes.

Autocrítica, perfeccionismo y salud mental

La autocrítica y el perfeccionismo se retroalimentan, intensificando la obsesión por la perfección y generando un ciclo vicioso que causa un gran daño a nuestra salud mental. Reconocer esta dinámica es el primer paso para superarla. 

La forma en que la autocrítica y el perfeccionismo afectan la salud mental depende de cómo se utilice y del grado de rigurosidad y autocompasión que se aplique:

  • Autocrítica excesiva: Cuando la autocrítica es demasiado severa y constante, puede llevar a la persona a desarrollar una baja autoestima y una percepción negativa de sí misma. Esto puede generar sentimientos de inseguridad, ansiedad, depresión y, en casos extremos, conducir al desarrollo de trastornos de ansiedad o depresión clínica.
  • Perfeccionismo: Como hemos comentado, la autocrítica excesiva también puede alimentar el perfeccionismo, haciendo que la persona se ponga expectativas poco realistas sobre sí misma. El perfeccionismo puede llevar a niveles elevados de estrés y ansiedad debido a la constante necesidad de alcanzar estándares inalcanzables.
  • Autocompasión insuficiente: La falta de autocompasión en la autocrítica puede dificultar la capacidad de lidiar con los errores y fracasos de manera saludable. Si la persona se castiga constantemente por sus fallos sin reconocer su humanidad y la posibilidad de aprender de ellos, esto puede generar sentimientos de culpa y vergüenza, afectando negativamente la salud emocional.
  • Relaciones interpersonales: La autocrítica excesiva también puede afectar las relaciones con los demás, ya que una persona que es dura consigo misma puede tener dificultades para confiar en los demás o para sentirse merecedora de amor y respeto.

Entendiendo el origen de la autocrítica y del perfeccionismo 

El origen de la autocrítica y del perfeccionismo puede variar según cada individuo y está influenciado por una combinación de factores genéticos, ambientales y sociales. Algunas de las posibles causas y factores que pueden contribuir a desarrollar estas características son:

  • Experiencias tempranas: Experiencias en la infancia, como recibir críticas constantes o ser elogiado únicamente cuando se alcanzan estándares muy altos, pueden llevar a una persona a internalizar una voz crítica que se convierte en autocrítica en la edad adulta. Asimismo, expectativas poco realistas por parte de los padres o figuras de autoridad pueden alimentar el perfeccionismo en busca de aprobación y aceptación.
  • Aprendizaje social: La sociedad y la cultura también influyen en cómo se perciben la autocrítica y el perfeccionismo. En algunas culturas, la excelencia y el rendimiento son altamente valorados, lo que puede fomentar el desarrollo del perfeccionismo. Además, si las personas cercanas tienen tendencias perfeccionistas o se critican a sí mismas con frecuencia, esto puede ser modelado y adoptado por otros.
  • Personalidad y temperamento: Algunas personas tienen una predisposición genética a ser más perfeccionistas o autocríticas debido a su personalidad y temperamento. Por ejemplo, las personas con rasgos perfeccionistas pueden ser más propensas a establecer altos estándares para sí mismas.
  • Miedos y creencias irracionales: El perfeccionismo puede estar vinculado a miedos subyacentes, como el miedo al fracaso, el miedo al rechazo o el miedo a no ser lo suficientemente buenos. Estos temores pueden generar una necesidad de controlar todo y lograr la perfección como una forma de evitar sentirse vulnerable.
  • Autoimagen y autoestima: Las personas que tienen una baja autoimagen o una baja autoestima pueden ser más propensas a ser autocríticas y perfeccionistas. Intentan compensar estas percepciones negativas de sí mismos buscando la perfección en un intento de sentirse valiosos y dignos de amor y aceptación.

El lado positivo de la autocrítica

¡No todo está perdido! La autocrítica también puede tener un efecto positivo en la salud mental si se maneja de manera constructiva y equilibrada:

  • Autocrítica constructiva: La capacidad de evaluar objetivamente nuestras acciones puede ser útil para identificar áreas de mejora y crecimiento personal. Cuando la autocrítica se utiliza de manera constructiva y se enfoca en el cambio y la superación de obstáculos, puede ser una herramienta de autodesarrollo.
  • Responsabilidad y aprendizaje: La autocrítica moderada y equilibrada puede ayudar a asumir la responsabilidad de nuestros actos y aprender de los errores. Esto puede promover el crecimiento personal y mejorar la toma de decisiones en el futuro.

Es importante destacar que el perfeccionismo y la autocrítica no siempre son negativos. En su forma moderada, pueden motivar a las personas a mejorar y alcanzar sus metas. Sin embargo, cuando se vuelven extremos y perjudiciales para la salud mental, es esencial buscar formas de desarrollar una autocrítica más equilibrada y fomentar la aceptación de uno mismo con sus imperfecciones y errores, promoviendo así una mejor salud mental. Si sientes que tu perfeccionismo y tu autocrítica están teniendo un impacto negativo en tu bienestar, es importante buscar apoyo emocional, ya sea a través de amigos, familiares o profesionales de la salud mental.

Cómo gestionar la autocrítica y el perfeccionismo

Gestionar la autocrítica y el perfeccionismo puede ser un proceso desafiante, pero con esfuerzo y paciencia, es posible lograr cambios positivos en la manera de pensar y comportarse. Aquí hay algunas estrategias que te pueden ayudar:

  • Practicar la autoconciencia: El primer paso para abordar la autocrítica y el perfeccionismo es ser consciente de estos patrones en ti mismo. Observa cómo te hablas internamente y reconoce cuándo te estás imponiendo estándares poco realistas. Identificar estos pensamientos y comportamientos te permitirá trabajar en cambiarlos.
  • Cuestionar tus pensamientos negativos: Cuestiona la validez de tus pensamientos autocríticos y perfeccionistas. ¿Son realistas? ¿Qué evidencia tienes para respaldarlos? A menudo, descubrirás que tus temores y críticas son exagerados y poco racionales.
  • Establecer expectativas realistas: Aprende a establecer metas y expectativas que sean alcanzables y realistas. Aceptar que la perfección no es posible y que está bien cometer errores te liberará de la presión innecesaria.
  • Celebra el esfuerzo y el progreso: En lugar de centrarte únicamente en los resultados, valora tus esfuerzos y el progreso que has hecho. Reconoce tus logros, incluso si no alcanzan la perfección absoluta.
  • Practicar la autocompasión: Cultiva la autocompasión y la comprensión hacia ti mismo. Trátate con la misma amabilidad y apoyo que le darías a un amigo que esté pasando por dificultades.
  • Acepta los errores como oportunidades de aprendizaje: Cambia tu perspectiva sobre los errores y fracasos. Véalos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento en lugar de como indicadores de incompetencia.
  • Establecer límites: Aprende a establecer límites en tu trabajo y en tu vida personal. Reconoce que está bien no ser perfecto en todo momento y date tiempo para descansar y cuidarte.
  • Buscar apoyo: Habla con amigos, familiares o profesionales de la salud mental sobre tus luchas con la autocrítica y el perfeccionismo. El apoyo externo puede brindar una perspectiva objetiva y estrategias adicionales para gestionar estos desafíos.
  • Practicar la tolerancia a la incertidumbre: Aceptar que no siempre se puede controlar todo y aprender a lidiar con la incertidumbre es esencial para liberarse del perfeccionismo.
  • Practicar técnicas de relajación: Aprende técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda para reducir el estrés y la ansiedad asociados con la autocrítica y el perfeccionismo.

Busca ayuda profesional

Si la autocrítica constante y el perfeccionismo están afectando significativamente tu bienestar emocional, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un/a psicólogo/a puede proporcionarte herramientas y estrategias específicas para superar estas dinámicas y mejorar tu calidad de vida.

Es esencial reconocer, como hemos comentado, que tanto el perfeccionismo como la autocrítica pueden tener un impacto negativo en la salud mental y el bienestar emocional. Abordar estos patrones de pensamiento y comportamiento puede requerir tiempo y esfuerzo, pero es posible a través de la terapia, la autoconciencia y la práctica de la autocompasión. Aprender a aceptar la imperfección y valorar los esfuerzos y logros personales sin juicios severos es un paso importante hacia una salud mental más equilibrada. Recuerda que cada paso hacia la autenticidad y la autoaceptación es un logro valioso en sí mismo.

 

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

Síndrome o depresión postvacacional:
Síndrome o depresión postvacacional: cómo afrontar la vuelta a la rutina 800 800 Sandra Ribeiro

Síndrome o depresión postvacacional: cómo afrontar la vuelta a la rutina

La vuelta a la rutina después de las vacaciones puede ser un desafío emocional para muchas personas. El fin de las vacaciones y el retorno a la vida cotidiana pueden desencadenar lo que se conoce como síndrome postvacacional o “depresión postvacacional». Sin embargo, es importante recordar que esta transición también puede ser una oportunidad para abrazar el cambio y comenzar de nuevo . En este artículo, exploraremos qué es el síndrome postvacacional, sus síntomas y cómo enfrentarse a la vuelta a la rutina de manera saludable, superando las emociones desagradables y evitando el perfeccionismo para lograr una transición más positiva y con metas realistas.

Síndrome postvacacional o “depresión postvacacional”

El síndrome postvacacional, también conocido como “depresión postvacacional”, es un término utilizado para describir el conjunto de síntomas psicológicos y emocionales que algunas personas pueden experimentar al regresar al trabajo o la rutina diaria después de un período de vacaciones. Aunque no es un trastorno médico reconocido oficialmente, muchas personas informan sentir cierta dificultad para adaptarse a la vuelta al trabajo después de un tiempo de descanso.

Algunos de los síntomas más comunes asociados con el síndrome o depresión postvacacional pueden incluir:

  • Fatiga y falta de energía.
  • Desmotivación y dificultad para concentrarse.
  • Irritabilidad y cambios de humor.
  • Ansiedad y preocupación sobre el trabajo y las responsabilidades.
  • Dificultad para dormir o alteraciones en el sueño.
  • Sensación de apatía y tristeza.

Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración según la persona y la situación específica. El coste psicológico del síndrome o depresión postvacacional puede afectar negativamente el bienestar emocional y la calidad de vida de quienes lo experimentan. Puede impactar en el rendimiento laboral, en las relaciones familiares y sociales, y en la salud en general.

Las causas del síndrome o depresión postvacacional pueden ser diversas, incluyendo la interrupción de la rutina relajada de las vacaciones, el retorno a responsabilidades y exigencias laborales, y la sensación de haber perdido la libertad y el tiempo para uno mismo.

Estrategias para gestionar el síndrome o depresión postvacacional

Aunque no existe una solución única para el síndrome o depresión postvacacional, hay algunas estrategias que pueden ayudar a sobrellevarlo:

  • Gradualidad: Tratar de volver a la rutina de manera gradual y no exigirte demasiado puede hacer que la transición sea menos abrupta y estresante.
  • Organización: Planificar las tareas y responsabilidades laborales de manera realista puede ayudar a reducir la ansiedad y facilitar la adaptación.
  • Autocuidado: Prestar atención a las necesidades físicas y emocionales propias, como descansar lo suficiente, mantener una alimentación equilibrada y practicar actividades placenteras.
  • Comunicación: Hablar con colegas o superiores sobre los sentimientos y preocupaciones relacionados con la vuelta al trabajo puede ayudar a sentirse comprendido y apoyado.
  • Cambio de perspectiva: Intentar enfocarse en los aspectos positivos del trabajo y las oportunidades que ofrece, en lugar de enfocarse únicamente en las dificultades.

Reconociendo y aceptando las emociones asociadas al síndrome o depresión postvacacional

Es normal sentir tristeza o inquietud al volver a la rutina después de las vacaciones. Es importante reconocer y aceptar estas emociones como parte natural del proceso de adaptación postvacacional. Permítete sentir y expresar tus emociones sin juzgarte a ti mismo. Recuerda que estas emociones son temporales y que con el paso de los días te adaptarás a la nueva rutina. Esta aceptación puede ayudarte a sobrellevarlas de manera más saludable.

Enfocándote en lo positivo de la rutina

Aunque pueda parecer abrumador volver a la rutina, trata de enfocarte en los aspectos positivos que ésta. Quizás te estés preguntando: “¿Qué aspectos positivos?”. Te entiendo. Después de unos días estupendos, es normal que no consigas visualizar el lado positivo de la rutina. Sin embargo, la rutina puede brindar estructura y estabilidad en nuestras vidas, permitiéndonos alcanzar nuestras metas y objetivos de forma más consistente. Reflexiona sobre los aspectos de la rutina que disfrutas y que te benefician, y utilízalos como motivación para afrontar esa transición.

Encontrando nuevas formas de disfrutar de la rutina

Para evitar el aburrimiento y la monotonía, busca nuevas formas de disfrutar de la rutina. Incorpora pequeños cambios en tu día a día como probar una nueva actividad, establecer nuevos hábitos saludables o dedicar tiempo a un pasatiempo que te apasione. Estos cambios pueden brindar un sentido de renovación y emoción en tu vida diaria.

Practicando el autocuidado

El autocuidado es esencial para mantener una buena salud mental durante la transición a la rutina. Dedica tiempo para cuidar de ti mismo, tanto física como emocionalmente. Establece momentos de relajación, meditación o ejercicio para liberar el estrés y mantener un equilibrio emocional.

Estableciendo metas realistas y alcanzables

Es importante establecer metas realistas y alcanzables al enfrentar la vuelta a la rutina. Evita poner demasiada presión sobre ti mismo o realizar cambios drásticos en tu vida. En cambio, establece objetivos pequeños y medibles que puedas alcanzar gradualmente. Celebrar tus logros, por pequeños que sean, te ayudará a mantener una actitud positiva hacia tu rutina diaria.

Evitando el perfeccionismo

Es normal que quieras volver a la rutina con una mentalidad positiva y productiva. Sin embargo, evita caer en el perfeccionismo y las expectativas poco realistas. Reconoce que es normal que puedas enfrentar algunos desafíos en la adaptación, y que es normal cometer errores. Aprende a aceptar y celebrar los pequeños logros en el proceso de volver a la rutina.

 

Enfrentar la vuelta a la rutina puede ser un proceso emocionalmente desafiante, pero también representa una oportunidad para abrazar el cambio y crecer personalmente. A través del reconocimiento de las emociones asociadas a este proceso de adaptación, de poner el foco en lo positivo de la rutina, de la búsqueda de nuevas formas de disfrutarla, del autocuidado y de la evitación del perfeccionismo, puedes lograr una transición más saludable y positiva. Recuerda que volver a la rutina lleva tiempo y paciencia, y que cada pequeño paso es un logro significativo en tu camino hacia un equilibrio emocional y al bienestar en tu vida diaria.

Si los síntomas que estás experimentando son demasiado intensos o prolongados, si interfieren significativamente en tu bienestar y funcionamiento diario, te recomendamos buscar apoyo profesional. Acudir a un/a psicólogo/a y recibir orientación profesional facilitará tu reincorporación al trabajo, te ayudará a planificar tu rutina, a encontrar nuevas fuentes de motivación y a gestionar las emociones y síntomas propios del síndrome o depresión postvacacional.

 

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dependencia emocional
Dependencia emocional: causas, características y tratamiento 800 800 Sandra Ribeiro

Dependencia emocional: causas, características y tratamiento

La dependencia emocional es un patrón de comportamiento en el que una persona se vuelve excesivamente dependiente de otra para satisfacer sus necesidades emocionales y afectivas. Esta dependencia puede manifestarse en relaciones de pareja, amistad, familiares o laborales. A continuación, te proporcionaremos información sobre las causas, características y posibles tratamientos para la dependencia emocional:

Causas de la dependencia emocional:

  • Baja autoestima: Las personas con baja autoestima pueden buscar constantemente la validación y la aprobación de los demás para sentirse valoradas.
  • Experiencias traumáticas: Experiencias pasadas de abandono o rechazo pueden hacer que alguien sea más propenso a desarrollar dependencia emocional.
  • Modelos a seguir: La observación de relaciones dependientes en la infancia puede llevar a replicar ese patrón en relaciones futuras.
  • Miedo al abandono: El temor intenso a ser abandonado o rechazado puede llevar a una persona a aferrarse de manera excesiva a los demás.
  • Necesidad de control: Algunas personas buscan controlar a sus parejas o amigos para sentirse seguras y evitar el riesgo de ser heridas.

Características de la dependencia emocional:

  • Necesidad constante de aprobación: La persona dependiente busca constantemente la validación y el reconocimiento de su pareja o de otras personas significativas.
  • Inseguridad y ansiedad: La persona puede sentirse constantemente insegura en la relación y experimentar ansiedad ante la posibilidad de perder a la otra persona.
  • Falta de autonomía: La persona dependiente puede tener dificultades para tomar decisiones por sí misma y confiar en su propio juicio.
  • Priorizar la relación por encima de todo: La persona puede poner la relación por encima de sus propios intereses, necesidades y valores.
  • Tolerancia al maltrato: En algunos casos, la persona puede tolerar situaciones de maltrato emocional o abuso con tal de mantener la relación.

Síntomas psicológicos y emocionales de la dependencia emocional

Las personas con dependencia emocional pueden experimentar una variedad de síntomas psicológicos y emocionales que reflejan su patrón de comportamiento dependiente. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Ansiedad y miedo al abandono: Las personas con dependencia emocional a menudo experimentan una ansiedad intensa y un miedo constante a ser abandonadas o rechazadas por sus seres queridos. Esto puede llevar a una necesidad excesiva de buscar constantemente la aprobación y la atención de los demás.
  • Baja autoestima: Las personas con dependencia emocional suelen tener una baja autoestima y una falta de confianza en sí mismas. Pueden sentirse inseguras sobre su valía personal y creer que necesitan a alguien más para sentirse completas.
  • Necesidad constante de validación: Buscan constantemente la validación y el reconocimiento de los demás para sentirse valoradas y seguras. Esto puede llevar a una dependencia excesiva de las opiniones y el juicio de los demás.
  • Dificultad para tomar decisiones: Las personas dependientes emocionales pueden tener dificultades para tomar decisiones por sí mismas. Sienten la necesidad de que alguien más tome las decisiones importantes en su vida.
  • Obsesión por la relación: Pueden volverse obsesivos con sus relaciones, centrándose excesivamente en sus parejas, amigos o familiares y descuidando otras áreas de su vida.
  • Miedo a la confrontación: Evitan la confrontación o expresar sus propias necesidades y deseos por temor a que la otra persona los abandone.
  • Necesidad de control: A veces, las personas con dependencia emocional pueden intentar controlar a sus parejas o amigos para mantenerlos cerca y evitar el riesgo de ser abandonados.
  • Dificultad para establecer límites: Tienen dificultades para establecer límites saludables en sus relaciones y pueden permitir que otros se aprovechen de ellos.
  • Ciclos de relaciones tóxicas: Pueden encontrarse en relaciones repetitivas y tóxicas, donde se involucran con personas que no son adecuadas para ellos y toleran comportamientos dañinos.
  • Desesperación por evitar la soledad: Temen la soledad y pueden permanecer en relaciones insatisfactorias solo para no quedarse solos.

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar de una persona a otra, y que la dependencia emocional puede manifestarse en diferentes formas y grados.

Ejemplos de dependencia emocional

Algunos ejemplos de cómo se manifiesta la dependencia emocional en diferentes tipos de relaciones:

  • Relación de pareja:
    • Laura no puede tomar decisiones importantes sin consultar primero a su pareja. Incluso cosas simples, como qué ropa usar o qué película ver, necesita la aprobación de su pareja para sentirse segura.
    • Carlos siente que su vida gira en torno a su pareja y descuida sus amistades y pasatiempos porque siempre quiere estar disponible para ella. Siente una ansiedad intensa si pasa tiempo separado de su pareja.
  • Amistad:
    • Marta tiene una amiga de toda la vida, Elena, a quien llama constantemente para contarle cada detalle de su día y buscar su opinión sobre cualquier situación. Si Elena no está disponible, Marta se siente desanimada y triste.
    • Juan siempre busca la aprobación de su mejor amigo, Pedro. Si Pedro critica algo que hizo, Juan se siente herido y duda de su valía personal.
  • Relaciones familiares:
    • María vive con su madre y se niega a independizarse o tomar decisiones importantes sobre su vida sin consultar primero a su madre. Tiene miedo de desilusionarla o de que su madre se sienta abandonada.
    • Pablo siempre busca la aprobación y el reconocimiento de su hermano mayor. Siente que nunca está a la altura de las expectativas de su hermano y hace todo lo posible por impresionarlo.
  • Relaciones laborales:
    • Ana trabaja en un equipo y no puede tomar decisiones sin la aprobación de su jefe. A pesar de tener experiencia y habilidades, duda de sí misma y no confía en su juicio profesional.
    • Marcos siempre busca la validación de sus colegas y superiores en el trabajo. Se siente ansioso y estresado si no recibe elogios por su desempeño y teme que lo despidan si no es constantemente apreciado.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la dependencia emocional puede afectar diversas relaciones. En cada caso, la persona dependiente se aferra a los demás para sentirse valorada, amada y segura. Es importante recordar que todos tenemos necesidades emocionales y de apoyo en nuestras relaciones, pero la dependencia emocional se convierte en un problema cuando se vuelve excesiva y afecta negativamente la autonomía y el bienestar emocional de la persona. Si te identificas con alguno de estos ejemplos y sientes que la dependencia emocional está afectando tu vida de manera negativa, es recomendable buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a para trabajar en ello.

Tratamiento de la dependencia emocional

El tratamiento de la dependencia emocional puede ser un proceso complejo y requiere la colaboración de la persona afectada. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Terapia individual: La terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), puede ayudar a la persona a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamientos disfuncionales relacionados con la dependencia emocional.
  • Terapia de pareja o familiar: Si la dependencia emocional está afectando una relación, la terapia de pareja o familiar puede ser útil para mejorar la comunicación y establecer límites saludables.
  • Desarrollo de habilidades emocionales y sociales: Aprender a manejar las emociones y a relacionarse de manera más saludable con los demás es fundamental para superar la dependencia emocional.
  • Fomentar la autoestima: Trabajar en el fortalecimiento de la autoestima y el amor propio puede ayudar a la persona a depender menos de la validación externa.
  • Grupos de apoyo: Participar en grupos de apoyo donde se comparten experiencias similares puede proporcionar un ambiente de comprensión y apoyo.
  • Ejercicio y autocuidado: Fomentar un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio físico y prácticas de autocuidado, puede contribuir al bienestar emocional.

Recuerda que cada persona es única, por lo que el tratamiento debe adaptarse a las necesidades individuales. Si sientes que la dependencia emocional está afectando significativamente tu bienestar y calidad de vida, te recomiendo buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado en dependencia emocional para recibir el apoyo adecuado.

 

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Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

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vacio emocional
Vacío emocional: Cuando sentimos que nos falta algo 800 800 Sandra Ribeiro

Vacío emocional: Cuando sentimos que nos falta algo

 

El vacío emocional es un término que se utiliza para describir una sensación de vacío interior y una falta de sentido o propósito en la vida. 

Muchas personas pueden experimentar un vacío emocional incluso cuando parecen tener todas las condiciones externas que se consideran deseables, como una familia que los quiere, una pareja estable y un trabajo satisfactorio. Este fenómeno puede ser desconcertante y difícil de comprender, pero es esencial recordar que el bienestar emocional no siempre está directamente relacionado con las circunstancias externas.

En algún momento de nuestras vidas, hemos escuchado a un amigo o familiar decir “me siento vacío”, o incluso nosotros mismos lo hemos expresado. Es común que en algún momento de la vida nos sintamos de esta manera y, por lo general, nos recuperamos sin mayores consecuencias. Para la mayoría, el vacío emocional es un problema transitorio, cuando nos sentimos un poco apáticos o desmotivados, pero tiende a desaparecer con el tiempo a medida que nos involucramos en nuestras actividades diarias. Por lo general, es una etapa dentro del proceso de adaptación a una nueva situación. 

Vacío emocional: en qué consiste el sentimiento de vacío

El vacío emocional es una experiencia emocional compleja y desafiante en la que una persona puede sentirse desconectada de sí misma y de sus emociones. Se caracteriza por una sensación de apatía, falta de motivación e interés en las cosas que antes eran significativas o placenteras. También puede ir acompañado de una sensación de conflicto interno y confusión emocional, donde los pensamientos y sentimientos pueden sentirse confusos o desordenados.

El vacío emocional puede manifestarse como una especie de «entumecimiento emocional», donde los sentimientos parecen estar apagados o inaccesibles. Esto puede ser muy angustiante, ya que puede generar una sensación de no estar «viviendo plenamente» o de estar desconectado de la vida misma.

Vacío emocional: posibles causas

El vacío emocional puede manifestarse de diferentes formas y puede estar asociado a diversos factores. Algunas posibles causas del sentimiento de vacío incluyen:

  • Trauma emocional: Experiencias traumáticas pasadas pueden llevar a una desconexión emocional como un mecanismo de defensa para evitar el dolor.
  • Depresión: La depresión puede afectar profundamente las emociones y llevar a una sensación de apatía y falta de interés en las cosas que antes generaban alegría. Si quieres leer más.
  • Estrés crónico: La exposición prolongada a situaciones estresantes puede agotar emocionalmente a una persona y conducir al vacío emocional.
  • Problemas de apego: Un apego inseguro en la infancia o relaciones interpersonales disfuncionales pueden dificultar el desarrollo emocional adecuado.
  • Pérdida significativa: La pérdida de un ser querido o de una relación importante puede desencadenar una sensación de vacío emocional.
  • Trastornos psicológicos: el vacío emocional también puede estar relacionado con algunos trastornos psicológicos como el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), la depresión, entre otros. Así también, el vacío emocional puede ser el desencadenante de otras afecciones como, por ejemplo, las adicciones y  los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). 
  • Problemas de autoestima: Las personas con baja autoestima pueden tener dificultades para conectarse con sus emociones y sentirse merecedoras de experimentar emociones positivas o placenteras. La falta de autoestima puede llevar a una sensación de vacío interior y dificultar el disfrute de las experiencias emocionales.
  • Evitación emocional: A veces, las personas pueden evitar conscientemente o inconscientemente enfrentar emociones difíciles o dolorosas, lo que puede llevar a una sensación de vacío emocional. Al evitar ciertas emociones, también pueden perder el contacto con otras emociones más agradables y enriquecedoras.

El vacío emocional puede ser un síntoma de algunos trastornos psicológicos o desencadenar otros, como lo hemos comentado, y no debe ser ignorado. Si alguien se siente atrapado en un estado de vacío emocional y está afectando su bienestar y calidad de vida, es fundamental buscar apoyo profesional. Un diagnóstico adecuado y la intervención terapéutica pueden ser fundamentales para abordar las causas subyacentes y trabajar hacia una mayor estabilidad emocional y bienestar.

El papel de la terapia en el vacío emocional

La terapia psicológica con pacientes que experimentan vacío emocional se centra en abordar las causas subyacentes de esta experiencia y ayudar al individuo a reconectar con sus emociones y encontrar un mayor sentido de bienestar emocional. 

En general, el objetivo de la terapia con estos pacientes es ayudarles a desarrollar una mayor conciencia emocional, aprender a reconocer y expresar sus sentimientos, y trabajar en la identificación y manejo de las causas subyacentes del vacío emocional. A través de un proceso terapéutico adecuado, los pacientes pueden encontrar una mayor conexión emocional consigo mismos y con los demás, y experimentar una vida más significativa y satisfactoria.

Es importante señalar que el vacío emocional es una experiencia subjetiva, y las personas pueden describirlo de manera diferente según su situación y personalidad. Si sientes que estás experimentando un vacío emocional que está afectando tu vida diaria, es recomendable buscar apoyo profesional. Un/a psicólogo/a puede ayudarte a comprender mejor tus emociones, identificar las causas subyacentes y desarrollar estrategias para superar este sentimiento de vacío y recuperar una mayor conexión contigo mismo/a y con tus sentimientos. La terapia psicológica puede ser un camino valioso para abordar estas cuestiones y encontrar un mayor equilibrio emocional y bienestar en tu vida.

 

 

 

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Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en hombres: Desafíos y desmitificación 800 800 Sandra Ribeiro

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en hombres: Desafíos y desmitificación

Históricamente, los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) han sido más estudiados y diagnosticados en mujeres que en hombres, lo que ha llevado a la percepción de que son principalmente un problema femenino. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un mayor reconocimiento de que los hombres, especialmente los más jóvenes, también pueden verse afectados por los TCA, aunque a menudo pueden pasar desapercibidos debido a estigmas de género y a la falta de conciencia en la sociedad. Debido a estos estigmas, los hombres con TCA pueden enfrentar desafíos únicos para buscar ayuda y apoyo. En este artículo, exploraremos los desafíos que enfrentan los hombres con TCA y desmitificaremos los conceptos erróneos en torno a este tema.

 

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): hombres vs. mujeres

Es cierto que los TCA afectan predominantemente a las mujeres, representando alrededor del 90% de los casos. Sin embargo, los hombres, con aproximadamente el 10% de los casos, no nos pueden dejar indiferentes. 

El TCA que se encuentra con más frecuencia es el Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificado (TCANE), junto con el Trastorno por Atracón (TA), siendo este último ligeramente más prevalente en mujeres (3.5%) que en hombres (2%). El TCANE es aquel que no cumple todos los criterios necesarios para poder ser diagnosticado como una Anorexia Nerviosa (AN), una Bulimia Nerviosa (BN) o un Trastorno por Atracón (TA). La Bulimia Nerviosa ocupa el segundo lugar y es más frecuente en hombres que la Anorexia Nerviosa. A pesar de estas diferencias, la incidencia de TCA siempre es mayor en mujeres que en hombres.

 

Factores de riesgo

  1. La presión de los estándares de belleza y la masculinidad: En la sociedad actual, los hombres también enfrentan una presión significativa para cumplir con los estándares de belleza y masculinidad impuestos. La cultura del «cuerpo ideal» y la creencia de que la fuerza y la musculatura son signos de masculinidad pueden contribuir a la aparición de inseguridades en torno al peso y la apariencia física. Esto puede llevar a comportamientos alimentarios poco saludables en un intento por alcanzar una imagen corporal idealizada.
  2. La influencia de los medios de comunicación y las redes sociales: Los medios de comunicación y las redes sociales pueden ejercer una poderosa influencia en la percepción de la imagen corporal y la alimentación. La exposición a imágenes retocadas y cuerpos «perfectos» en revistas, programas de televisión y redes sociales puede fomentar la comparación y la insatisfacción con el propio cuerpo. La búsqueda de aprobación social a través de la conformidad con ciertos estándares estéticos puede llevar a hábitos alimentarios y de ejercicio físico poco saludables.
  3. Factores emocionales y de salud mental: Los problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el estrés, también pueden tener un impacto significativo en los hábitos alimentarios. Los hombres pueden recurrir a la comida como una forma de afrontar emociones difíciles o como una manera de ejercer control sobre sus vidas en momentos de vulnerabilidad emocional. Esto puede desencadenar patrones de alimentación desordenada o compulsiva.

 

Desafíos específicos de los hombres con TCA

Debido a todos los estereotipos de género y los estigmas sociales, los hombres con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) pueden enfrentarse a desafíos distintos de sus contrapartes femeninas. 

  • Estereotipos de género: Los estereotipos de género pueden hacer que muchos hombres no reconozcan o busquen ayuda para sus problemas alimentarios, ya que la sociedad tiende a asociar estos trastornos principalmente con mujeres. Esto puede llevar a que los hombres vivan el trastorno de forma más secreta y se sientan avergonzados o incomprendidos, lo que dificulta aún más su proceso de recuperación.
  • Desmitificando los estigmas: Es fundamental desmitificar los estigmas asociados a los TCA en hombres. Estos trastornos no discriminan por género y pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su sexo. Es importante comprender que los trastornos alimentarios son trastornos de salud mental graves y no una simple cuestión de vanidad o voluntad. Al desterrar los estigmas, creamos un ambiente más propicio para que los hombres busquen ayuda y apoyo.
  • Abordaje comprensivo y empático: Los profesionales de la salud y la sociedad en general deben adoptar un enfoque comprensivo y empático hacia los hombres con Trastornos de la Conducta Alimentaria. Al reconocer que los hombres también pueden enfrentar estos desafíos, podemos brindarles el apoyo y la orientación necesarios para su recuperación. Es crucial que los hombres sean alentados a hablar sobre sus experiencias sin temor a ser juzgados y a recibir el tratamiento adecuado.

 

TCA en hombres: el papel de la terapia

La terapia es una herramienta poderosa para abordar los problemas de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Un/a psicólogo/a especializado/a en TCA puede ayudar a las personas que padecen este tipo de trastornos a explorar y comprender las causas subyacentes de sus problemas alimentarios y a desarrollar estrategias saludables para afrontar sus emociones y pensamientos relacionados con la alimentación y la imagen corporal. 

La terapia ofrece un espacio seguro para que los hombres se expresen y exploren sus inseguridades y desafíos emocionales sin juicios, que reconozcan los estigmas asociados a los TCA en hombres y desarrollen estrategias más funcionales de regulación emocional y en su vida en general. La terapia es una herramienta valiosa en el camino hacia la recuperación y una relación más saludable con la alimentación y el cuerpo.

 

Tratamiento del TCA en los hombres

El tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en hombres sigue principios similares a los utilizados en el tratamiento de mujeres. Sin embargo, debido a las diferencias en la presentación y percepción de los TCA en hombres, puede requerir enfoques adaptados y una mayor sensibilidad hacia las cuestiones de género. Aquí hay algunas consideraciones importantes sobre el tratamiento de los TCA en hombres:

  • Concienciación: Según varios estudios, en general, los hombres tienden a tener una conciencia más baja de estos trastornos que las mujeres, lo cual posiblemente se debe a que, como hemos comentado, los TCA están socialmente asociados con el género femenino. Es importante hacer un buen trabajo de psicoeducación y concienciación de estos trastornos.
  • Evaluación y diagnóstico adecuados: Es fundamental que los profesionales de la salud mental realicen una evaluación exhaustiva para diagnosticar correctamente el TCA y determinar la gravedad y posibles trastornos comórbidos.
  • Abordaje multidisciplinario: El tratamiento de los TCA suele ser más efectivo cuando se utiliza un enfoque multidisciplinario que incluya médicos, psiquiatras, psicólogos y nutricionistas. Cada profesional puede abordar diferentes aspectos del trastorno y proporcionar una atención integral.
  • Terapia individual: La terapia individual puede ayudar a abordar los pensamientos distorsionados sobre la alimentación, el peso y la imagen corporal, y a desarrollar habilidades de afrontamiento más saludables. Si deseas conocer más sobre la terapia individual puedes entrar en nuestra web.
  • Terapia familiar: Involucrar a la familia en el proceso de tratamiento puede ser beneficioso para mejorar la comprensión del trastorno y el apoyo hacia el paciente durante la recuperación. Si deseas conocer más información sobre este tipo de terapia puedes encontrarla aquí.
  • Grupo de apoyo: La participación en grupos de apoyo específicos para hombres con TCA puede ser útil para compartir experiencias y desafíos similares, y para reducir el aislamiento social.
  • Atención médica y nutricional: El equipo de tratamiento debe abordar las necesidades médicas y nutricionales del paciente para asegurarse de que estén en un estado de salud adecuado durante la recuperación.
  • Sensibilidad de género: Los profesionales de la salud mental deben ser conscientes de las diferencias de género y abordar las cuestiones específicas que pueden surgir en el tratamiento de los TCA en hombres.
  • Educación y concienciación: Es importante educar tanto a los pacientes como a sus familias sobre los TCA, desterrar mitos y fomentar una mayor concienciación sobre la prevalencia de estos trastornos en hombres.

 

A pesar de que los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son menos frecuentes en hombres que en mujeres, solemos encontrar casos más graves en los hombres, debido a la detección tardía y a una mayor presencia de trastornos comórbidos, lo que puede tener un impacto negativo en el pronóstico.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en hombres son una realidad importante que deben abordarse con comprensión y empatía. Reconocer y desafiar los estereotipos de género y los estigmas asociados es fundamental para que los hombres puedan buscar ayuda y apoyo.

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

“Gestiona el tiempo libre durante las vacaciones: Cuida tu salud mental sin estresarte”
Cómo gestionar el tiempo libre durante las vacaciones: Cuida tu salud mental sin estresarte 800 800 Sandra Ribeiro

Cómo gestionar el tiempo libre durante las vacaciones: Cuida tu salud mental sin estresarte

Las vacaciones son un momento para relajarse, desconectar y disfrutar del tiempo libre. Sin embargo, para algunas personas, tener tanto tiempo libre puede generar estrés y ansiedad. En este artículo, exploraremos cómo gestionar el tiempo libre durante las vacaciones cuidando así de nuestra salud mental sin estresarte, sin exigirse demasiado y de manera saludable.

Acepta el tiempo libre sin exigirte demasiado

Durante las vacaciones, es común sentir la presión de aprovechar al máximo cada momento. Sin embargo, lo primero que debes recordar que no hay una manera «correcta» de pasar el tiempo libre. Acepta que está bien tomarte un tiempo para descansar y hacer lo que te haga feliz, sin sentirte culpable por no tener un horario abarrotado. Por lo tanto permítete disfrutar de momentos de tranquilidad y autodescubrimiento sin presionarte para hacerlo todo.

Escúchate a ti mismo/a y prioriza tus necesidades 

Durante las vacaciones, tómate el tiempo para escucharte a ti mismo/a y reconocer tus necesidades emocionales y físicas. Pregúntate, por ejemplo: 

  • ¿Qué actividades te hacen sentir relajado/a y feliz?
  • ¿Necesitas tiempo a solas para recargar energías o prefieres estar rodeado/a de amigos y familiares?

Primero, prioriza tus necesidades y planifica tu tiempo libre en función de lo que te hace sentir más equilibrado/a y satisfecho/a. Aquí hay tres claves que pueden ayudarte en este proceso:

  1. La práctica del autocuidado: Dedica tiempo a actividades que te relajen y te hagan sentir bien contigo mismo/a. Pueden ser actividades como leer un libro, meditar, practicar yoga, dar un paseo en la naturaleza o disfrutar de un baño relajante. Escucha tu cuerpo y atiende a las señales de cansancio o estrés para tomar las pausas necesarias.
  2. Mantén un diario de emociones: Llevar un diario de emociones puede ayudarte a expresar tus sentimientos y pensamientos de manera honesta. Tómate unos minutos al día para escribir sobre tus experiencias, emociones y reflexiones. Esto te permitirá conectar con tus emociones y ayudarte a tomar decisiones más alineadas con tus necesidades.
  3. Practica la escucha activa: Aprende a escuchar activamente tus pensamientos y emociones sin juzgarlos. Permítete sentir y aceptar tus emociones, incluso si son incómodas. La escucha activa te ayuda a identificar tus necesidades más profundas y te guía hacia la toma de decisiones que sean beneficiosas para tu bienestar.

Recuerda que escucharte a ti mismo/a es un proceso continuo y requiere práctica. A medida que te permites conectarte con tus necesidades y deseos, estarás mejor preparado/a para cuidar de tu salud mental durante las vacaciones y más allá.

Practica la autorreflexión y la gratitud

 Aprovecha el tiempo libre para practicar la autorreflexión y la gratitud. Toma unos minutos cada día para pensar en lo que te hace sentir agradecido/a y enfocarte en las cosas positivas de tu vida. La gratitud puede mejorar tu bienestar emocional y ayudarte a disfrutar plenamente de tus vacaciones. Aquí hay algunos ejemplos de cómo hacerlo:

  1. Practica la gratitud: Toma unos minutos cada día para escribir tres cosas por las que te sientas agradecido/a. Pueden ser cosas pequeñas o momentos significativos que hayan sucedido durante el día. La práctica diaria de la gratitud te ayudará a enfocarte en lo que tienes en tu vida, no en lo que te falta, y a mejorar tu bienestar emocional.
  2. Haz preguntas introspectivas: Dedica tiempo a pensar en preguntas que te ayuden a explorar tus pensamientos, emociones y valores. Por ejemplo, ¿cuáles son mis metas y sueños para el futuro? ¿Qué actividades me hacen sentir más feliz y realizado/a? ¿Cuáles son mis mayores fortalezas y cómo puedo utilizarlas para enfrentar desafíos?
  3. Evalúa tus experiencias pasadas: Reflexiona sobre tus experiencias pasadas y lo que has aprendido de ellas. Identifica los momentos de crecimiento personal y cómo has superado desafíos. Esto te ayudará a reconocer tus capacidades y habilidades para enfrentar situaciones futuras.
  4. Medita o practica la atención plena: Dedica tiempo a meditar o practicar la atención plena para calmar tu mente y enfocarte en el momento presente. La meditación te ayuda a observar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos, lo que promueve una mayor comprensión de ti mismo/a.
  5. Habla con alguien de confianza: Compartir tus pensamientos y emociones con alguien de confianza puede ser una forma efectiva de obtener perspectivas externas y apoyo emocional. Un amigo cercano, miembro de la familia o psicólogo/a pueden ser buenos interlocutores para las reflexiones sobre tu vida y experiencias.

La autorreflexión te permite conocerte a ti mismo/a más profundamente, comprendiendo tus necesidades y deseos. Cultivar la gratitud te ayuda a apreciar lo que tienes y te brinda una mayor sensación de bienestar emocional. Ambas prácticas te ayudarán a disfrutar de un tiempo libre más significativo y enriquecedor durante las vacaciones.

Establece límites con las expectativas externas

Además es posible que enfrentes expectativas externas de amigos, familiares o incluso de ti mismo/a sobre cómo deberías pasar tu tiempo. Si estas expectativas no se alinean con tus necesidades y deseos, establece límites claros y comunica tus decisiones de manera asertiva. Recuerda que está bien decir «no» a actividades que no te interesen o que te generen estrés.

Encuentra un equilibrio entre actividades y descanso

Asimismo mientras disfrutas del tiempo libre durante las vacaciones, busca un equilibrio entre actividades y momentos de descanso. Participar en actividades que te interesen y te diviertan puede ser gratificante, pero también es importante reservar tiempo para el descanso y la relajación. Encuentra el equilibrio que funcione mejor para ti y te permita disfrutar plenamente de tus vacaciones.

 

Con todo esto, comprende que gestionar el tiempo libre durante las vacaciones puede ser una oportunidad para cuidar de nuestra salud mental y disfrutar de momentos de tranquilidad y autodescubrimiento. Acepta el tiempo libre sin exigirte demasiado, escúchate a ti mismo/a y prioriza tus necesidades, practica la autorreflexión y la gratitud, establece límites con las expectativas externas y busca un equilibrio entre actividades y descanso. Al cuidar tu salud mental durante las vacaciones, podrás tener una experiencia más relajante y rejuvenecedora.

Recuerda que cada persona tiene sus propias necesidades y deseos durante las vacaciones. No te compares con los demás y haz lo que te haga sentir más feliz y satisfecho/a. Disfruta de este tiempo para cuidar de ti mismo/a y recargar energías para enfrentar el día a día con renovada vitalidad.           

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

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Padres tóxicos: cómo poner límites
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Padres tóxicos: cómo poner límites

La relación con nuestros padres es una parte fundamental de nuestra vida, pero a veces puede volverse tóxica cuando los límites no están claros. Reconocer las señales de una relación poco sana es el primer paso para establecer límites saludables. En este artículo, exploraremos algunas características que pueden indicarnos que estamos teniendo una relación poco sana con nuestros padres, y compartiremos estrategias para establecer límites saludables, manteniendo el amor y el respeto mutuo.

  1. Control excesivo: Si sientes que tus padres intentan controlar cada aspecto de tu vida, desde tus decisiones personales hasta tus relaciones y metas, es posible que estés experimentando una relación poco sana. El control excesivo puede limitar tu autonomía y afectar negativamente tu bienestar emocional.
  2. Manipulación emocional: Los padres tóxicos a menudo recurren a la manipulación emocional para obtener lo que quieren. Esto puede incluir chantaje emocional, culparte por sus propias emociones o utilizar la culpa como una herramienta para controlarte. La manipulación emocional puede erosionar tu autoestima y confianza.
  3. Falta de respeto a tus límites: Si tus padres constantemente ignoran o no respetan tus límites personales, es un signo de una relación poco saludable. Todos tenemos derecho a establecer límites y expectativas claras sobre cómo queremos ser tratados, y es importante que nuestros padres los respeten.
  4. Crítica constante: Si sientes que nunca puedes satisfacer las expectativas de tus padres y que constantemente te critican o te menosprecian, es probable que estés en una relación poco sana. La crítica constante puede dañar tu autoestima y autoconfianza, afectando negativamente tu bienestar emocional.

Estas son solo algunas características que pueden indicar una relación poco sana con tus padres. Reconocerlas es un paso importante para tomar medidas y establecer límites saludables.

Ejemplos de chantaje emocional o amenazas que utilizan los padres tóxicos para conseguir lo que quieren de sus hijos:

  1. Presionar para elegir una carrera o profesión: Los padres tóxicos podrían amenazar con dejar de apoyar financieramente a su hijo/a si no sigue la carrera o profesión que ellos han elegido para él, ignorando los intereses y pasiones del hijo/a.
  2. Controlar las relaciones personales: Los padres tóxicos podrían chantajear emocionalmente a su hijo/a adolescente diciendo que si no corta la relación con ciertos amigos o pareja, dejarán de hablarle o le quitarán privilegios.
  3. Manipular decisiones importantes: Los padres tóxicos podrían chantajear emocionalmente a su hijo/a diciendo que si decide mudarse para estudiar o trabajar en otro lugar, será vista como un traidor/a y perderá el amor y el apoyo familiar.
  4. Cumplir con expectativas no deseadas: Los padres tóxicos podrían amenazar con retirar el afecto y el apoyo emocional si el hijo/a no sigue la tradición familiar, como ocuparse de un negocio familiar, aunque el hijo/a tenga otros intereses y aspiraciones.
  1. Controlar la vida amorosa: Los padres tóxicos podrían amenazar con cortar todo contacto si su hijo/a decide casarse con alguien que ellos no aprueban, incluso si la pareja es buena para el hijo.
  2. Sobrecargar de culpa: Los padres tóxicos podrían utilizar la culpa para manipular a su hijo, haciéndole creer que es responsable de todos los problemas familiares o personales si no accede a sus deseos.
  3. Comparaciones con otros: Los padres tóxicos podrían comparar constantemente a su hijo/a con otros niños o hermanos, desvalorizando sus logros y destacando las «superioridades» de los demás para motivar al hijo/a a hacer lo que ellos desean.

Recuerda que estas son solo situaciones hipotéticas para ilustrar cómo podría manifestarse el chantaje emocional o la amenaza de retirar el amor o el apoyo en un contexto tóxico. Si experimentas algo similar en tu vida, es esencial buscar apoyo y ayuda para afrontar esta situación y cuidar de tu bienestar emocional y mental.

 

Reconoce tus derechos y necesidades y traza tus propios límites

Es fundamental reconocer tus derechos y necesidades como individuo y trazar tus propios límites personales. Esto implica reflexionar sobre qué te hace sentir cómodo/a y qué comportamientos o situaciones te resultan perjudiciales. Presta atención a tus emociones. Identifica tus valores, creencias y prioridades para establecer límites saludables. A medida que reconoces y trazas tus propios límites, te sientes más preparado/a para comunicarlos de manera efectiva a tus padres y proteger tu bienestar emocional.

Recuerda que establecer límites no significa ser egoísta o irrespetuoso/a hacia tus padres. Se trata de cuidar de ti mismo/a y establecer un equilibrio saludable en la relación. Al reconocer y trazar tus propios límites, te sentirás más fortalecido/a para establecer una base sólida en la comunicación y el respeto mutuo.

 

Cultiva la comunicación abierta y asertiva

La comunicación abierta y asertiva es clave para establecer límites saludables. Expresa tus sentimientos y preocupaciones de manera clara, pero respetuosa. Evita caer en la confrontación o el conflicto y, en su lugar, enfócate en expresar tus necesidades de forma tranquila y empática. Escucha activamente a tus padres, pero también asegúrate de que te escuchen a ti.

 

Establece límites claros y firmes

Una vez que hayas identificado tus límites y hayas comunicado tus necesidades, es importante establecer límites claros y firmes. Sé consistente en la aplicación de tus límites y mantén una postura firme comunicando tus necesidades. No cedas ante la manipulación emocional o la culpa. Recuerda que establecer límites no significa que dejes de amar a tus padres, sino que te estás cuidando a ti mismo/a.

 

Busca apoyo emocional

Lidiar con padres tóxicos puede ser emocionalmente agotador. Busca apoyo emocional en amigos de confianza, otros miembros de la familia o un profesional de la psicología. El apoyo de personas que entienden tu situación puede ayudarte a mantener la fortaleza emocional y ofrecerte perspectivas adicionales.

 

Practica el autocuidado 

El autocuidado es esencial cuando estableces límites con padres tóxicos. Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien, como hacer ejercicio, meditar, leer, pasar tiempo con amigos o disfrutar de tus pasatiempos favoritos. Cuidar de ti mismo/a te permitirá mantener una salud emocional sólida y te dará la energía necesaria para enfrentar los desafíos.

Recuerda que cada situación es única y puede requerir diferentes enfoques. Si sientes que necesitas apoyo adicional en el proceso de establecer límites con tus padres, considera buscar la ayuda de un profesional de la psicología, quien podrá brindarte las herramientas y el apoyo necesarios.

En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro, contamos con profesionales especializados en terapia individual y familiar que te podrían ayudar, así como en apoyo emocional. No dudes en contactarnos para obtener más información sobre cómo podemos ayudarte en este proceso.

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TCA, vacaciones
Disfruta de tus vacaciones: Cómo enfrentar los desafíos del TCA 800 800 Sandra Ribeiro

Disfruta de tus vacaciones: Cómo enfrentar los desafíos del TCA

Durante las vacaciones, muchas personas disfrutan de un merecido descanso y la oportunidad de desconectar de la rutina diaria. Sin embargo, para aquellos que padecen un trastorno de la conducta alimentaria, TCA (anorexia, bulimia, atracones…), este periodo puede presentar desafíos adicionales para su bienestar físico y emocional. 

Si padeces un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), queremos hablarte de la importancia de cuidar tu bienestar durante las vacaciones y compartir contigo estrategias para mantener una relación saludable con tu cuerpo y tu alimentación en esta temporada.

El cambio en la rutina durante las vacaciones puede generar situaciones desafiantes y aumentar el estrés, lo cual puede afectar negativamente a las personas con TCA. A continuación, se presentan algunos posibles efectos:

  1. Alimentos “prohibidos”: Durante las vacaciones, es común que se disponga de más comida y se realicen comidas en grupo, lo cual puede resultar un desencadenante para las personas con TCA. Los alimentos considerados “prohibidos” por las personas con TCA como, por ejemplo, helados, chocolate, bollos, etc., pueden generar mucha ansiedad, culpa o preocupación por la ganancia de peso. 
  2. Falta de control: Las vacaciones a menudo implican un menor control sobre la alimentación y la rutina diaria. Esto puede generar sentimientos de pérdida de control y aumentar la ansiedad en las personas con TCA.
  3. Cambios en la imagen corporal: Las vacaciones pueden incluir actividades como usar traje de baño, ir a la playa o la piscina, lo cual puede aumentar la preocupación por la imagen corporal en las personas con TCA. Esto puede generar un malestar significativo y dificultar la relajación y la participación plena y disfrute en las actividades.
  4. Estrés y emociones: Aunque las vacaciones se asocian con momentos de descanso y diversión, también pueden ser estresantes debido a la planificación, la organización y las expectativas sociales. El estrés adicional puede desencadenar comportamientos relacionados con el TCA, como la restricción alimentaria, los atracones o las conductas compensatorias.
  5. Busca apoyo: Mantiene una comunicación abierta con tus amigos y familiares de confianza sobre tus necesidades y preocupaciones relacionadas con el TCA.

El impacto del cambio de rutina 

Durante las vacaciones, es común perder la rutina habitual. Esto puede tener un efecto importante en la salud de las personas con TCA, ya que la falta de estructura puede generar ansiedad y desencadenar comportamientos alimentarios no saludables. Algunos puntos que os puede ayudar a estar preparados/as para enfrentar estos desafíos son:

  • Mantén una rutina flexible: Si bien la rutina puede ser diferente durante las vacaciones, trata de mantener cierta estructura en tu día a día. Establece horarios regulares para las comidas y el descanso, adaptándolos a tus necesidades y circunstancias.
  • Planifica con anticipación: Anticiparse a las situaciones desencadenantes puede ayudarte a manejar mejor los desafíos durante las vacaciones. Si sabes que estarás expuesto/a a ciertos alimentos o situaciones que te resultan difíciles, planifica cómo afrontarlos de manera saludable y busca el apoyo necesario.

El desafío de la exposición al cuerpo

Durante las vacaciones, es común participar en actividades que implican mostrar más el cuerpo, como ir a la playa o la piscina. Para las personas con TCA, esto puede generar ansiedad y una mayor preocupación por la apariencia física. Es fundamental recordar que la belleza va más allá de la apariencia exterior y centrarse en el cuidado integral de uno mismo.

  • Practica la aceptación corporal: Cultiva una actitud de aceptación hacia tu cuerpo tal como es en este momento. Recuerda que tu valor como persona no se basa en la apariencia física. Enfócate en desarrollar una relación saludable y compasiva contigo mismo/a, reconociendo tus fortalezas y cualidades más allá de la apariencia física.
  • Busca actividades que te hagan sentir bien: Durante las vacaciones, busca actividades que te brinden alegría y satisfacción sin centrarse exclusivamente en la apariencia. Puedes disfrutar de paseos al aire libre, practicar deportes que te gusten o participar en actividades creativas. El objetivo es enfocarse en el bienestar general y en disfrutar del momento presente.

La importancia del autocuidado

Durante las vacaciones, es crucial priorizar el autocuidado y adoptar prácticas saludables para mantener tu bienestar físico y emocional. Esto incluye cuidar tu alimentación, descansar adecuadamente y encontrar formas de relajarte y manejar el estrés.

  • Alimentación consciente: En lugar de obsesionarte con la cantidad de comida o las calorías, concéntrate en escuchar las señales de tu cuerpo y comer de manera equilibrada y nutritiva. Permítete disfrutar de los alimentos sin culpa y sin restricciones extremas.
  • Descanso y sueño adecuados: Durante las vacaciones, es común alterar los horarios de sueño. Sin embargo, es importante asegurarte de descansar lo suficiente para mantener tu energía y bienestar. Establece una rutina de sueño regular y crea un ambiente propicio para el descanso.
  • Técnicas de relajación: Dedica tiempo a practicar técnicas de relajación, como el mindfulness, la meditación, el yoga o la respiración controlada. Estas prácticas te ayudarán a reducir el estrés y a mantener un equilibrio emocional durante las vacaciones.

Durante las vacaciones, cuidar tu bienestar cuando padeces un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es fundamental. El cambio de rutina, la exposición al cuerpo y las presiones sociales pueden generar desafíos, pero con estrategias adecuadas puedes disfrutar de esta temporada sin comprometer tu salud física y emocional. Recuerda que en el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con profesionales capacitados en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). No dudes en buscar el apoyo necesario para afrontar los desafíos que puedan surgir durante las vacaciones y mantener una relación saludable con tu cuerpo y tu alimentación.

Recuerda que cada persona es única y puede tener diferentes necesidades durante las vacaciones. Lo más importante es priorizar la salud física y emocional, y buscar el apoyo necesario para mantener una relación saludable con la alimentación y el cuerpo.

 

Estamos aquí para ayudarte.

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Este artículo ha sido editado por Cristina Rejas

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