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Primeras relaciones amorosas: cómo acompañar a nuestros hijos adolescentes

Primeras relaciones amorosas: cómo acompañar a nuestros hijos adolescentes

Primeras relaciones amorosas: cómo acompañar a nuestros hijos adolescentes 150 150 Sandra Ribeiro
La adolescencia es una etapa de grandes cambios, autodescubrimiento y nuevas experiencias, entre ellas, las primeras relaciones amorosas. Para los padres, este momento puede generar sentimientos encontrados: por un lado, es emocionante ver crecer a sus hijos y, por otro, surgen dudas sobre cómo acompañarlos sin invadir su privacidad ni imponer barreras innecesarias.

Guiar a tu hijo en sus primeras experiencias amorosas es clave para que desarrolle relaciones sanas y satisfactorias en el futuro, al mismo tiempo que fortalece su desarrollo emocional. Para ello, es importante abordar este tema con un enfoque preventivo, educativo y de acompañamiento. En base a mi formación y experiencia en terapia con adolescentes, te comento algunas estrategias clave para ayudar a tu hijo en esta etapa de su vida.

1. Fomentar una comunicación abierta y de confianza

Uno de los aspectos más importantes es que tu hijo sienta que puede hablar contigo sobre sus sentimientos y experiencias sin miedo a ser juzgado. Con actitudes como:

  • Muestra interés genuino en sus emociones y escúchalo sin interrumpir. Igual que muchas veces les exigimos que nos escuchen sin interrumpir, vamos a ofrecerles la misma oportunidad.
  • Valida sus sentimientos sin minimizarlos, incluso si te parecen triviales. Es importante tener en cuenta que las preocupaciones en la adolescencia no son las mismas que una persona adulta.
  • Crea un ambiente donde pueda expresarse libremente sin temor a ser reprendido o ridiculizado. Es mejor evitar comentarios u opiniones que pensamos que pueden ayudarles pero que en realidad puedan dañarles. Si eso pasa, lo mejor es reparar y fomentar de nuevo ese clima de confianza.

2. Educar sobre relaciones sanas

Es fundamental enseñar a los adolescentes los pilares de una relación sana, como el respeto, la confianza y la comunicación. Puede ayudar hablar sobre relaciones de personas que conocen o incluso de películas y series que les interesan, y ver la idea que tienen ellos sobre una relación sana. Los temas que serían importantes comentar con ellos son:
  • La importancia de poner límites y ser asertivos en sus relaciones.
  • Identificar relaciones saludables frente a relaciones tóxicas.
  • La igualdad dentro de una relación y el respeto mutuo.

3. Compartir experiencias propias

A los adolescentes les puede resultar útil conocer experiencias de relaciones pasadas de sus padres u otros adultos de confianza. Esto les ayuda a sentirse comprendidos y a aprender herramientas para afrontar diferentes situaciones. Eso sí, es importante compartir anécdotas sin imponer una visión personal o moralista. A tus hijos les encantará saber que en algún momento pasaste por una situación parecida o que entiendes perfectamente su malestar porque tú también lo viviste, eso les permitirá sentirse más aliviados y ayudará a que ellos también se animen a compartir más cosas contigo.

4. Respetar su privacidad

Si bien es importante estar presentes, también lo es reconocer que los adolescentes necesitan su propio espacio. Es normal que no quieran compartir cada detalle de su relación, y es vital respetar esa decisión. Evita presionar para obtener información y permítele establecer sus propios límites sobre lo que desea compartir. Por mi experiencia, cuando se presiona a un adolescente a que comparta sus vivencias tiende a cerrarse más al sentirse interrogado y evita contar cosas.

5. Estar atentos a señales de alerta

Si bien el respeto a su autonomía es crucial, también es necesario estar atentos a posibles signos de malestar que puedan indicar que está viviendo una relación poco saludable. Algunas señales de alerta pueden ser:
  • Cambios en su estado de ánimo, aislamiento o tristeza frecuente.
  • Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
  • Miedo a decepcionar a su pareja o dificultad para poner límites.
  • Conductas de control por parte de su pareja, como celos excesivos o manipulación emocional.
Ante estas situaciones, es importante intervenir desde el respeto y el acompañamiento, ofreciendo apoyo sin invalidar sus sentimientos. En algunos casos, podría ser necesario buscar ayuda profesional y ofrecérselo a ellos desde la preocupación sin juzgar. Esto último es muy importante ya que sino podemos generar el efecto contrario.

6. Fomentar la autoestima y el amor propio

Una buena autoestima es clave para que los adolescentes puedan establecer relaciones sanas. Anima a tu hijo a:
  • Conocerse y valorarse a sí mismo: Ayúdalo a reconocer sus cualidades, fortalecer su autoestima y confiar en sus propias decisiones sin necesidad de compararse con los demás.
  • No depender de la validación externa para sentirse querido: Recuérdale que su valor no está determinado por la opinión de los demás y que el amor propio es la base para cualquier relación saludable.
  • Mantener sus propios intereses y amistades fuera de la relación: Enséñale la importancia de seguir desarrollando sus pasatiempos, metas y vínculos personales para evitar una dependencia emocional y fomentar su independencia.
Y por supuesto, practicar con el ejemplo, los padres son el espejo donde los adolescentes se miran.

7. Hablar sobre sexualidad de manera responsable

El despertar emocional de los adolescentes también puede incluir la exploración de la sexualidad. Como padres, es fundamental brindar información clara y sin tabúes sobre:
  • La importancia del consentimiento, tanto si es hombre o mujer.
  • Prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Cuanta más información tengan más les protegéis.
  • El respeto por su propio cuerpo y el de su pareja. Aquí de nuevo la autoestima es un aspecto clave.
Acompañar a los hijos en sus primeras relaciones amorosas no significa controlarlos ni dirigir cada uno de sus pasos, sino estar presentes con amor, guía y apoyo. La adolescencia es una etapa de aprendizaje y autoconocimiento, y nuestro rol como padres es proporcionarles las herramientas necesarias para que puedan construir relaciones sanas y satisfactorias.
Si incluso poniendo en práctica estas recomendaciones sientes que no consigues ayudar a tu hijo/a como te gustaría o que hay algo que se te escapa, preguntar por orientación de un profesional puede ser una buena opción. Como psicóloga especializada, puedo darte herramientas y estrategias para abordar la situación de una manera más efectiva y adaptada a sus necesidades.
Por otro lado, si percibes que tu hijo/a está sufriendo mucho y ya no sabes cómo ayudarlo más de lo que ya haces, puedes plantearle la opción de empezar una terapia individual. Tener un espacio seguro donde pueda expresarse y recibir apoyo profesional suele marcar una gran diferencia en el bienestar de los adolescentes que acuden a consulta.
Cada hijo es diferente, y cada experiencia amorosa también lo es. Lo importante es demostrarles que estamos aquí para ellos, dispuestos a escuchar, comprender y acompañar su crecimiento con respeto y empatía.

Estamos aquí para ayudarte.

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Valentina Arnez

Psicóloga General Sanitaria (M-33996)

Psicóloga General Sanitaria especializada en el enfoque sistémico con niños, adolescentes, adultos, parejas y familias.

 

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