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Sandra Ribeiro

Reconstruyéndote a ti mismo
Reconstruyéndote a ti mismo: Cómo encontrar tu identidad después de una ruptura de pareja 800 800 Sandra Ribeiro

Reconstruyéndote a ti mismo: Cómo encontrar tu identidad después de una ruptura de pareja

Una ruptura puede ser un momento de gran dolor y confusión. No solo pierdes a alguien con quien compartiste momentos significativos, sino que también puedes sentir que una parte de tu identidad se ha desvanecido. Al igual que cualquier otra pérdida significativa, como la muerte de un ser querido, la ruptura de pareja también conlleva una pérdida y toda pérdida conlleva un proceso de duelo. 

El duelo en la ruptura de pareja se refiere al proceso emocional y psicológico que una persona atraviesa cuando una relación amorosa llega a su fin. La ruptura de una relación de pareja puede desencadenar una serie de emociones y etapas de duelo. Estas etapas pueden variar en duración y orden de aparición de una persona a otra, pero a menudo incluyen:

    1. Negación: En esta etapa, es posible que te sientas aturdido/a o incrédulo/a ante la ruptura. Puede ser difícil aceptar que la relación ha terminado.
    2. Ira: Puede que sientas enfado o rabia hacia tu expareja o hacia ti mismo/a por lo que percibes como la causa de la ruptura. Este enfado puede manifestarse de diversas formas, desde la frustración hasta la ira abierta.
    3. Negociación: En esta etapa, es posible que busques formas de recuperar la relación o de cambiar las circunstancias que llevaron a la ruptura. Puede que intentes hacer promesas de cambio o intentes convencer a tu expareja de reconsiderar.
    4. Depresión: La tristeza profunda y la sensación de pérdida pueden ser abrumadoras en esta etapa. Puedes experimentar síntomas de depresión, como falta de energía, llanto y aislamiento social.
    5. Aceptación: Con el tiempo, la mayoría de las personas llegan a aceptar la ruptura y comienzan a adaptarse a su nueva realidad. Esto no significa necesariamente que todas las emociones negativas desaparezcan por completo, pero puedes comenzar a encontrar la paz y la reconciliación con la situación.
    6. Fase de reconstrucción: en esta etapa, empiezas a avanzar hacia la adaptación a tu nueva realidad después de la ruptura. La fase de reconstrucción a menudo implica la oportunidad de aprender lecciones importantes a partir de la experiencia de la pérdida. Puedes adquirir una mayor comprensión de ti mismo/a, de tus propias fortalezas y debilidades, y de cómo enfrentar los desafíos en la vida. Esta es una fase para fortalecer la resiliencia. A través de la superación de la pérdida, puedes desarrollar una mayor capacidad para enfrentar futuros desafíos y adversidades.
    7. Establecimiento de nuevas metas y prioridades: Durante esta etapa, comenzarás a enfocarte en el futuro y a establecer nuevas metas y prioridades para tu vida. Puedes estar dispuesto/a a explorar nuevas oportunidades, intereses y relaciones.
    8. Integración de la pérdida en la vida cotidiana: A medida que avanza en la fase de reconstrucción, aprenderás a integrar la pérdida en tu vida cotidiana. La ruptura ya no es el foco central de tus pensamientos y emociones, pero sigue siendo una parte significativa de tu historia personal.

Es importante recordar que el duelo, sea por la muerte de un ser querido o por una ruptura de pareja, no es un proceso lineal y que las personas pueden retroceder o avanzar en estas etapas. La duración del duelo también puede variar ampliamente de una persona a otra. Algunas personas pueden superar una ruptura relativamente rápido, mientras que otras pueden necesitar más tiempo.

Para manejar el duelo en la ruptura de pareja de manera saludable, es fundamental buscar apoyo emocional, ya sea a través de amigos, familiares o profesionales de la salud mental. También es importante cuidar de uno mismo física y emocionalmente durante este proceso, practicando el autocuidado y evitando caer en comportamientos autodestructivos.

Refuerza tu identidad tras la ruptura de pareja

Este período de cambio puede ser una oportunidad para redescubrirte a ti mismo/a y reconstruir una identidad más fuerte y auténtica. Aquí hay algunas claves para ayudarte en este proceso:

Explora tus pasiones y hobbies

Una ruptura puede dejar un vacío en tu vida que solías llenar con la compañía de tu pareja. Aprovecha este tiempo para dedicarte a actividades que realmente te apasionen. ¿Siempre quisiste aprender a tocar un instrumento, pintar o practicar un deporte? Ahora es el momento perfecto para explorar nuevas pasiones y reconectar contigo mismo/a.

Reconecta con amigos y familiares

Durante una relación, es posible que hayas descuidado algunas relaciones importantes. Aprovecha este momento para fortalecer tus lazos con amigos y familiares. El apoyo de tus seres queridos puede ser fundamental para recuperar tu confianza y autoestima.

Defínete a ti mismo

Es fácil perder de vista quién eres cuando has estado en una relación durante mucho tiempo. Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus valores, intereses y metas personales. Esto te ayudará a definirte a ti mismo/a de manera independiente y a encontrar un sentido renovado de identidad.

Establece nuevas metas

El proceso de reconstrucción puede ser más significativo si estableces nuevas metas en tu vida. Estas metas pueden ser personales, profesionales o emocionales. No hace falta que sea una gran meta. Si empiezas con objetivos pequeños, se te hará más fácil el proceso. Trabajar hacia algo nuevo y emocionante te ayudará a mantener el enfoque en el presente y el futuro, en lugar de quedarte atrapado/a en el pasado.

Busca apoyo profesional

No tengas miedo de buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un/a psicólogo/a puede proporcionarte las herramientas y el apoyo necesarios para navegar por este período de cambio y crecimiento. La terapia te ayudará a comprender tus emociones, superar obstáculos y establecer una base sólida para tu nueva identidad.

Recuerda, la ruptura puede ser un punto de partida para una versión más fuerte y auténtica de ti mismo. Aprovecha esta oportunidad para reconstruirte, crecer y redescubrir el potencial que tienes para alcanzar una vida plena y satisfactoria.

Estamos aquí para apoyarte en tu viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal. Nuestras psicólogas te brindarán las herramientas y el apoyo necesarios para enfrentar los desafíos y reconstruir una identidad más fuerte después de una ruptura. ¡Contáctanos para obtener ayuda y orientación en este proceso que, aunque doloroso, puede ser transformador!

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

conflictos en la pareja
Gestionando las diferencias: Cómo resolver los conflictos en la pareja de manera constructiva 800 800 Sandra Ribeiro

Gestionando las diferencias: Cómo resolver los conflictos en la pareja de manera constructiva

Todas las relaciones enfrentan desafíos y diferencias en algún momento. La clave para mantener una relación de pareja sana y duradera radica en cómo gestionamos esos conflictos. En este artículo, exploraremos cómo resolver diferencias constructivamente, fortaleciendo la comunicación y el vínculo emocional con nuestra pareja. 

En una relación de pareja, es muy importante saber identificar y aceptar las diferencias. Cada individuo en una relación trae consigo experiencias, valores y perspectivas únicas. Es esencial entender que las diferencias son inevitables, pero no necesariamente negativas. Aprender a apreciar y respetar las diferencias en la pareja nos permite crear un espacio de comprensión mutua y crecimiento conjunto. Aquí tienes algunas estrategias para lograrlo:

  1. Autoconocimiento: Antes de poder aceptar las diferencias de tu pareja, es importante que tengas un buen entendimiento de ti mismo. Esto te permitirá ser más tolerante y comprensivo/a hacia las perspectivas y comportamientos diferentes.
  2. Comunicación abierta: Fomenta un ambiente en el que ambos se sientan cómodos compartiendo sus opiniones y sentimientos sin temor a juicios. Escuchar activamente y expresar tus propias ideas con respeto ayudará a comprender mejor las diferencias.
  3. Aprende sobre el trasfondo: Entender los antecedentes y experiencias de vida de tu pareja puede ayudarte a comprender por qué tienen ciertas opiniones o actitudes. Esto puede generar empatía y comprensión hacia sus perspectivas únicas.
  4. Fomenta la curiosidad: En lugar de ver las diferencias como obstáculos, aborda estas diferencias con curiosidad. Pregunta a tu pareja sobre sus pensamientos y emociones para comprender mejor su punto de vista.
  5. Reconoce los beneficios de las diferencias: Las diferencias no siempre son negativas; pueden enriquecer la relación al aportar nuevas perspectivas y enfoques. Reconoce cómo las diferencias pueden complementarse mutuamente y mejorar tu relación.
  6. Establece límites saludables: Si bien es importante aceptar las diferencias, también es fundamental establecer límites claros en áreas donde las diferencias puedan causar conflictos continuos. Comunicar y respetar estos límites puede evitar tensiones innecesarias.
  7. Encuentra áreas de compromiso: Identifica áreas en las que ambos pueden comprometerse y encontrar soluciones intermedias. Esto puede ayudar a reducir el impacto de ciertas diferencias y crear un equilibrio en la relación.
  8. Enfócate en lo que une: Siempre recuerda lo que los une y los valores compartidos. Al centraros en los aspectos positivos de la relación, es más probable que podáis manejar las diferencias de manera más constructiva.
  9. Practica la empatía: Ponerte en los zapatos de tu pareja y tratar de ver las cosas desde su perspectiva puede ayudar a crear un ambiente de comprensión y aceptación mutua.
  10. Aprende a ceder: En ocasiones, ceder en pequeñas cosas puede ser beneficioso para mantener la paz y el equilibrio en la relación. La clave está en elegir tus batallas y decidir qué diferencias realmente importan. Recuerda: no solo uno tiene que ceder. Es muy importante la reciprocidad y la generosidad en la pareja. 
  11. Busca apoyo externo si es necesario: Si las diferencias son demasiado difíciles de manejar por su cuenta, considerar la terapia de pareja puede proporcionar herramientas y orientación adicionales para enfrentar los desafíos.

Recuerda que la aceptación de las diferencias es un proceso continuo y requiere paciencia y esfuerzo de ambas partes. Apreciar las cualidades únicas de tu pareja puede fortalecer la relación y llevar a un mayor entendimiento y conexión emocional.

El conflicto ya está servido: Técnicas para manejar los conflictos en la pareja de manera constructiva

Cuando ya existe el conflicto y cada uno cree tener la razón, a veces se nos hace muy difícil salir de ahí. Manejar los conflictos de manera constructiva es esencial para mantener una relación de pareja saludable y fortalecer la comunicación y la conexión entre ambos. Aprende a manejar los conflictos con empatía y respeto y abre el camino hacia una relación más fuerte y satisfactoria con tu pareja. 

Aquí tienes algunas técnicas efectivas para manejar los conflictos en la pareja de manera positiva:

  1. Escoger el momento y lugar adecuados: No todos los momentos son ideales para abordar un conflicto. Espera a que ambos estéis  tranquilos y tengáis tiempo suficiente para hablar sin prisas ni distracciones.
  2. Definir el problema claramente: Asegúrate de que ambos estéis en la misma página respecto a cuál es el problema en cuestión. Esto evita malentendidos y enfoca la discusión en el tema en lugar de desviarse.
  3. Escucha activa: La comunicación es la base de cualquier relación exitosa. De la misma forma que es importante una comunicación abierta y honesta para expresar tus sentimientos, preocupaciones y puntos de vista, también es muy importante saber escuchar a tu pareja. Escuchar activamente se refiere a escuchar de verdad, intentando entender su perspectiva y no solamente esperando tu turno para hablar. Escuchar activamente al otro es una forma de mostrar empatía para comprender su punto de vista. Evita la confrontación y la crítica y, en su lugar, busca soluciones constructivas y mutuamente satisfactorias.
  4. Evitar culpar y atacar: En lugar de culpar o criticar a tu pareja, enfócate en describir tus propios sentimientos y necesidades. Utiliza el «yo» en lugar de «tú» para expresar cómo te sientes. La idea es decirle “yo me siento…” en lugar de “tú me has hecho…”. Da igual lo que haya pasado, si tu pareja ha tenido o no la intención, cuando hablas de cómo te sientes, es válido. 
  5. Practicar la asertividad: La asertividad es una habilidad valiosa para gestionar diferencias en una relación. Aprende a expresar tus necesidades y deseos de manera clara y respetuosa, sin pasar por alto los sentimientos de tu pareja. La asertividad facilita la resolución de conflictos, ya que permite que ambas partes sean escuchadas y consideradas en el proceso.
  6. Buscar compromisos y colaboración: En lugar de entrar en una lucha de poder o intentar «ganar» en un conflicto, busca compromisos y soluciones conjuntas que satisfagan las necesidades de ambos. La colaboración y la flexibilidad son fundamentales para encontrar soluciones mutuamente beneficiosas y fortalecer la relación.
  7. No reavivar conflictos pasados: Evita reavivar conflictos pasados en discusiones actuales. Enfócate en el tema en cuestión y busca soluciones para el presente. Aprende a dejar ir resentimientos y a perdonar, para que podáis avanzar juntos en la construcción de una relación más saludable.
  8. Escoger tus batallas: No todos los problemas merecen la misma atención. Algunos conflictos pueden ser resueltos fácilmente con un compromiso o cediendo en ciertos aspectos. Reserva las discusiones más profundas para problemas realmente importantes.
  9. Aprende de los desacuerdos: Los conflictos pueden ser oportunidades para el crecimiento personal y de pareja. Reflexiona sobre los desacuerdos y considera cómo puedes mejorar la comunicación y el manejo de futuros conflictos. Aprender de las experiencias pasadas puede fortalecer la relación y prevenir conflictos futuros.
  10. Tomarse un tiempo: Si la discusión se vuelve demasiado intensa, podéis acordar tomarse un tiempo para calmarse antes de continuar la conversación. Esto puede prevenir que las emociones se desborden y permitir una perspectiva más clara.
  11. Considera la terapia de pareja: En algunos casos, los conflictos pueden ser más profundos y requerir la asistencia de un/a psicólogo/a de pareja. La terapia de pareja puede proporcionar un espacio seguro para explorar y resolver problemas más complejos, mejorando la comunicación y el entendimiento entre ambos.

 

Gestionar las diferencias en una relación es esencial para fortalecer el vínculo emocional y mantener una conexión significativa. A través de una comunicación abierta, empatía y compromisos constructivos, es posible resolver conflictos de manera saludable y fomentar un crecimiento conjunto. Recuerda que una relación saludable no es aquella que nunca enfrenta desafíos, sino aquella que aprende a superarlos juntos.

Cada pareja es única, por lo que puede ser necesario adaptar las técnicas sugeridas según vuestras propias dinámicas y personalidades. Lo fundamental es mantener el respeto mutuo y el deseo de trabajar juntos para resolver los conflictos de manera constructiva. Si sentís que no podéis manejar los conflictos por vosotros mismos, lo más recomendable es considerar la terapia de pareja y no desgastar vuestra relación con los conflictos.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

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La importancia del perdón en las relaciones de pareja: Sanando heridas emocionales
La importancia del perdón en las relaciones de pareja: Sanando heridas emocionales 800 800 Sandra Ribeiro

La importancia del perdón en las relaciones de pareja: Sanando heridas emocionales

En el camino de las relaciones de pareja, las heridas emocionales pueden acumularse, generando resentimiento y dolor. El perdón no solo libera a quien lo otorga, sino que también puede transformar la dinámica de la relación. Descubre cómo cultivar el perdón y sanar juntos.

Reconoce el Poder Sanador del Perdón

A veces, el acto de perdonar puede parecer un gesto débil, pero en realidad, es un acto de empoderamiento. Reconoce que perdonar no significa justificar el comportamiento negativo, sino liberarte del peso emocional que llevas contigo.

  • Practica la Empatía: Ponte en el lugar de tu pareja y trata de comprender sus motivaciones y sentimientos. Esto puede ayudarte a ver la situación desde una perspectiva más amplia.
  • Cultiva la Comprensión: Aprende sobre las experiencias y desafíos personales que puedan haber llevado a tu pareja a actuar de cierta manera. La comprensión puede suavizar el camino hacia el perdón.
  • Fomenta la Autocompasión: Perdonarte a ti mismo también es esencial. Aceptar tus propias debilidades y errores puede allanar el camino para perdonar a los demás.

 

Practica la Empatía y la Comprensión

Entender el punto de vista de tu pareja puede ser una herramienta poderosa para sanar heridas. La empatía te permite ver más allá de tus propias emociones y considerar los sentimientos de la otra persona. Escuchar y validar sus emociones puede abrir las puertas al perdón mutuo.

Comunica tus Sentimientos

La comunicación abierta es esencial para sanar heridas. Expresa cómo te sientes sin culpar ni juzgar. Compartir tus emociones puede crear un espacio para la comprensión mutua y permitir que ambas partes se abran al proceso de perdón.

Deja Ir el Resentimiento

El resentimiento puede pesar como una losa en una relación, pero el proceso de dejarlo ir puede traer un alivio y sanación profundos. Para liberarte del resentimiento y avanzar hacia un espacio más saludable en tu relación es necesario:

Identificar la Fuente del Resentimiento

Profundiza para comprender qué situaciones o acciones específicas han alimentado el resentimiento. ¿Cuáles son los incidentes que han contribuido a tus emociones? Tomarte el tiempo para identificar la fuente te ayudará a abordar el resentimiento de manera más efectiva.

Cultiva la Paciencia y la Reconciliación

El perdón no siempre es instantáneo. Requiere tiempo, esfuerzo y paciencia. Si la decisión es perdonar e intentar mantener la relación de pareja, es muy importante trabajar de forma conjunta en la reconciliación gradual. Celebrar juntos los pequeños avances y cada paso hacia la sanación emocional.

Busca la Ayuda de un Profesional

En algunas situaciones, sanar heridas emocionales puede ser un gran desafío. Si crees que no puedes hacerlo solo/a, la ayuda de un psicólogo/a especializado/a en los problemas de pareja. Un/a psicólogo/a puede proporcionar un espacio neutral y guiarlos en el proceso de perdón. A través de la terapia de pareja o de una terapia individual centrada en los problemas de la pareja, se puede aprender herramientas y técnicas para fortalecer la relación.

Recuerda que en el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con psicólogas especializadas en terapia de pareja y en todo lo relacionado a ello. Estamos aquí para apoyarte en tu camino hacia relaciones más saludables y satisfactorias. Si sientes que necesitas orientación adicional, no dudes en contactarnos. Juntos/as, podemos trabajar en sanar y fortalecer tus vínculos emocionales.

 

 

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Establecer límites saludables y decir «no»: Cómo proteger tu bienestar emocional 800 800 Sandra Ribeiro

Establecer límites saludables y decir «no»: Cómo proteger tu bienestar emocional

 

Establecer límites saludables es una habilidad esencial para proteger nuestro bienestar emocional y mantener relaciones satisfactorias. Los límites nos permiten proteger nuestra energía emocional, mantener el equilibrio y comunicar nuestras necesidades de manera efectiva. En este artículo, exploraremos el arte de establecer límites saludables, por qué son fundamentales para nuestra salud mental y cómo podemos implementarlos en diferentes aspectos de nuestras vidas.

¿Qué son los límites saludables y por qué son importantes? 

Los límites saludables son líneas imaginarias que establecemos en nuestras relaciones y en nuestra vida en general para proteger nuestro bienestar emocional, físico y mental. Actúan como una barrera que define lo que nos resulta aceptable y lo que no en nuestras relaciones y entorno. Los límites pueden ser tanto internos como externos, y son esenciales para mantener relaciones positivas, prevenir el agotamiento y preservar nuestra autoestima. Al establecer límites, podemos evitar sentirnos resentidos o invadidos por los demás, y promover relaciones más equilibradas y respetuosas. 

Los límites saludables pueden manifestarse de diversas formas

  1. Límites emocionales: Establecer límites emocionales implica reconocer y comunicar cómo te sientes y qué estás dispuesto a tolerar en términos de trato y comportamiento de los demás. Es importante expresar tus necesidades y deseos, así como identificar situaciones que te hagan sentir incómodo/a o ansioso/a.
  2. Límites físicos: Los límites físicos están relacionados con el espacio personal y físico que necesitas. Puedes establecer límites sobre quién puede tocar tu cuerpo y en qué circunstancias. También se refiere a tu capacidad para decir «no».
  3. Límites de tiempo: Establecer límites de tiempo implica gestionar tu agenda y compromisos de manera que no te sobrecargues. Esto te permite tener tiempo para el autocuidado, la relajación y las actividades que disfrutas.
  4. Límites sociales: Implica identificar qué tipo de comportamientos, conversaciones o interacciones no son aceptables para ti en tus relaciones personales y profesionales.
  5. Límites digitales: En la era de la tecnología, establecer límites en el uso de dispositivos y redes sociales es importante para evitar la sobreexposición y el agotamiento digital.

 

Aprende a decir «no» con asertividad

Una de las formas más poderosas de establecer límites saludables y una de las más difíciles es aprender a decir «no» de manera asertiva. Es importante reconocer tus límites y comunicar tus necesidades de forma clara y respetuosa. Al decir «no» cuando es necesario, te permites priorizar tu bienestar emocional y evitar comprometerte en situaciones que puedan ser perjudiciales para ti. 

Algunos pasos y consejos para hacerlo de manera efectiva:

  1. Reconoce tus propias necesidades: Antes de decir «no», tómate un momento para evaluar tus propias necesidades y límites. Esto te ayudará a tomar decisiones más informadas y auténticas.
  2. Sé consciente de tus emociones: Reconoce cómo te sientes al enfrentar la situación en la que necesitas decir «no». Esto te permitirá comunicarte de manera más equilibrada y tranquila.
  3. Elige el momento adecuado: Encuentra un momento adecuado y un entorno tranquilo para hablar sobre tus límites. Evita hacerlo en momentos de tensión o estrés.
  4. Usa un lenguaje claro y directo: Cuando digas «no», sé claro/a y directo/a en tu comunicación. Evita ser ambiguo/a o dar excusas innecesarias. Utiliza frases sencillas y concisas.
  5. Sé cortés pero firme: Puedes expresar tu negativa de manera amable, pero sin dejar de ser firme en tu posición. Mantén un tono de voz calmado y seguro.
  6. Evita disculparte en exceso: No necesitas disculparte por establecer límites saludables. Si bien la cortesía es importante, disculparte en exceso puede debilitar tu mensaje.
  7. Explica tus razones (si es necesario): Si sientes que es necesario, puedes explicar brevemente por qué estás diciendo «no». Sin embargo, no te sientas obligado/a a justificar cada decisión.
  8. Practica el «no» con antelación: Si anticipas una situación en la que tendrás que decir «no», practica cómo lo dirás con antelación. Esto te ayudará a sentirte más seguro/a y preparado/a.
  9. Mantén contacto visual y lenguaje corporal seguro: Mantén contacto visual y un lenguaje corporal seguro y relajado al comunicar tu negativa. Esto demuestra confianza en tu decisión.
  10. Ofrece alternativas si es posible: Si no puedes cumplir con una solicitud, considera si hay formas alternativas de ayudar o comprometerte que estén dentro de tus límites.
  11. No cedas ante la presión: Si la otra persona insiste o intenta persuadirte, mantén tu posición con calma y firmeza. No te sientas obligado/a a cambiar tu decisión si no lo deseas.
  12. Practica la autorreflexión: Después de decir «no», tómate un momento para reflexionar sobre cómo te sientes al respecto. Esto te ayudará a aprender y mejorar tus habilidades de comunicación asertiva.

Recuerda que decir «no» asertivamente es una habilidad que se desarrolla con la práctica. A medida que te sientas más cómodo/a con esta habilidad, te resultará más fácil establecer límites y mantener relaciones equilibradas y respetuosas.

La importancia de los límites saludables

  1. Autocuidado: Establecer límites te permite priorizar tu bienestar emocional y físico, evitando el agotamiento y la sobreexigencia. Prioriza tiempo para ti mismo, actividades que te brinden bienestar y momentos de descanso. Al cuidar de ti mismo, estarás en una posición más sólida para comunicar tus límites y mantener relaciones saludables.
  2. Respeto propio: Al mantener límites saludables, estás afirmando tu autoestima y autorrespeto al no permitir que otros te traten de manera irrespetuosa o te hagan sentir incómodo/a.
  3. Relaciones saludables: Los límites claros y comunicados de manera efectiva son fundamentales para mantener relaciones equitativas y respetuosas. Ayudan a evitar situaciones tóxicas o abusivas.
  4. Reducción del estrés: Al establecer límites, puedes evitar sentirte abrumado/a por las demandas externas, lo que contribuye a una disminución del estrés.
  5. Mejora de la autoconciencia: Al reflexionar sobre tus necesidades y deseos, desarrollas una mayor comprensión de ti mismo/a y de lo que es importante para ti en la vida.

Límites saludables: el papel de la terapia

En algunos casos, establecer límites saludables puede resultar desafiante, especialmente si hemos experimentado situaciones traumáticas o relaciones tóxicas en el pasado. En estas circunstancias, contar con el apoyo de un profesional de la salud mental puede ser de gran ayuda. Un/a psicólogo/a puede proporcionarte las herramientas necesarias para conocer tus límites, comunicarlos con asertividad y empatía, y abordar cualquier obstáculo emocional que puedas encontrar en el proceso.

El arte de establecer límites saludables es una habilidad valiosa que protege nuestro bienestar emocional y promueve relaciones más saludables y respetuosas. A través de la asertividad, la comunicación efectiva, el autocuidado y la posible asistencia de un profesional de la salud mental, podemos cultivar límites que nos permitan vivir una vida más equilibrada y satisfactoria. Recuerda que establecer límites es un acto de amor propio y protección emocional que nos ayuda a construir relaciones más auténticas y significativas.

 

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Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra” 800 800 Sandra Ribeiro

Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra”

La dinámica de una madre narcisista dentro de la familia puede tener efectos profundos en sus hijos e hijas. Mientras que uno puede ser el «niño dorado», favorecido y sobrevalorado, otro puede ser la «oveja negra», menospreciada y criticada constantemente. Descubramos cómo esta dinámica disfuncional afecta a los hijos e hijas y la importancia de buscar apoyo para superar sus efectos emocionales.

“Niño dorado” y “oveja negra”: significado

«El niño dorado” de la madre narcisista es un término que se utiliza para describir al/a la hijo/a que es favorecido/a y sobrevalorado/a por una madre narcisista.

La “oveja negra” de la madre narcisista es el término que se usa para describir a un/a hijo/a que es constantemente menospreciado/a, ignorado/a o criticado/a por una madre con trastorno narcisista de la personalidad. En contraste con el «niño dorado», la “oveja negra” es el miembro de la familia que recibe un trato desfavorable y negativo.

La dinámica del «niño dorado» y de la «oveja negra» también puede ocurrir en familias con un padre narcisista. Al igual que con una madre narcisista, un padre narcisista puede mostrar favoritismo y trato desigual hacia sus hijos, lo que puede llevar a la formación de estas dinámicas disfuncionales.

Es importante destacar que, aunque la literatura nos indique que, en la mayoría de las familias con madres narcisistas, en la que la estructura familiar lo permite, ocurre que el “niño dorado” es un hijo varón y a la “oveja negra” una hija mujer, queremos enfatizar que en nuestra experiencia clínica estas dinámicas no son universales y pueden variar según la personalidad de la madre narcisista, la estructura familiar, las experiencias pasadas y otros factores. En algunas familias, la dinámica puede ser diferente, con una hija mujer siendo la “niña dorada” y un hijo varón como la “oveja negra». Además, la dinámica narcisista no está limitada a familias con varios hijos, ya que también puede ocurrir en familias con hijos/as únicos/as o en otras estructuras familiares. En el presente artículo, utilizaremos los conceptos “niño dorado” y “oveja negra” indiscriminadamente.

Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP)

En general, una persona con un Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) se caracteriza por un patrón persistente de comportamientos egocéntricos y desadaptativos que afectan significativamente la vida y las relaciones interpersonales. Las personas con TNP suelen tener dificultades para establecer relaciones significativas y saludables debido a su enfoque egocéntrico y falta de empatía. Para una definición más exhaustiva de madres narcisistas, consulta nuestro artículo: “Madres narcisistas”.

El “niño dorado” de una madre narcisista

En este contexto, el término «niño dorado» se refiere a un/a hijo/a que es tratado como el favorito, elogiado constantemente y colocado en un pedestal por la madre narcisista. La madre puede enfocar toda su atención en este hijo/a, cumpliendo sus deseos y necesidades, mientras que desestima o menosprecia a otros hijos que no son considerados tan especiales.

Ser el “niño dorado” de una madre narcisista puede tener un impacto significativo en el desarrollo del niño/a. Puede generar un sentido de superioridad y una actitud de entitlement (creer que merece privilegios especiales) en el/la hijo/a favorecido, así como sentimientos de rechazo, envidia y resentimiento en los demás hijos que no reciben el mismo trato.

A medida que estos niños crecen, pueden tener dificultades para desarrollar relaciones saludables y equitativas, ya que pueden internalizar el mensaje de que son mejores o más importantes que los demás. También pueden enfrentar dificultades en la vida adulta al lidiar con situaciones en las que no sean el centro de atención o no reciban el trato especial al que estaban acostumbrados.

Es importante destacar que este patrón de crianza puede ser perjudicial para todos los hijos involucrados y para la dinámica familiar en general.

El niño dorado: síntomas y características 

El “niño dorado” de una madre narcisista puede desarrollar una serie de síntomas y características como resultado de la dinámica disfuncional en la que se encuentra. Algunos de los síntomas comunes que podrían surgir incluyen:

  • Sentido exagerado de superioridad: El/la niño/a puede desarrollar un sentido exagerado de importancia y sentirse superior a los demás, creyendo que merece privilegios especiales.
  • Falta de empatía: Al haber sido sobrevalorado constantemente, el/la niño/a puede tener dificultades para ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos o necesidades.
  • Buscar atención y validación constante: El “niño dorado” puede buscar continuamente la aprobación y elogios de los demás para mantener su sentido de autoestima inflada.
  • Dificultades para establecer relaciones equitativas: Puede tener problemas para establecer relaciones saludables y equitativas con los demás, ya que está acostumbrado a recibir un trato especial y puede esperar el mismo trato en todas las situaciones.
  • Sensibilidad a la crítica: Debido a la sobrevaloración constante, el “niño dorado” puede ser especialmente sensible a la crítica y reaccionar negativamente a cualquier comentario negativo sobre él o sus acciones.
  • Falta de límites: Al ser el favorito de la madre narcisista, es probable que el/la niño/a haya sido consentido en exceso, lo que puede llevarlo a tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y responsabilidades.
  • Dificultades en el trabajo en equipo: Puede tener problemas para trabajar en equipo y cooperar con otros, ya que puede sentir que sus ideas y contribuciones son siempre superiores.
  • Inseguridad encubierta: A pesar de su aparente sentido de superioridad, el “niño dorado” puede tener inseguridades profundas y miedo a ser abandonado o despreciado si no cumple con las expectativas de la madre narcisista y, en consecuencia, de los demás.

Es importante tener en cuenta que no todos los/as niños/as que son tratados como el “niño dorado” desarrollarán todos estos síntomas, y las experiencias individuales pueden variar. Estos síntomas pueden persistir en la vida adulta si no se abordan adecuadamente a través de la terapia y el autoconocimiento. Si crees que puedes ser el “niño dorado” o conoces a alguien que pueda estar enfrentando esta situación, es esencial buscar ayuda profesional para comprender y manejar los efectos de la crianza narcisista.

La “oveja negra” de una madre narcisista

La hija o hijo que se convierte en la «oveja negra» de una madre narcisista puede intentar desesperadamente complacer y satisfacer las necesidades de su progenitora narcisista en un esfuerzo por recibir su aprobación y amor. Esta dinámica puede ser especialmente dañina para la identidad de la persona “oveja negra”, ya que se ve obligada a suprimir o negar sus propias necesidades, deseos y personalidad para adaptarse a lo que la madre narcisista espera o quiere que sea.

“Oveja negra”: la pérdida de la identidad

Al intentar agradar a la madre narcisista, la “oveja negra” puede perder su sentido de identidad y autoestima, ya que sus propias necesidades y deseos no son tomados en cuenta o son desestimados. Puede sentir que nunca es lo suficientemente buena o valiosa para la madre y que su valor como persona depende de cómo la madre la percibe y trata en un momento dado.

Esta constante invalidación de la identidad y la falta de aceptación por parte de la madre narcisista pueden tener un impacto devastador en el desarrollo emocional y psicológico de la persona “oveja negra”. Pueden surgir sentimientos de confusión, inseguridad y baja autoestima. La hija o hijo puede sentir que no sabe quién es realmente, ya que ha estado tratando de adaptarse a las expectativas cambiantes y poco realistas de la madre narcisista.

Además, la búsqueda desesperada de aprobación y amor por parte de la “oveja negra” hacia la madre narcisista puede llevar a relaciones interpersonales poco saludables en el futuro, ya que pueden tener dificultades para establecer límites adecuados o reconocer relaciones tóxicas.

Los efectos de una crianza narcisista pueden ser devastadores. La terapia puede ser de gran ayuda para recuperar una identidad saludable, desarrollar una autoestima sólida y aprender a establecer límites adecuados en las relaciones con los demás, incluyendo la relación con la madre narcisista.

La “oveja negra”: síntomas y características 

Las “ovejas negras” a menudo se encuentran en una posición en la que sus logros y esfuerzos son minimizados o desestimados, mientras que sus errores y defectos se magnifican. Pueden ser objeto de críticas constantes, humillaciones o comparaciones negativas con otros miembros de la familia, especialmente con el “niño dorado”.

Como resultado de este trato injusto y perjudicial, la “oveja negra” puede desarrollar una serie de síntomas y características, que pueden incluir:

  • Baja autoestima: El trato negativo y la falta de apoyo de la madre narcisista pueden minar la confianza y autoestima de la “oveja negra”.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: La “oveja negra” puede sentirse rechazada e inadecuada debido a la falta de reconocimiento y afecto por parte de la madre.
  • Resentimiento hacia la madre y/o el hermano “niño dorado”: La “oveja negra” puede desarrollar resentimiento hacia la madre por el trato desigual y hacia el “niño dorado” por recibir el favoritismo.
  • Búsqueda de validación externa: La “oveja negra” suele buscar constantemente la validación y aprobación fuera del ámbito familiar, ya que rara vez la obtienen de su madre narcisista.
  • Conductas autodestructivas: En algunos casos, la “oveja negra” puede recurrir a conductas autodestructivas como forma de lidiar con el dolor y la frustración.
  • Relaciones conflictivas: Puede también tener dificultades para establecer relaciones saludables debido a la dinámica tóxica que ha experimentado en su familia de origen.
  • Independencia y rebelión: Al sentir que nunca cumple con las expectativas de su madre, algunas “ovejas negras” pueden volverse independientes o incluso rebeldes como una forma de protegerse y afirmar su identidad.

Es fundamental comprender que estos síntomas y características no son una consecuencia directa de ser la “oveja negra”, sino más bien resultado de la dinámica narcisista y disfuncional dentro de la familia. Buscar apoyo profesional puede ser de gran ayuda para abordar y sanar las heridas emocionales y desarrollar una mayor resiliencia y autoestima. La terapia puede ayudarte a establecer límites saludables y a desarrollar habilidades para establecer relaciones más satisfactorias en el futuro.

De “niño dorado” a “oveja negra”: cuando la madre narcisista cambia la dinámica

El cambio de dinámica de «niño dorado» a «oveja negra» puede ocurrir en familias con una madre narcisista cuando la madre decide cambiar su percepción o actitud hacia un hijo determinado. Esto puede deberse a diversas razones, y la dinámica puede variar según las circunstancias específicas de la familia y la personalidad de la madre narcisista. Algunos posibles escenarios de cambio de dinámica podrían ser:

  • Rivalidad entre hermanos: Si hay varios hijos en la familia, la madre narcisista podría fomentar la rivalidad y la competencia entre ellos, alternando entre elevar a uno como el «niño dorado» y despreciar a otro como la «oveja negra», dependiendo de las circunstancias o su estado de ánimo.
  • Cambio de percepción del hijo “niño dorado»: El hijo “niño dorado» puede llegar a decepcionar a la madre narcisista al no cumplir con sus expectativas o desafiarla de alguna manera. Esto puede llevar a que la madre cambie su percepción y trato hacia ese hijo, desplazándolo hacia una posición de “oveja negra”.
  • Necesidad de control: La madre narcisista puede cambiar la dinámica para mantener el control y manipular a los miembros de la familia según sus necesidades y deseos en un momento dado.
  • Cambio en la estructura familiar: Eventos importantes como un divorcio, la llegada de un nuevo hijo, la “oveja negra” se ha independizado u otros cambios en la dinámica familiar pueden alterar la percepción y el trato de la madre hacia uno de sus hijos.
  • Proyección de inseguridades: La madre narcisista puede proyectar sus propias inseguridades y problemas no resueltos en uno de sus hijos, lo que puede llevar a un cambio en la dinámica.
  • Influencia externa: A veces, la dinámica de la familia puede verse afectada por la influencia de personas externas, como amigos, familiares o cambios en el entorno social.

Síntomas que pueden desarrollar el “niño dorado” y la “oveja negra”

El «niño dorado» y la «oveja negra», hijos/as de una madre narcisista, pueden desarrollar diferentes síntomas emocionales y psicológicos debido a su posición en la dinámica familiar disfuncional. Estos síntomas pueden variar en intensidad y presentación en cada individuo, pero algunos comunes son:

Síntomas del «niño dorado»:

  • Necesidad excesiva de aprobación: Puede desarrollar una búsqueda constante de elogios y validación externa debido a la sobrevaloración y elogios recibidos de la madre narcisista.
  • Baja autoestima oculta: Aunque pueda parecer que tiene una autoestima sólida por el favoritismo de la madre, en realidad, puede sentir que su valía depende únicamente de la aprobación materna.
  • Dificultad para establecer límites: Puede tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y ceder ante las demandas de la madre narcisista.
  • Sentimiento de culpa: Puede sentirse culpable por recibir la atención y el trato preferencial, especialmente si sus hermanos enfrentan un trato desfavorable.
  • Dificultades en relaciones cercanas: Puede experimentar dificultades en establecer relaciones saludables con los demás, ya que puede estar acostumbrado a recibir admiración y atención constantes.

Síntomas de la «oveja negra»:

  • Baja autoestima y autoconcepto negativo: Puede desarrollar una percepción negativa de sí misma debido al trato desfavorable y críticas constantes de la madre narcisista.
  • Ansiedad y depresión: Puede experimentar ansiedad y depresión debido al estrés emocional causado por el trato desigual y las expectativas poco realistas de la madre.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: Puede sentir que nunca puede cumplir con las expectativas de la madre y que no es lo suficientemente valioso o amado.
  • Dificultades en la confianza: Puede tener dificultades para confiar en los demás y desarrollar relaciones cercanas debido a las experiencias de traición emocional.
  • Conflictos internos: Puede enfrentar conflictos internos entre el deseo de complacer a la madre narcisista y la necesidad de ser auténtico y fiel a sí mismo.

Es importante tener en cuenta que no todos los «niños dorados» o «ovejas negras» desarrollarán todos estos síntomas, y el impacto emocional puede variar según la personalidad y las experiencias únicas de cada individuo. Sin embargo, si reconoces estos síntomas en ti mismo o en alguien que conoces, es esencial buscar apoyo y asesoramiento profesional para abordar los efectos de la dinámica narcisista en la familia y promover la sanación emocional.

Papel de la terapia el el tratamiento del «niño dorado» y de la «oveja negra»

El papel de la terapia es fundamental en el tratamiento tanto del «niño dorado» como de la «oveja negra» en una dinámica familiar con una madre narcisista. Ambos hijos, así como el resto de la familia, pueden beneficiarse enormemente de un trabajo terapéutico para reconocer el rol que jugaron en la dinámica familiar y abordar los posibles síntomas emocionales y psicológicos que puedan haber desarrollado como resultado de esa experiencia.

Para el «niño dorado»:

  • Autoconciencia: La terapia puede ayudar al «niño dorado» a desarrollar una mayor autoconciencia y comprensión de cómo la dinámica narcisista ha influido en su identidad y autoestima.
  • Establecimiento de límites: Aprenderá a establecer límites saludables y a desarrollar una identidad más sólida y equilibrada, independiente de la aprobación de la madre narcisista.
  • Manejo de la culpa: Puede explorar y manejar los sentimientos de culpa que pueden surgir por ser el favorecido en la dinámica familiar y cómo esto ha afectado sus relaciones con otros miembros de la familia.

Para la «oveja negra»:

  • Fortalecimiento de la autoestima: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a reconstruir su autoestima y comprender que su valía no depende de la opinión o el trato de la madre narcisista.
  • Sanación emocional: Puede abordar las heridas emocionales causadas por el trato desfavorable y las críticas constantes recibidas, y aprender estrategias para manejar las emociones relacionadas.
  • Reconocimiento de la propia identidad: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a explorar y reconocer su verdadera identidad, separada de la etiqueta impuesta por la madre narcisista.

Para ambos casos:

  • Autoconciencia: Tomar conciencia de las dinámicas familiares y su impacto puede ser el primer paso para la sanación. Reconocer los patrones disfuncionales permite una mejor comprensión de uno mismo y de cómo esos patrones afectan la vida presente.
  • Autocuidado: Aprender a cuidar de sí mismos es esencial. Esto puede incluir la práctica de técnicas de relajación, ejercicios de respiración, meditación o cualquier otra actividad que promueva la calma y el bienestar.
  • Establecimiento de límites: Aprender a establecer límites saludables es fundamental para proteger la salud mental y emocional frente a las demandas y manipulaciones de la madre narcisista y tener relaciones más saludables.
  • Red de apoyo: Conectar con otras personas que hayan experimentado dinámicas similares puede brindar un sentido de pertenencia y comprensión, además de proveer un espacio para compartir experiencias y aprendizajes.

El/ la psicóloga puede plantear el distanciamiento emocional y, si es necesario, el distanciamiento físico de esa madre narcisista.

Es importante recordar que el proceso de sanación y crecimiento puede llevar tiempo y que cada individuo tendrá su propio ritmo. No hay una fórmula única para el proceso, y buscar ayuda profesional puede ser esencial para guiar y apoyar en el camino hacia la sanación y el bienestar emocional.

 

Es esencial recordar que la dinámica narcisista y disfuncional en una familia puede ser perjudicial para todos los miembros involucrados. Si experimentas una dinámica compleja con una madre narcisista o si conoces a alguien que enfrenta esta situación, es importante buscar apoyo y asesoramiento profesional con un/a psicólogo/a especializado/a en trastornos de la personalidad. La terapia individual o familiar puede ayudar a abordar los problemas emocionales y relacionales y desarrollar estrategias para manejar las complejidades de la dinámica familiar.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

autocritica y perfeccionismo
El equilibrio entre la autocrítica y el perfeccionismo: claves para una buena salud mental 800 800 Sandra Ribeiro

El equilibrio entre la autocrítica y el perfeccionismo: claves para una buena salud mental

La autocrítica y el perfeccionismo están estrechamente vinculados y pueden tener un impacto significativo en la salud mental. Cuando la autocrítica se manifiesta en forma de perfeccionismo extremo, la búsqueda constante de la excelencia en todas las áreas de la vida puede resultar agotadora y dañina para el bienestar emocional. Un perfeccionismo despiadado, donde nunca sentimos que nuestro trabajo o esfuerzo son lo suficientemente buenos, alimenta un ciclo vicioso que afecta negativamente nuestra autoestima y genera ansiedad y estrés constantes. En este artículo, exploraremos cómo el perfeccionismo puede manifestarse como autocrítica constante y cómo podemos liberarnos de este ciclo para vivir una vida más saludable y plena.

Autocrítica y perfeccionismo 

La autocrítica y el perfeccionismo están estrechamente relacionados. Veamos cómo se interconectan:

  • Perfeccionismo: El perfeccionismo es una actitud o creencia que implica la búsqueda constante e inflexible de la perfección en todos los aspectos de la vida. Las personas perfeccionistas establecen estándares extremadamente altos y a menudo inalcanzables para sí mismas. Siempre se esfuerzan por lograr un rendimiento excepcional y evitan cometer errores a toda costa.
  • Autocrítica: La autocrítica es la capacidad de evaluar y juzgar nuestras propias acciones y comportamientos. En el contexto del perfeccionismo, la autocrítica se vuelve especialmente relevante, ya que las personas perfeccionistas nunca estamos satisfechos con nuestro trabajo o esfuerzo y tienden a ser muy críticas consigo mismas cuando no cumplen con sus estándares imposibles. Se castigan mentalmente por no alcanzar sus expectativas y se ven a sí mismas como incompetentes o deficientes.

Autocrítica, perfeccionismo y salud mental

La autocrítica y el perfeccionismo se retroalimentan, intensificando la obsesión por la perfección y generando un ciclo vicioso que causa un gran daño a nuestra salud mental. Reconocer esta dinámica es el primer paso para superarla. 

La forma en que la autocrítica y el perfeccionismo afectan la salud mental depende de cómo se utilice y del grado de rigurosidad y autocompasión que se aplique:

  • Autocrítica excesiva: Cuando la autocrítica es demasiado severa y constante, puede llevar a la persona a desarrollar una baja autoestima y una percepción negativa de sí misma. Esto puede generar sentimientos de inseguridad, ansiedad, depresión y, en casos extremos, conducir al desarrollo de trastornos de ansiedad o depresión clínica.
  • Perfeccionismo: Como hemos comentado, la autocrítica excesiva también puede alimentar el perfeccionismo, haciendo que la persona se ponga expectativas poco realistas sobre sí misma. El perfeccionismo puede llevar a niveles elevados de estrés y ansiedad debido a la constante necesidad de alcanzar estándares inalcanzables.
  • Autocompasión insuficiente: La falta de autocompasión en la autocrítica puede dificultar la capacidad de lidiar con los errores y fracasos de manera saludable. Si la persona se castiga constantemente por sus fallos sin reconocer su humanidad y la posibilidad de aprender de ellos, esto puede generar sentimientos de culpa y vergüenza, afectando negativamente la salud emocional.
  • Relaciones interpersonales: La autocrítica excesiva también puede afectar las relaciones con los demás, ya que una persona que es dura consigo misma puede tener dificultades para confiar en los demás o para sentirse merecedora de amor y respeto.

Entendiendo el origen de la autocrítica y del perfeccionismo 

El origen de la autocrítica y del perfeccionismo puede variar según cada individuo y está influenciado por una combinación de factores genéticos, ambientales y sociales. Algunas de las posibles causas y factores que pueden contribuir a desarrollar estas características son:

  • Experiencias tempranas: Experiencias en la infancia, como recibir críticas constantes o ser elogiado únicamente cuando se alcanzan estándares muy altos, pueden llevar a una persona a internalizar una voz crítica que se convierte en autocrítica en la edad adulta. Asimismo, expectativas poco realistas por parte de los padres o figuras de autoridad pueden alimentar el perfeccionismo en busca de aprobación y aceptación.
  • Aprendizaje social: La sociedad y la cultura también influyen en cómo se perciben la autocrítica y el perfeccionismo. En algunas culturas, la excelencia y el rendimiento son altamente valorados, lo que puede fomentar el desarrollo del perfeccionismo. Además, si las personas cercanas tienen tendencias perfeccionistas o se critican a sí mismas con frecuencia, esto puede ser modelado y adoptado por otros.
  • Personalidad y temperamento: Algunas personas tienen una predisposición genética a ser más perfeccionistas o autocríticas debido a su personalidad y temperamento. Por ejemplo, las personas con rasgos perfeccionistas pueden ser más propensas a establecer altos estándares para sí mismas.
  • Miedos y creencias irracionales: El perfeccionismo puede estar vinculado a miedos subyacentes, como el miedo al fracaso, el miedo al rechazo o el miedo a no ser lo suficientemente buenos. Estos temores pueden generar una necesidad de controlar todo y lograr la perfección como una forma de evitar sentirse vulnerable.
  • Autoimagen y autoestima: Las personas que tienen una baja autoimagen o una baja autoestima pueden ser más propensas a ser autocríticas y perfeccionistas. Intentan compensar estas percepciones negativas de sí mismos buscando la perfección en un intento de sentirse valiosos y dignos de amor y aceptación.

El lado positivo de la autocrítica

¡No todo está perdido! La autocrítica también puede tener un efecto positivo en la salud mental si se maneja de manera constructiva y equilibrada:

  • Autocrítica constructiva: La capacidad de evaluar objetivamente nuestras acciones puede ser útil para identificar áreas de mejora y crecimiento personal. Cuando la autocrítica se utiliza de manera constructiva y se enfoca en el cambio y la superación de obstáculos, puede ser una herramienta de autodesarrollo.
  • Responsabilidad y aprendizaje: La autocrítica moderada y equilibrada puede ayudar a asumir la responsabilidad de nuestros actos y aprender de los errores. Esto puede promover el crecimiento personal y mejorar la toma de decisiones en el futuro.

Es importante destacar que el perfeccionismo y la autocrítica no siempre son negativos. En su forma moderada, pueden motivar a las personas a mejorar y alcanzar sus metas. Sin embargo, cuando se vuelven extremos y perjudiciales para la salud mental, es esencial buscar formas de desarrollar una autocrítica más equilibrada y fomentar la aceptación de uno mismo con sus imperfecciones y errores, promoviendo así una mejor salud mental. Si sientes que tu perfeccionismo y tu autocrítica están teniendo un impacto negativo en tu bienestar, es importante buscar apoyo emocional, ya sea a través de amigos, familiares o profesionales de la salud mental.

Cómo gestionar la autocrítica y el perfeccionismo

Gestionar la autocrítica y el perfeccionismo puede ser un proceso desafiante, pero con esfuerzo y paciencia, es posible lograr cambios positivos en la manera de pensar y comportarse. Aquí hay algunas estrategias que te pueden ayudar:

  • Practicar la autoconciencia: El primer paso para abordar la autocrítica y el perfeccionismo es ser consciente de estos patrones en ti mismo. Observa cómo te hablas internamente y reconoce cuándo te estás imponiendo estándares poco realistas. Identificar estos pensamientos y comportamientos te permitirá trabajar en cambiarlos.
  • Cuestionar tus pensamientos negativos: Cuestiona la validez de tus pensamientos autocríticos y perfeccionistas. ¿Son realistas? ¿Qué evidencia tienes para respaldarlos? A menudo, descubrirás que tus temores y críticas son exagerados y poco racionales.
  • Establecer expectativas realistas: Aprende a establecer metas y expectativas que sean alcanzables y realistas. Aceptar que la perfección no es posible y que está bien cometer errores te liberará de la presión innecesaria.
  • Celebra el esfuerzo y el progreso: En lugar de centrarte únicamente en los resultados, valora tus esfuerzos y el progreso que has hecho. Reconoce tus logros, incluso si no alcanzan la perfección absoluta.
  • Practicar la autocompasión: Cultiva la autocompasión y la comprensión hacia ti mismo. Trátate con la misma amabilidad y apoyo que le darías a un amigo que esté pasando por dificultades.
  • Acepta los errores como oportunidades de aprendizaje: Cambia tu perspectiva sobre los errores y fracasos. Véalos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento en lugar de como indicadores de incompetencia.
  • Establecer límites: Aprende a establecer límites en tu trabajo y en tu vida personal. Reconoce que está bien no ser perfecto en todo momento y date tiempo para descansar y cuidarte.
  • Buscar apoyo: Habla con amigos, familiares o profesionales de la salud mental sobre tus luchas con la autocrítica y el perfeccionismo. El apoyo externo puede brindar una perspectiva objetiva y estrategias adicionales para gestionar estos desafíos.
  • Practicar la tolerancia a la incertidumbre: Aceptar que no siempre se puede controlar todo y aprender a lidiar con la incertidumbre es esencial para liberarse del perfeccionismo.
  • Practicar técnicas de relajación: Aprende técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda para reducir el estrés y la ansiedad asociados con la autocrítica y el perfeccionismo.

Busca ayuda profesional

Si la autocrítica constante y el perfeccionismo están afectando significativamente tu bienestar emocional, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un/a psicólogo/a puede proporcionarte herramientas y estrategias específicas para superar estas dinámicas y mejorar tu calidad de vida.

Es esencial reconocer, como hemos comentado, que tanto el perfeccionismo como la autocrítica pueden tener un impacto negativo en la salud mental y el bienestar emocional. Abordar estos patrones de pensamiento y comportamiento puede requerir tiempo y esfuerzo, pero es posible a través de la terapia, la autoconciencia y la práctica de la autocompasión. Aprender a aceptar la imperfección y valorar los esfuerzos y logros personales sin juicios severos es un paso importante hacia una salud mental más equilibrada. Recuerda que cada paso hacia la autenticidad y la autoaceptación es un logro valioso en sí mismo.

 

 

 

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vuelta a clase
De vuelta a clases: Cómo ayudar a tu hijo/a adolescente a lidiar con el estrés postvacacional 800 800 Sandra Ribeiro

De vuelta a clases: Cómo ayudar a tu hijo/a adolescente a lidiar con el estrés postvacacional

Volver a clases después de las vacaciones puede ser un momento estresante para muchos adolescentes. La transición de un período de descanso y relajación a las responsabilidades académicas puede generar mucha ansiedad y estrés. En este artículo exploraremos el estrés postvacacional en los adolescentes, sus síntomas y estrategias para superarlo. 

 

Síntomas del estrés postvacacional en los adolescentes

El estrés postvacacional en los adolescentes puede manifestarse de diversas maneras, ya que cada individuo puede reaccionar de forma diferente a la transición del tiempo de descanso a la vuelta a clases. Algunos de los síntomas comunes del estrés postvacacional en los adolescentes incluyen:

 

  • Ansiedad: Los adolescentes pueden sentirse ansiosos o preocupados por enfrentar nuevos desafíos académicos, sociales y/o deportivos. 
  • Cambios en el estado de ánimo: Es estrés postvacacional en los adolescentes puede presentarse a través de cambios en el humor como irritabilidad, tristeza o apatía, debido a la adaptación a la nueva rutina.
  • Dificultades para dormir: En este período, los adolescentes pueden tener problemas para conciliar el sueño o despertarse durante la noche debido a pensamientos relacionados con la escuela.
  • Fatiga y falta de energía: La vuelta a las clases y la nueva carga de actividades pueden generar fatiga y agotamiento en algunos adolescentes.
  • Dificultades de concentración: Los adolescentes también pueden tener problemas para concentrarse en las tareas escolares debido a la distracción o la preocupación.
  • Cambios en los hábitos alimenticios: Algunos adolescentes pueden experimentar cambios en sus hábitos alimenticios, como comer en exceso o perder el apetito.
  • Síntomas físicos: El estrés postvacacional puede manifestarse en síntomas físicos, como dolores de cabeza, dolores musculares o problemas gastrointestinales.
  • Retraimiento social: Los adolescentes pueden mostrar un mayor aislamiento social, evitando interactuar con amigos o compañeros de clase.
  • Negatividad hacia la escuela: Pueden expresar descontento o actitud negativa hacia la escuela o ciertas asignaturas.
  • Cambios en el comportamiento: También pueden mostrar cambios en su comportamiento, como aumento de la impulsividad o actitudes rebeldes.

 

Es esencial recordar que estos síntomas pueden variar según la personalidad y las circunstancias de cada adolescente. Si los síntomas persisten o interfieren significativamente con el bienestar y el rendimiento escolar del adolescente, es importante buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a, para brindar el apoyo adecuado y abordar cualquier problema subyacente. Además, el apoyo y la comprensión de los padres y educadores son fundamentales para ayudar a los adolescentes a afrontar el estrés postvacacional de manera positiva.

Cómo ayudar a mi hijo/a adolescente a afrontar el estrés postvacacional

 

  • Comunicación abierta: Habla con tu hijo/a sobre cómo se siente acerca de volver a clases. Escucha sus preocupaciones y sentimientos sin juzgar. La empatía y el apoyo emocional son fundamentales en este momento.
  • Planificación anticipada: Ayuda a tu adolescente a planificar con anticipación su regreso a clases. Puedes ayudarle a hacer una lista de lo que necesita para su primer día, organizar el material escolar y preparar la mochila juntos. Tener todo listo ayuda a reducir la ansiedad y el estrés.
  • Establecer rutinas: Ayuda a tu hijo/a a retomar su rutina diaria antes de que empiecen las clases. Ajustar gradualmente los horarios de sueño y comidas puede facilitar la transición.
  • Fomentar la relajación: Anima a tu adolescente a participar en actividades relajantes que le ayuden a reducir el estrés, como practicar ejercicios de respiración, meditar, leer, dibujar o escuchar música.
  • Manejar las expectativas: Recuerda a tu hijo/a que es normal sentirse un poco nervioso/a al principio, pero que con el tiempo, se adaptará nuevamente a la rutina escolar.
  • Resaltar lo positivo: Enfoca la conversación en aspectos positivos del regreso a clases, como reencontrarse con amigos, aprender cosas nuevas y participar en actividades extracurriculares que le gusten.
  • Fomentar la actividad física: La práctica de ejercicio físico es una excelente manera de liberar tensiones y reducir el estrés. Anima a tu hijo/a a participar en deportes o actividades físicas que le interesen.
  • Estimular el autocuidado: Enséñale a tu adolescente la importancia de cuidar de sí mismo/a. Esto incluye dormir lo suficiente, comer bien, y dedicar tiempo a actividades que le gusten fuera del ámbito escolar.
  • Establecer metas realistas: Ayuda a tu hijo/a a establecer metas alcanzables y a dividirlas en tareas más pequeñas y manejables. Celebrar los logros, por pequeños que sean, puede ayudar a mantener su motivación.
  • Buscar ayuda si es necesario: Si notas que el estrés de tu hijo/a es persistente o está afectando significativamente su bienestar, considera la posibilidad de buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a en adolescentes.

 

Recuerda que cada adolescente es diferente, por lo que es importante adaptar estas sugerencias a las necesidades y preferencias individuales de tu hijo/a. El apoyo y la paciencia son claves para ayudarle a enfrentar el estrés postvacacional y asegurarse de que comiencen el año escolar de la mejor manera posible.

 

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Síndrome o depresión postvacacional:
Síndrome o depresión postvacacional: cómo afrontar la vuelta a la rutina 800 800 Sandra Ribeiro

Síndrome o depresión postvacacional: cómo afrontar la vuelta a la rutina

La vuelta a la rutina después de las vacaciones puede ser un desafío emocional para muchas personas. El fin de las vacaciones y el retorno a la vida cotidiana pueden desencadenar lo que se conoce como síndrome postvacacional o “depresión postvacacional». Sin embargo, es importante recordar que esta transición también puede ser una oportunidad para abrazar el cambio y comenzar de nuevo . En este artículo, exploraremos qué es el síndrome postvacacional, sus síntomas y cómo enfrentarse a la vuelta a la rutina de manera saludable, superando las emociones desagradables y evitando el perfeccionismo para lograr una transición más positiva y con metas realistas.

Síndrome postvacacional o “depresión postvacacional”

El síndrome postvacacional, también conocido como “depresión postvacacional”, es un término utilizado para describir el conjunto de síntomas psicológicos y emocionales que algunas personas pueden experimentar al regresar al trabajo o la rutina diaria después de un período de vacaciones. Aunque no es un trastorno médico reconocido oficialmente, muchas personas informan sentir cierta dificultad para adaptarse a la vuelta al trabajo después de un tiempo de descanso.

Algunos de los síntomas más comunes asociados con el síndrome o depresión postvacacional pueden incluir:

  • Fatiga y falta de energía.
  • Desmotivación y dificultad para concentrarse.
  • Irritabilidad y cambios de humor.
  • Ansiedad y preocupación sobre el trabajo y las responsabilidades.
  • Dificultad para dormir o alteraciones en el sueño.
  • Sensación de apatía y tristeza.

Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración según la persona y la situación específica. El coste psicológico del síndrome o depresión postvacacional puede afectar negativamente el bienestar emocional y la calidad de vida de quienes lo experimentan. Puede impactar en el rendimiento laboral, en las relaciones familiares y sociales, y en la salud en general.

Las causas del síndrome o depresión postvacacional pueden ser diversas, incluyendo la interrupción de la rutina relajada de las vacaciones, el retorno a responsabilidades y exigencias laborales, y la sensación de haber perdido la libertad y el tiempo para uno mismo.

Estrategias para gestionar el síndrome o depresión postvacacional

Aunque no existe una solución única para el síndrome o depresión postvacacional, hay algunas estrategias que pueden ayudar a sobrellevarlo:

  • Gradualidad: Tratar de volver a la rutina de manera gradual y no exigirte demasiado puede hacer que la transición sea menos abrupta y estresante.
  • Organización: Planificar las tareas y responsabilidades laborales de manera realista puede ayudar a reducir la ansiedad y facilitar la adaptación.
  • Autocuidado: Prestar atención a las necesidades físicas y emocionales propias, como descansar lo suficiente, mantener una alimentación equilibrada y practicar actividades placenteras.
  • Comunicación: Hablar con colegas o superiores sobre los sentimientos y preocupaciones relacionados con la vuelta al trabajo puede ayudar a sentirse comprendido y apoyado.
  • Cambio de perspectiva: Intentar enfocarse en los aspectos positivos del trabajo y las oportunidades que ofrece, en lugar de enfocarse únicamente en las dificultades.

Reconociendo y aceptando las emociones asociadas al síndrome o depresión postvacacional

Es normal sentir tristeza o inquietud al volver a la rutina después de las vacaciones. Es importante reconocer y aceptar estas emociones como parte natural del proceso de adaptación postvacacional. Permítete sentir y expresar tus emociones sin juzgarte a ti mismo. Recuerda que estas emociones son temporales y que con el paso de los días te adaptarás a la nueva rutina. Esta aceptación puede ayudarte a sobrellevarlas de manera más saludable.

Enfocándote en lo positivo de la rutina

Aunque pueda parecer abrumador volver a la rutina, trata de enfocarte en los aspectos positivos que ésta. Quizás te estés preguntando: “¿Qué aspectos positivos?”. Te entiendo. Después de unos días estupendos, es normal que no consigas visualizar el lado positivo de la rutina. Sin embargo, la rutina puede brindar estructura y estabilidad en nuestras vidas, permitiéndonos alcanzar nuestras metas y objetivos de forma más consistente. Reflexiona sobre los aspectos de la rutina que disfrutas y que te benefician, y utilízalos como motivación para afrontar esa transición.

Encontrando nuevas formas de disfrutar de la rutina

Para evitar el aburrimiento y la monotonía, busca nuevas formas de disfrutar de la rutina. Incorpora pequeños cambios en tu día a día como probar una nueva actividad, establecer nuevos hábitos saludables o dedicar tiempo a un pasatiempo que te apasione. Estos cambios pueden brindar un sentido de renovación y emoción en tu vida diaria.

Practicando el autocuidado

El autocuidado es esencial para mantener una buena salud mental durante la transición a la rutina. Dedica tiempo para cuidar de ti mismo, tanto física como emocionalmente. Establece momentos de relajación, meditación o ejercicio para liberar el estrés y mantener un equilibrio emocional.

Estableciendo metas realistas y alcanzables

Es importante establecer metas realistas y alcanzables al enfrentar la vuelta a la rutina. Evita poner demasiada presión sobre ti mismo o realizar cambios drásticos en tu vida. En cambio, establece objetivos pequeños y medibles que puedas alcanzar gradualmente. Celebrar tus logros, por pequeños que sean, te ayudará a mantener una actitud positiva hacia tu rutina diaria.

Evitando el perfeccionismo

Es normal que quieras volver a la rutina con una mentalidad positiva y productiva. Sin embargo, evita caer en el perfeccionismo y las expectativas poco realistas. Reconoce que es normal que puedas enfrentar algunos desafíos en la adaptación, y que es normal cometer errores. Aprende a aceptar y celebrar los pequeños logros en el proceso de volver a la rutina.

 

Enfrentar la vuelta a la rutina puede ser un proceso emocionalmente desafiante, pero también representa una oportunidad para abrazar el cambio y crecer personalmente. A través del reconocimiento de las emociones asociadas a este proceso de adaptación, de poner el foco en lo positivo de la rutina, de la búsqueda de nuevas formas de disfrutarla, del autocuidado y de la evitación del perfeccionismo, puedes lograr una transición más saludable y positiva. Recuerda que volver a la rutina lleva tiempo y paciencia, y que cada pequeño paso es un logro significativo en tu camino hacia un equilibrio emocional y al bienestar en tu vida diaria.

Si los síntomas que estás experimentando son demasiado intensos o prolongados, si interfieren significativamente en tu bienestar y funcionamiento diario, te recomendamos buscar apoyo profesional. Acudir a un/a psicólogo/a y recibir orientación profesional facilitará tu reincorporación al trabajo, te ayudará a planificar tu rutina, a encontrar nuevas fuentes de motivación y a gestionar las emociones y síntomas propios del síndrome o depresión postvacacional.

 

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dependencia emocional
Dependencia emocional: causas, características y tratamiento 800 800 Sandra Ribeiro

Dependencia emocional: causas, características y tratamiento

La dependencia emocional es un patrón de comportamiento en el que una persona se vuelve excesivamente dependiente de otra para satisfacer sus necesidades emocionales y afectivas. Esta dependencia puede manifestarse en relaciones de pareja, amistad, familiares o laborales. A continuación, te proporcionaremos información sobre las causas, características y posibles tratamientos para la dependencia emocional:

Causas de la dependencia emocional:

  • Baja autoestima: Las personas con baja autoestima pueden buscar constantemente la validación y la aprobación de los demás para sentirse valoradas.
  • Experiencias traumáticas: Experiencias pasadas de abandono o rechazo pueden hacer que alguien sea más propenso a desarrollar dependencia emocional.
  • Modelos a seguir: La observación de relaciones dependientes en la infancia puede llevar a replicar ese patrón en relaciones futuras.
  • Miedo al abandono: El temor intenso a ser abandonado o rechazado puede llevar a una persona a aferrarse de manera excesiva a los demás.
  • Necesidad de control: Algunas personas buscan controlar a sus parejas o amigos para sentirse seguras y evitar el riesgo de ser heridas.

Características de la dependencia emocional:

  • Necesidad constante de aprobación: La persona dependiente busca constantemente la validación y el reconocimiento de su pareja o de otras personas significativas.
  • Inseguridad y ansiedad: La persona puede sentirse constantemente insegura en la relación y experimentar ansiedad ante la posibilidad de perder a la otra persona.
  • Falta de autonomía: La persona dependiente puede tener dificultades para tomar decisiones por sí misma y confiar en su propio juicio.
  • Priorizar la relación por encima de todo: La persona puede poner la relación por encima de sus propios intereses, necesidades y valores.
  • Tolerancia al maltrato: En algunos casos, la persona puede tolerar situaciones de maltrato emocional o abuso con tal de mantener la relación.

Síntomas psicológicos y emocionales de la dependencia emocional

Las personas con dependencia emocional pueden experimentar una variedad de síntomas psicológicos y emocionales que reflejan su patrón de comportamiento dependiente. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Ansiedad y miedo al abandono: Las personas con dependencia emocional a menudo experimentan una ansiedad intensa y un miedo constante a ser abandonadas o rechazadas por sus seres queridos. Esto puede llevar a una necesidad excesiva de buscar constantemente la aprobación y la atención de los demás.
  • Baja autoestima: Las personas con dependencia emocional suelen tener una baja autoestima y una falta de confianza en sí mismas. Pueden sentirse inseguras sobre su valía personal y creer que necesitan a alguien más para sentirse completas.
  • Necesidad constante de validación: Buscan constantemente la validación y el reconocimiento de los demás para sentirse valoradas y seguras. Esto puede llevar a una dependencia excesiva de las opiniones y el juicio de los demás.
  • Dificultad para tomar decisiones: Las personas dependientes emocionales pueden tener dificultades para tomar decisiones por sí mismas. Sienten la necesidad de que alguien más tome las decisiones importantes en su vida.
  • Obsesión por la relación: Pueden volverse obsesivos con sus relaciones, centrándose excesivamente en sus parejas, amigos o familiares y descuidando otras áreas de su vida.
  • Miedo a la confrontación: Evitan la confrontación o expresar sus propias necesidades y deseos por temor a que la otra persona los abandone.
  • Necesidad de control: A veces, las personas con dependencia emocional pueden intentar controlar a sus parejas o amigos para mantenerlos cerca y evitar el riesgo de ser abandonados.
  • Dificultad para establecer límites: Tienen dificultades para establecer límites saludables en sus relaciones y pueden permitir que otros se aprovechen de ellos.
  • Ciclos de relaciones tóxicas: Pueden encontrarse en relaciones repetitivas y tóxicas, donde se involucran con personas que no son adecuadas para ellos y toleran comportamientos dañinos.
  • Desesperación por evitar la soledad: Temen la soledad y pueden permanecer en relaciones insatisfactorias solo para no quedarse solos.

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar de una persona a otra, y que la dependencia emocional puede manifestarse en diferentes formas y grados.

Ejemplos de dependencia emocional

Algunos ejemplos de cómo se manifiesta la dependencia emocional en diferentes tipos de relaciones:

  • Relación de pareja:
    • Laura no puede tomar decisiones importantes sin consultar primero a su pareja. Incluso cosas simples, como qué ropa usar o qué película ver, necesita la aprobación de su pareja para sentirse segura.
    • Carlos siente que su vida gira en torno a su pareja y descuida sus amistades y pasatiempos porque siempre quiere estar disponible para ella. Siente una ansiedad intensa si pasa tiempo separado de su pareja.
  • Amistad:
    • Marta tiene una amiga de toda la vida, Elena, a quien llama constantemente para contarle cada detalle de su día y buscar su opinión sobre cualquier situación. Si Elena no está disponible, Marta se siente desanimada y triste.
    • Juan siempre busca la aprobación de su mejor amigo, Pedro. Si Pedro critica algo que hizo, Juan se siente herido y duda de su valía personal.
  • Relaciones familiares:
    • María vive con su madre y se niega a independizarse o tomar decisiones importantes sobre su vida sin consultar primero a su madre. Tiene miedo de desilusionarla o de que su madre se sienta abandonada.
    • Pablo siempre busca la aprobación y el reconocimiento de su hermano mayor. Siente que nunca está a la altura de las expectativas de su hermano y hace todo lo posible por impresionarlo.
  • Relaciones laborales:
    • Ana trabaja en un equipo y no puede tomar decisiones sin la aprobación de su jefe. A pesar de tener experiencia y habilidades, duda de sí misma y no confía en su juicio profesional.
    • Marcos siempre busca la validación de sus colegas y superiores en el trabajo. Se siente ansioso y estresado si no recibe elogios por su desempeño y teme que lo despidan si no es constantemente apreciado.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la dependencia emocional puede afectar diversas relaciones. En cada caso, la persona dependiente se aferra a los demás para sentirse valorada, amada y segura. Es importante recordar que todos tenemos necesidades emocionales y de apoyo en nuestras relaciones, pero la dependencia emocional se convierte en un problema cuando se vuelve excesiva y afecta negativamente la autonomía y el bienestar emocional de la persona. Si te identificas con alguno de estos ejemplos y sientes que la dependencia emocional está afectando tu vida de manera negativa, es recomendable buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a para trabajar en ello.

Tratamiento de la dependencia emocional

El tratamiento de la dependencia emocional puede ser un proceso complejo y requiere la colaboración de la persona afectada. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Terapia individual: La terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), puede ayudar a la persona a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamientos disfuncionales relacionados con la dependencia emocional.
  • Terapia de pareja o familiar: Si la dependencia emocional está afectando una relación, la terapia de pareja o familiar puede ser útil para mejorar la comunicación y establecer límites saludables.
  • Desarrollo de habilidades emocionales y sociales: Aprender a manejar las emociones y a relacionarse de manera más saludable con los demás es fundamental para superar la dependencia emocional.
  • Fomentar la autoestima: Trabajar en el fortalecimiento de la autoestima y el amor propio puede ayudar a la persona a depender menos de la validación externa.
  • Grupos de apoyo: Participar en grupos de apoyo donde se comparten experiencias similares puede proporcionar un ambiente de comprensión y apoyo.
  • Ejercicio y autocuidado: Fomentar un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio físico y prácticas de autocuidado, puede contribuir al bienestar emocional.

Recuerda que cada persona es única, por lo que el tratamiento debe adaptarse a las necesidades individuales. Si sientes que la dependencia emocional está afectando significativamente tu bienestar y calidad de vida, te recomiendo buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado en dependencia emocional para recibir el apoyo adecuado.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

vacio emocional
Vacío emocional: Cuando sentimos que nos falta algo 800 800 Sandra Ribeiro

Vacío emocional: Cuando sentimos que nos falta algo

 

El vacío emocional es un término que se utiliza para describir una sensación de vacío interior y una falta de sentido o propósito en la vida. 

Muchas personas pueden experimentar un vacío emocional incluso cuando parecen tener todas las condiciones externas que se consideran deseables, como una familia que los quiere, una pareja estable y un trabajo satisfactorio. Este fenómeno puede ser desconcertante y difícil de comprender, pero es esencial recordar que el bienestar emocional no siempre está directamente relacionado con las circunstancias externas.

En algún momento de nuestras vidas, hemos escuchado a un amigo o familiar decir “me siento vacío”, o incluso nosotros mismos lo hemos expresado. Es común que en algún momento de la vida nos sintamos de esta manera y, por lo general, nos recuperamos sin mayores consecuencias. Para la mayoría, el vacío emocional es un problema transitorio, cuando nos sentimos un poco apáticos o desmotivados, pero tiende a desaparecer con el tiempo a medida que nos involucramos en nuestras actividades diarias. Por lo general, es una etapa dentro del proceso de adaptación a una nueva situación. 

Vacío emocional: en qué consiste el sentimiento de vacío

El vacío emocional es una experiencia emocional compleja y desafiante en la que una persona puede sentirse desconectada de sí misma y de sus emociones. Se caracteriza por una sensación de apatía, falta de motivación e interés en las cosas que antes eran significativas o placenteras. También puede ir acompañado de una sensación de conflicto interno y confusión emocional, donde los pensamientos y sentimientos pueden sentirse confusos o desordenados.

El vacío emocional puede manifestarse como una especie de «entumecimiento emocional», donde los sentimientos parecen estar apagados o inaccesibles. Esto puede ser muy angustiante, ya que puede generar una sensación de no estar «viviendo plenamente» o de estar desconectado de la vida misma.

Vacío emocional: posibles causas

El vacío emocional puede manifestarse de diferentes formas y puede estar asociado a diversos factores. Algunas posibles causas del sentimiento de vacío incluyen:

  • Trauma emocional: Experiencias traumáticas pasadas pueden llevar a una desconexión emocional como un mecanismo de defensa para evitar el dolor.
  • Depresión: La depresión puede afectar profundamente las emociones y llevar a una sensación de apatía y falta de interés en las cosas que antes generaban alegría. Si quieres leer más.
  • Estrés crónico: La exposición prolongada a situaciones estresantes puede agotar emocionalmente a una persona y conducir al vacío emocional.
  • Problemas de apego: Un apego inseguro en la infancia o relaciones interpersonales disfuncionales pueden dificultar el desarrollo emocional adecuado.
  • Pérdida significativa: La pérdida de un ser querido o de una relación importante puede desencadenar una sensación de vacío emocional.
  • Trastornos psicológicos: el vacío emocional también puede estar relacionado con algunos trastornos psicológicos como el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), la depresión, entre otros. Así también, el vacío emocional puede ser el desencadenante de otras afecciones como, por ejemplo, las adicciones y  los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). 
  • Problemas de autoestima: Las personas con baja autoestima pueden tener dificultades para conectarse con sus emociones y sentirse merecedoras de experimentar emociones positivas o placenteras. La falta de autoestima puede llevar a una sensación de vacío interior y dificultar el disfrute de las experiencias emocionales.
  • Evitación emocional: A veces, las personas pueden evitar conscientemente o inconscientemente enfrentar emociones difíciles o dolorosas, lo que puede llevar a una sensación de vacío emocional. Al evitar ciertas emociones, también pueden perder el contacto con otras emociones más agradables y enriquecedoras.

El vacío emocional puede ser un síntoma de algunos trastornos psicológicos o desencadenar otros, como lo hemos comentado, y no debe ser ignorado. Si alguien se siente atrapado en un estado de vacío emocional y está afectando su bienestar y calidad de vida, es fundamental buscar apoyo profesional. Un diagnóstico adecuado y la intervención terapéutica pueden ser fundamentales para abordar las causas subyacentes y trabajar hacia una mayor estabilidad emocional y bienestar.

El papel de la terapia en el vacío emocional

La terapia psicológica con pacientes que experimentan vacío emocional se centra en abordar las causas subyacentes de esta experiencia y ayudar al individuo a reconectar con sus emociones y encontrar un mayor sentido de bienestar emocional. 

En general, el objetivo de la terapia con estos pacientes es ayudarles a desarrollar una mayor conciencia emocional, aprender a reconocer y expresar sus sentimientos, y trabajar en la identificación y manejo de las causas subyacentes del vacío emocional. A través de un proceso terapéutico adecuado, los pacientes pueden encontrar una mayor conexión emocional consigo mismos y con los demás, y experimentar una vida más significativa y satisfactoria.

Es importante señalar que el vacío emocional es una experiencia subjetiva, y las personas pueden describirlo de manera diferente según su situación y personalidad. Si sientes que estás experimentando un vacío emocional que está afectando tu vida diaria, es recomendable buscar apoyo profesional. Un/a psicólogo/a puede ayudarte a comprender mejor tus emociones, identificar las causas subyacentes y desarrollar estrategias para superar este sentimiento de vacío y recuperar una mayor conexión contigo mismo/a y con tus sentimientos. La terapia psicológica puede ser un camino valioso para abordar estas cuestiones y encontrar un mayor equilibrio emocional y bienestar en tu vida.

 

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

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