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junio 2022

Cuándo terminar una relación de pareja 849 848 Sandra Ribeiro

Cuándo terminar una relación de pareja

¿Cuándo terminar una relación de pareja?

Si crees que ya no quieres a tu pareja y no sabes por qué sigues manteniendo vuestra relación. Si no sabes si estás con tu pareja por pena, por dependencia, por vuestros hijos/as, por lo qué van a decir, por costumbre… Este artículo es para ti.

Si te estás preguntando si debes terminar o aguantar tu relación de pareja, la respuesta es sencilla, debes terminar. Cuando estamos en una relación de pareja “aguantando”, la probabilidad de que ésta no sea una relación saludable es alta.

La verdad es que las películas han hecho mucho daño a las relaciones de pareja. Nos han vendido y hemos internalizado creencias basadas en el amor romántico y que son muy perjudiciales. Nos enseñaron que somos medias naranjas en busca de nuestra otra mitad, que somos ángeles de una sola ala y necesitamos el otro ángel para volar, que solo seremos felices si encontramos nuestra alma gemela y etc., etc., etc.

Cuando basamos nuestros relacionamientos en las carencias, es decir, soy mitad y busco alguien que me complete, estamos buscando una relación por necesidad. Y, por necesidad, aceptamos y nos conformamos con cualquier tipo de relación. Cuando una relación de pareja está basada en las creencias del amor romántico, solemos aceptar e, incluso, interpretar como amor, la posesividad, los celos, el sacrificio, el “para siempre”, aunque ya no estemos felices.

Confundimos muchas veces el deseo de tener un amor en nuestra vida y la necesidad de que tiene que ser con esa persona, aunque hay muchos motivos para no estar juntos. Estos motivos generan incomodidad, inseguridad, falta de paciencia, entre otros.

¿Cuándo terminar una relación de pareja? Algunas señales de que no está funcionando

  1. Ya no te sientes amado/a: en una relación de pareja el amor debe ser recíproco en sentimiento y actitudes. Si sientes que tu pareja ya no te quiere, es hora de hablar sobre ello. Muchas veces, estamos confundidos/as porque nuestra pareja nos dice que nos quiere, pero está siempre ausente, no nos escucha, si hay un conflicto, pasa días sin dirigirnos la palabra, etc. Aquí debería haber una señal de alerta con luces de neón parpadeando. Si lo que dice y lo que hace es tan contradictorio, lo mejor que tienes que hacer es tapar los oídos y mirar las actitudes de tu pareja.
  2. Ya no existe respeto entre vosotros/as: uno de los pilares básicos de una relación saludable es el respeto, y aquí me refiero a cualquier tipo de relación. Además de los gritos e insultos, también son falta de respeto que tu pareja no te acepte como eres, no acepte tus ideas, no acepte tus decisiones, entre muchas otras cosas.
  3. No te sientes libre: la libertad es otro de los pilares de una relación de pareja saludable. Tener una relación es una elección, no estamos obligados/as a hacerlo ni vamos a ser infelices si no la tenemos. Sin embargo, esa elección debe ser realizada desde la madurez e independencia emocional. Si te sientes preso/a y/o coaccionado/a, esto no es amor.
  4. Hay infidelidad en vuestra relación: llegados a este punto, es importante decir que no siempre una relación está rota después de una infidelidad. Existen casos que el arrepentimiento verdadero con su consecuente cambio, pueden llevar a la reconstrucción de una relación saludable. En este caso, hay mucho que hacer para conseguir esta reconstrucción. Aunque también es muy importante resaltar que en los relacionamientos en que estar con otras personas no es una práctica acordada previamente, la infidelidad conlleva traición y falta de respeto, y recuperarse de ello puede producir mucho dolor.
  5. Necesitas que tu pareja haga cambios: cabe destacar que nadie cambia si no quiere. Insistir con tu pareja no le hará cambiar. Por tanto, si no puedes aceptar tu pareja como es ahora y necesitas que él cambie para sentirte bien, quizás no es la persona que buscas. Intentar que el otro haga cambios, especialmente en su estructura de personalidad, a la larga es desesperante y frustrante tanto para tu pareja como para ti.
  6. No te sientes en paz o tranquilo/a: aquí encontramos otro pilar básico de una relación de pareja y podría destacarlo como el punto principal. Cuando una relación es saludable, te sientes cómodo/a y tranquilo/a. Si no te sientes en paz, seguro/a, realmente a gusto en tu relación de pareja, tu relacionamiento no va bien.
  7. Tenéis valores muy diferentes: para que una relación de pareja funcione es importante tener una visión de la vida mínimamente compatible. Por ejemplo, si para ti la familia es lo más importante y para tu pareja lo más importante es el trabajo, seguramente vais a tener momentos especialmente complicados.
  8. La comunicación entre vosotros/as es inadecuada o ausente: si no hay una buena comunicación entre vosotros/as o simplemente la comunicación es inexistente, el vínculo se deteriorará muy rápido y generará conflictos inasumibles.
  9. Existen comportamientos abusivos: se considera que hay abuso cuando existe violencia. Sin embargo, muchos creemos que, si no hay una conducta de violencia física, no hay violencia. La violencia también puede ser psicológica, emocional, sexual, económica, social, entre otras.
  10. No sois compatibles sexualmente: en este punto, es importante decir que no hablamos de tener muchas o pocas relaciones sexuales, sino de tener un estilo parecido sobre las relaciones sexuales. Lo que es consensuado entre vosotros/as, es lo que será más adecuado y saludable para la pareja.

Construyendo una relación de pareja saludable

Si te has identificado con varios de los puntos anteriores, quizás tengas que hablar con tu pareja y replantear vuestra relación.

  • Es importante no tomar ninguna decisión impulsiva. Es recomendable pensar con claridad y sopesar la decisión.
  • No adíes esa conversación. Tu pareja no es adivina y, quizás, seguirá pensando que todo está bien.
  • No te sientas culpable. Tu pareja será capaz de gestionar lo que le tienes que decir de manera asertiva. Recuerda los motivos que te llevaron a esa decisión. Tú, tu pareja y tus hijos necesitan estar en paz para ser felices.

Si tienes dudas sobre tu relación o si has decidido terminarla y no te ves capaz de hacerlo solo/a, te podemos ayudar. Estamos especializados, entre otras problemáticas, en todo lo relacionado a las relaciones de pareja.

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

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Dejar de fumar: efectos psicológicos y tratamiento 849 849 Sandra Ribeiro

Dejar de fumar: efectos psicológicos y tratamiento

Dejar de fumar

Dejar de fumar puede ser un proceso difícil y requiere tiempo y esfuerzo. Pero… ¡no te desanimes! Desde el Centro de Psicología Sandra Ribeiro te podemos ayudar.

El tabaquismo

El tabaquismo es un grave problema de salud pública, que afecta a toda la población, llegando a producir en nuestro país miles de muertes directamente relacionadas con el tabaco.

Incluso con las diversas campañas de salud sobre los efectos nocivos del tabaquismo, es difícil superar la adicción. Las imágenes utilizadas en las cajetillas de tabaco sobre el cáncer o el aborto, por ejemplo, no son suficientes para lidiar con el problema. Es necesario identificar las raíces que hacen que una persona empiece a fumar y que, una vez empezado, este hábito se transforme en una adicción.

Existen varios contextos que pueden llevar al individuo a comenzar a fumar como la aceptación social, el modelo familiar, la influencia cultural, entre otros.

Causas emocionales

Muchas personas usan los cigarrillos para lidiar con las emociones y sentimientos. Hay personas que cuando se sienten triste, ansiosos, con dificultad para enfrentar los problemas, recurren al tabaco para aliviar estas sensaciones. Otras personas que sufren con insomnio o estrés también suelen recurrir a ello. Sin embargo, cualquier ambiente como, por ejemplo, el laboral o el hogar nos puede generar conflictos y con ello el estrés, y eso nos lleva a aliviar la tensión de una forma muy poco saludable como es el uso del tabaco.

Por otro lado, existe también la sensación de bienestar que las personas que fuman suelen verbalizar como, por ejemplo, en los momentos después del sexo o el estar con amigos, siendo momentos propicios para los fumadores. Es decir, las personas fuman cuando están nerviosas o estresadas, fuman cuando están felices y relajadas. Por lo tanto, fumar no depende sólo de situaciones negativas, sino de los más variados estados emocionales.

Fumar se puede convertir en un reforzamiento negativo, cuando se utiliza para mitigar las sensaciones desagradables que produce la abstinencia a nicotina, o como reforzador positivo, como componente de ocio o para experimentar el placer que produce.

Ambas formas de fumar se pueden llevar a cabo indistintamente, en diferentes eventos, situaciones, relacionando con cada emoción, desde las más intensas hasta las que pasan inadvertidas, ahí está siempre el compañero inseparable, el bastón necesario para abordar y manejar cualquier tipo de evento, ya sea cotidiano o extraordinario.

Pero no son sólo con los estados emocionales que pueden llevar a las personas a fumar. La adicción al cigarrillo puede esconder problemas más graves. Por tanto, identificar el desencadenante, es decir, qué situaciones provocan el empiece y el mantenimiento de esa adicción, es un paso importante para dejar de fumar.

Entendiendo los efectos del tabaco a nivel cerebral

El tabaco, porque contiene nicotina, es un producto muy adictivo. Además de tabaco, los cigarrillos convencionales contienen más de 4000 sustancias nocivas para la salud, entre ellas podemos encontrar arsénico, amoniaco, plomo, benceno, amonio, propano…, un dato curioso, un fumador de 20 cigarrillos diarios durante un año, fuma el equivalente de un paquete de folios de 100 hojas.

La nicotina favorece la liberación de neurotransmisores a nivel cerebral, como la dopamina y la noradrenalina, que son los responsables de las sensaciones de placer y satisfacción. La nicotina es una sustancia que activa el sistema nervioso central, actúa como excitante, produciendo un estado de alerta.

Actualmente existen varias formas de consumir nicotina, un ejemplo de ello son los cigarrillos electrónicos, aunque hay opiniones que intentan tratar como un consumo “mejor, menos prejudicial o incluso como reducción de riesgos”, lo cierto es que es otra forma de consumir nicotina, igualmente adictiva, responsable del mantenimiento del consumo. El consumo de nicotina se suele dar mediante tabaco, bien sea por cigarrillos convencionales, tabaco de liar, tabaco de pipa, tabaco mascado, y por supuesto los cigarrillos electrónicos mediante vapeo.

Recordemos que la adicción se produce por la acción de la nicotina a nivel cerebral, llegando en tan solo 7 segundos, produciendo liberación de neurotransmisores responsables de activar el sistema de recompensa.

Por otra parte, la vía de administración es importante, en el caso de consumo de cigarrillos, el corto espacio de tiempo que transcurre entre la pipada y su efecto es una variable para tener en cuenta a la hora de abordar el problema del tabaquismo, elaborar un de un plan a acción que contemple y sea acorde con las particularidades y necesidades individuales. Ofrecer al fumador estrategias adecuadas para reducir el impacto que produce la abstinencia de nicotina.

¿Cómo superar la dependencia psicológica del tabaco?

Abordar y superar la adicción a la nicotina no es un tema baladí. Como ya hemos comentado, es una de las drogas con más capacidad de crear dependencia que existen, además de ser un producto legal, barato, fácil de adquirir, consumir en cualquier momento, y ante cualquier situación. Aunque actualmente no tiene muy buena prensa el tabaco, es cierto que aún estamos muy lejos de acabar con el consumo de cigarrillos en zonas comunes. Nos sigue pareciendo muy motivadoras las consecuencias que produce a corto plazo, sensaciones placenteras, alivio de la ansiedad, es un excitante, por lo que estamos más activos y en alerta, facilita la concentración, entre otros efectos que percibimos como positivos, todo esto a corto plazo.

A largo plazo, comienzan a surgir las consecuencias más negativas y los problemas de salud que conlleva el tabaquismo, ya no solo el cáncer, sino patologías asociadas a la nicotina, alquitrán, el monóxido de carbono, y cientos de sustancias.

Al sentir que los efectos del tabaco, la nicotina y sus miles de sustancias son irreversibles, sentimos la necesidad de parar y dar un respiro. Llegado ese momento, empezamos a comprobar las sensaciones agradables que se sienten al dejar de consumir tabaco como, por ejemplo, aquellos olores que ya no recordábamos, o los sabores que, sin darnos cuenta, perdimos en algún momento de nuestra vida la capacidad de saborear.

Dejar de fumar

A la hora de llevar a cabo la intervención en deshabituación tabáquica, el mayor desafío para dejar de fumar es lidiar con las situaciones cotidianas que provocan este impulso. Uno de los problemas más importantes a que nos enfrentamos es la asociación tan fuerte a cada una de las actividades llevadas a cabo a lo largo de años, a todas y cada una de las conductas repetidas diariamente y que están presente el tabaco.

No basta con que el fumador simplemente haga uso de métodos antitabaco, va a depender si el fumador quiere realmente dejar el hábito. El primer paso y el más importante para dejar de fumar es el deseo, la voluntad de dejarlo. Cuanto más fuerte y consciente sea este deseo, más efectivos serán los resultados. A partir de ahí, cada persona debe buscar su mejor camino, contando con la ayuda de un profesional, ya que, si una persona es adicta a una droga como la nicotina, no puede negociar el control.

Cómo ayudar a un fumador a dejar de fumar: el tratamiento

Dejar de fumar es un proceso y, como cualquier proceso, transitar por distintas fases puede convertirse en una experiencia poco deseable. Si bien es cierto que esas fases son necesarias para manejar la adicción al tabaco. Por otra parte, las diferencias individuales hacen que cada fumador pueda necesitar determinadas actuaciones concretas. Realizar, por ejemplo, una entrevista motivacional, así como una valoración e historia de consumo se hace imprescindible para guiar y acompañar a la persona que ha decidido dejar de fumar en su proceso de deshabituación tabáquica.

Las intervenciones que han demostrado los mejores resultados en tabaquismo son las intervenciones psicológicas de corte cognitivo conductual. Asimismo, existen fármacos que han demostrado ser útiles para el abandono del tabaco. También es verdad que ningún fármaco ha mostrado mayor eficacia que el tratamiento psicológico cognitivo conductual, siendo el tratamiento de primera elección para abordar el tabaquismo.

Tips para dejar de fumar:

  • Saber por qué fumas y cuál es tu motivación para iniciar o mantener este hábito.
  • Busca estrategias para gestionar la ansiedad y el estrés.
  • Evita personas y lugares donde tengan cigarrillos.
  • El alcohol, la cafeína y las bebidas a base de cola despiertan aún más el deseo de fumar.
  • Procura tener una vida más sana: buena alimentación, ejercicio físico, técnicas de respiración y relajación.

Ten siempre en cuenta que hay situaciones en la vida que no conseguimos salir solos. Es importante reconocerlas y buscar la ayuda de un profesional competente.

«La nicotina contenida en el tabaco es sumamente adictiva, y el consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de más de 20 tipos o subtipos diferentes de cáncer y muchas otras enfermedades debilitantes.» (Organización Mundial de la Salud, OMS)

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Este artículo es una colaboración entre:

Olvido del Cerro

Psicóloga General Sanitaria (M-33038)

Experta en deshabituación tabáquica y en adiciones tabaco-cannabis

Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

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Madres narcisistas 808 808 Sandra Ribeiro

Madres narcisistas

Madres narcisistas y su impacto en las relaciones familiares

En el complejo tejido de las relaciones familiares, el rol materno desempeña una función de vital importancia. Sin embargo, cuando una madre enfrenta el desafío de un trastorno narcisista, esta dinámica puede ejercer un impacto profundo sobre sus hijos y las conexiones cercanas. En este artículo, adentraremos en el tema de las madres narcisistas, explorando cómo sus comportamientos pueden generar resonancias emocionales en sus hijos e influir en el entorno familiar en general. Investigaremos las características del narcisismo materno patológico, analizaremos cómo esta faceta se manifiesta en las interacciones cotidianas y proporcionaremos herramientas para identificar sus efectos en las relaciones cercanas. Además, ofreceremos estrategias concretas para abordar esta dinámica disfuncional, construyendo vínculos más saludables y significativos para todas las partes involucradas.

Origen del término «narcisismo»

Antes de adentrarnos en el mundo de las madres narcisistas, es valioso comprender el origen del término ‘narcisismo’. Su origen está en el mito de Narciso, un personaje de la mitología griega, que aparece en las historias transmitidas por Ovidio en su obra «Las Metamorfosis». En esta historia, Narciso era un joven extremadamente guapo y atractivo, y como resultado, desarrolló una vanidad desmesurada, despreciando a todos aquellos que se enamoraban de él. Un día, mientras se encontraba junto a un río, quedó hipnotizado por su propio reflejo en las aguas y se enamoró perdidamente de su propia imagen. Incapaz de alejarse de su propio reflejo, finalmente terminó ahogándose.

Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, popularizó el término al utilizarlo para describir un tipo de personalidad que se centra en el ego y la satisfacción de sus propias necesidades y deseos, en detrimento de las relaciones con los demás. Desde entonces, el término «narcisismo» se ha utilizado para describir una variedad de comportamientos y actitudes relacionadas con un exceso de autoenfoque y autoadmiración.

Según el profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard, Andrew P. Morrison, un nivel razonable de narcisismo en adultos es saludable, ya que equilibra las necesidades individuales con las necesidades de los demás. Sin embargo, el narcisismo puede manifestarse también de manera patológica, asociado a trastornos como el Trastorno de la Personalidad Narcisista, que puede afectar a diversos tipos de relaciones. En el contexto familiar, tanto padres como madres, así como hijos e hijas, pueden exhibir rasgos narcisistas.

 El perfil de la madre narcisista

El término ‘madre narcisista’ señala a aquella figura materna que padece un narcisismo patológico. Este perfil se distingue por una arrogancia innata y una autoimagen excesivamente elevada, demandando admiración incesante y sosteniendo la creencia en su superioridad sobre los demás. Arrastrando una autoestima frágil que anhela validación externa, constantemente busca reafirmarse a sí misma mediante presunciones de sus propios méritos. Como resultado de estas características, las madres narcisistas engendran pautas de comportamiento abusivas que arrojan una sombra negativa sobre la salud mental de aquellos que comparten su entorno.»

Madres narcisistas: su impacto en las personas y relaciones cercanas

El tema de las madres narcisistas permanece en gran medida en la sombra de la sociedad, de tal forma que la disponibilidad de material al respecto es escasa.

Frecuentemente, se mitifica a las madres como seres venerados e inigualables, pero esta perspectiva puede velar una realidad mucho más intrincada. La imagen de la madre elevada a la categoría de figura divina, respaldada por un amor incondicional, puede encubrir el narcisismo materno que, en su forma más potente, puede adoptar manifestaciones agresivas, manipuladoras e incluso destructivas para aquellos que comparten su espacio con la madre narcisista.

El narcisismo materno, cuando alcanza niveles patológicos, constituye una problemática seria que no debería ser marginada, trivializada o idealizada. Aunque el narcisismo representa un componente natural en el desarrollo humano, puede convertirse en una fuerza altamente perjudicial para el individuo y sembrar discordia en las relaciones cercanas si no se aborda de manera adecuada.

Madre narcisista: Características

  1. Conducta Abusiva: Impulsada por la creencia de que su título de ‘Madre’ le confiere inmunidad y prerrogativas especiales, la madre narcisista ejerce un abuso psicológico, verbal y emocional (e incluso, en ocasiones, físico) sobre su hijo/a, con el fin de reafirmar su superioridad. Este comportamiento se origina en su incapacidad para cultivar amor y aceptación hacia sí misma.
  2. Rigidez Inflexible: Aunque pueda expresar ideas infantiles o incoherentes, la madre narcisista muestra una inflexibilidad absoluta en su interpretación de los mensajes que emite. No tolera que sus opiniones sean cuestionadas ni refutadas.
  3. Desafíos Identitarios: La personalidad narcisista, al carecer de una base sólida, presenta una autenticidad fragmentada en todos los aspectos de su vida. Esta carencia de una identidad definida la conduce a una constante búsqueda de orientación y dirección personal.
  4. Autoestima Frágil: No existe tarea más sencilla que herir los sentimientos de una madre narcisista. Su concepción distorsionada de la autovaloración y el amor propio la convierten en una presa fácil. Esta persona se visualiza solo a través de los ojos de los demás, encontrando valor en el reconocimiento ajeno. Su percepción de autovalía depende exclusivamente de logros, apariencia física, habilidades excepcionales, popularidad, admiración, elogios y posición económica o social. Al depender completamente de la validación externa, solo se acepta a sí misma cuando es validada por otros o cuando alcanza éxito absoluto en todas sus empresas, destacándose de alguna forma.
  5. Egocentrismo Desmedido: La madre narcisista se niega rotundamente a reconocer cuando alguien necesita ayuda o apoyo emocional. Invariablemente, subestima e ignora conscientemente el dolor de su hijo/a, mientras insiste en que su hijo/a se dedique incondicionalmente a satisfacer sus propias necesidades. Este enfoque egocéntrico impide que la madre narcisista forje vínculos afectivos auténticos con cualquier persona, incluso con su propio/a hijo/a. Su comportamiento es frío, seco y distante cuando el foco no recae en su propio estado emocional o necesidades.
  6. Búsqueda Obsesiva de la Perfección: Todo lo que emprende la madre narcisista debe cumplir los estándares más elevados de excelencia. Sin embargo, esta actitud perfeccionista no surge de la confianza en sí misma, sino de una profunda inseguridad. Cuando no logra mantener sus reglas y expectativas, o cuando no es objeto de alabanza, experimenta una autocrítica negativa y autoanuladora. El perfeccionismo de la madre narcisista resulta agotador, haciéndose sentir insignificantes y menospreciados a quienes la rodean.
  7. Ciclo de Disfunción Familiar: Las personalidades narcisistas a menudo provienen de entornos familiares disfuncionales y, asimismo, las familias conformadas por una madre narcisista tienden a serlo. Bajo la influencia directa de una madre narcisista, es casi imposible mantener una dinámica familiar armoniosa y funcional. Ella manipula a quienes la rodean para satisfacer sus propios intereses. Utiliza su estatus de madre para favorecer a un hijo en particular, el “niño dorado”. Este/a hijo/a es el que muestra mayor disposición a acatar sus demandas sin protestar, sembrando sutiles manipulaciones que generan conflictos entre hermanos/as, especialmente hacia el/la hijo/a “oveja negra”.
  8. Sometimiento: Relacionarse con un narcisista, ya sea una madre, padre, «amigo/a», colega o pareja, implica someterse a la tiranía de su ego insaciable y despiadado. Este tipo de relación conlleva una vida caracterizada por la autoanulación, el sometimiento, el chantaje emocional, la codependencia, las mentiras, el maltrato emocional y, en ocasiones, físico.
  9. Siembra de Discordia: La madre narcisista, al estar perpetuamente insatisfecha consigo misma, provoca conflictos innecesarios para aliviar su propia confusión emocional interna. Raramente opta por el diálogo y la comprensión, en lugar de ello, sostiene una actitud intransigente y obstinada que propicia la perpetuación de desacuerdos y discordias en lugar de fomentar la armonía.
  10. Comportamiento inmaduro:Los narcisistas, con el tiempo, no experimentan una evolución significativa, lo que conlleva a que manifiesten conductas propias de niños obstinados o adolescentes inseguros. En lugar de abogar por sus puntos de vista de manera racional, madura y centrada, recurren a tácticas de intimidación, discusiones, conflictos y manipulación emocional para persuadir a los demás a servir a sus intereses, deseos y caprichos.
  11. Carencia de Responsabilidad: Para la madre narcisista, cualquier acontecimiento adverso es completamente ajeno a su influencia. Su intolerancia hacia la admisión de errores o equivocaciones es patente. Por lo tanto, constantemente busca agravios ajenos para cargar con las consecuencias de sus propias derrotas. Incluso cuando es consciente de su comportamiento abusivo y causa daño, raramente ofrece disculpas. Su constante búsqueda por corresponder a expectativas perfeccionistas, idealistas e irrealistas a menudo desemboca en la necesidad de encontrar un culpable exterior por sus fracasos.
  12. Necesidad de ser el centro de atención: En cualquier contexto o evento, la madre narcisista no puede evitar exhibir una necesidad de ser el centro de atención. Su sensación de superioridad se manifiesta de manera exagerada, lo que la lleva a exigir un trato preferencial. Este rasgo se evidencia también en su estilo de comunicación y sus acciones, denotando un tono de arrogancia en todas sus facetas.

Madres narcisistas y depresión

Es relevante subrayar que el perfil de una madre narcisista conlleva una inclinación hacia la depresión. Esta dimensión puede parecer paradójica, ya que la madre narcisista exhibe una fachada de superioridad y control en público. Sin embargo, en su interior, lleva una herida abierta en su autoestima. La realidad que atañe a la auténtica faceta de su personalidad la convierte en una candidata propensa a la depresión. Es común observar una inclinación marcada hacia la autocrítica y el menosprecio de sí misma, acompañados por una persistente aversión hacia su propio ser. Además, su incapacidad para cultivar amor propio y autocompasión perpetúa los sentimientos de autorrechazo.

Una de las principales problemáticas de las personalidades narcisistas, como por ejemplo las madres narcisistas, radica en que rara vez buscan ayuda terapéutica. Al negar sus propias vulnerabilidades o la existencia de problemas psicológicos y emocionales, transcurren sus vidas envueltas en la insatisfacción, achacando siempre la culpa a los demás. A medida que su descontento se extiende y afecta sus relaciones, en ocasiones de manera irreparable, suelen quedar atrapadas en episodios depresivos.

Ser hijo/a de una madre narcisista constituye uno de los desafíos más complejos y dolorosos que una persona puede afrontar. Esto se debe a que la madre narcisista se resiste tenazmente a reconocer y respetar la individualidad, autonomía, preferencias y necesidades de sus hijos/as. La dinámica de esta relación solo parece «funcionar» cuando el/la hijo/a se somete completamente a su control y a la manipulación psicológica que ejerce sobre él.

Soy hijo/a de una madre narcisista. ¿Qué debo saber?

  1. El Cambio es un Desafío: Es crucial comprender que el cambio en tu madre es improbable. Las personas solo cambian cuando reconocen esa necesidad. La madre narcisista, en cambio, sostiene una certeza firme en su propia perspectiva, donde cualquier desacuerdo, cualquier punto de vista que esté alejado de “su verdad”, se convierte en una batalla. Las personalidades narcisistas tienden a ver las situaciones en blanco y negro, sin matices, “o estás conmigo o estás contra mí”. En este contexto, tu capacidad para tomar decisiones como un adulto independiente cobra vital importancia. Aunque puede brindarte consejos y compartir su punto de vista, es fundamental que te defiendas de imposiciones y respetes tus elecciones.
  2. Evolución Negativa: A menudo se escucha que el tiempo todo lo cura. Sin embargo, en este caso, esa idea no se aplica. Con el paso del tiempo, estas relaciones abusivas no mejoran, sino que tienden a empeorar. Las madres narcisistas y los narcisistas en general perfeccionan su habilidad de manipulación con la edad, sintiéndose menos obligados a disimular su comportamiento.
  3. La Carencia de Amor: Un conocimiento doloroso pero esencial es que las madres narcisistas carecen de la capacidad de amar. Su incapacidad de amarse a sí mismas refleja en su inhabilidad para amar a los demás. Como suele decirse, uno solo puede dar lo que posee. Si su interior alberga rabia, amargura y resentimiento, solo podrá entregar eso. En otras palabras, no puedes extraer jugo de uva de una naranja, no importa cuánto lo intentes.
  4. La Idea de «Salvar»: Existe la idea errónea de que brindar amor y cuidado constante a una madre narcisista puede «salvarla». Lamentablemente, esta perspectiva no aplica con esta clase de personalidad, ya que las madres narcisistas raramente están dispuestas a cambiar.
  5. Nutrición del Dolor: Las madres narcisistas, así como las personalidades narcisistas en general, encuentran satisfacción en el dolor de sus víctimas. Este comportamiento retorcido se traduce en hacer que te sientas inferior para elevar su propia superioridad, desestabilizarte para sentirse en equilibrio, y tomar el control al provocar tu enfado y pérdida de compostura. Es una dinámica realmente perversa.

Los niños/as, naturalmente en búsqueda de la aprobación materna, anhelan ser vistos, aprobados, aceptados y amados. Sin embargo, los hijos/as de madres narcisistas pasan sus vidas tratando de cumplir con los altos estándares exigidos por ellas para obtener aprobación y una forma retorcida de «amor».

Si crees que tu madre es narcisista y quieres curar las heridas de esta relación disfuncional, además de implementar cambios positivos y adquirir herramientas para lidiar con la situación,

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