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Sandra Ribeiro

La deuda emocional en la relación de pareja
La deuda emocional en la relación de pareja 800 800 Sandra Ribeiro

La deuda emocional en la relación de pareja

La «deuda emocional» es un concepto que se utiliza en el contexto de las relaciones interpersonales, incluyendo las relaciones de pareja. Se refiere a la sensación de que uno de los miembros de la pareja está en deuda con el otro debido a favores, gestos de cariño, sacrificios o apoyo emocional que ha recibido en el pasado. Esta sensación puede surgir cuando uno siente que ha hecho más por su pareja que lo contrario, creando un desequilibrio en la relación.

Es importante tener en cuenta que la deuda emocional puede ser subjetiva y no necesariamente está ligada a una contabilidad precisa de los actos de amor o cuidado en una relación. Puede ser un sentimiento que una persona experimenta y que puede afectar su percepción de la relación de pareja. Algunos ejemplos de situaciones que podrían generar una deuda emocional incluyen:

  1. Apoyo durante una enfermedad o crisis personal: Uno de los miembros de la pareja puede haber brindado un apoyo significativo al otro durante una enfermedad grave o una crisis emocional, lo que podría hacer que sientan que ahora deben algo a cambio.
  2. Sacrificios profesionales o personales: Si uno de los miembros de la pareja ha renunciado a oportunidades profesionales o ha hecho sacrificios personales importantes como, por ejemplo, mudar de casa, ciudad, país…, en beneficio de la relación o del otro, podría surgir la sensación de que hay una deuda emocional pendiente.
  3. Gestos románticos desequilibrados: Si uno de los miembros de la pareja hace constantemente gestos románticos, como sorpresas, regalos o muestras de cariño, mientras que el otro no responde de la misma manera, el desequilibrio puede generar la sensación de una deuda emocional.
  4. Apoyo financiero desigual: Si uno de los miembros de la pareja proporciona un apoyo financiero sustancial o paga la mayoría de los gastos, podría sentir que el otro tiene una deuda emocional por esta razón.
  5. Crianza de hijos y responsabilidades domésticas: La sensación de deuda emocional también puede surgir en situaciones en las que uno de los miembros de la pareja siente que está haciendo la mayor parte del trabajo en la crianza de los hijos o en las responsabilidades del hogar.
  6. Desigualdad en la toma de decisiones: Si una persona siente que su pareja toma todas las decisiones importantes en la relación o que su opinión no es tenida en cuenta, esto puede crear una sensación de deuda emocional.
  7. Falta de reciprocidad emocional: Si uno de los miembros de la pareja siente que está invirtiendo más emocionalmente en la relación que su pareja, esto puede generar la percepción de que hay una deuda emocional.

Es importante tener en cuenta que la percepción de una deuda emocional es subjetiva y puede variar según la interpretación personal de cada individuo. Lo fundamental es que las parejas aborden estas preocupaciones de manera abierta y respetuosa a través de la comunicación para encontrar soluciones conjuntas y mantener una relación equilibrada y saludable.

Comunicarse abierta y sinceramente con tu pareja sobre cómo te sientes es fundamental para evitar que esta sensación de deuda emocional cause resentimiento o problemas en la relación.

Cobranzas emocionales 

Cuando uno de los miembros de una pareja comienza a hacer «cobranzas emocionales» al otro debido a la percepción de una deuda emocional, esto implica que la persona que siente que está en deuda emocional utiliza ese sentimiento para influir o manipular a su pareja de alguna manera. Estas «cobranzas» pueden manifestarse en diversas formas, como reproches constantes, manipulación emocional o chantaje emocional.

Es importante comprender que las cobranzas emocionales son una dinámica negativa en una relación y pueden ser perjudiciales. Estas acciones no promueven una comunicación saludable ni la resolución de problemas. En cambio, pueden crear tensiones, resentimiento y desconfianza en la relación.

Si te encuentras en una situación en la que sientes que estás siendo objeto de cobranzas emocionales o si estás utilizando este tipo de comportamiento hacia tu pareja, es importante tomar medidas para abordar la situación de manera constructiva:

  1. Reflexiona sobre tus propios sentimientos: Antes de confrontar a tu pareja o tomar medidas, es importante comprender tus propios sentimientos y necesidades. ¿Por qué sientes que tu pareja te debe algo emocionalmente? ¿Qué te gustaría lograr al expresar tus sentimientos?
  2. Comunicación abierta y honesta: Habla con tu pareja de manera calmada y respetuosa sobre cómo te sientes y por qué sientes que hay una deuda emocional. Escucha también la perspectiva de tu pareja.
  3. Busca soluciones juntos: En lugar de enfocarte en culpar o hacer demandas, trabaja en conjunto para encontrar soluciones que sean mutuamente satisfactorias. Esto puede incluir compromisos y ajustes en la relación.
  4. Considera la terapia de pareja o la terapia individual focalizada en los problemas de pareja: Si las tensiones y los problemas emocionales persisten, considera buscar la ayuda de un/a psicólogo/a de pareja. La terapia de pareja puede proporcionar orientación y herramientas para abordar las dinámicas negativas en la relación.

Recuerda que una relación saludable se basa en la comunicación abierta, el respeto mutuo y el apoyo emocional. En lugar de utilizar las cobranzas emocionales como táctica, es mejor trabajar juntos para construir una relación sólida y satisfactoria para ambos.

Me lo debes: el castigo en las relaciones de pareja

Es importante destacar que el castigo en una relación de pareja no es una estrategia saludable ni constructiva para abordar problemas o conflictos. Cuando uno de los miembros de la pareja siente que el otro está en deuda con él y comienza a castigarlo, esto puede crear un ambiente tóxico y dañino en la relación.

El castigo puede manifestarse de diversas maneras, como el uso de la manipulación emocional, la retirada de afecto, la crítica constante, los reproches, la venganza o incluso la violencia emocional o física. Estas acciones pueden causar un deterioro significativo en la confianza, la intimidad y la calidad de la relación.

En lugar de recurrir al castigo, es fundamental que las parejas aborden sus problemas y preocupaciones de manera más saludable. Las relaciones saludables se basan en la comunicación, el respeto mutuo y la empatía. Trabajar juntos para abordar los desafíos emocionales y las percepciones de deuda emocional puede fortalecer la relación en lugar de debilitarla.

El papel de la terapia en la gestión de la sensación de deuda emocional en la pareja

El papel de la terapia de pareja o de la terapia individual en la gestión de la deuda emocional es facilitar un proceso en el que la/s persona/s puedan comprender mejor sus propios sentimientos y los de su pareja, aprender a comunicarse de manera más efectiva y encontrar soluciones mutuamente satisfactorias. La terapia puede ayudar a aliviar las tensiones y el resentimiento que a menudo acompañan a la deuda emocional, proporcionando herramientas que ayuden a construir una relación más equilibrada y saludable.

 

 

 

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

Codependencia en la pareja: cómo saber si estoy en una relación de codependencia 800 800 Sandra Ribeiro

Codependencia en la pareja: cómo saber si estoy en una relación de codependencia

La codependencia en las relaciones de pareja es un patrón de comportamiento en el cual una persona tiende a sacrificar sus propias necesidades y bienestar en favor de satisfacer constantemente las necesidades emocionales, físicas o psicológicas de su pareja. Identificar si estás en una relación de codependencia puede ser un proceso complejo, pero aquí hay algunas señales comunes que podrían indicar que estás experimentando codependencia en tu relación de pareja:

  • Priorización de la pareja: Colocas las necesidades y deseos de tu pareja por encima de los tuyos propios, a menudo ignorando tus propias necesidades para asegurarte de que tu pareja esté bien.
  • Baja autoestima: Tu autoestima y sentido de valía personal están fuertemente influenciados por la aprobación y el estado emocional de tu pareja. Te sientes bien contigo mismo sólo cuando tu pareja está contenta contigo.
  • Miedo al abandono: Experimentas un miedo intenso al rechazo o abandono por parte de tu pareja, lo que te lleva a hacer cualquier cosa para evitarlo, incluso a expensas de tu propia felicidad.
  • Dificultad para establecer límites: Te resulta difícil establecer límites saludables en la relación. A menudo permites que tu pareja cruce límites personales sin comunicar tus propias necesidades y deseos.
  • Control excesivo: Sientes la necesidad de controlar a tu pareja y sus decisiones para sentirte seguro/a. Temes que si no lo haces, tu pareja podría tomar decisiones que afecten negativamente la relación.
  • Negación de problemas: Ignoras o minimizas los problemas evidentes en la relación con tal de evitar el conflicto o el riesgo de que tu pareja se aleje.
  • Dificultad para tomar decisiones independientes: Te resulta difícil tomar decisiones sin la aprobación o influencia de tu pareja. Incluso las decisiones pequeñas pueden generar ansiedad si sientes que podrían afectar la relación.
  • Falta de autonomía: Has perdido parte de tu identidad individual en la relación y tiendes a definirte principalmente a través de tu papel en la vida de tu pareja.
  • Necesidad constante de rescate: Te sientes responsable de resolver los problemas de tu pareja y te esfuerzas por «salvarlo/a» de situaciones difíciles, incluso cuando no es saludable para ti.
  • Búsqueda de validación externa: Buscas la validación y aprobación de otras personas, incluyendo a tu pareja, para sentirte bien contigo mismo/a.

Si te identificas con varias de estas señales, es posible que estés en una relación de codependencia. Reconocer y abordar la codependencia es un paso importante hacia la construcción de relaciones más saludables y satisfactorias.

 

¿Cuál es la responsabilidad de mi pareja en esta relación de codependencia?

 

En una relación de codependencia, ambas partes suelen contribuir de alguna manera a mantener este patrón disfuncional. Si bien es importante reconocer que cada situación es única y las dinámicas pueden variar, aquí hay algunas formas en las que tu pareja podría contribuir a la relación de codependencia:

  • Dependencia emocional: Si tu pareja depende en gran medida de ti para su bienestar emocional y no busca otras fuentes de apoyo, esto puede fomentar la codependencia al poner la responsabilidad de su felicidad en ti.
  • Manipulación: Si tu pareja utiliza la manipulación emocional, como el chantaje emocional o la victimización, para obtener lo que desea de ti, esto puede mantener la dinámica de codependencia al hacerte sentir culpable o responsable de sus emociones.
  • Falta de comunicación: Si tu pareja no se comunica abierta y honestamente acerca de sus necesidades, deseos y problemas en la relación, puede ser difícil establecer límites y resolver problemas de manera saludable.
  • Aprovechamiento de tu cuidado: Si tu pareja es consciente de tu disposición a cuidar y satisfacer sus necesidades constantemente, es posible que aproveche esta situación y no asuma la responsabilidad de su propia parte en la relación.
  • No respetar tus límites: Si tu pareja ignora tus límites y continúa demandando tu atención y esfuerzo sin considerar tus propias necesidades, esto puede mantener la dinámica de codependencia al no permitirte establecer límites saludables.
  • Falta de autoconciencia: Si tu pareja no reconoce ni reflexiona sobre sus propios patrones de comportamiento y cómo pueden estar afectando la relación, es difícil para ambos abordar y cambiar la dinámica codependiente.

Es importante recordar que tanto tú como tu pareja pueden estar atrapados en una relación de codependencia debido a vuestra propia historia de vida, traumas pasados y patrones de comportamiento aprendidos. Reconocer y abordar estos patrones lleva tiempo, esfuerzo y compromiso por parte de ambos miembros de la pareja.

Si deseas abordar la codependencia en tu relación, la comunicación abierta y la búsqueda de ayuda profesional son pasos cruciales. Un/a psicólogo/a especializado/a en relaciones de pareja puede proporcionar orientación y estrategias para romper los patrones codependientes y ayudarte a construir una relación más saludable y equilibrada.

 

El papel de la terapia en el tratamiento de la codependencia en la relación de pareja

La terapia desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la codependencia en una relación de pareja. Como hemos comentado, la codependencia es un patrón de comportamiento complejo que a menudo tiene raíces en experiencias pasadas, traumas, creencias limitantes y patrones de relación poco saludables. A través de la terapia de pareja o de la terapia individual, un/a psicólogo/a especializado/a puede proporcionar una guía experta para abordar estos problemas y fomentar cambios positivos en la dinámica de la relación, además de ayudarte o ayudaros a identificar y trabajar sobre el origen de la dinámica codependiente. 

Aquí hay algunas formas en las que la terapia puede ayudar en el tratamiento de la codependencia de pareja:

  • Autoconciencia: La terapia proporciona un espacio seguro para que cada miembro de la pareja explore y comprenda sus propios patrones de comportamiento y cómo estos contribuyen a la dinámica codependiente. A través de la autoconciencia, se pueden identificar los factores subyacentes que alimentan la codependencia.
  • Comunicación efectiva: Un/a psicólogo/a puede enseñarte a ti o ambos miembros de la pareja habilidades de comunicación efectiva, lo que incluye expresar necesidades, deseos y límites de manera clara y respetuosa. La comunicación abierta es esencial para superar la codependencia y construir una relación más saludable.
  • Establecimiento de límites: A menudo, en las relaciones codependientes, los límites personales son difusos o inexistentes. Un/a psicólogo/a puede ayudarte o ayudaros a establecer límites saludables y a respetar los límites del otro.
  • Desarrollo de la autonomía: La terapia puede ayudarte a ti o a cada miembro de la pareja a desarrollar su propia identidad y autonomía fuera de la relación. Esto implica fomentar intereses personales, pasatiempos y amistades fuera de la relación de pareja.
  • Trabajo en equipo: La terapia siempre es un trabajo en equipo. Sea en la terapia individual o en la terapia de pareja. Es muy importante que la pareja aprenda a funcionar como un equipo equitativo en lugar de mantener patrones de rescatador y necesitado, salvador y víctima. Esto implica compartir responsabilidades y decisiones de manera colaborativa.
  • Exploración de patrones familiares: Los patrones de codependencia a menudo se originan en experiencias familiares pasadas. La terapia puede ayudar a explorar cómo las dinámicas familiares pueden estar influyendo en la relación de pareja actual y cómo romper esos patrones.
  • Fomento de la empatía: La terapia puede ayudarte a ti o a cada miembro de la pareja a desarrollar empatía hacia el otro, comprendiendo sus desafíos individuales y cómo esos desafíos afectan la relación.
  • Desarrollo de habilidades de afrontamiento: En la terapia se puede aprender estrategias de afrontamiento saludables para manejar el estrés, la ansiedad y otros desencadenantes emocionales sin depender exclusivamente de la pareja.

Recuerda que el proceso de superar la codependencia lleva tiempo y esfuerzo por parte de ambos miembros de la pareja. Si optáis por una terapia de pareja, es importante que ambos estén comprometidos con el proceso terapéutico y estén dispuestos a realizar los cambios necesarios para construir una relación más saludable y equilibrada. Si, por el contrario, decides venir solo/a a la terapia, trabajaremos sobre un proceso terapéutico individual, buscaremos los patrones que dieron inicio a esas dinámicas codependientes y trabajaremos sobre ello. Los cambios en uno de los miembros de la pareja puede llevar a cambios en el otro.

 

 

 

 

 

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Reconstruyéndote a ti mismo
Reconstruyéndote a ti mismo: Cómo encontrar tu identidad después de una ruptura de pareja 800 800 Sandra Ribeiro

Reconstruyéndote a ti mismo: Cómo encontrar tu identidad después de una ruptura de pareja

Una ruptura puede ser un momento de gran dolor y confusión. No solo pierdes a alguien con quien compartiste momentos significativos, sino que también puedes sentir que una parte de tu identidad se ha desvanecido. Al igual que cualquier otra pérdida significativa, como la muerte de un ser querido, la ruptura de pareja también conlleva una pérdida y toda pérdida conlleva un proceso de duelo. 

El duelo en la ruptura de pareja se refiere al proceso emocional y psicológico que una persona atraviesa cuando una relación amorosa llega a su fin. La ruptura de una relación de pareja puede desencadenar una serie de emociones y etapas de duelo. Estas etapas pueden variar en duración y orden de aparición de una persona a otra, pero a menudo incluyen:

    1. Negación: En esta etapa, es posible que te sientas aturdido/a o incrédulo/a ante la ruptura. Puede ser difícil aceptar que la relación ha terminado.
    2. Ira: Puede que sientas enfado o rabia hacia tu expareja o hacia ti mismo/a por lo que percibes como la causa de la ruptura. Este enfado puede manifestarse de diversas formas, desde la frustración hasta la ira abierta.
    3. Negociación: En esta etapa, es posible que busques formas de recuperar la relación o de cambiar las circunstancias que llevaron a la ruptura. Puede que intentes hacer promesas de cambio o intentes convencer a tu expareja de reconsiderar.
    4. Depresión: La tristeza profunda y la sensación de pérdida pueden ser abrumadoras en esta etapa. Puedes experimentar síntomas de depresión, como falta de energía, llanto y aislamiento social.
    5. Aceptación: Con el tiempo, la mayoría de las personas llegan a aceptar la ruptura y comienzan a adaptarse a su nueva realidad. Esto no significa necesariamente que todas las emociones negativas desaparezcan por completo, pero puedes comenzar a encontrar la paz y la reconciliación con la situación.
    6. Fase de reconstrucción: en esta etapa, empiezas a avanzar hacia la adaptación a tu nueva realidad después de la ruptura. La fase de reconstrucción a menudo implica la oportunidad de aprender lecciones importantes a partir de la experiencia de la pérdida. Puedes adquirir una mayor comprensión de ti mismo/a, de tus propias fortalezas y debilidades, y de cómo enfrentar los desafíos en la vida. Esta es una fase para fortalecer la resiliencia. A través de la superación de la pérdida, puedes desarrollar una mayor capacidad para enfrentar futuros desafíos y adversidades.
    7. Establecimiento de nuevas metas y prioridades: Durante esta etapa, comenzarás a enfocarte en el futuro y a establecer nuevas metas y prioridades para tu vida. Puedes estar dispuesto/a a explorar nuevas oportunidades, intereses y relaciones.
    8. Integración de la pérdida en la vida cotidiana: A medida que avanza en la fase de reconstrucción, aprenderás a integrar la pérdida en tu vida cotidiana. La ruptura ya no es el foco central de tus pensamientos y emociones, pero sigue siendo una parte significativa de tu historia personal.

Es importante recordar que el duelo, sea por la muerte de un ser querido o por una ruptura de pareja, no es un proceso lineal y que las personas pueden retroceder o avanzar en estas etapas. La duración del duelo también puede variar ampliamente de una persona a otra. Algunas personas pueden superar una ruptura relativamente rápido, mientras que otras pueden necesitar más tiempo.

Para manejar el duelo en la ruptura de pareja de manera saludable, es fundamental buscar apoyo emocional, ya sea a través de amigos, familiares o profesionales de la salud mental. También es importante cuidar de uno mismo física y emocionalmente durante este proceso, practicando el autocuidado y evitando caer en comportamientos autodestructivos.

Refuerza tu identidad tras la ruptura de pareja

Este período de cambio puede ser una oportunidad para redescubrirte a ti mismo/a y reconstruir una identidad más fuerte y auténtica. Aquí hay algunas claves para ayudarte en este proceso:

Explora tus pasiones y hobbies

Una ruptura puede dejar un vacío en tu vida que solías llenar con la compañía de tu pareja. Aprovecha este tiempo para dedicarte a actividades que realmente te apasionen. ¿Siempre quisiste aprender a tocar un instrumento, pintar o practicar un deporte? Ahora es el momento perfecto para explorar nuevas pasiones y reconectar contigo mismo/a.

Reconecta con amigos y familiares

Durante una relación, es posible que hayas descuidado algunas relaciones importantes. Aprovecha este momento para fortalecer tus lazos con amigos y familiares. El apoyo de tus seres queridos puede ser fundamental para recuperar tu confianza y autoestima.

Defínete a ti mismo

Es fácil perder de vista quién eres cuando has estado en una relación durante mucho tiempo. Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus valores, intereses y metas personales. Esto te ayudará a definirte a ti mismo/a de manera independiente y a encontrar un sentido renovado de identidad.

Establece nuevas metas

El proceso de reconstrucción puede ser más significativo si estableces nuevas metas en tu vida. Estas metas pueden ser personales, profesionales o emocionales. No hace falta que sea una gran meta. Si empiezas con objetivos pequeños, se te hará más fácil el proceso. Trabajar hacia algo nuevo y emocionante te ayudará a mantener el enfoque en el presente y el futuro, en lugar de quedarte atrapado/a en el pasado.

Busca apoyo profesional

No tengas miedo de buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un/a psicólogo/a puede proporcionarte las herramientas y el apoyo necesarios para navegar por este período de cambio y crecimiento. La terapia te ayudará a comprender tus emociones, superar obstáculos y establecer una base sólida para tu nueva identidad.

Recuerda, la ruptura puede ser un punto de partida para una versión más fuerte y auténtica de ti mismo. Aprovecha esta oportunidad para reconstruirte, crecer y redescubrir el potencial que tienes para alcanzar una vida plena y satisfactoria.

Estamos aquí para apoyarte en tu viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal. Nuestras psicólogas te brindarán las herramientas y el apoyo necesarios para enfrentar los desafíos y reconstruir una identidad más fuerte después de una ruptura. ¡Contáctanos para obtener ayuda y orientación en este proceso que, aunque doloroso, puede ser transformador!

 

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conflictos en la pareja
Gestionando las diferencias: Cómo resolver los conflictos en la pareja de manera constructiva 800 800 Sandra Ribeiro

Gestionando las diferencias: Cómo resolver los conflictos en la pareja de manera constructiva

Todas las relaciones enfrentan desafíos y diferencias en algún momento. La clave para mantener una relación de pareja sana y duradera radica en cómo gestionamos esos conflictos. En este artículo, exploraremos cómo resolver diferencias constructivamente, fortaleciendo la comunicación y el vínculo emocional con nuestra pareja. 

En una relación de pareja, es muy importante saber identificar y aceptar las diferencias. Cada individuo en una relación trae consigo experiencias, valores y perspectivas únicas. Es esencial entender que las diferencias son inevitables, pero no necesariamente negativas. Aprender a apreciar y respetar las diferencias en la pareja nos permite crear un espacio de comprensión mutua y crecimiento conjunto. Aquí tienes algunas estrategias para lograrlo:

  1. Autoconocimiento: Antes de poder aceptar las diferencias de tu pareja, es importante que tengas un buen entendimiento de ti mismo. Esto te permitirá ser más tolerante y comprensivo/a hacia las perspectivas y comportamientos diferentes.
  2. Comunicación abierta: Fomenta un ambiente en el que ambos se sientan cómodos compartiendo sus opiniones y sentimientos sin temor a juicios. Escuchar activamente y expresar tus propias ideas con respeto ayudará a comprender mejor las diferencias.
  3. Aprende sobre el trasfondo: Entender los antecedentes y experiencias de vida de tu pareja puede ayudarte a comprender por qué tienen ciertas opiniones o actitudes. Esto puede generar empatía y comprensión hacia sus perspectivas únicas.
  4. Fomenta la curiosidad: En lugar de ver las diferencias como obstáculos, aborda estas diferencias con curiosidad. Pregunta a tu pareja sobre sus pensamientos y emociones para comprender mejor su punto de vista.
  5. Reconoce los beneficios de las diferencias: Las diferencias no siempre son negativas; pueden enriquecer la relación al aportar nuevas perspectivas y enfoques. Reconoce cómo las diferencias pueden complementarse mutuamente y mejorar tu relación.
  6. Establece límites saludables: Si bien es importante aceptar las diferencias, también es fundamental establecer límites claros en áreas donde las diferencias puedan causar conflictos continuos. Comunicar y respetar estos límites puede evitar tensiones innecesarias.
  7. Encuentra áreas de compromiso: Identifica áreas en las que ambos pueden comprometerse y encontrar soluciones intermedias. Esto puede ayudar a reducir el impacto de ciertas diferencias y crear un equilibrio en la relación.
  8. Enfócate en lo que une: Siempre recuerda lo que los une y los valores compartidos. Al centraros en los aspectos positivos de la relación, es más probable que podáis manejar las diferencias de manera más constructiva.
  9. Practica la empatía: Ponerte en los zapatos de tu pareja y tratar de ver las cosas desde su perspectiva puede ayudar a crear un ambiente de comprensión y aceptación mutua.
  10. Aprende a ceder: En ocasiones, ceder en pequeñas cosas puede ser beneficioso para mantener la paz y el equilibrio en la relación. La clave está en elegir tus batallas y decidir qué diferencias realmente importan. Recuerda: no solo uno tiene que ceder. Es muy importante la reciprocidad y la generosidad en la pareja. 
  11. Busca apoyo externo si es necesario: Si las diferencias son demasiado difíciles de manejar por su cuenta, considerar la terapia de pareja puede proporcionar herramientas y orientación adicionales para enfrentar los desafíos.

Recuerda que la aceptación de las diferencias es un proceso continuo y requiere paciencia y esfuerzo de ambas partes. Apreciar las cualidades únicas de tu pareja puede fortalecer la relación y llevar a un mayor entendimiento y conexión emocional.

El conflicto ya está servido: Técnicas para manejar los conflictos en la pareja de manera constructiva

Cuando ya existe el conflicto y cada uno cree tener la razón, a veces se nos hace muy difícil salir de ahí. Manejar los conflictos de manera constructiva es esencial para mantener una relación de pareja saludable y fortalecer la comunicación y la conexión entre ambos. Aprende a manejar los conflictos con empatía y respeto y abre el camino hacia una relación más fuerte y satisfactoria con tu pareja. 

Aquí tienes algunas técnicas efectivas para manejar los conflictos en la pareja de manera positiva:

  1. Escoger el momento y lugar adecuados: No todos los momentos son ideales para abordar un conflicto. Espera a que ambos estéis  tranquilos y tengáis tiempo suficiente para hablar sin prisas ni distracciones.
  2. Definir el problema claramente: Asegúrate de que ambos estéis en la misma página respecto a cuál es el problema en cuestión. Esto evita malentendidos y enfoca la discusión en el tema en lugar de desviarse.
  3. Escucha activa: La comunicación es la base de cualquier relación exitosa. De la misma forma que es importante una comunicación abierta y honesta para expresar tus sentimientos, preocupaciones y puntos de vista, también es muy importante saber escuchar a tu pareja. Escuchar activamente se refiere a escuchar de verdad, intentando entender su perspectiva y no solamente esperando tu turno para hablar. Escuchar activamente al otro es una forma de mostrar empatía para comprender su punto de vista. Evita la confrontación y la crítica y, en su lugar, busca soluciones constructivas y mutuamente satisfactorias.
  4. Evitar culpar y atacar: En lugar de culpar o criticar a tu pareja, enfócate en describir tus propios sentimientos y necesidades. Utiliza el «yo» en lugar de «tú» para expresar cómo te sientes. La idea es decirle “yo me siento…” en lugar de “tú me has hecho…”. Da igual lo que haya pasado, si tu pareja ha tenido o no la intención, cuando hablas de cómo te sientes, es válido. 
  5. Practicar la asertividad: La asertividad es una habilidad valiosa para gestionar diferencias en una relación. Aprende a expresar tus necesidades y deseos de manera clara y respetuosa, sin pasar por alto los sentimientos de tu pareja. La asertividad facilita la resolución de conflictos, ya que permite que ambas partes sean escuchadas y consideradas en el proceso.
  6. Buscar compromisos y colaboración: En lugar de entrar en una lucha de poder o intentar «ganar» en un conflicto, busca compromisos y soluciones conjuntas que satisfagan las necesidades de ambos. La colaboración y la flexibilidad son fundamentales para encontrar soluciones mutuamente beneficiosas y fortalecer la relación.
  7. No reavivar conflictos pasados: Evita reavivar conflictos pasados en discusiones actuales. Enfócate en el tema en cuestión y busca soluciones para el presente. Aprende a dejar ir resentimientos y a perdonar, para que podáis avanzar juntos en la construcción de una relación más saludable.
  8. Escoger tus batallas: No todos los problemas merecen la misma atención. Algunos conflictos pueden ser resueltos fácilmente con un compromiso o cediendo en ciertos aspectos. Reserva las discusiones más profundas para problemas realmente importantes.
  9. Aprende de los desacuerdos: Los conflictos pueden ser oportunidades para el crecimiento personal y de pareja. Reflexiona sobre los desacuerdos y considera cómo puedes mejorar la comunicación y el manejo de futuros conflictos. Aprender de las experiencias pasadas puede fortalecer la relación y prevenir conflictos futuros.
  10. Tomarse un tiempo: Si la discusión se vuelve demasiado intensa, podéis acordar tomarse un tiempo para calmarse antes de continuar la conversación. Esto puede prevenir que las emociones se desborden y permitir una perspectiva más clara.
  11. Considera la terapia de pareja: En algunos casos, los conflictos pueden ser más profundos y requerir la asistencia de un/a psicólogo/a de pareja. La terapia de pareja puede proporcionar un espacio seguro para explorar y resolver problemas más complejos, mejorando la comunicación y el entendimiento entre ambos.

 

Gestionar las diferencias en una relación es esencial para fortalecer el vínculo emocional y mantener una conexión significativa. A través de una comunicación abierta, empatía y compromisos constructivos, es posible resolver conflictos de manera saludable y fomentar un crecimiento conjunto. Recuerda que una relación saludable no es aquella que nunca enfrenta desafíos, sino aquella que aprende a superarlos juntos.

Cada pareja es única, por lo que puede ser necesario adaptar las técnicas sugeridas según vuestras propias dinámicas y personalidades. Lo fundamental es mantener el respeto mutuo y el deseo de trabajar juntos para resolver los conflictos de manera constructiva. Si sentís que no podéis manejar los conflictos por vosotros mismos, lo más recomendable es considerar la terapia de pareja y no desgastar vuestra relación con los conflictos.

 

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La importancia del perdón en las relaciones de pareja: Sanando heridas emocionales
La importancia del perdón en las relaciones de pareja: Sanando heridas emocionales 800 800 Sandra Ribeiro

La importancia del perdón en las relaciones de pareja: Sanando heridas emocionales

En el camino de las relaciones de pareja, las heridas emocionales pueden acumularse, generando resentimiento y dolor. El perdón no solo libera a quien lo otorga, sino que también puede transformar la dinámica de la relación. Descubre cómo cultivar el perdón y sanar juntos.

Reconoce el Poder Sanador del Perdón

A veces, el acto de perdonar puede parecer un gesto débil, pero en realidad, es un acto de empoderamiento. Reconoce que perdonar no significa justificar el comportamiento negativo, sino liberarte del peso emocional que llevas contigo.

  • Practica la Empatía: Ponte en el lugar de tu pareja y trata de comprender sus motivaciones y sentimientos. Esto puede ayudarte a ver la situación desde una perspectiva más amplia.
  • Cultiva la Comprensión: Aprende sobre las experiencias y desafíos personales que puedan haber llevado a tu pareja a actuar de cierta manera. La comprensión puede suavizar el camino hacia el perdón.
  • Fomenta la Autocompasión: Perdonarte a ti mismo también es esencial. Aceptar tus propias debilidades y errores puede allanar el camino para perdonar a los demás.

 

Practica la Empatía y la Comprensión

Entender el punto de vista de tu pareja puede ser una herramienta poderosa para sanar heridas. La empatía te permite ver más allá de tus propias emociones y considerar los sentimientos de la otra persona. Escuchar y validar sus emociones puede abrir las puertas al perdón mutuo.

Comunica tus Sentimientos

La comunicación abierta es esencial para sanar heridas. Expresa cómo te sientes sin culpar ni juzgar. Compartir tus emociones puede crear un espacio para la comprensión mutua y permitir que ambas partes se abran al proceso de perdón.

Deja Ir el Resentimiento

El resentimiento puede pesar como una losa en una relación, pero el proceso de dejarlo ir puede traer un alivio y sanación profundos. Para liberarte del resentimiento y avanzar hacia un espacio más saludable en tu relación es necesario:

Identificar la Fuente del Resentimiento

Profundiza para comprender qué situaciones o acciones específicas han alimentado el resentimiento. ¿Cuáles son los incidentes que han contribuido a tus emociones? Tomarte el tiempo para identificar la fuente te ayudará a abordar el resentimiento de manera más efectiva.

Cultiva la Paciencia y la Reconciliación

El perdón no siempre es instantáneo. Requiere tiempo, esfuerzo y paciencia. Si la decisión es perdonar e intentar mantener la relación de pareja, es muy importante trabajar de forma conjunta en la reconciliación gradual. Celebrar juntos los pequeños avances y cada paso hacia la sanación emocional.

Busca la Ayuda de un Profesional

En algunas situaciones, sanar heridas emocionales puede ser un gran desafío. Si crees que no puedes hacerlo solo/a, la ayuda de un psicólogo/a especializado/a en los problemas de pareja. Un/a psicólogo/a puede proporcionar un espacio neutral y guiarlos en el proceso de perdón. A través de la terapia de pareja o de una terapia individual centrada en los problemas de la pareja, se puede aprender herramientas y técnicas para fortalecer la relación.

Recuerda que en el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con psicólogas especializadas en terapia de pareja y en todo lo relacionado a ello. Estamos aquí para apoyarte en tu camino hacia relaciones más saludables y satisfactorias. Si sientes que necesitas orientación adicional, no dudes en contactarnos. Juntos/as, podemos trabajar en sanar y fortalecer tus vínculos emocionales.

 

 

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Establecer límites saludables y decir «no»: Cómo proteger tu bienestar emocional 800 800 Sandra Ribeiro

Establecer límites saludables y decir «no»: Cómo proteger tu bienestar emocional

 

Establecer límites saludables es una habilidad esencial para proteger nuestro bienestar emocional y mantener relaciones satisfactorias. Los límites nos permiten proteger nuestra energía emocional, mantener el equilibrio y comunicar nuestras necesidades de manera efectiva. En este artículo, exploraremos el arte de establecer límites saludables, por qué son fundamentales para nuestra salud mental y cómo podemos implementarlos en diferentes aspectos de nuestras vidas.

¿Qué son los límites saludables y por qué son importantes? 

Los límites saludables son líneas imaginarias que establecemos en nuestras relaciones y en nuestra vida en general para proteger nuestro bienestar emocional, físico y mental. Actúan como una barrera que define lo que nos resulta aceptable y lo que no en nuestras relaciones y entorno. Los límites pueden ser tanto internos como externos, y son esenciales para mantener relaciones positivas, prevenir el agotamiento y preservar nuestra autoestima. Al establecer límites, podemos evitar sentirnos resentidos o invadidos por los demás, y promover relaciones más equilibradas y respetuosas. 

Los límites saludables pueden manifestarse de diversas formas

  1. Límites emocionales: Establecer límites emocionales implica reconocer y comunicar cómo te sientes y qué estás dispuesto a tolerar en términos de trato y comportamiento de los demás. Es importante expresar tus necesidades y deseos, así como identificar situaciones que te hagan sentir incómodo/a o ansioso/a.
  2. Límites físicos: Los límites físicos están relacionados con el espacio personal y físico que necesitas. Puedes establecer límites sobre quién puede tocar tu cuerpo y en qué circunstancias. También se refiere a tu capacidad para decir «no».
  3. Límites de tiempo: Establecer límites de tiempo implica gestionar tu agenda y compromisos de manera que no te sobrecargues. Esto te permite tener tiempo para el autocuidado, la relajación y las actividades que disfrutas.
  4. Límites sociales: Implica identificar qué tipo de comportamientos, conversaciones o interacciones no son aceptables para ti en tus relaciones personales y profesionales.
  5. Límites digitales: En la era de la tecnología, establecer límites en el uso de dispositivos y redes sociales es importante para evitar la sobreexposición y el agotamiento digital.

 

Aprende a decir «no» con asertividad

Una de las formas más poderosas de establecer límites saludables y una de las más difíciles es aprender a decir «no» de manera asertiva. Es importante reconocer tus límites y comunicar tus necesidades de forma clara y respetuosa. Al decir «no» cuando es necesario, te permites priorizar tu bienestar emocional y evitar comprometerte en situaciones que puedan ser perjudiciales para ti. 

Algunos pasos y consejos para hacerlo de manera efectiva:

  1. Reconoce tus propias necesidades: Antes de decir «no», tómate un momento para evaluar tus propias necesidades y límites. Esto te ayudará a tomar decisiones más informadas y auténticas.
  2. Sé consciente de tus emociones: Reconoce cómo te sientes al enfrentar la situación en la que necesitas decir «no». Esto te permitirá comunicarte de manera más equilibrada y tranquila.
  3. Elige el momento adecuado: Encuentra un momento adecuado y un entorno tranquilo para hablar sobre tus límites. Evita hacerlo en momentos de tensión o estrés.
  4. Usa un lenguaje claro y directo: Cuando digas «no», sé claro/a y directo/a en tu comunicación. Evita ser ambiguo/a o dar excusas innecesarias. Utiliza frases sencillas y concisas.
  5. Sé cortés pero firme: Puedes expresar tu negativa de manera amable, pero sin dejar de ser firme en tu posición. Mantén un tono de voz calmado y seguro.
  6. Evita disculparte en exceso: No necesitas disculparte por establecer límites saludables. Si bien la cortesía es importante, disculparte en exceso puede debilitar tu mensaje.
  7. Explica tus razones (si es necesario): Si sientes que es necesario, puedes explicar brevemente por qué estás diciendo «no». Sin embargo, no te sientas obligado/a a justificar cada decisión.
  8. Practica el «no» con antelación: Si anticipas una situación en la que tendrás que decir «no», practica cómo lo dirás con antelación. Esto te ayudará a sentirte más seguro/a y preparado/a.
  9. Mantén contacto visual y lenguaje corporal seguro: Mantén contacto visual y un lenguaje corporal seguro y relajado al comunicar tu negativa. Esto demuestra confianza en tu decisión.
  10. Ofrece alternativas si es posible: Si no puedes cumplir con una solicitud, considera si hay formas alternativas de ayudar o comprometerte que estén dentro de tus límites.
  11. No cedas ante la presión: Si la otra persona insiste o intenta persuadirte, mantén tu posición con calma y firmeza. No te sientas obligado/a a cambiar tu decisión si no lo deseas.
  12. Practica la autorreflexión: Después de decir «no», tómate un momento para reflexionar sobre cómo te sientes al respecto. Esto te ayudará a aprender y mejorar tus habilidades de comunicación asertiva.

Recuerda que decir «no» asertivamente es una habilidad que se desarrolla con la práctica. A medida que te sientas más cómodo/a con esta habilidad, te resultará más fácil establecer límites y mantener relaciones equilibradas y respetuosas.

La importancia de los límites saludables

  1. Autocuidado: Establecer límites te permite priorizar tu bienestar emocional y físico, evitando el agotamiento y la sobreexigencia. Prioriza tiempo para ti mismo, actividades que te brinden bienestar y momentos de descanso. Al cuidar de ti mismo, estarás en una posición más sólida para comunicar tus límites y mantener relaciones saludables.
  2. Respeto propio: Al mantener límites saludables, estás afirmando tu autoestima y autorrespeto al no permitir que otros te traten de manera irrespetuosa o te hagan sentir incómodo/a.
  3. Relaciones saludables: Los límites claros y comunicados de manera efectiva son fundamentales para mantener relaciones equitativas y respetuosas. Ayudan a evitar situaciones tóxicas o abusivas.
  4. Reducción del estrés: Al establecer límites, puedes evitar sentirte abrumado/a por las demandas externas, lo que contribuye a una disminución del estrés.
  5. Mejora de la autoconciencia: Al reflexionar sobre tus necesidades y deseos, desarrollas una mayor comprensión de ti mismo/a y de lo que es importante para ti en la vida.

Límites saludables: el papel de la terapia

En algunos casos, establecer límites saludables puede resultar desafiante, especialmente si hemos experimentado situaciones traumáticas o relaciones tóxicas en el pasado. En estas circunstancias, contar con el apoyo de un profesional de la salud mental puede ser de gran ayuda. Un/a psicólogo/a puede proporcionarte las herramientas necesarias para conocer tus límites, comunicarlos con asertividad y empatía, y abordar cualquier obstáculo emocional que puedas encontrar en el proceso.

El arte de establecer límites saludables es una habilidad valiosa que protege nuestro bienestar emocional y promueve relaciones más saludables y respetuosas. A través de la asertividad, la comunicación efectiva, el autocuidado y la posible asistencia de un profesional de la salud mental, podemos cultivar límites que nos permitan vivir una vida más equilibrada y satisfactoria. Recuerda que establecer límites es un acto de amor propio y protección emocional que nos ayuda a construir relaciones más auténticas y significativas.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

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Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra” 800 800 Sandra Ribeiro

Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra”

La dinámica de una madre narcisista dentro de la familia puede tener efectos profundos en sus hijos e hijas. Mientras que uno puede ser el «niño dorado», favorecido y sobrevalorado, otro puede ser la «oveja negra», menospreciada y criticada constantemente. Descubramos cómo esta dinámica disfuncional afecta a los hijos e hijas y la importancia de buscar apoyo para superar sus efectos emocionales.

“Niño dorado” y “oveja negra”: significado

«El niño dorado” de la madre narcisista es un término que se utiliza para describir al/a la hijo/a que es favorecido/a y sobrevalorado/a por una madre narcisista.

La “oveja negra” de la madre narcisista es el término que se usa para describir a un/a hijo/a que es constantemente menospreciado/a, ignorado/a o criticado/a por una madre con trastorno narcisista de la personalidad. En contraste con el «niño dorado», la “oveja negra” es el miembro de la familia que recibe un trato desfavorable y negativo.

La dinámica del «niño dorado» y de la «oveja negra» también puede ocurrir en familias con un padre narcisista. Al igual que con una madre narcisista, un padre narcisista puede mostrar favoritismo y trato desigual hacia sus hijos, lo que puede llevar a la formación de estas dinámicas disfuncionales.

Es importante destacar que, aunque la literatura nos indique que, en la mayoría de las familias con madres narcisistas, en la que la estructura familiar lo permite, ocurre que el “niño dorado” es un hijo varón y a la “oveja negra” una hija mujer, queremos enfatizar que en nuestra experiencia clínica estas dinámicas no son universales y pueden variar según la personalidad de la madre narcisista, la estructura familiar, las experiencias pasadas y otros factores. En algunas familias, la dinámica puede ser diferente, con una hija mujer siendo la “niña dorada” y un hijo varón como la “oveja negra». Además, la dinámica narcisista no está limitada a familias con varios hijos, ya que también puede ocurrir en familias con hijos/as únicos/as o en otras estructuras familiares. En el presente artículo, utilizaremos los conceptos “niño dorado” y “oveja negra” indiscriminadamente.

Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP)

En general, una persona con un Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) se caracteriza por un patrón persistente de comportamientos egocéntricos y desadaptativos que afectan significativamente la vida y las relaciones interpersonales. Las personas con TNP suelen tener dificultades para establecer relaciones significativas y saludables debido a su enfoque egocéntrico y falta de empatía. Para una definición más exhaustiva de madres narcisistas, consulta nuestro artículo: “Madres narcisistas”.

El “niño dorado” de una madre narcisista

En este contexto, el término «niño dorado» se refiere a un/a hijo/a que es tratado como el favorito, elogiado constantemente y colocado en un pedestal por la madre narcisista. La madre puede enfocar toda su atención en este hijo/a, cumpliendo sus deseos y necesidades, mientras que desestima o menosprecia a otros hijos que no son considerados tan especiales.

Ser el “niño dorado” de una madre narcisista puede tener un impacto significativo en el desarrollo del niño/a. Puede generar un sentido de superioridad y una actitud de entitlement (creer que merece privilegios especiales) en el/la hijo/a favorecido, así como sentimientos de rechazo, envidia y resentimiento en los demás hijos que no reciben el mismo trato.

A medida que estos niños crecen, pueden tener dificultades para desarrollar relaciones saludables y equitativas, ya que pueden internalizar el mensaje de que son mejores o más importantes que los demás. También pueden enfrentar dificultades en la vida adulta al lidiar con situaciones en las que no sean el centro de atención o no reciban el trato especial al que estaban acostumbrados.

Es importante destacar que este patrón de crianza puede ser perjudicial para todos los hijos involucrados y para la dinámica familiar en general.

El niño dorado: síntomas y características 

El “niño dorado” de una madre narcisista puede desarrollar una serie de síntomas y características como resultado de la dinámica disfuncional en la que se encuentra. Algunos de los síntomas comunes que podrían surgir incluyen:

  • Sentido exagerado de superioridad: El/la niño/a puede desarrollar un sentido exagerado de importancia y sentirse superior a los demás, creyendo que merece privilegios especiales.
  • Falta de empatía: Al haber sido sobrevalorado constantemente, el/la niño/a puede tener dificultades para ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos o necesidades.
  • Buscar atención y validación constante: El “niño dorado” puede buscar continuamente la aprobación y elogios de los demás para mantener su sentido de autoestima inflada.
  • Dificultades para establecer relaciones equitativas: Puede tener problemas para establecer relaciones saludables y equitativas con los demás, ya que está acostumbrado a recibir un trato especial y puede esperar el mismo trato en todas las situaciones.
  • Sensibilidad a la crítica: Debido a la sobrevaloración constante, el “niño dorado” puede ser especialmente sensible a la crítica y reaccionar negativamente a cualquier comentario negativo sobre él o sus acciones.
  • Falta de límites: Al ser el favorito de la madre narcisista, es probable que el/la niño/a haya sido consentido en exceso, lo que puede llevarlo a tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y responsabilidades.
  • Dificultades en el trabajo en equipo: Puede tener problemas para trabajar en equipo y cooperar con otros, ya que puede sentir que sus ideas y contribuciones son siempre superiores.
  • Inseguridad encubierta: A pesar de su aparente sentido de superioridad, el “niño dorado” puede tener inseguridades profundas y miedo a ser abandonado o despreciado si no cumple con las expectativas de la madre narcisista y, en consecuencia, de los demás.

Es importante tener en cuenta que no todos los/as niños/as que son tratados como el “niño dorado” desarrollarán todos estos síntomas, y las experiencias individuales pueden variar. Estos síntomas pueden persistir en la vida adulta si no se abordan adecuadamente a través de la terapia y el autoconocimiento. Si crees que puedes ser el “niño dorado” o conoces a alguien que pueda estar enfrentando esta situación, es esencial buscar ayuda profesional para comprender y manejar los efectos de la crianza narcisista.

La “oveja negra” de una madre narcisista

La hija o hijo que se convierte en la «oveja negra» de una madre narcisista puede intentar desesperadamente complacer y satisfacer las necesidades de su progenitora narcisista en un esfuerzo por recibir su aprobación y amor. Esta dinámica puede ser especialmente dañina para la identidad de la persona “oveja negra”, ya que se ve obligada a suprimir o negar sus propias necesidades, deseos y personalidad para adaptarse a lo que la madre narcisista espera o quiere que sea.

“Oveja negra”: la pérdida de la identidad

Al intentar agradar a la madre narcisista, la “oveja negra” puede perder su sentido de identidad y autoestima, ya que sus propias necesidades y deseos no son tomados en cuenta o son desestimados. Puede sentir que nunca es lo suficientemente buena o valiosa para la madre y que su valor como persona depende de cómo la madre la percibe y trata en un momento dado.

Esta constante invalidación de la identidad y la falta de aceptación por parte de la madre narcisista pueden tener un impacto devastador en el desarrollo emocional y psicológico de la persona “oveja negra”. Pueden surgir sentimientos de confusión, inseguridad y baja autoestima. La hija o hijo puede sentir que no sabe quién es realmente, ya que ha estado tratando de adaptarse a las expectativas cambiantes y poco realistas de la madre narcisista.

Además, la búsqueda desesperada de aprobación y amor por parte de la “oveja negra” hacia la madre narcisista puede llevar a relaciones interpersonales poco saludables en el futuro, ya que pueden tener dificultades para establecer límites adecuados o reconocer relaciones tóxicas.

Los efectos de una crianza narcisista pueden ser devastadores. La terapia puede ser de gran ayuda para recuperar una identidad saludable, desarrollar una autoestima sólida y aprender a establecer límites adecuados en las relaciones con los demás, incluyendo la relación con la madre narcisista.

La “oveja negra”: síntomas y características 

Las “ovejas negras” a menudo se encuentran en una posición en la que sus logros y esfuerzos son minimizados o desestimados, mientras que sus errores y defectos se magnifican. Pueden ser objeto de críticas constantes, humillaciones o comparaciones negativas con otros miembros de la familia, especialmente con el “niño dorado”.

Como resultado de este trato injusto y perjudicial, la “oveja negra” puede desarrollar una serie de síntomas y características, que pueden incluir:

  • Baja autoestima: El trato negativo y la falta de apoyo de la madre narcisista pueden minar la confianza y autoestima de la “oveja negra”.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: La “oveja negra” puede sentirse rechazada e inadecuada debido a la falta de reconocimiento y afecto por parte de la madre.
  • Resentimiento hacia la madre y/o el hermano “niño dorado”: La “oveja negra” puede desarrollar resentimiento hacia la madre por el trato desigual y hacia el “niño dorado” por recibir el favoritismo.
  • Búsqueda de validación externa: La “oveja negra” suele buscar constantemente la validación y aprobación fuera del ámbito familiar, ya que rara vez la obtienen de su madre narcisista.
  • Conductas autodestructivas: En algunos casos, la “oveja negra” puede recurrir a conductas autodestructivas como forma de lidiar con el dolor y la frustración.
  • Relaciones conflictivas: Puede también tener dificultades para establecer relaciones saludables debido a la dinámica tóxica que ha experimentado en su familia de origen.
  • Independencia y rebelión: Al sentir que nunca cumple con las expectativas de su madre, algunas “ovejas negras” pueden volverse independientes o incluso rebeldes como una forma de protegerse y afirmar su identidad.

Es fundamental comprender que estos síntomas y características no son una consecuencia directa de ser la “oveja negra”, sino más bien resultado de la dinámica narcisista y disfuncional dentro de la familia. Buscar apoyo profesional puede ser de gran ayuda para abordar y sanar las heridas emocionales y desarrollar una mayor resiliencia y autoestima. La terapia puede ayudarte a establecer límites saludables y a desarrollar habilidades para establecer relaciones más satisfactorias en el futuro.

De “niño dorado” a “oveja negra”: cuando la madre narcisista cambia la dinámica

El cambio de dinámica de «niño dorado» a «oveja negra» puede ocurrir en familias con una madre narcisista cuando la madre decide cambiar su percepción o actitud hacia un hijo determinado. Esto puede deberse a diversas razones, y la dinámica puede variar según las circunstancias específicas de la familia y la personalidad de la madre narcisista. Algunos posibles escenarios de cambio de dinámica podrían ser:

  • Rivalidad entre hermanos: Si hay varios hijos en la familia, la madre narcisista podría fomentar la rivalidad y la competencia entre ellos, alternando entre elevar a uno como el «niño dorado» y despreciar a otro como la «oveja negra», dependiendo de las circunstancias o su estado de ánimo.
  • Cambio de percepción del hijo “niño dorado»: El hijo “niño dorado» puede llegar a decepcionar a la madre narcisista al no cumplir con sus expectativas o desafiarla de alguna manera. Esto puede llevar a que la madre cambie su percepción y trato hacia ese hijo, desplazándolo hacia una posición de “oveja negra”.
  • Necesidad de control: La madre narcisista puede cambiar la dinámica para mantener el control y manipular a los miembros de la familia según sus necesidades y deseos en un momento dado.
  • Cambio en la estructura familiar: Eventos importantes como un divorcio, la llegada de un nuevo hijo, la “oveja negra” se ha independizado u otros cambios en la dinámica familiar pueden alterar la percepción y el trato de la madre hacia uno de sus hijos.
  • Proyección de inseguridades: La madre narcisista puede proyectar sus propias inseguridades y problemas no resueltos en uno de sus hijos, lo que puede llevar a un cambio en la dinámica.
  • Influencia externa: A veces, la dinámica de la familia puede verse afectada por la influencia de personas externas, como amigos, familiares o cambios en el entorno social.

Síntomas que pueden desarrollar el “niño dorado” y la “oveja negra”

El «niño dorado» y la «oveja negra», hijos/as de una madre narcisista, pueden desarrollar diferentes síntomas emocionales y psicológicos debido a su posición en la dinámica familiar disfuncional. Estos síntomas pueden variar en intensidad y presentación en cada individuo, pero algunos comunes son:

Síntomas del «niño dorado»:

  • Necesidad excesiva de aprobación: Puede desarrollar una búsqueda constante de elogios y validación externa debido a la sobrevaloración y elogios recibidos de la madre narcisista.
  • Baja autoestima oculta: Aunque pueda parecer que tiene una autoestima sólida por el favoritismo de la madre, en realidad, puede sentir que su valía depende únicamente de la aprobación materna.
  • Dificultad para establecer límites: Puede tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y ceder ante las demandas de la madre narcisista.
  • Sentimiento de culpa: Puede sentirse culpable por recibir la atención y el trato preferencial, especialmente si sus hermanos enfrentan un trato desfavorable.
  • Dificultades en relaciones cercanas: Puede experimentar dificultades en establecer relaciones saludables con los demás, ya que puede estar acostumbrado a recibir admiración y atención constantes.

Síntomas de la «oveja negra»:

  • Baja autoestima y autoconcepto negativo: Puede desarrollar una percepción negativa de sí misma debido al trato desfavorable y críticas constantes de la madre narcisista.
  • Ansiedad y depresión: Puede experimentar ansiedad y depresión debido al estrés emocional causado por el trato desigual y las expectativas poco realistas de la madre.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: Puede sentir que nunca puede cumplir con las expectativas de la madre y que no es lo suficientemente valioso o amado.
  • Dificultades en la confianza: Puede tener dificultades para confiar en los demás y desarrollar relaciones cercanas debido a las experiencias de traición emocional.
  • Conflictos internos: Puede enfrentar conflictos internos entre el deseo de complacer a la madre narcisista y la necesidad de ser auténtico y fiel a sí mismo.

Es importante tener en cuenta que no todos los «niños dorados» o «ovejas negras» desarrollarán todos estos síntomas, y el impacto emocional puede variar según la personalidad y las experiencias únicas de cada individuo. Sin embargo, si reconoces estos síntomas en ti mismo o en alguien que conoces, es esencial buscar apoyo y asesoramiento profesional para abordar los efectos de la dinámica narcisista en la familia y promover la sanación emocional.

Papel de la terapia el el tratamiento del «niño dorado» y de la «oveja negra»

El papel de la terapia es fundamental en el tratamiento tanto del «niño dorado» como de la «oveja negra» en una dinámica familiar con una madre narcisista. Ambos hijos, así como el resto de la familia, pueden beneficiarse enormemente de un trabajo terapéutico para reconocer el rol que jugaron en la dinámica familiar y abordar los posibles síntomas emocionales y psicológicos que puedan haber desarrollado como resultado de esa experiencia.

Para el «niño dorado»:

  • Autoconciencia: La terapia puede ayudar al «niño dorado» a desarrollar una mayor autoconciencia y comprensión de cómo la dinámica narcisista ha influido en su identidad y autoestima.
  • Establecimiento de límites: Aprenderá a establecer límites saludables y a desarrollar una identidad más sólida y equilibrada, independiente de la aprobación de la madre narcisista.
  • Manejo de la culpa: Puede explorar y manejar los sentimientos de culpa que pueden surgir por ser el favorecido en la dinámica familiar y cómo esto ha afectado sus relaciones con otros miembros de la familia.

Para la «oveja negra»:

  • Fortalecimiento de la autoestima: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a reconstruir su autoestima y comprender que su valía no depende de la opinión o el trato de la madre narcisista.
  • Sanación emocional: Puede abordar las heridas emocionales causadas por el trato desfavorable y las críticas constantes recibidas, y aprender estrategias para manejar las emociones relacionadas.
  • Reconocimiento de la propia identidad: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a explorar y reconocer su verdadera identidad, separada de la etiqueta impuesta por la madre narcisista.

Para ambos casos:

  • Autoconciencia: Tomar conciencia de las dinámicas familiares y su impacto puede ser el primer paso para la sanación. Reconocer los patrones disfuncionales permite una mejor comprensión de uno mismo y de cómo esos patrones afectan la vida presente.
  • Autocuidado: Aprender a cuidar de sí mismos es esencial. Esto puede incluir la práctica de técnicas de relajación, ejercicios de respiración, meditación o cualquier otra actividad que promueva la calma y el bienestar.
  • Establecimiento de límites: Aprender a establecer límites saludables es fundamental para proteger la salud mental y emocional frente a las demandas y manipulaciones de la madre narcisista y tener relaciones más saludables.
  • Red de apoyo: Conectar con otras personas que hayan experimentado dinámicas similares puede brindar un sentido de pertenencia y comprensión, además de proveer un espacio para compartir experiencias y aprendizajes.

El/ la psicóloga puede plantear el distanciamiento emocional y, si es necesario, el distanciamiento físico de esa madre narcisista.

Es importante recordar que el proceso de sanación y crecimiento puede llevar tiempo y que cada individuo tendrá su propio ritmo. No hay una fórmula única para el proceso, y buscar ayuda profesional puede ser esencial para guiar y apoyar en el camino hacia la sanación y el bienestar emocional.

 

Es esencial recordar que la dinámica narcisista y disfuncional en una familia puede ser perjudicial para todos los miembros involucrados. Si experimentas una dinámica compleja con una madre narcisista o si conoces a alguien que enfrenta esta situación, es importante buscar apoyo y asesoramiento profesional con un/a psicólogo/a especializado/a en trastornos de la personalidad. La terapia individual o familiar puede ayudar a abordar los problemas emocionales y relacionales y desarrollar estrategias para manejar las complejidades de la dinámica familiar.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

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autocritica y perfeccionismo
El equilibrio entre la autocrítica y el perfeccionismo: claves para una buena salud mental 800 800 Sandra Ribeiro

El equilibrio entre la autocrítica y el perfeccionismo: claves para una buena salud mental

La autocrítica y el perfeccionismo están estrechamente vinculados y pueden tener un impacto significativo en la salud mental. Cuando la autocrítica se manifiesta en forma de perfeccionismo extremo, la búsqueda constante de la excelencia en todas las áreas de la vida puede resultar agotadora y dañina para el bienestar emocional. Un perfeccionismo despiadado, donde nunca sentimos que nuestro trabajo o esfuerzo son lo suficientemente buenos, alimenta un ciclo vicioso que afecta negativamente nuestra autoestima y genera ansiedad y estrés constantes. En este artículo, exploraremos cómo el perfeccionismo puede manifestarse como autocrítica constante y cómo podemos liberarnos de este ciclo para vivir una vida más saludable y plena.

Autocrítica y perfeccionismo 

La autocrítica y el perfeccionismo están estrechamente relacionados. Veamos cómo se interconectan:

  • Perfeccionismo: El perfeccionismo es una actitud o creencia que implica la búsqueda constante e inflexible de la perfección en todos los aspectos de la vida. Las personas perfeccionistas establecen estándares extremadamente altos y a menudo inalcanzables para sí mismas. Siempre se esfuerzan por lograr un rendimiento excepcional y evitan cometer errores a toda costa.
  • Autocrítica: La autocrítica es la capacidad de evaluar y juzgar nuestras propias acciones y comportamientos. En el contexto del perfeccionismo, la autocrítica se vuelve especialmente relevante, ya que las personas perfeccionistas nunca estamos satisfechos con nuestro trabajo o esfuerzo y tienden a ser muy críticas consigo mismas cuando no cumplen con sus estándares imposibles. Se castigan mentalmente por no alcanzar sus expectativas y se ven a sí mismas como incompetentes o deficientes.

Autocrítica, perfeccionismo y salud mental

La autocrítica y el perfeccionismo se retroalimentan, intensificando la obsesión por la perfección y generando un ciclo vicioso que causa un gran daño a nuestra salud mental. Reconocer esta dinámica es el primer paso para superarla. 

La forma en que la autocrítica y el perfeccionismo afectan la salud mental depende de cómo se utilice y del grado de rigurosidad y autocompasión que se aplique:

  • Autocrítica excesiva: Cuando la autocrítica es demasiado severa y constante, puede llevar a la persona a desarrollar una baja autoestima y una percepción negativa de sí misma. Esto puede generar sentimientos de inseguridad, ansiedad, depresión y, en casos extremos, conducir al desarrollo de trastornos de ansiedad o depresión clínica.
  • Perfeccionismo: Como hemos comentado, la autocrítica excesiva también puede alimentar el perfeccionismo, haciendo que la persona se ponga expectativas poco realistas sobre sí misma. El perfeccionismo puede llevar a niveles elevados de estrés y ansiedad debido a la constante necesidad de alcanzar estándares inalcanzables.
  • Autocompasión insuficiente: La falta de autocompasión en la autocrítica puede dificultar la capacidad de lidiar con los errores y fracasos de manera saludable. Si la persona se castiga constantemente por sus fallos sin reconocer su humanidad y la posibilidad de aprender de ellos, esto puede generar sentimientos de culpa y vergüenza, afectando negativamente la salud emocional.
  • Relaciones interpersonales: La autocrítica excesiva también puede afectar las relaciones con los demás, ya que una persona que es dura consigo misma puede tener dificultades para confiar en los demás o para sentirse merecedora de amor y respeto.

Entendiendo el origen de la autocrítica y del perfeccionismo 

El origen de la autocrítica y del perfeccionismo puede variar según cada individuo y está influenciado por una combinación de factores genéticos, ambientales y sociales. Algunas de las posibles causas y factores que pueden contribuir a desarrollar estas características son:

  • Experiencias tempranas: Experiencias en la infancia, como recibir críticas constantes o ser elogiado únicamente cuando se alcanzan estándares muy altos, pueden llevar a una persona a internalizar una voz crítica que se convierte en autocrítica en la edad adulta. Asimismo, expectativas poco realistas por parte de los padres o figuras de autoridad pueden alimentar el perfeccionismo en busca de aprobación y aceptación.
  • Aprendizaje social: La sociedad y la cultura también influyen en cómo se perciben la autocrítica y el perfeccionismo. En algunas culturas, la excelencia y el rendimiento son altamente valorados, lo que puede fomentar el desarrollo del perfeccionismo. Además, si las personas cercanas tienen tendencias perfeccionistas o se critican a sí mismas con frecuencia, esto puede ser modelado y adoptado por otros.
  • Personalidad y temperamento: Algunas personas tienen una predisposición genética a ser más perfeccionistas o autocríticas debido a su personalidad y temperamento. Por ejemplo, las personas con rasgos perfeccionistas pueden ser más propensas a establecer altos estándares para sí mismas.
  • Miedos y creencias irracionales: El perfeccionismo puede estar vinculado a miedos subyacentes, como el miedo al fracaso, el miedo al rechazo o el miedo a no ser lo suficientemente buenos. Estos temores pueden generar una necesidad de controlar todo y lograr la perfección como una forma de evitar sentirse vulnerable.
  • Autoimagen y autoestima: Las personas que tienen una baja autoimagen o una baja autoestima pueden ser más propensas a ser autocríticas y perfeccionistas. Intentan compensar estas percepciones negativas de sí mismos buscando la perfección en un intento de sentirse valiosos y dignos de amor y aceptación.

El lado positivo de la autocrítica

¡No todo está perdido! La autocrítica también puede tener un efecto positivo en la salud mental si se maneja de manera constructiva y equilibrada:

  • Autocrítica constructiva: La capacidad de evaluar objetivamente nuestras acciones puede ser útil para identificar áreas de mejora y crecimiento personal. Cuando la autocrítica se utiliza de manera constructiva y se enfoca en el cambio y la superación de obstáculos, puede ser una herramienta de autodesarrollo.
  • Responsabilidad y aprendizaje: La autocrítica moderada y equilibrada puede ayudar a asumir la responsabilidad de nuestros actos y aprender de los errores. Esto puede promover el crecimiento personal y mejorar la toma de decisiones en el futuro.

Es importante destacar que el perfeccionismo y la autocrítica no siempre son negativos. En su forma moderada, pueden motivar a las personas a mejorar y alcanzar sus metas. Sin embargo, cuando se vuelven extremos y perjudiciales para la salud mental, es esencial buscar formas de desarrollar una autocrítica más equilibrada y fomentar la aceptación de uno mismo con sus imperfecciones y errores, promoviendo así una mejor salud mental. Si sientes que tu perfeccionismo y tu autocrítica están teniendo un impacto negativo en tu bienestar, es importante buscar apoyo emocional, ya sea a través de amigos, familiares o profesionales de la salud mental.

Cómo gestionar la autocrítica y el perfeccionismo

Gestionar la autocrítica y el perfeccionismo puede ser un proceso desafiante, pero con esfuerzo y paciencia, es posible lograr cambios positivos en la manera de pensar y comportarse. Aquí hay algunas estrategias que te pueden ayudar:

  • Practicar la autoconciencia: El primer paso para abordar la autocrítica y el perfeccionismo es ser consciente de estos patrones en ti mismo. Observa cómo te hablas internamente y reconoce cuándo te estás imponiendo estándares poco realistas. Identificar estos pensamientos y comportamientos te permitirá trabajar en cambiarlos.
  • Cuestionar tus pensamientos negativos: Cuestiona la validez de tus pensamientos autocríticos y perfeccionistas. ¿Son realistas? ¿Qué evidencia tienes para respaldarlos? A menudo, descubrirás que tus temores y críticas son exagerados y poco racionales.
  • Establecer expectativas realistas: Aprende a establecer metas y expectativas que sean alcanzables y realistas. Aceptar que la perfección no es posible y que está bien cometer errores te liberará de la presión innecesaria.
  • Celebra el esfuerzo y el progreso: En lugar de centrarte únicamente en los resultados, valora tus esfuerzos y el progreso que has hecho. Reconoce tus logros, incluso si no alcanzan la perfección absoluta.
  • Practicar la autocompasión: Cultiva la autocompasión y la comprensión hacia ti mismo. Trátate con la misma amabilidad y apoyo que le darías a un amigo que esté pasando por dificultades.
  • Acepta los errores como oportunidades de aprendizaje: Cambia tu perspectiva sobre los errores y fracasos. Véalos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento en lugar de como indicadores de incompetencia.
  • Establecer límites: Aprende a establecer límites en tu trabajo y en tu vida personal. Reconoce que está bien no ser perfecto en todo momento y date tiempo para descansar y cuidarte.
  • Buscar apoyo: Habla con amigos, familiares o profesionales de la salud mental sobre tus luchas con la autocrítica y el perfeccionismo. El apoyo externo puede brindar una perspectiva objetiva y estrategias adicionales para gestionar estos desafíos.
  • Practicar la tolerancia a la incertidumbre: Aceptar que no siempre se puede controlar todo y aprender a lidiar con la incertidumbre es esencial para liberarse del perfeccionismo.
  • Practicar técnicas de relajación: Aprende técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda para reducir el estrés y la ansiedad asociados con la autocrítica y el perfeccionismo.

Busca ayuda profesional

Si la autocrítica constante y el perfeccionismo están afectando significativamente tu bienestar emocional, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un/a psicólogo/a puede proporcionarte herramientas y estrategias específicas para superar estas dinámicas y mejorar tu calidad de vida.

Es esencial reconocer, como hemos comentado, que tanto el perfeccionismo como la autocrítica pueden tener un impacto negativo en la salud mental y el bienestar emocional. Abordar estos patrones de pensamiento y comportamiento puede requerir tiempo y esfuerzo, pero es posible a través de la terapia, la autoconciencia y la práctica de la autocompasión. Aprender a aceptar la imperfección y valorar los esfuerzos y logros personales sin juicios severos es un paso importante hacia una salud mental más equilibrada. Recuerda que cada paso hacia la autenticidad y la autoaceptación es un logro valioso en sí mismo.

 

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

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De vuelta a clases: Cómo ayudar a tu hijo/a adolescente a lidiar con el estrés postvacacional 800 800 Sandra Ribeiro

De vuelta a clases: Cómo ayudar a tu hijo/a adolescente a lidiar con el estrés postvacacional

Volver a clases después de las vacaciones puede ser un momento estresante para muchos adolescentes. La transición de un período de descanso y relajación a las responsabilidades académicas puede generar mucha ansiedad y estrés. En este artículo exploraremos el estrés postvacacional en los adolescentes, sus síntomas y estrategias para superarlo. 

 

Síntomas del estrés postvacacional en los adolescentes

El estrés postvacacional en los adolescentes puede manifestarse de diversas maneras, ya que cada individuo puede reaccionar de forma diferente a la transición del tiempo de descanso a la vuelta a clases. Algunos de los síntomas comunes del estrés postvacacional en los adolescentes incluyen:

 

  • Ansiedad: Los adolescentes pueden sentirse ansiosos o preocupados por enfrentar nuevos desafíos académicos, sociales y/o deportivos. 
  • Cambios en el estado de ánimo: Es estrés postvacacional en los adolescentes puede presentarse a través de cambios en el humor como irritabilidad, tristeza o apatía, debido a la adaptación a la nueva rutina.
  • Dificultades para dormir: En este período, los adolescentes pueden tener problemas para conciliar el sueño o despertarse durante la noche debido a pensamientos relacionados con la escuela.
  • Fatiga y falta de energía: La vuelta a las clases y la nueva carga de actividades pueden generar fatiga y agotamiento en algunos adolescentes.
  • Dificultades de concentración: Los adolescentes también pueden tener problemas para concentrarse en las tareas escolares debido a la distracción o la preocupación.
  • Cambios en los hábitos alimenticios: Algunos adolescentes pueden experimentar cambios en sus hábitos alimenticios, como comer en exceso o perder el apetito.
  • Síntomas físicos: El estrés postvacacional puede manifestarse en síntomas físicos, como dolores de cabeza, dolores musculares o problemas gastrointestinales.
  • Retraimiento social: Los adolescentes pueden mostrar un mayor aislamiento social, evitando interactuar con amigos o compañeros de clase.
  • Negatividad hacia la escuela: Pueden expresar descontento o actitud negativa hacia la escuela o ciertas asignaturas.
  • Cambios en el comportamiento: También pueden mostrar cambios en su comportamiento, como aumento de la impulsividad o actitudes rebeldes.

 

Es esencial recordar que estos síntomas pueden variar según la personalidad y las circunstancias de cada adolescente. Si los síntomas persisten o interfieren significativamente con el bienestar y el rendimiento escolar del adolescente, es importante buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a, para brindar el apoyo adecuado y abordar cualquier problema subyacente. Además, el apoyo y la comprensión de los padres y educadores son fundamentales para ayudar a los adolescentes a afrontar el estrés postvacacional de manera positiva.

Cómo ayudar a mi hijo/a adolescente a afrontar el estrés postvacacional

 

  • Comunicación abierta: Habla con tu hijo/a sobre cómo se siente acerca de volver a clases. Escucha sus preocupaciones y sentimientos sin juzgar. La empatía y el apoyo emocional son fundamentales en este momento.
  • Planificación anticipada: Ayuda a tu adolescente a planificar con anticipación su regreso a clases. Puedes ayudarle a hacer una lista de lo que necesita para su primer día, organizar el material escolar y preparar la mochila juntos. Tener todo listo ayuda a reducir la ansiedad y el estrés.
  • Establecer rutinas: Ayuda a tu hijo/a a retomar su rutina diaria antes de que empiecen las clases. Ajustar gradualmente los horarios de sueño y comidas puede facilitar la transición.
  • Fomentar la relajación: Anima a tu adolescente a participar en actividades relajantes que le ayuden a reducir el estrés, como practicar ejercicios de respiración, meditar, leer, dibujar o escuchar música.
  • Manejar las expectativas: Recuerda a tu hijo/a que es normal sentirse un poco nervioso/a al principio, pero que con el tiempo, se adaptará nuevamente a la rutina escolar.
  • Resaltar lo positivo: Enfoca la conversación en aspectos positivos del regreso a clases, como reencontrarse con amigos, aprender cosas nuevas y participar en actividades extracurriculares que le gusten.
  • Fomentar la actividad física: La práctica de ejercicio físico es una excelente manera de liberar tensiones y reducir el estrés. Anima a tu hijo/a a participar en deportes o actividades físicas que le interesen.
  • Estimular el autocuidado: Enséñale a tu adolescente la importancia de cuidar de sí mismo/a. Esto incluye dormir lo suficiente, comer bien, y dedicar tiempo a actividades que le gusten fuera del ámbito escolar.
  • Establecer metas realistas: Ayuda a tu hijo/a a establecer metas alcanzables y a dividirlas en tareas más pequeñas y manejables. Celebrar los logros, por pequeños que sean, puede ayudar a mantener su motivación.
  • Buscar ayuda si es necesario: Si notas que el estrés de tu hijo/a es persistente o está afectando significativamente su bienestar, considera la posibilidad de buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a en adolescentes.

 

Recuerda que cada adolescente es diferente, por lo que es importante adaptar estas sugerencias a las necesidades y preferencias individuales de tu hijo/a. El apoyo y la paciencia son claves para ayudarle a enfrentar el estrés postvacacional y asegurarse de que comiencen el año escolar de la mejor manera posible.

 

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Síndrome o depresión postvacacional:
Síndrome o depresión postvacacional: cómo afrontar la vuelta a la rutina 800 800 Sandra Ribeiro

Síndrome o depresión postvacacional: cómo afrontar la vuelta a la rutina

La vuelta a la rutina después de las vacaciones puede ser un desafío emocional para muchas personas. El fin de las vacaciones y el retorno a la vida cotidiana pueden desencadenar lo que se conoce como síndrome postvacacional o “depresión postvacacional». Sin embargo, es importante recordar que esta transición también puede ser una oportunidad para abrazar el cambio y comenzar de nuevo . En este artículo, exploraremos qué es el síndrome postvacacional, sus síntomas y cómo enfrentarse a la vuelta a la rutina de manera saludable, superando las emociones desagradables y evitando el perfeccionismo para lograr una transición más positiva y con metas realistas.

Síndrome postvacacional o “depresión postvacacional”

El síndrome postvacacional, también conocido como “depresión postvacacional”, es un término utilizado para describir el conjunto de síntomas psicológicos y emocionales que algunas personas pueden experimentar al regresar al trabajo o la rutina diaria después de un período de vacaciones. Aunque no es un trastorno médico reconocido oficialmente, muchas personas informan sentir cierta dificultad para adaptarse a la vuelta al trabajo después de un tiempo de descanso.

Algunos de los síntomas más comunes asociados con el síndrome o depresión postvacacional pueden incluir:

  • Fatiga y falta de energía.
  • Desmotivación y dificultad para concentrarse.
  • Irritabilidad y cambios de humor.
  • Ansiedad y preocupación sobre el trabajo y las responsabilidades.
  • Dificultad para dormir o alteraciones en el sueño.
  • Sensación de apatía y tristeza.

Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración según la persona y la situación específica. El coste psicológico del síndrome o depresión postvacacional puede afectar negativamente el bienestar emocional y la calidad de vida de quienes lo experimentan. Puede impactar en el rendimiento laboral, en las relaciones familiares y sociales, y en la salud en general.

Las causas del síndrome o depresión postvacacional pueden ser diversas, incluyendo la interrupción de la rutina relajada de las vacaciones, el retorno a responsabilidades y exigencias laborales, y la sensación de haber perdido la libertad y el tiempo para uno mismo.

Estrategias para gestionar el síndrome o depresión postvacacional

Aunque no existe una solución única para el síndrome o depresión postvacacional, hay algunas estrategias que pueden ayudar a sobrellevarlo:

  • Gradualidad: Tratar de volver a la rutina de manera gradual y no exigirte demasiado puede hacer que la transición sea menos abrupta y estresante.
  • Organización: Planificar las tareas y responsabilidades laborales de manera realista puede ayudar a reducir la ansiedad y facilitar la adaptación.
  • Autocuidado: Prestar atención a las necesidades físicas y emocionales propias, como descansar lo suficiente, mantener una alimentación equilibrada y practicar actividades placenteras.
  • Comunicación: Hablar con colegas o superiores sobre los sentimientos y preocupaciones relacionados con la vuelta al trabajo puede ayudar a sentirse comprendido y apoyado.
  • Cambio de perspectiva: Intentar enfocarse en los aspectos positivos del trabajo y las oportunidades que ofrece, en lugar de enfocarse únicamente en las dificultades.

Reconociendo y aceptando las emociones asociadas al síndrome o depresión postvacacional

Es normal sentir tristeza o inquietud al volver a la rutina después de las vacaciones. Es importante reconocer y aceptar estas emociones como parte natural del proceso de adaptación postvacacional. Permítete sentir y expresar tus emociones sin juzgarte a ti mismo. Recuerda que estas emociones son temporales y que con el paso de los días te adaptarás a la nueva rutina. Esta aceptación puede ayudarte a sobrellevarlas de manera más saludable.

Enfocándote en lo positivo de la rutina

Aunque pueda parecer abrumador volver a la rutina, trata de enfocarte en los aspectos positivos que ésta. Quizás te estés preguntando: “¿Qué aspectos positivos?”. Te entiendo. Después de unos días estupendos, es normal que no consigas visualizar el lado positivo de la rutina. Sin embargo, la rutina puede brindar estructura y estabilidad en nuestras vidas, permitiéndonos alcanzar nuestras metas y objetivos de forma más consistente. Reflexiona sobre los aspectos de la rutina que disfrutas y que te benefician, y utilízalos como motivación para afrontar esa transición.

Encontrando nuevas formas de disfrutar de la rutina

Para evitar el aburrimiento y la monotonía, busca nuevas formas de disfrutar de la rutina. Incorpora pequeños cambios en tu día a día como probar una nueva actividad, establecer nuevos hábitos saludables o dedicar tiempo a un pasatiempo que te apasione. Estos cambios pueden brindar un sentido de renovación y emoción en tu vida diaria.

Practicando el autocuidado

El autocuidado es esencial para mantener una buena salud mental durante la transición a la rutina. Dedica tiempo para cuidar de ti mismo, tanto física como emocionalmente. Establece momentos de relajación, meditación o ejercicio para liberar el estrés y mantener un equilibrio emocional.

Estableciendo metas realistas y alcanzables

Es importante establecer metas realistas y alcanzables al enfrentar la vuelta a la rutina. Evita poner demasiada presión sobre ti mismo o realizar cambios drásticos en tu vida. En cambio, establece objetivos pequeños y medibles que puedas alcanzar gradualmente. Celebrar tus logros, por pequeños que sean, te ayudará a mantener una actitud positiva hacia tu rutina diaria.

Evitando el perfeccionismo

Es normal que quieras volver a la rutina con una mentalidad positiva y productiva. Sin embargo, evita caer en el perfeccionismo y las expectativas poco realistas. Reconoce que es normal que puedas enfrentar algunos desafíos en la adaptación, y que es normal cometer errores. Aprende a aceptar y celebrar los pequeños logros en el proceso de volver a la rutina.

 

Enfrentar la vuelta a la rutina puede ser un proceso emocionalmente desafiante, pero también representa una oportunidad para abrazar el cambio y crecer personalmente. A través del reconocimiento de las emociones asociadas a este proceso de adaptación, de poner el foco en lo positivo de la rutina, de la búsqueda de nuevas formas de disfrutarla, del autocuidado y de la evitación del perfeccionismo, puedes lograr una transición más saludable y positiva. Recuerda que volver a la rutina lleva tiempo y paciencia, y que cada pequeño paso es un logro significativo en tu camino hacia un equilibrio emocional y al bienestar en tu vida diaria.

Si los síntomas que estás experimentando son demasiado intensos o prolongados, si interfieren significativamente en tu bienestar y funcionamiento diario, te recomendamos buscar apoyo profesional. Acudir a un/a psicólogo/a y recibir orientación profesional facilitará tu reincorporación al trabajo, te ayudará a planificar tu rutina, a encontrar nuevas fuentes de motivación y a gestionar las emociones y síntomas propios del síndrome o depresión postvacacional.

 

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