10 de septiembre – Día Mundial para la Prevención del Suicidio
Según la terminología internacional, el suicidio se define como el acto deliberado de quitarse la vida. Considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) un grave problema de salud pública mundial, es un tema bastante complejo, pero demasiado importante como para ignorarlo.
La conducta suicida no se refiere solamente al suicidio consumado, es decir, la muerte autoinfligida en la que la persona tenía la intención de quitarse la vida, sino también a otros fenómenos como puede ser la tentativa suicida y la ideación suicida. En la tentativa suicida, el individuo se autolesiona con intención (implícita o explícita) de morir, aunque no llega a un resultado fatal. Ya en la ideación suicida, el individuo tiene pensamientos de quitarse la vida.
Son muchas las investigaciones que señalan que la conducta suicida es un problema multicausal, es decir, no se debe a una única causa, y en la que participan variables sociales, culturales, biológicas, psicológicas y ambientales.
La magnitud e impacto epidemiológico del suicidio en el mundo
La OMS señala que cerca de 800.000 personas se suicidan cada año, estimando que cada 40 segundos se consuma un suicidio en el mundo. Así mismo, nos retrata la situación de nuestros jóvenes con relación a esta casuística, indicando que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
El Instituto Nacional de Estadística (INE), publica cada año la Estadística de defunciones según la causa de muerte en España. En su última publicación (2018), el suicidio (3.539 fallecidos) causó más muertes que el accidente de tráfico (1.896 fallecidos) en todo territorio
nacional. El INE indica que la tasa de hombres que comenten suicidio (2.619) es casi tres veces mayor que la tasa de mujeres (920). Si hablamos de la diferencia entre los países, los países de altos ingresos presentan un número mucho más elevado de suicidios comparados con los de bajos y medios ingresos. Lamentablemente, en España el suicidio es la primera causa de muerte externa (no natural).
Factores de riesgo
Son muchos los factores que intervienen en la conducta suicida, la lista puede ser exhaustiva. Nosotros citaremos algunos:
- Presencia de trastornos mentales (depresión, ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno de la personalidad límite, entre otros).
- Consumo de alcohol, sustancias psicoactivas y otras drogas.
- Historia de trauma.
- Historia de abuso sexual, físico y emocional.
- Antecedentes de intentos de suicidio en la historia previa del individuo.
- Sensación de aislamiento.
- Algunos factores sociodemográficos e incapacidad para afrontarlos como el desempleo, las rupturas de relaciones, los problemas económicos, los dolores y enfermedades crónicas, entre otros.
Factores protectores
Además de los factores de riesgo, es importante tener en cuenta los factores protectores de la conducta suicida. Los más relevantes son:
- Habilidades sociales (es muy importante disponer de apoyo social).
- Estrategias de resolución de problemas (estas estrategias pueden influir en la decisión de no suicidarse).
- Hábitos saludables.
- Autoestima adecuada.
- Buen manejo del estrés.
- Necesidades básicas aseguradas.
- Buen vínculo familiar.
- Reconocimiento de logros.
Cómo obtener ayuda:
- Servicios de Emergencias a través del 112 – Madrid SUMMA
- Teléfono de la Esperanza de Madrid (funciona las 24 horas del día. Tel.: 91 459 00 50)
*También puedes consultar la Guía de autoayuda de prevención del suicidio de la Comunidad de Madrid.
Pide cita:
Rellena nuestro formulario
Para mantenerte informado/a de todos nuestros artículos, síguenos en Instagram.
Sandra Ribeiro
Psicóloga General Sanitaria (M-34885)
Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED
Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva
Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED