La vuelta a la rutina después de las vacaciones puede ser un desafío emocional para muchas personas. El fin de las vacaciones y el retorno a la vida cotidiana pueden desencadenar lo que se conoce como síndrome postvacacional o “depresión postvacacional». Sin embargo, es importante recordar que esta transición también puede ser una oportunidad para abrazar el cambio y comenzar de nuevo . En este artículo, exploraremos qué es el síndrome postvacacional, sus síntomas y cómo enfrentarse a la vuelta a la rutina de manera saludable, superando las emociones desagradables y evitando el perfeccionismo para lograr una transición más positiva y con metas realistas.
Síndrome postvacacional o “depresión postvacacional”
El síndrome postvacacional, también conocido como “depresión postvacacional”, es un término utilizado para describir el conjunto de síntomas psicológicos y emocionales que algunas personas pueden experimentar al regresar al trabajo o la rutina diaria después de un período de vacaciones. Aunque no es un trastorno médico reconocido oficialmente, muchas personas informan sentir cierta dificultad para adaptarse a la vuelta al trabajo después de un tiempo de descanso.
Algunos de los síntomas más comunes asociados con el síndrome o depresión postvacacional pueden incluir:
- Fatiga y falta de energía.
- Desmotivación y dificultad para concentrarse.
- Irritabilidad y cambios de humor.
- Ansiedad y preocupación sobre el trabajo y las responsabilidades.
- Dificultad para dormir o alteraciones en el sueño.
- Sensación de apatía y tristeza.
Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración según la persona y la situación específica. El coste psicológico del síndrome o depresión postvacacional puede afectar negativamente el bienestar emocional y la calidad de vida de quienes lo experimentan. Puede impactar en el rendimiento laboral, en las relaciones familiares y sociales, y en la salud en general.
Las causas del síndrome o depresión postvacacional pueden ser diversas, incluyendo la interrupción de la rutina relajada de las vacaciones, el retorno a responsabilidades y exigencias laborales, y la sensación de haber perdido la libertad y el tiempo para uno mismo.
Estrategias para gestionar el síndrome o depresión postvacacional
Aunque no existe una solución única para el síndrome o depresión postvacacional, hay algunas estrategias que pueden ayudar a sobrellevarlo:
- Gradualidad: Tratar de volver a la rutina de manera gradual y no exigirte demasiado puede hacer que la transición sea menos abrupta y estresante.
- Organización: Planificar las tareas y responsabilidades laborales de manera realista puede ayudar a reducir la ansiedad y facilitar la adaptación.
- Autocuidado: Prestar atención a las necesidades físicas y emocionales propias, como descansar lo suficiente, mantener una alimentación equilibrada y practicar actividades placenteras.
- Comunicación: Hablar con colegas o superiores sobre los sentimientos y preocupaciones relacionados con la vuelta al trabajo puede ayudar a sentirse comprendido y apoyado.
- Cambio de perspectiva: Intentar enfocarse en los aspectos positivos del trabajo y las oportunidades que ofrece, en lugar de enfocarse únicamente en las dificultades.
Reconociendo y aceptando las emociones asociadas al síndrome o depresión postvacacional
Es normal sentir tristeza o inquietud al volver a la rutina después de las vacaciones. Es importante reconocer y aceptar estas emociones como parte natural del proceso de adaptación postvacacional. Permítete sentir y expresar tus emociones sin juzgarte a ti mismo. Recuerda que estas emociones son temporales y que con el paso de los días te adaptarás a la nueva rutina. Esta aceptación puede ayudarte a sobrellevarlas de manera más saludable.
Enfocándote en lo positivo de la rutina
Aunque pueda parecer abrumador volver a la rutina, trata de enfocarte en los aspectos positivos que ésta. Quizás te estés preguntando: “¿Qué aspectos positivos?”. Te entiendo. Después de unos días estupendos, es normal que no consigas visualizar el lado positivo de la rutina. Sin embargo, la rutina puede brindar estructura y estabilidad en nuestras vidas, permitiéndonos alcanzar nuestras metas y objetivos de forma más consistente. Reflexiona sobre los aspectos de la rutina que disfrutas y que te benefician, y utilízalos como motivación para afrontar esa transición.
Encontrando nuevas formas de disfrutar de la rutina
Para evitar el aburrimiento y la monotonía, busca nuevas formas de disfrutar de la rutina. Incorpora pequeños cambios en tu día a día como probar una nueva actividad, establecer nuevos hábitos saludables o dedicar tiempo a un pasatiempo que te apasione. Estos cambios pueden brindar un sentido de renovación y emoción en tu vida diaria.
Practicando el autocuidado
El autocuidado es esencial para mantener una buena salud mental durante la transición a la rutina. Dedica tiempo para cuidar de ti mismo, tanto física como emocionalmente. Establece momentos de relajación, meditación o ejercicio para liberar el estrés y mantener un equilibrio emocional.
Estableciendo metas realistas y alcanzables
Es importante establecer metas realistas y alcanzables al enfrentar la vuelta a la rutina. Evita poner demasiada presión sobre ti mismo o realizar cambios drásticos en tu vida. En cambio, establece objetivos pequeños y medibles que puedas alcanzar gradualmente. Celebrar tus logros, por pequeños que sean, te ayudará a mantener una actitud positiva hacia tu rutina diaria.
Evitando el perfeccionismo
Es normal que quieras volver a la rutina con una mentalidad positiva y productiva. Sin embargo, evita caer en el perfeccionismo y las expectativas poco realistas. Reconoce que es normal que puedas enfrentar algunos desafíos en la adaptación, y que es normal cometer errores. Aprende a aceptar y celebrar los pequeños logros en el proceso de volver a la rutina.
Enfrentar la vuelta a la rutina puede ser un proceso emocionalmente desafiante, pero también representa una oportunidad para abrazar el cambio y crecer personalmente. A través del reconocimiento de las emociones asociadas a este proceso de adaptación, de poner el foco en lo positivo de la rutina, de la búsqueda de nuevas formas de disfrutarla, del autocuidado y de la evitación del perfeccionismo, puedes lograr una transición más saludable y positiva. Recuerda que volver a la rutina lleva tiempo y paciencia, y que cada pequeño paso es un logro significativo en tu camino hacia un equilibrio emocional y al bienestar en tu vida diaria.
Si los síntomas que estás experimentando son demasiado intensos o prolongados, si interfieren significativamente en tu bienestar y funcionamiento diario, te recomendamos buscar apoyo profesional. Acudir a un/a psicólogo/a y recibir orientación profesional facilitará tu reincorporación al trabajo, te ayudará a planificar tu rutina, a encontrar nuevas fuentes de motivación y a gestionar las emociones y síntomas propios del síndrome o depresión postvacacional.
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Sandra Ribeiro
Psicóloga General Sanitaria (M-34885)
Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED
Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED