Hablar sobre las razones por las cuales los pacientes abandonan la terapia es importante para entender mejor los motivos que hicieron que nuestros pacientes dejaran su terapia. Las razones pueden ser muy variadas, pero hay algunas que se repiten muy a menudo:
- Falta de conexión: a veces, los pacientes no se sienten conectados con su psicólogo/a, lo que dificulta la construcción de una relación terapéutica sólida. Por la parte del psicólogo/a, esto puede deberse a muchos motivos como: falta de trabajo sobre su personalidad, su ansiedad en conseguir cambios en su paciente, su estilo de comunicación o una posible falta de empatía.
- Expectativas no cumplidas: los pacientes pueden abandonar la terapia si sienten que no están viendo los resultados que esperaban o si creen que la terapia no está abordando sus necesidades de manera efectiva. Esto podría deberse a una falta de claridad en cuanto a las metas terapéuticas o a una comunicación insuficiente entre el paciente y el psicólogo/a.
- Dificultades logísticas: factores como la ubicación, el costo o la disponibilidad de horarios pueden dificultar que los pacientes continúen con la terapia. La logística juega un papel importante en la adherencia al tratamiento, y los obstáculos en este sentido pueden llevar al abandono prematuro.
- Resistencia al cambio: algunos pacientes pueden sentirse incómodos al enfrentar sus problemas o resistirse a realizar cambios en sus vidas, lo que puede dificultar el progreso en la terapia. La resistencia al cambio puede manifestarse de diversas formas y puede ser un obstáculo significativo en el proceso terapéutico.
- Problemas de enfoque terapéutico: si el enfoque terapéutico utilizado por el psicólogo/a no se adapta a las necesidades del paciente o si el paciente no se siente cómodo con dicho enfoque, es más probable que abandone la terapia. Es importante que el psicólogo/a y el paciente estén en sintonía en cuanto al enfoque y las técnicas utilizadas en la terapia.
- Falta de progreso percibido: los pacientes pueden abandonar la terapia si sienten que no están avanzando o si experimentan frustración debido a la falta de mejoría en sus síntomas. Es importante que el psicólogo/a y el paciente revisen regularmente el progreso y ajusten el plan de tratamiento según sea necesario.
He perdido la motivación y ya no me apetece ir a terapia
Es posible que el paciente sienta una pérdida de motivación y falta de interés en continuar con su terapia. En este momento, es importante tener un buen vínculo terapéutico para que el paciente pueda sentirse cómodo para hablar sobre la necesidad de abordar esta preocupación de manera comprensiva y colaborativa.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro/a paciente?
- Explorar las razones detrás de la falta de motivación: esto podría incluir discutir cualquier frustración o insatisfacción con el proceso terapéutico, identificar barreras internas o externas que dificultan la participación en la terapia, o explorar cambios en las circunstancias personales del paciente que podrían estar afectando su disposición para continuar.
- Validar sus sentimientos: es importante que el psicólogo valide los sentimientos del paciente y demuestre empatía hacia sus experiencias. Reconocer y validar la falta de motivación que está sintiendo nuestro/a paciente respecto a la terapia puede ayudar a crear un espacio seguro para que explore sus preocupaciones y emociones subyacentes.
- Reevaluar las metas y el enfoque terapéutico: es necesario que psicólogo/a y paciente trabajen juntos para reevaluar las metas terapéuticas y el enfoque utilizado en la terapia. Esto puede implicar discutir si las metas actuales siguen siendo relevantes y significativas para el paciente, y si el enfoque terapéutico está abordando adecuadamente sus necesidades y preocupaciones. Así como establecer metas más realistas o identificar nuevas formas de aumentar la motivación y el compromiso con la terapia.
- Ayudar al paciente a valorar los beneficios de continuar con la terapia: los psicólogos/as podemos ayudar a los pacientes a recordar los beneficios potenciales de continuar con la terapia, como el desarrollo de habilidades de afrontamiento, la mejora de las relaciones interpersonales, o la reducción de los síntomas de malestar emocional.
Los errores más comunes del psicólogo/a que pueden llevar a que los pacientes abandonen la terapia incluyen:
- Falta de empatía: los pacientes necesitan sentirse comprendidos y apoyados por sus psicólogos. La falta de empatía puede hacer que los pacientes se sientan desconectados o no valorados, lo que puede llevar al abandono de la terapia.
- Falta de claridad en las expectativas: es importante que los psicólogos establezcamos expectativas claras desde el principio en términos de metas terapéuticas, duración del tratamiento y roles tanto del paciente como de nosotros/as como psicólogos/as. La falta de claridad en este sentido puede generar confusión o frustración en el paciente, lo que puede llevar al abandono de la terapia.
- Falta de habilidades de comunicación: la comunicación efectiva es fundamental en la relación terapéutica. Los psicólogos/as debemos ser capaces de escuchar activamente a nuestros pacientes, validar sus experiencias y proporcionar retroalimentación de manera clara y comprensible. La falta de habilidades de comunicación puede dificultar la construcción de una relación terapéutica sólida y afectar negativamente la efectividad de la terapia.
- Falta de flexibilidad en el enfoque terapéutico: cada paciente es único y puede responder de manera diferente a diferentes enfoques terapéuticos. Nosotros/as psicólogos/as debemos ser flexibles y adaptar nuestro enfoque según las necesidades del paciente. La falta de flexibilidad en este sentido puede hacer que los pacientes se sientan frustrados o no comprendidos.
- No abordar conflictos interpersonales: si surge un conflicto entre el paciente y el psicólogo o si el paciente experimenta dificultades en la relación terapéutica, es importante abordarlo de manera abierta y honesta. La falta de atención a los conflictos interpersonales puede hacer que los pacientes se sientan incómodos o resentidos, lo que puede llevar al abandono de la terapia.
Al evitar estos errores comunes y trabajar en colaboración con los pacientes, los psicólogos/as podemos mejorar la efectividad de la terapia y reducir las tasas de abandono.
Me siento presionado/a por mi psicólogo/a: no consigo hacer los cambios que me pide
Presionar demasiado al paciente para el cambio sin trabajar primero en la preparación adecuada para este cambio puede ser contraproducente y llevar al abandono de la terapia. Cada individuo tiene su propio ritmo y proceso de cambio, y es importante que los psicólogos reconozcamos y respetemos este hecho.
Presionar demasiado temprano puede generar resistencia y frustración por parte del paciente y hacer que se sienta abrumado o invalidado. Además, puede socavar la confianza en la relación terapéutica si el paciente percibe que sus necesidades y limitaciones no están siendo tomadas en cuenta.
En lugar de presionar para el cambio de inmediato, los psicólogos/as podemos trabajar en colaboración con los pacientes para explorar sus metas, motivaciones y las barreras que enfrentan para el cambio. Esto puede implicar ayudar al paciente a desarrollar habilidades de afrontamiento, fortalecer la autoestima y la confianza en sí mismo, y construir un sentido de autoeficacia antes de abordar los cambios más significativos.
La terapia centrada en el paciente con un enfoque integrador y basada en la aceptación incondicional del paciente puede ser especialmente útil en este sentido, ya que permite que el paciente avance a su propio ritmo y explore el cambio de manera gradual y respetuosa. Al honrar el proceso individual de cada paciente y trabajar en colaboración con ellos, los psicólogos/as podemos ayudar a crear un entorno terapéutico seguro y de apoyo que fomente el crecimiento y el cambio genuino a largo plazo.
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Sandra Ribeiro
Psicóloga General Sanitaria (M-34885)
Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED
Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva
Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED