[Trastornos de conducta]
Los trastornos de conducta (TC) o trastornos del comportamiento perturbador son alteraciones del comportamiento que llevan a niños y adolescentes a presentar un conjunto de conductas perturbadoras que no son comunes en gravedad, intensidad y duración para su edad.
Según la última versión del manual que utilizamos los psicólogos para diagnosticar los trastornos mentales, el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DMS-5, los trastornos de conducta presentan “un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales propias de la edad”, provocando un desajuste y malestar significativo en varios ámbitos de la vida diaria del niño (familiar, social, académico).
Los síntomas de los trastornos de conducta pueden manifestarse dentro de las siguientes categorías:
- Agresión a personas y animales: inicia peleas, acosa, amenaza o intimida a otras personas, crueldad física a personas o animales, violación sexual.
- Destrucción de la propiedad: prender fuego o destruir de forma intencionada con el objetivo de provocar daños graves.
- Engaño o robo: mentir para obtener objetos o favores de alguien, robar objetos de valor sin violencia, invadir la propiedad de otros.
- Incumplimiento grave de la norma: pasar noche fuera de casa sin permiso, salir por la noche, enfrentándose a la prohibición de sus padres (empieza antes de los 13 años), ausencias escolares.
Los niños con trastornos de conducta son señalados y etiquetados como niños problemáticos, lo que suele resultar en otros problemas, dificultando así el desarrollo y la adaptación social de los mismos.
La mayor parte de los problemas cotidianos que presentan las personas con trastornos de conducta se presentan desde la infancia, habiendo, muchas veces, un progreso gradual en la gravedad de dichos comportamientos.
Es importante tener en cuenta que, en algún momento de su vida, los niños suelen presentar comportamientos desadaptados. Sin embargo, para realizar un diagnóstico de trastorno de conducta se valorará la transitoriedad de las conductas antisociales, su frecuencia, gravedad e intensidad. Para este diagnóstico se tienen en cuenta diversos factores tales como la edad, el nivel de desarrollo cognitivo, el ambiente familiar y los aspectos socioculturales.
Existen cuatro tipos de trastornos de conducta, que, de menor a mayor gravedad, pueden ordenarse así: problemas paterno-filiales, comportamiento antisocial en la niñez o adolescencia, trastorno negativista desafiante y trastorno disocial.
Para saber más sobre el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5): www.dsm5.org
