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Ayudar a mi hijo adolescente a gestionar sus emociones: Ir a terapia, el gran desafío 800 800 Sandra Ribeiro

Ayudar a mi hijo adolescente a gestionar sus emociones: Ir a terapia, el gran desafío

Ayudar a un hijo adolescente a gestionar sus emociones y conectar con la terapia es un desafío común para muchas familias, ya que la adolescencia es una etapa caracterizada por grandes cambios emocionales, hormonales y sociales. Aquí algunos aspectos clave en los que la terapia puede ser fundamental tanto para el adolescente como para la familia:

  1. Reconocer la importancia del apoyo terapéutico para tu hijo adolescente

La terapia proporciona un espacio seguro para que el/la adolescente explore sus emociones sin sentirse juzgado/a y aprenda estrategias para gestionarlas de manera saludable. Esto es especialmente valioso cuando la comunicación con los padres se complica o hay dificultades para expresar lo que siente.

  1. Fomentar la regulación emocional en la adolescencia

Un/a psicólogo/a puede enseñar al/a la adolescente estrategias para identificar y gestionar sus emociones. Técnicas como la respiración profunda, el manejo del estrés o las estrategias de solución de conflictos pueden ayudarles a no ser reactivos ante situaciones difíciles, y en lugar de eso, pensar antes de actuar.

  1. Fortalecer la relación entre padres e hijos adolescentes

Además de la terapia con el/la adolescente, tenemos sesiones con los padres para darles pautas para una mejor comunicación y convivencia en la familia.

IMPORTANTE: Las sesiones con los padres no son para contarles lo que nos comenta el/la adolescente en sesión, sino para que acompañen el progreso de su hijo/a y reciban pautas de convivencia. Lo más importante es ayudar a su hijo adolescente a gestionar sus emociones con estrategias y recursos saludables.

Otra opción es la terapia familiar. La terapia familiar puede ser una excelente herramienta para mejorar la comunicación dentro de la familia poniendo el foco en todos los miembros del sistema familiar. El/la psicólogo/a actúa como mediador/a, ayudando a los padres a entender las dificultades emocionales de su hijo/a y viceversa, lo que puede reducir tensiones y malentendidos.

  1. Promover la autoconciencia en la adolescencia

La adolescencia es un momento clave para el desarrollo de la identidad. A través de la terapia, el/la adolescente puede aprender a identificar sus propios valores, habilidades y áreas que necesita mejorar, promoviendo un sentido de autocontrol y autoestima.

  1. Construcción de redes de apoyo

Los/las adolescentes a menudo se sienten aislados/as, pero en terapia pueden aprender la importancia de una red de apoyo sólida. Esto incluye no solo a su familia, sino también a amigos y otros adultos de confianza, lo que contribuye a un entorno más positivo y de apoyo.

  1. Involucrar a la familia en el proceso terapéutico del adolescente

Como hemos comentado, la terapia no solo se centra en el/la adolescente, sino también en la dinámica familiar. Involucrar a los padres y hermanos en sesiones puede ser esencial para generar un cambio sistémico (familiar). De esta manera, se aborda el manejo emocional como un esfuerzo colectivo, ayudando a todos a trabajar juntos para crear un ambiente más equilibrado.

  1. Psicoeducación para todos

El/la psicólogo/a también puede proporcionar a la familia herramientas para entender el proceso adolescente y las emociones que acompañan a esta etapa. Esto puede incluir educación sobre el cerebro adolescente, lo que reduce la frustración de los padres al entender que muchas reacciones son parte del desarrollo natural.

En resumen, la ayuda terapéutica en la vida de un/a adolescente y su familia puede ser una pieza clave para manejar las emociones y mejorar la dinámica familiar, promoviendo el bienestar emocional y el crecimiento de todos los miembros de la familia.

Mi hijo/a adolescente no quiere ir a terapia

Es muy común que los/as adolescentes en plena rebeldía se muestren resistentes a la idea de asistir a terapia, ya que esta etapa está marcada por una búsqueda de independencia y rechazo a la autoridad, incluidos los padres o cualquier figura que ellos perciban como tal, como un/a psicólogo/a. Sin embargo, los/as psicólogos/as especializados/as en adolescentes están capacitados/as para manejar esta resistencia de una manera que invita al/a la adolescente a participar y regresar a futuras sesiones. Aquí algunos enfoques que pueden ayudar:

  1. Crear una conexión inicial sin presión

En la primera sesión, el/la psicólogo/a generalmente se enfocará en construir una conexión con el/la adolescente sin imponer expectativas altas. El objetivo es que el/la joven se sienta escuchado/a y comprendido/a, en lugar de sentirse evaluado/a o juzgado/a. El/la psicólogo/a puede abordar temas de interés del adolescente para establecer un lazo y generar confianza, como su música favorita, deportes, amigos o temas que le generan comodidad.

  1. Validar sus emociones y puntos de vista

Un/a adolescente que siente que sus emociones no son validadas o que constantemente es corregido/a, probablemente se cerrará más. Un/a psicólogo/a efectivo validará sus sentimientos sin trivializarlos ni imponerle soluciones. Esta validación puede ayudar al/a la joven a ver el espacio terapéutico como un lugar donde sus emociones importan y no serán rechazadas.

  1. Mantener una postura neutral y sin autoridad

Los/las adolescentes a menudo rechazan la terapia cuando sienten que el/la psicólogo/a actúa como una extensión de la autoridad paterna/materna. Un/a buen/a psicólogo/a mantendrá una postura neutral, evitando alinearse con los padres y centrándose en las necesidades y preocupaciones del/de la adolescente. Al evitar sermones o recomendaciones autoritarias, el/la psicólogo/a puede evitar que el/la joven lo perciba como una figura de control.

  1. Explicar el propósito de la terapia de manera clara

Muchos/as adolescentes rechazan la terapia porque no entienden para qué es realmente. El/la psicólogo/a puede explicar en términos claros y accesibles cómo la terapia puede ayudarles a mejorar aspectos de su vida, como las relaciones, la gestión de emociones o los problemas que los agobian (estrés escolar, relaciones con amigos, familia, etc.). Si entienden el beneficio para ellos/as, es más probable que continúen asistiendo.

  1. Generar expectativas realistas

Los/las adolescentes, como cualquier persona, buscan resultados tangibles. Un/a psicólogo/a experimentado/a puede trabajar en objetivos que sean significativos para el/la adolescente desde el principio. Esto puede ser algo tan simple como aprender a manejar mejor una situación en casa o reducir el estrés por los estudios. Al establecer metas claras y alcanzables, el/la adolescente puede ver valor en seguir asistiendo.

  1. Darles una sensación de control

Permitir que el/la adolescente tenga cierto control sobre el proceso terapéutico puede ser crucial. El/la psicólogo/a puede darle opciones sobre los temas que desea abordar o cómo prefiere trabajar en sesión, lo que reduce la sensación de imposición. Esta autonomía puede hacer que el/la adolescente se sienta más dueño/a de su proceso.

  1. Adaptar el estilo terapéutico al/a la adolescente

El/la psicólogo/a puede ajustar su enfoque dependiendo del tipo de resistencia o personalidad del/de la adolescente. Algunos/as jóvenes responden bien a terapias más creativas o dinámicas, como el uso de metáforas, narrativas, arte o juegos. Otros/as pueden preferir un enfoque más directo o práctico, dependiendo de su temperamento y estilo de comunicación.

  1. Mantener la confidencialidad

A los/las adolescentes les preocupan que lo que hablan en terapia llegue a oídos de sus padres. Como ya hemos comentado, un/a buen/a psicólogo/a enfatiza la confidencialidad del proceso, dejando claro que lo que se hable en las sesiones no será compartido sin su consentimiento, excepto en casos de riesgo. Esto genera un espacio seguro donde el adolescente se siente más libre para abrirse.

  1. Paciencia y tiempo

El proceso terapéutico con adolescentes rebeldes puede ser lento. El/la psicólogo/a sabe que no siempre se obtendrán resultados inmediatos, pero la clave es mantener el espacio abierto, respetuoso y sin presiones, para que el/la adolescente regrese por decisión propia.

En resumen, el éxito en que un/a adolescente regrese a terapia radica en la habilidad del/de la psicólogo/a para construir una relación basada en el respeto, la empatía y la autonomía. La primera sesión es crucial, ya que puede determinar si el/la joven siente que ese es un lugar donde puede expresarse libremente. Ayudar a un hijo adolescente a gestionar sus emociones y conectar con la terapia no es fácil, pero con la ayuda correcta, se puede conseguir.

En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro tenemos un unidad terapéutica especializada en adolescentes y familias. Nuestra experiencia y las valoraciones de nuestros pacientes nos avalan.

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

La importancia del estudio o evaluación psicológica y psicopedagógica en niños y adolescentes 800 800 Sandra Ribeiro

La importancia del estudio o evaluación psicológica y psicopedagógica en niños y adolescentes

En la actualidad, la comprensión de la salud mental y el desarrollo educativo de los niños y adolescentes ha tomado un papel crucial en la sociedad. Los estudios o evaluaciones psicológicas y psicopedagógicas se han convertido en herramientas esenciales para identificar, comprender y abordar diversas situaciones que pueden afectar el bienestar y el rendimiento académico de los jóvenes. A continuación, exploraremos las situaciones en las que se recomienda realizar estos estudios.

  1. Dificultades en el rendimiento escolar: las dificultades en el rendimiento académico pueden deberse a diversos factores, como trastornos de aprendizaje, problemas emocionales o dificultades de adaptación. Un estudio o evaluación psicológica y psicopedagógica puede ayudar a identificar las causas subyacentes y proporcionar estrategias para mejorar el desempeño escolar.
  2. Cambios de comportamiento significativos: los cambios repentinos en el comportamiento, como la agresividad, la reclusión social o la falta de interés en actividades previamente disfrutadas, pueden ser señales de problemas emocionales. Un estudio psicológico puede ayudar a descubrir las razones detrás de estos cambios y facilitar intervenciones tempranas.
  3. Problemas de relación social: la interacción social es crucial en el desarrollo de los niños y adolescentes. Si un joven experimenta dificultades para establecer relaciones o muestra patrones de aislamiento, un estudio o evaluación psicológica puede ser fundamental para comprender y abordar estas dificultades.
  4. Situaciones de estrés o trauma: eventos estresantes o traumáticos, ya sea en el entorno escolar, familiar o social, pueden afectar significativamente la salud mental de los niños y adolescentes. Un estudio o evaluación psicológica puede ayudar a evaluar el impacto emocional de tales experiencias y guiar el tratamiento necesario.
  5. Dificultades de aprendizaje o discapacidades: algunos niños pueden enfrentar desafíos específicos en el aprendizaje, como dislexia, déficit de atención e hiperactividad (TDAH) u otras dificultades. Un estudio o evaluación psicológica y psicopedagógica puede identificar estas necesidades y proporcionar pautas para una educación adaptada.
  6. Proceso de orientación vocacional: en la etapa adolescente, la elección de una carrera puede generar ansiedad y confusiones. Un estudio o evaluación psicopedagógica puede evaluar las habilidades, intereses y aptitudes de los jóvenes, facilitando así una toma de decisiones más informada sobre su futuro académico y profesional.

Es importante destacar que los estudios o evaluaciones psicológicas y psicopedagógicas desempeñan un papel crucial en la detección y el abordaje de diversas situaciones que afectan la salud mental y el rendimiento académico de niños y adolescentes. La identificación temprana de estas situaciones permite implementar intervenciones adecuadas, contribuyendo así al desarrollo integral de la juventud y a su bienestar a lo largo de la vida.

¿Qué esperar del estudio psicológico o psicopedágico de mi hijo/a?

Un estudio psicológico de un niño implica una evaluación integral de varios aspectos de su desarrollo emocional, cognitivo y social. Aquí hay algunas expectativas comunes que puedes tener al someter a tu hijo/a a un estudio psicológico:

  1. Evaluación del desarrollo emocional: el/la psicólogo/a examinará el estado emocional de tu hijo/a, observando cómo maneja y expresa sus emociones. También puede evaluar la presencia de posibles problemas emocionales, como ansiedad, depresión o dificultades en las relaciones sociales.
  2. Evaluación del desarrollo cognitivo: el estudio incluirá pruebas de inteligencia y evaluaciones cognitivas para entender el funcionamiento intelectual de tu hijo/a. Esto puede ayudar a identificar posibles talentos, áreas de fortaleza y desafíos cognitivos.
  3. Identificación de posibles trastornos del desarrollo: si hay preocupaciones sobre el desarrollo del niño, el/la psicólogo/a puede realizar pruebas específicas para detectar trastornos del espectro autista, déficit de atención e hiperactividad (TDAH) u otros trastornos del desarrollo.
  4. Evaluación del rendimiento académico: en el caso de un estudio psicopedagógico, se evaluará el rendimiento académico de tu hijo/a. Esto incluirá la identificación de posibles dificultades de aprendizaje, así como recomendaciones para abordarlas.
  5. Análisis de conducta: se evaluará el comportamiento de tu hijo/a en diferentes contextos para identificar patrones de conducta, interacciones sociales y posibles desafíos en la adaptación a entornos específicos, como la escuela o el hogar.
  6. Entrevistas con padres y maestros: es probable que el/la psicólogo/a realice entrevistas con los padres y, en algunos casos, con los maestros. Estas conversaciones ayudan a obtener una perspectiva completa del/de la niño/a, ya que el comportamiento y el rendimiento pueden variar según el entorno.
  7. Orientación para intervenciones y tratamientos: basándose en los resultados de la evaluación, el/la psicólogo/a proporcionará recomendaciones específicas para abordar cualquier problema identificado. Esto puede incluir terapia, intervenciones educativas, apoyo en el hogar o recomendaciones para profesionales especializados.
  8. Apoyo en la toma de decisiones: en caso de preocupaciones académicas o de salud mental, el estudio psicológico también puede proporcionar orientación para tomar decisiones informadas sobre el bienestar y el futuro educativo de tu hijo/a.

Recuerda que la información recopilada durante un estudio o evaluación psicológica tiene el propósito de comprender mejor las necesidades y fortalezas de tu hijo/a, así como proporcionar orientación para posibles intervenciones terapéuticas y/o educativas. Es un proceso colaborativo que involucra a los padres, maestros y otros profesionales para asegurar el desarrollo saludable del niño.
En nuestro centro, nuestras psicólogas están especializadas en la realización de estudios o evaluaciones psicológicas y psicopedagógicas.
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*También realizamos estudios/evaluaciones psicológicas con adultos. 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

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Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra” 800 800 Sandra Ribeiro

Madres narcisistas: el “niño dorado” y la “oveja negra”

La dinámica de una madre narcisista dentro de la familia puede tener efectos profundos en sus hijos e hijas. Mientras que uno puede ser el «niño dorado», favorecido y sobrevalorado, otro puede ser la «oveja negra», menospreciada y criticada constantemente. Descubramos cómo esta dinámica disfuncional afecta a los hijos e hijas y la importancia de buscar apoyo para superar sus efectos emocionales.

“Niño dorado” y “oveja negra”: significado

«El niño dorado” de la madre narcisista es un término que se utiliza para describir al/a la hijo/a que es favorecido/a y sobrevalorado/a por una madre narcisista.

La “oveja negra” de la madre narcisista es el término que se usa para describir a un/a hijo/a que es constantemente menospreciado/a, ignorado/a o criticado/a por una madre con trastorno narcisista de la personalidad. En contraste con el «niño dorado», la “oveja negra” es el miembro de la familia que recibe un trato desfavorable y negativo.

La dinámica del «niño dorado» y de la «oveja negra» también puede ocurrir en familias con un padre narcisista. Al igual que con una madre narcisista, un padre narcisista puede mostrar favoritismo y trato desigual hacia sus hijos, lo que puede llevar a la formación de estas dinámicas disfuncionales.

Es importante destacar que, aunque la literatura nos indique que, en la mayoría de las familias con madres narcisistas, en la que la estructura familiar lo permite, ocurre que el “niño dorado” es un hijo varón y a la “oveja negra” una hija mujer, queremos enfatizar que en nuestra experiencia clínica estas dinámicas no son universales y pueden variar según la personalidad de la madre narcisista, la estructura familiar, las experiencias pasadas y otros factores. En algunas familias, la dinámica puede ser diferente, con una hija mujer siendo la “niña dorada” y un hijo varón como la “oveja negra». Además, la dinámica narcisista no está limitada a familias con varios hijos, ya que también puede ocurrir en familias con hijos/as únicos/as o en otras estructuras familiares. En el presente artículo, utilizaremos los conceptos “niño dorado” y “oveja negra” indiscriminadamente.

Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP)

En general, una persona con un Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) se caracteriza por un patrón persistente de comportamientos egocéntricos y desadaptativos que afectan significativamente la vida y las relaciones interpersonales. Las personas con TNP suelen tener dificultades para establecer relaciones significativas y saludables debido a su enfoque egocéntrico y falta de empatía. Para una definición más exhaustiva de madres narcisistas, consulta nuestro artículo: “Madres narcisistas”.

El “niño dorado” de una madre narcisista

En este contexto, el término «niño dorado» se refiere a un/a hijo/a que es tratado como el favorito, elogiado constantemente y colocado en un pedestal por la madre narcisista. La madre puede enfocar toda su atención en este hijo/a, cumpliendo sus deseos y necesidades, mientras que desestima o menosprecia a otros hijos que no son considerados tan especiales.

Ser el “niño dorado” de una madre narcisista puede tener un impacto significativo en el desarrollo del niño/a. Puede generar un sentido de superioridad y una actitud de entitlement (creer que merece privilegios especiales) en el/la hijo/a favorecido, así como sentimientos de rechazo, envidia y resentimiento en los demás hijos que no reciben el mismo trato.

A medida que estos niños crecen, pueden tener dificultades para desarrollar relaciones saludables y equitativas, ya que pueden internalizar el mensaje de que son mejores o más importantes que los demás. También pueden enfrentar dificultades en la vida adulta al lidiar con situaciones en las que no sean el centro de atención o no reciban el trato especial al que estaban acostumbrados.

Es importante destacar que este patrón de crianza puede ser perjudicial para todos los hijos involucrados y para la dinámica familiar en general.

El niño dorado: síntomas y características 

El “niño dorado” de una madre narcisista puede desarrollar una serie de síntomas y características como resultado de la dinámica disfuncional en la que se encuentra. Algunos de los síntomas comunes que podrían surgir incluyen:

  • Sentido exagerado de superioridad: El/la niño/a puede desarrollar un sentido exagerado de importancia y sentirse superior a los demás, creyendo que merece privilegios especiales.
  • Falta de empatía: Al haber sido sobrevalorado constantemente, el/la niño/a puede tener dificultades para ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos o necesidades.
  • Buscar atención y validación constante: El “niño dorado” puede buscar continuamente la aprobación y elogios de los demás para mantener su sentido de autoestima inflada.
  • Dificultades para establecer relaciones equitativas: Puede tener problemas para establecer relaciones saludables y equitativas con los demás, ya que está acostumbrado a recibir un trato especial y puede esperar el mismo trato en todas las situaciones.
  • Sensibilidad a la crítica: Debido a la sobrevaloración constante, el “niño dorado” puede ser especialmente sensible a la crítica y reaccionar negativamente a cualquier comentario negativo sobre él o sus acciones.
  • Falta de límites: Al ser el favorito de la madre narcisista, es probable que el/la niño/a haya sido consentido en exceso, lo que puede llevarlo a tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y responsabilidades.
  • Dificultades en el trabajo en equipo: Puede tener problemas para trabajar en equipo y cooperar con otros, ya que puede sentir que sus ideas y contribuciones son siempre superiores.
  • Inseguridad encubierta: A pesar de su aparente sentido de superioridad, el “niño dorado” puede tener inseguridades profundas y miedo a ser abandonado o despreciado si no cumple con las expectativas de la madre narcisista y, en consecuencia, de los demás.

Es importante tener en cuenta que no todos los/as niños/as que son tratados como el “niño dorado” desarrollarán todos estos síntomas, y las experiencias individuales pueden variar. Estos síntomas pueden persistir en la vida adulta si no se abordan adecuadamente a través de la terapia y el autoconocimiento. Si crees que puedes ser el “niño dorado” o conoces a alguien que pueda estar enfrentando esta situación, es esencial buscar ayuda profesional para comprender y manejar los efectos de la crianza narcisista.

La “oveja negra” de una madre narcisista

La hija o hijo que se convierte en la «oveja negra» de una madre narcisista puede intentar desesperadamente complacer y satisfacer las necesidades de su progenitora narcisista en un esfuerzo por recibir su aprobación y amor. Esta dinámica puede ser especialmente dañina para la identidad de la persona “oveja negra”, ya que se ve obligada a suprimir o negar sus propias necesidades, deseos y personalidad para adaptarse a lo que la madre narcisista espera o quiere que sea.

“Oveja negra”: la pérdida de la identidad

Al intentar agradar a la madre narcisista, la “oveja negra” puede perder su sentido de identidad y autoestima, ya que sus propias necesidades y deseos no son tomados en cuenta o son desestimados. Puede sentir que nunca es lo suficientemente buena o valiosa para la madre y que su valor como persona depende de cómo la madre la percibe y trata en un momento dado.

Esta constante invalidación de la identidad y la falta de aceptación por parte de la madre narcisista pueden tener un impacto devastador en el desarrollo emocional y psicológico de la persona “oveja negra”. Pueden surgir sentimientos de confusión, inseguridad y baja autoestima. La hija o hijo puede sentir que no sabe quién es realmente, ya que ha estado tratando de adaptarse a las expectativas cambiantes y poco realistas de la madre narcisista.

Además, la búsqueda desesperada de aprobación y amor por parte de la “oveja negra” hacia la madre narcisista puede llevar a relaciones interpersonales poco saludables en el futuro, ya que pueden tener dificultades para establecer límites adecuados o reconocer relaciones tóxicas.

Los efectos de una crianza narcisista pueden ser devastadores. La terapia puede ser de gran ayuda para recuperar una identidad saludable, desarrollar una autoestima sólida y aprender a establecer límites adecuados en las relaciones con los demás, incluyendo la relación con la madre narcisista.

La “oveja negra”: síntomas y características 

Las “ovejas negras” a menudo se encuentran en una posición en la que sus logros y esfuerzos son minimizados o desestimados, mientras que sus errores y defectos se magnifican. Pueden ser objeto de críticas constantes, humillaciones o comparaciones negativas con otros miembros de la familia, especialmente con el “niño dorado”.

Como resultado de este trato injusto y perjudicial, la “oveja negra” puede desarrollar una serie de síntomas y características, que pueden incluir:

  • Baja autoestima: El trato negativo y la falta de apoyo de la madre narcisista pueden minar la confianza y autoestima de la “oveja negra”.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: La “oveja negra” puede sentirse rechazada e inadecuada debido a la falta de reconocimiento y afecto por parte de la madre.
  • Resentimiento hacia la madre y/o el hermano “niño dorado”: La “oveja negra” puede desarrollar resentimiento hacia la madre por el trato desigual y hacia el “niño dorado” por recibir el favoritismo.
  • Búsqueda de validación externa: La “oveja negra” suele buscar constantemente la validación y aprobación fuera del ámbito familiar, ya que rara vez la obtienen de su madre narcisista.
  • Conductas autodestructivas: En algunos casos, la “oveja negra” puede recurrir a conductas autodestructivas como forma de lidiar con el dolor y la frustración.
  • Relaciones conflictivas: Puede también tener dificultades para establecer relaciones saludables debido a la dinámica tóxica que ha experimentado en su familia de origen.
  • Independencia y rebelión: Al sentir que nunca cumple con las expectativas de su madre, algunas “ovejas negras” pueden volverse independientes o incluso rebeldes como una forma de protegerse y afirmar su identidad.

Es fundamental comprender que estos síntomas y características no son una consecuencia directa de ser la “oveja negra”, sino más bien resultado de la dinámica narcisista y disfuncional dentro de la familia. Buscar apoyo profesional puede ser de gran ayuda para abordar y sanar las heridas emocionales y desarrollar una mayor resiliencia y autoestima. La terapia puede ayudarte a establecer límites saludables y a desarrollar habilidades para establecer relaciones más satisfactorias en el futuro.

De “niño dorado” a “oveja negra”: cuando la madre narcisista cambia la dinámica

El cambio de dinámica de «niño dorado» a «oveja negra» puede ocurrir en familias con una madre narcisista cuando la madre decide cambiar su percepción o actitud hacia un hijo determinado. Esto puede deberse a diversas razones, y la dinámica puede variar según las circunstancias específicas de la familia y la personalidad de la madre narcisista. Algunos posibles escenarios de cambio de dinámica podrían ser:

  • Rivalidad entre hermanos: Si hay varios hijos en la familia, la madre narcisista podría fomentar la rivalidad y la competencia entre ellos, alternando entre elevar a uno como el «niño dorado» y despreciar a otro como la «oveja negra», dependiendo de las circunstancias o su estado de ánimo.
  • Cambio de percepción del hijo “niño dorado»: El hijo “niño dorado» puede llegar a decepcionar a la madre narcisista al no cumplir con sus expectativas o desafiarla de alguna manera. Esto puede llevar a que la madre cambie su percepción y trato hacia ese hijo, desplazándolo hacia una posición de “oveja negra”.
  • Necesidad de control: La madre narcisista puede cambiar la dinámica para mantener el control y manipular a los miembros de la familia según sus necesidades y deseos en un momento dado.
  • Cambio en la estructura familiar: Eventos importantes como un divorcio, la llegada de un nuevo hijo, la “oveja negra” se ha independizado u otros cambios en la dinámica familiar pueden alterar la percepción y el trato de la madre hacia uno de sus hijos.
  • Proyección de inseguridades: La madre narcisista puede proyectar sus propias inseguridades y problemas no resueltos en uno de sus hijos, lo que puede llevar a un cambio en la dinámica.
  • Influencia externa: A veces, la dinámica de la familia puede verse afectada por la influencia de personas externas, como amigos, familiares o cambios en el entorno social.

Síntomas que pueden desarrollar el “niño dorado” y la “oveja negra”

El «niño dorado» y la «oveja negra», hijos/as de una madre narcisista, pueden desarrollar diferentes síntomas emocionales y psicológicos debido a su posición en la dinámica familiar disfuncional. Estos síntomas pueden variar en intensidad y presentación en cada individuo, pero algunos comunes son:

Síntomas del «niño dorado»:

  • Necesidad excesiva de aprobación: Puede desarrollar una búsqueda constante de elogios y validación externa debido a la sobrevaloración y elogios recibidos de la madre narcisista.
  • Baja autoestima oculta: Aunque pueda parecer que tiene una autoestima sólida por el favoritismo de la madre, en realidad, puede sentir que su valía depende únicamente de la aprobación materna.
  • Dificultad para establecer límites: Puede tener dificultades para establecer límites adecuados en sus relaciones y ceder ante las demandas de la madre narcisista.
  • Sentimiento de culpa: Puede sentirse culpable por recibir la atención y el trato preferencial, especialmente si sus hermanos enfrentan un trato desfavorable.
  • Dificultades en relaciones cercanas: Puede experimentar dificultades en establecer relaciones saludables con los demás, ya que puede estar acostumbrado a recibir admiración y atención constantes.

Síntomas de la «oveja negra»:

  • Baja autoestima y autoconcepto negativo: Puede desarrollar una percepción negativa de sí misma debido al trato desfavorable y críticas constantes de la madre narcisista.
  • Ansiedad y depresión: Puede experimentar ansiedad y depresión debido al estrés emocional causado por el trato desigual y las expectativas poco realistas de la madre.
  • Sentimientos de rechazo e inadecuación: Puede sentir que nunca puede cumplir con las expectativas de la madre y que no es lo suficientemente valioso o amado.
  • Dificultades en la confianza: Puede tener dificultades para confiar en los demás y desarrollar relaciones cercanas debido a las experiencias de traición emocional.
  • Conflictos internos: Puede enfrentar conflictos internos entre el deseo de complacer a la madre narcisista y la necesidad de ser auténtico y fiel a sí mismo.

Es importante tener en cuenta que no todos los «niños dorados» o «ovejas negras» desarrollarán todos estos síntomas, y el impacto emocional puede variar según la personalidad y las experiencias únicas de cada individuo. Sin embargo, si reconoces estos síntomas en ti mismo o en alguien que conoces, es esencial buscar apoyo y asesoramiento profesional para abordar los efectos de la dinámica narcisista en la familia y promover la sanación emocional.

Papel de la terapia el el tratamiento del «niño dorado» y de la «oveja negra»

El papel de la terapia es fundamental en el tratamiento tanto del «niño dorado» como de la «oveja negra» en una dinámica familiar con una madre narcisista. Ambos hijos, así como el resto de la familia, pueden beneficiarse enormemente de un trabajo terapéutico para reconocer el rol que jugaron en la dinámica familiar y abordar los posibles síntomas emocionales y psicológicos que puedan haber desarrollado como resultado de esa experiencia.

Para el «niño dorado»:

  • Autoconciencia: La terapia puede ayudar al «niño dorado» a desarrollar una mayor autoconciencia y comprensión de cómo la dinámica narcisista ha influido en su identidad y autoestima.
  • Establecimiento de límites: Aprenderá a establecer límites saludables y a desarrollar una identidad más sólida y equilibrada, independiente de la aprobación de la madre narcisista.
  • Manejo de la culpa: Puede explorar y manejar los sentimientos de culpa que pueden surgir por ser el favorecido en la dinámica familiar y cómo esto ha afectado sus relaciones con otros miembros de la familia.

Para la «oveja negra»:

  • Fortalecimiento de la autoestima: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a reconstruir su autoestima y comprender que su valía no depende de la opinión o el trato de la madre narcisista.
  • Sanación emocional: Puede abordar las heridas emocionales causadas por el trato desfavorable y las críticas constantes recibidas, y aprender estrategias para manejar las emociones relacionadas.
  • Reconocimiento de la propia identidad: La terapia puede ayudar a la «oveja negra» a explorar y reconocer su verdadera identidad, separada de la etiqueta impuesta por la madre narcisista.

Para ambos casos:

  • Autoconciencia: Tomar conciencia de las dinámicas familiares y su impacto puede ser el primer paso para la sanación. Reconocer los patrones disfuncionales permite una mejor comprensión de uno mismo y de cómo esos patrones afectan la vida presente.
  • Autocuidado: Aprender a cuidar de sí mismos es esencial. Esto puede incluir la práctica de técnicas de relajación, ejercicios de respiración, meditación o cualquier otra actividad que promueva la calma y el bienestar.
  • Establecimiento de límites: Aprender a establecer límites saludables es fundamental para proteger la salud mental y emocional frente a las demandas y manipulaciones de la madre narcisista y tener relaciones más saludables.
  • Red de apoyo: Conectar con otras personas que hayan experimentado dinámicas similares puede brindar un sentido de pertenencia y comprensión, además de proveer un espacio para compartir experiencias y aprendizajes.

El/ la psicóloga puede plantear el distanciamiento emocional y, si es necesario, el distanciamiento físico de esa madre narcisista.

Es importante recordar que el proceso de sanación y crecimiento puede llevar tiempo y que cada individuo tendrá su propio ritmo. No hay una fórmula única para el proceso, y buscar ayuda profesional puede ser esencial para guiar y apoyar en el camino hacia la sanación y el bienestar emocional.

 

Es esencial recordar que la dinámica narcisista y disfuncional en una familia puede ser perjudicial para todos los miembros involucrados. Si experimentas una dinámica compleja con una madre narcisista o si conoces a alguien que enfrenta esta situación, es importante buscar apoyo y asesoramiento profesional con un/a psicólogo/a especializado/a en trastornos de la personalidad. La terapia individual o familiar puede ayudar a abordar los problemas emocionales y relacionales y desarrollar estrategias para manejar las complejidades de la dinámica familiar.

 

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Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

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vuelta a clase
De vuelta a clases: Cómo ayudar a tu hijo/a adolescente a lidiar con el estrés postvacacional 800 800 Sandra Ribeiro

De vuelta a clases: Cómo ayudar a tu hijo/a adolescente a lidiar con el estrés postvacacional

Volver a clases después de las vacaciones puede ser un momento estresante para muchos adolescentes. La transición de un período de descanso y relajación a las responsabilidades académicas puede generar mucha ansiedad y estrés. En este artículo exploraremos el estrés postvacacional en los adolescentes, sus síntomas y estrategias para superarlo. 

 

Síntomas del estrés postvacacional en los adolescentes

El estrés postvacacional en los adolescentes puede manifestarse de diversas maneras, ya que cada individuo puede reaccionar de forma diferente a la transición del tiempo de descanso a la vuelta a clases. Algunos de los síntomas comunes del estrés postvacacional en los adolescentes incluyen:

 

  • Ansiedad: Los adolescentes pueden sentirse ansiosos o preocupados por enfrentar nuevos desafíos académicos, sociales y/o deportivos. 
  • Cambios en el estado de ánimo: Es estrés postvacacional en los adolescentes puede presentarse a través de cambios en el humor como irritabilidad, tristeza o apatía, debido a la adaptación a la nueva rutina.
  • Dificultades para dormir: En este período, los adolescentes pueden tener problemas para conciliar el sueño o despertarse durante la noche debido a pensamientos relacionados con la escuela.
  • Fatiga y falta de energía: La vuelta a las clases y la nueva carga de actividades pueden generar fatiga y agotamiento en algunos adolescentes.
  • Dificultades de concentración: Los adolescentes también pueden tener problemas para concentrarse en las tareas escolares debido a la distracción o la preocupación.
  • Cambios en los hábitos alimenticios: Algunos adolescentes pueden experimentar cambios en sus hábitos alimenticios, como comer en exceso o perder el apetito.
  • Síntomas físicos: El estrés postvacacional puede manifestarse en síntomas físicos, como dolores de cabeza, dolores musculares o problemas gastrointestinales.
  • Retraimiento social: Los adolescentes pueden mostrar un mayor aislamiento social, evitando interactuar con amigos o compañeros de clase.
  • Negatividad hacia la escuela: Pueden expresar descontento o actitud negativa hacia la escuela o ciertas asignaturas.
  • Cambios en el comportamiento: También pueden mostrar cambios en su comportamiento, como aumento de la impulsividad o actitudes rebeldes.

 

Es esencial recordar que estos síntomas pueden variar según la personalidad y las circunstancias de cada adolescente. Si los síntomas persisten o interfieren significativamente con el bienestar y el rendimiento escolar del adolescente, es importante buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a, para brindar el apoyo adecuado y abordar cualquier problema subyacente. Además, el apoyo y la comprensión de los padres y educadores son fundamentales para ayudar a los adolescentes a afrontar el estrés postvacacional de manera positiva.

Cómo ayudar a mi hijo/a adolescente a afrontar el estrés postvacacional

 

  • Comunicación abierta: Habla con tu hijo/a sobre cómo se siente acerca de volver a clases. Escucha sus preocupaciones y sentimientos sin juzgar. La empatía y el apoyo emocional son fundamentales en este momento.
  • Planificación anticipada: Ayuda a tu adolescente a planificar con anticipación su regreso a clases. Puedes ayudarle a hacer una lista de lo que necesita para su primer día, organizar el material escolar y preparar la mochila juntos. Tener todo listo ayuda a reducir la ansiedad y el estrés.
  • Establecer rutinas: Ayuda a tu hijo/a a retomar su rutina diaria antes de que empiecen las clases. Ajustar gradualmente los horarios de sueño y comidas puede facilitar la transición.
  • Fomentar la relajación: Anima a tu adolescente a participar en actividades relajantes que le ayuden a reducir el estrés, como practicar ejercicios de respiración, meditar, leer, dibujar o escuchar música.
  • Manejar las expectativas: Recuerda a tu hijo/a que es normal sentirse un poco nervioso/a al principio, pero que con el tiempo, se adaptará nuevamente a la rutina escolar.
  • Resaltar lo positivo: Enfoca la conversación en aspectos positivos del regreso a clases, como reencontrarse con amigos, aprender cosas nuevas y participar en actividades extracurriculares que le gusten.
  • Fomentar la actividad física: La práctica de ejercicio físico es una excelente manera de liberar tensiones y reducir el estrés. Anima a tu hijo/a a participar en deportes o actividades físicas que le interesen.
  • Estimular el autocuidado: Enséñale a tu adolescente la importancia de cuidar de sí mismo/a. Esto incluye dormir lo suficiente, comer bien, y dedicar tiempo a actividades que le gusten fuera del ámbito escolar.
  • Establecer metas realistas: Ayuda a tu hijo/a a establecer metas alcanzables y a dividirlas en tareas más pequeñas y manejables. Celebrar los logros, por pequeños que sean, puede ayudar a mantener su motivación.
  • Buscar ayuda si es necesario: Si notas que el estrés de tu hijo/a es persistente o está afectando significativamente su bienestar, considera la posibilidad de buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a en adolescentes.

 

Recuerda que cada adolescente es diferente, por lo que es importante adaptar estas sugerencias a las necesidades y preferencias individuales de tu hijo/a. El apoyo y la paciencia son claves para ayudarle a enfrentar el estrés postvacacional y asegurarse de que comiencen el año escolar de la mejor manera posible.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

"La influencia de la crianza en el desarrollo de la personalidad"
La influencia de la crianza en el desarrollo de la personalidad 800 800 Sandra Ribeiro

La influencia de la crianza en el desarrollo de la personalidad

La crianza de los padres y cuidadores desempeña un papel fundamental en la formación del desarrollo emocional y social de un individuo. Desde una edad temprana, los niños son influenciados por los estilos parentales y las interacciones familiares, lo que puede moldear la forma en que perciben el mundo y desarrollan su personalidad. En este artículo, exploraremos la influencia de la crianza en el desarrollo de la personalidad y cómo los estilos parentales pueden tener efectos duraderos en la vida de una persona. Además, veremos cómo el asesoramiento psicológico puede ser beneficioso en momentos específicos de este proceso y en qué se diferencia de una terapia tradicional.

La importancia de los primeros años de vida

La crianza en los primeros años de vida son cruciales en el desarrollo de la personalidad de un individuo. Durante esta etapa, los niños dependen en gran medida de sus padres y cuidadores para satisfacer sus necesidades emocionales y físicas y están especialmente influenciados por la forma en que sus padres o cuidadores interactúan con ellos y entre ellos. Un ambiente cálido y afectuoso puede fomentar una sensación de seguridad y confianza en el niño, sentando las bases para una personalidad sana y equilibrada. Por otro lado, una crianza negligente o abusiva puede generar inseguridades y problemas de autoestima que pueden manifestarse en la vida adulta.

Aquí hay algunas formas en que la crianza puede moldear la personalidad de un individuo y cómo los estilos parentales pueden afectar su crecimiento emocional y social:

  • Modelado de comportamientos: Los niños tienden a imitar el comportamiento de sus padres o cuidadores. Si los padres muestran comportamientos positivos y saludables, es más probable que los niños adopten esos comportamientos también. Por otro lado, si los padres muestran conductas negativas o poco saludables, los niños también pueden imitar esas conductas.
  • Formación de vínculos emocionales: La calidad de la relación entre padres e hijos puede influir en cómo los niños desarrollan y mantienen relaciones emocionales en el futuro. Si los padres brindan apoyo, afecto y seguridad emocional, los niños tienen más probabilidades de desarrollar relaciones seguras y saludables en su vida adulta. Por otro lado, la falta de apego seguro en la infancia puede llevar a dificultades en las relaciones en la edad adulta.
  • Autonomía y autoestima: La forma en que los padres alientan la autonomía y la toma de decisiones en sus hijos puede influir en su confianza y autoestima. Un enfoque que fomente la independencia y la toma de decisiones informadas puede ayudar a los niños a desarrollar una mayor confianza en sí mismos, mientras que un enfoque sobreprotector puede limitar su capacidad para enfrentar desafíos y tomar decisiones.
  • Habilidades sociales: Los padres que fomentan la empatía, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos pueden ayudar a sus hijos a desarrollar habilidades sociales más sólidas y relaciones más saludables con sus pares.
  • Regulación emocional: Los niños aprenden a regular sus emociones observando cómo sus padres les ayudan a regular sus emociones y cómo manejan las suyas propias. Si los padres muestran habilidades efectivas para manejar sus propias emociones y las del niño, es más probable que éste también desarrolle una capacidad adecuada para la autorregulación emocional.

Los estilos parentales y sus efectos

Los estilos parentales se refieren a las actitudes y comportamientos de los padres hacia sus hijos. Los estilos parentales pueden tener un impacto significativo en el crecimiento emocional y social de los niños, además, juegan un papel crucial en la forma en que los niños experimentan el mundo y desarrollan su personalidad. 

Diversos estudios dividen los estilos parentales en cuatro categorías principales: autoritario, permisivo, negligente y democrático. Cada estilo tiene un patrón de conducta por parte de los padres y un impacto diferente en el desarrollo emocional y social de los niños. 

          1. Estilo autoritario: Los padres autoritarios tienden a ser muy exigentes y controladores, imponiendo reglas estrictas sin mucha flexibilidad y poca expresión de afecto. Suelen utilizar los gritos y las amenazas para que sus hijos les obedezcan. Esto puede llevar a que los niños se vuelvan temerosos o rebeldes, que tengan dificultades para expresar sus emociones, que desarrollen una obediencia ciega, careciendo de autonomía y con una autoestima más baja.

          Los padres autoritarios suelen utilizar frases como:

  • «Porque lo digo yo y punto.»
  • «No se cuestiona, sólo se obedece.»
  • «Si no lo haces exactamente como te digo, estarás castigado.»
  • «No quiero excusas, hazlo y ya está.»
  • «No quiero escucharte, la decisión está tomada, yo sé lo que es mejor para ti.»

 

          2. Estilo permisivo: Los padres permisivos son indulgentes y evitan establecer límites claros. Adoptan una postura complaciente y permiten que los niños tomen sus propias decisiones, ofreciendo muy poca estructura. Los niños criados en este estilo pueden tener dificultades para establecer límites ellos mismos y pueden experimentar problemas de comportamiento, no respetándose a sí mismos ni a los demás, resultando en niños con falta de autorregulación y responsabilidad.

          Los padres permisivos suelen utilizar frases como:

  • «Haz lo que quieras, mientras estés feliz.»
  • «No pasa nada si no haces tus tareas, ya las terminarás después.»
  • «Si no quieres comer verduras, no tienes por qué hacerlo.»
  • «Eres libre de quedarte despierto hasta tarde, pero trata de no dormir en clase.»

 

          3. Estilo negligente: Los padres negligentes muestran falta de atención hacia el niño y descargan su educación en otras figuras como los abuelos o los profesores. Suelen estar ausentes emocionalmente y no satisfacer las necesidades básicas de sus hijos. Esto puede dar lugar a una sensación de abandono y afectar negativamente la autoestima, el desarrollo emocional del niño y la confianza en sí mismo y en los demás, generando dificultades para establecer relaciones cercanas.

          Los padres negligentes suelen utilizar frases como:

  • ¡No me molestes! ¡Vete a tu habitación!
  • Ahora no tengo tiempo, estoy muy ocupado. 
  • ¡Este profesor es tonto, no sabe lo que dice!
  • Ya tienes edad para quedarte solo en casa.

 

          4. Estilo democrático: Los padres con el estilo democrático equilibran la exigencia con el apoyo emocional. Fomentan la autonomía, la toma de decisiones, la comunicación abierta y afectuosa, mientras establecen límites claros y brindan apoyo afectivo. Este estilo tiende a promover el desarrollo de niños emocionalmente saludables, socialmente competentes y con una mayor autoestima.

          Los padres democráticos suelen utilizar frases como:

  • «Entiendo que te sientas frustrado, ¿quieres que lo hablemos?.»
  • «¿Te parece que busquemos una solución que funcione para todos?»
  • «Comprendo que no te guste, pero también hay reglas que debemos seguir.»
  • «Tus opiniones son importantes para mí, pero necesitamos encontrar un equilibrio.»
  • «Te apoyo y te quiero, pero también necesitas asumir responsabilidad por tus acciones.»

 

Característica de los hijos en cada estilo parental

Es importante tener en cuenta que las características de los hijos pueden variar significativamente debido a múltiples factores, incluyendo la personalidad innata del niño, su temperamento, el ambiente social y cultural, y las experiencias vividas fuera del hogar. Sin embargo, hay tendencias generales asociadas con cada estilo parental. A continuación, se presentan algunas características que se pueden observar en los hijos de cada estilo parental:

      Hijos de padres con estilo autoritario:

  • Tendencia a la obediencia ciega, sea cual sea la regla impuesta por sus padres.
  • Tienden a ser menos propensos a cuestionar la autoridad y tener dificultades para tomar decisiones independientes.
  • Pueden sentirse más ansiosos o temerosos ante la posibilidad de cometer errores o enfrentar consecuencias negativas.
  • Es posible que tengan dificultades para expresar sus propias opiniones y emociones, ya que pueden temer la desaprobación o el castigo.

 

      Hijos de padres con estilo permisivo:

  • Pueden ser más independientes y autónomos, ya que se les ha permitido tomar decisiones desde una edad temprana.
  • Tendencia a buscar gratificación inmediata y tener dificultades para manejar la frustración o la demora en la satisfacción de sus deseos.
  • Pueden tener menos disciplina y autorregulación en ciertos aspectos de sus vidas.
  • Pueden tener problemas en el ámbito académico debido a la falta de estructura y límites claros.

 

      Hijos de padres con estilo negligente:

  • Pueden tener una baja autoestima y sentirse desatendidos emocionalmente.
  • Podrían mostrar dificultades para establecer relaciones cercanas y confiar en los demás.
  • Tendencia a buscar atención y afecto fuera del hogar, lo que puede llevar a comportamientos rebeldes o de búsqueda de estímulos.
  • Pueden tener dificultades en la escuela y en otros ámbitos de la vida debido a la falta de guía y apoyo.

     

      Hijos de padres con estilo democrático:

  • Tienden a tener una mayor autoestima y confianza en sí mismos, ya que han experimentado un equilibrio entre el apoyo afectivo y los límites claros.
  • Son más propensos a ser socialmente competentes y tener habilidades para resolver conflictos de manera constructiva.
  • Tendencia a ser más responsables y mostrar una mayor autorregulación en sus comportamientos.
  • Son más propensos a desarrollar relaciones emocionalmente seguras y saludables con los demás.

 

La importancia del afecto y la comunicación

 El afecto y la comunicación son componentes clave en la crianza que pueden influir en el desarrollo de la personalidad. El cariño y la atención de los padres proporcionan una base segura desde la cual los niños pueden explorar el mundo y desarrollar habilidades sociales. Una comunicación abierta y empática entre padres e hijos fomenta la expresión emocional y el desarrollo de habilidades de resolución de problemas.

 

Beneficios del asesoramiento psicológico en momentos específicos de la crianza

El proceso de crianza puede presentar desafíos únicos y momentos de dificultad para los padres. El asesoramiento psicológico puede ser especialmente beneficioso en momentos de transición, como la llegada de un nuevo hijo, la adolescencia o enfrentar conflictos familiares. Los padres pueden aprender estrategias para mejorar la comunicación, establecer límites saludables y abordar conflictos familiares de manera constructiva.

Diferencias entre asesoramiento psicológico y terapia psicológica

Aunque el asesoramiento psicológico y la terapia comparten similitudes en términos de proporcionar apoyo emocional y herramientas para el crecimiento personal, existen diferencias importantes. El asesoramiento psicológico suele enfocarse en situaciones específicas y se centra en brindar orientación y pautas para enfrentar desafíos particulares en la crianza. Por otro lado, la terapia psicológica es más profunda y aborda temas más amplios relacionados con la salud mental y el bienestar emocional. Ambos enfoques pueden ser valiosos y complementarios en el proceso de crianza.

Es importante destacar que cada individuo es único y la influencia de la crianza y los estilos parentales puede variar según otros factores contextuales y genéticos. Sin embargo, en general, la crianza afectuosa, receptiva y equilibrada tiende a tener un impacto positivo en el crecimiento emocional y social de los niños, ayudándolos a desarrollar una personalidad saludable y relaciones sólidas en su vida adulta. 

Los estilos parentales y la calidad de la comunicación afectan significativamente la forma en que los niños perciben el mundo y desarrollan su identidad. El asesoramiento psicológico es una herramienta valiosa para brindar apoyo y orientación a los padres en momentos específicos de la crianza, ayudando en el desarrollo de una crianza más saludable y una relación más positiva entre padres e hijos.

 

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

 

Redes sociales y adolescentes: Cómo promover un uso saludable 800 800 Sandra Ribeiro

Redes sociales y adolescentes: Cómo promover un uso saludable

Las redes sociales han tenido un impacto significativo en la vida de los adolescentes. Si bien pueden ofrecer una amplia gama de beneficios, también pueden plantear desafíos para la salud mental y el bienestar emocional de los jóvenes. Por eso en este articulo os enseñaremos cómo promover un uso saludable de las redes sociales.

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo humano, caracterizada por profundos cambios físicos, emocionales, cognitivos y sociales. Durante este período, los adolescentes experimentan cambios hormonales, redefinen su identidad y buscan un sentido de pertenencia en el mundo que los rodea. 

En los últimos años, la proliferación de las redes sociales ha transformado la forma en que los adolescentes interactúan y se comunican, provocando una influencia relevante en su desarrollo. 

Estas plataformas virtuales se han convertido en una parte integral de su día a día, ofreciendo una forma de conectarse con amigos, compartir experiencias, y acceder a información de manera rápida y sencilla. Sin embargo, el impacto de las redes sociales en la vida de los jóvenes va más allá de la mera interacción en línea, existe una serie de perjuicios asociados con el uso excesivo o inadecuado de las redes sociales, especialmente en relación con la salud mental y emocional de los adolescentes. Es crucial comprender cómo estas plataformas afectan a nuestros jóvenes y cómo podemos promover un uso saludable que salvaguarde su bienestar.

Efectos negativos de un uso excesivo o inadecuado de las redes sociales

  1. Aislamiento social y falta de habilidades de comunicación interpersonal: El tiempo dedicado a las redes sociales puede llevar a un aislamiento social progresivo, ya que los adolescentes se vuelven cada vez más absorbidos por las interacciones en línea en lugar de establecer conexiones significativas cara a cara, perdiendo la práctica y la experiencia directa de interactuar en situaciones reales.
  2. Imagen idealizada: Los adolescentes pueden sentir la presión de mantener una imagen idealizada de sí mismos en las redes sociales, lo que puede llevar a una desconexión entre la identidad real y la proyectada en el mundo digital. Esta brecha entre la identidad virtual y la identidad real puede influir significativamente en sus relaciones sociales fuera de esas plataformas.
  3. Comparación y baja autoestima: Las redes sociales a menudo fomentan la comparación constante, ya sea en términos de apariencia, logros o estilo de vida. Los adolescentes pueden experimentar una presión constante para cumplir con los estándares irreales de perfección y popularidad que se promueven en estas plataformas. En algunos adolescentes se refleja en una baja autoestima, sentimientos de insatisfacción y autocrítica, ya que se sienten constantemente inferiores en comparación con sus pares.
  4. Estándares de belleza: Además de problemas de autoestima, el uso excesivo de redes sociales ha sido asociado con una percepción distorsionada de la imagen corporal en los adolescentes. La exposición constante a imágenes retocadas y estándares de belleza poco realistas puede llevar a comparaciones sociales dañinas, lo que aumenta la insatisfacción con la propia apariencia física y, en casos extremos, puede dar lugar a trastornos alimentarios y desórdenes de ansiedad.
  5. Ansiedad y depresión: La exposición constante a las redes sociales puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión. La presión para mantener una imagen positiva en las redes sociales, la posibilidad de ser objeto de ciberacoso o la falta de privacidad y descanso pueden generar un estrés adicional en los adolescentes y tener un impacto perjudicial en su bienestar emocional. Si quieres obtener más información sobre la ansiedad y depresión.

Estrategias para un uso saludable de las redes sociales en los adolescentes

Educación sobre el uso responsable: Es fundamental que los adolescentes entiendan los pros y contras de las redes sociales. Proporciona información sobre cómo proteger su privacidad, identificar y evitar el acoso cibernético, y reconocer contenido inapropiado o perjudicial. Es importante también resaltar sus beneficios, como la conexión social y la oportunidad de aprendizaje y fomentar las habilidades digitales y ayudarle a desarrollar un pensamiento crítico como, por ejemplo, evaluar la veracidad de la información que recibe en las redes sociales.

  • Establecimiento de límites y pautas: El establecimiento de límites claros en cuanto al tiempo de uso de las redes sociales es crucial para promover un equilibrio saludable. Se recomienda establecer horarios específicos para el uso de dispositivos y fijar límites de tiempo razonables. Esto ayuda a prevenir un uso excesivo y a fomentar un estilo de vida balanceado que incluya otras actividades importantes.
  • Control parental y supervisión activa: Los padres y tutores, mediante el control parental y la supervisión activa, pueden establecer restricciones y filtros para proteger a los adolescentes de contenido inapropiado o dañino. Además, es importante mantener una comunicación abierta y establecer reglas claras para el uso responsable de las redes sociales.
  • Modelo a seguir: Los adultos tenemos un papel fundamental en el modelado de un uso saludable de las redes sociales para los adolescentes y jóvenes. Es importante que seamos conscientes de nuestros propios hábitos en línea y cómo afectan nuestras relaciones y nuestro estado de ánimo. Los adolescentes son más propensos a escuchar y seguir los consejos de los adultos que respetan y admiran. Si mostramos un uso responsable y saludable de las redes sociales, es más probable que ellos lo vean como una referencia válida y tomen nota de nuestras acciones.
  • Conciencia de la privacidad: Enseña a los adolescentes a ajustar sus configuraciones de privacidad y a ser cuidadosos con la información que comparten en línea. Explica los riesgos de compartir datos personales y la importancia de mantener su identidad segura.
  • Fomento de actividades offline y relaciones saludables: Es importante equilibrar el tiempo delante de una pantalla con actividades extracurriculares, deportes y relaciones interpersonales. Resulta esencial recordar a los adolescentes que hay vida fuera de las redes sociales. Participar en actividades, practicar deportes y cultivar relaciones cara a cara fortalece su bienestar general y reduce la dependencia excesiva de los dispositivos.
  • Beneficios de la interacción cara a cara y el contacto con la naturaleza: Promover la interacción cara a cara y el contacto con la naturaleza es fundamental para contrarrestar el aislamiento y los efectos negativos de un uso excesivo de las redes sociales. Establecer conexiones personales reales, socializar y pasar tiempo al aire libre proporciona beneficios para la salud mental y emocional de los adolescentes.

Uso problemático de las redes sociales en los adolescentes: el papel del psicólogo

Los/las psicólogos/as especializados/as en la salud mental de jóvenes y adolescentes están familiarizados con los efectos negativos del uso excesivo o inadecuado de las redes sociales y juegan un papel clave en la identificación temprana de esos problemas. La terapia brinda al adolescente el apoyo necesario para abordar esos efectos, le ayuda a desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y le brinda apoyo emocional. 

Es importante estar atentos a las señales y síntomas que pueden presentar los adolescentes con un uso inadecuado de las redes sociales y buscar ayuda profesional. Una intervención a tiempo puede revertir los efectos perjudiciales de las redes sociales y proporcionar el apoyo emocional que necesita el adolescente.

Algunas de estas señales o síntomas pueden incluir

  1. Cambios bruscos en el estado de ánimo: El/la psicólogo/a estará atento a posibles cambios significativos en el estado de ánimo del adolescente, como irritabilidad, tristeza, ansiedad o apatía. Estas emociones pueden estar determinadas por la experiencia de compararse con otros en las redes sociales o por la exposición a contenido perjudicial en línea.
  2. Aislamiento social: El uso excesivo de las redes sociales puede llevar a un aislamiento progresivo del adolescente, quien podría preferir la interacción digital en lugar de participar en actividades sociales fuera de la pantalla. El/la psicólogo/a abordará este comportamiento y buscará comprender las causas subyacentes.
  3. Disminución en el rendimiento académico: El tiempo dedicado a las redes sociales puede generar una repercusión en el rendimiento académico del adolescente debido a la distracción y la falta de concentración. El/la psicólogo/a explorará la relación entre el uso de las redes sociales y el desempeño escolar para encontrar posibles soluciones. 
  4. Dificultades en las relaciones interpersonales: El impacto de las redes sociales en la comunicación interpersonal es posible que afecte a  las relaciones del adolescente fuera del mundo virtual. El/la psicólogo/a trabajará en mejorar las habilidades sociales del adolescente y ayudará a fortalecer sus conexiones con sus pares. 

Una vez que el terapeuta identifica estos problemas, es fundamental proporcionar un apoyo emocional sólido al adolescente. La terapia puede ofrecer un espacio seguro y confidencial para que el joven exprese sus preocupaciones, miedos y pensamientos sin juicios. El/la psicólogo/a desempeña el papel de un oyente empático, lo que permite al adolescente sentirse comprendido y validado en sus experiencias y emociones.

En definitiva, el impacto de las redes sociales en los adolescentes es innegable, y es crucial promover un uso saludable que garantice su bienestar mental. Educación y concienciación son fundamentales para concienciar a los adolescentes acerca de los riesgos y beneficios de las redes sociales, fomentando habilidades digitales y pensamiento crítico. En este proceso, el papel del/de la psicólogo/a es clave para identificar problemas y brindar apoyo emocional. En resumen, es imperativo que padres, educadores y profesionales de la salud mental se involucren activamente en la protección de la salud mental de los adolescentes en el entorno digital, ya que solo a través de una colaboración decidida podemos asegurar un entorno seguro y propiciar una relación sana y equilibrada de los adolescentes con las redes sociales.

 

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Sonia Caldera

Psicóloga General Sanitaria (M-33682)

Experta en Psicoterapia Breve con niños, adolescentes y adultos, en Clínica e Intervención en trauma con EMDR

Extensa experiencia en Trastornos de Conducta Alimentaria.

 

 

 

La depresión en la adolescencia
La depresión en la adolescencia 800 800 Sandra Ribeiro

La depresión en la adolescencia

La depresión en la adolescencia es un trastorno de salud mental que afecta el estado de ánimo, los pensamientos y el comportamiento de los adolescentes. Es más que simplemente sentirse triste o melancólico, ya que implica un conjunto de síntomas persistentes y debilitantes que interfieren significativamente en la vida diaria del joven.

Algunos de los síntomas comunes de la depresión en la adolescencia pueden incluir:

  • Tristeza persistente o desesperanza.
  • Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban.
  • Irritabilidad frecuente con ataques repentinos de ira en los más pequeños o respuestas sarcásticas o cortantes en los mayores.  
  • Aumento en la sensibilidad a la crítica. 
  • Cambios significativos en el apetito o el peso.
  • Problemas para dormir o dormir en exceso.
  • Fatiga, desánimo o pérdida de energía.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.
  • Dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
  • Pensamientos o intentos de suicidio.

Es importante tener en cuenta que, aunque el estado de ánimo depresivo (o la tristeza persistente) sea el síntoma definitorio de la depresión, éste se puede ver sustituido por la irritabilidad en los niños y adolescentes. Otras veces, vemos a menores que experimentan ambos síntomas. Cabe destacar que es esperable una cierta irritabilidad en los adolescentes en general en momentos determinados. Sin embargo, hablamos de la irritabilidad mantenida en el tiempo, en varios contextos (casa, colegio, amigos) y que no viene provocada por algo específico (por ej.: dejar el móvil, no salir con amigos, arreglar la habitación, etc.).

Si la irritabilidad o la tristeza empieza a ser constante en la vida de su hijo/a (más de dos semanas) y si ocurre en varios contextos, lo más recomendable es buscar ayuda de un profesional de la salud mental.   

Las causas de la depresión en adolescentes pueden ser diversas y multifactoriales, que incluyen:

  • Factores biológicos: Desequilibrios químicos en el cerebro y antecedentes familiares de depresión.
  • Factores psicológicos: Altos niveles de estrés, baja autoestima, problemas de afrontamiento o habilidades sociales deficientes.
  • Factores sociales: Problemas familiares, acoso escolar, aislamiento social, cambios en la vida (como mudanzas, divorcio/separación de los padres…).
  • Factores hormonales: Los cambios hormonales propios de la adolescencia también pueden influir en el estado de ánimo.

Es esencial que los padres, educadores y profesionales de la salud estén atentos a los signos de depresión en los adolescentes y brinden apoyo y ayuda adecuada. La depresión no tratada puede tener consecuencias graves. A medio y largo plazo, pueden surgir problemas como un bajo rendimiento académico, abuso de sustancias, comportamientos de riesgo e incluso suicidio.

El tratamiento de la depresión en adolescentes puede incluir terapia psicológica y, en algunos casos, el uso de medicamentos antidepresivos bajo la supervisión de un profesional de la salud mental. La combinación de ambas modalidades de tratamiento puede ser especialmente efectiva en casos más severos.

Es importante fomentar un ambiente de apertura y comprensión en el hogar y en el colegio para que los adolescentes se sientan cómodos buscando ayuda si están experimentando síntomas de depresión. La detección temprana y el apoyo adecuado son fundamentales para ayudar a los jóvenes a superar esta difícil etapa y recuperar una buena salud mental.

Depresión en la adolescencia: previniendo el suicidio

La prevención del suicidio en adolescentes es un tema crucial y delicado, ya que la depresión y otros trastornos mentales pueden aumentar el riesgo de que un joven considere o intente el suicidio. Aquí hay algunas estrategias importantes para abordar la prevención del suicidio en la adolescencia:

  1. Tomar en serio los pensamientos suicidas: Es fundamental tomar en serio cualquier indicio de pensamientos suicidas expresados por el adolescente. No minimices sus sentimientos y escucha con empatía lo que tienen que decir.
  2. Mantener la calma y brindar apoyo: Aunque puede ser desgarrador y estresante para los padres, es importante mantener la calma y brindar un apoyo incondicional al adolescente. Hazle saber que estás allí para ayudarlo y que se preocupa por su bienestar.
  3. Buscar ayuda profesional: Es crucial buscar ayuda profesional de inmediato. Puedes contactar a un psicólogo o psiquiatra especializado en salud mental para adolescentes. Si el adolescente está en peligro inmediato, llama al 112.
  4. Evitar dejar al adolescente solo: Durante este período delicado, evita dejar al adolescente solo, especialmente si presenta un riesgo inmediato de hacerse daño. Permanece cerca y brinda supervisión si es necesario.
  5. Eliminar medios peligrosos: Si hay armas de fuego u otros medios peligrosos en el hogar, retíralos de forma segura y asegúrate de que el adolescente no tenga acceso a ellos.
  6. Comunicarse con el colegio: Informa a los profesores, tutores o cualquier personal relevante en la escuela acerca de la situación para que estén al tanto y puedan brindar apoyo adicional.
  7. Fomentar la comunicación abierta: Anima al adolescente a hablar sobre sus pensamientos y sentimientos, y escucha sin juzgar. A veces, simplemente expresar sus emociones puede ser un alivio.
  8. Buscar apoyo para los padres: Enfrentar una situación tan difícil también puede ser abrumador para los padres. Busca tu propio apoyo emocional y asesoramiento con un psicólogo/a especializado/a para ayudarte a lidiar con el estrés y las emociones que puedan surgir.
  9. Mantener un entorno seguro y comprensivo: Crea un ambiente en el hogar donde el adolescente se sienta seguro para expresar sus sentimientos y preocupaciones sin temor a juicio o rechazo.
  10. Seguir el plan de tratamiento: Si el adolescente es derivado a un profesional de salud mental o recibe tratamiento, asegúrate de seguir el plan de tratamiento recomendado y asistir a todas las citas.

Recuerda que la prevención del suicidio en un adolescente requiere una respuesta rápida y cuidadosa. Buscar ayuda profesional y brindar apoyo inmediato son pasos cruciales para ayudar al adolescente a superar este momento difícil y recuperar su bienestar emocional.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

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fortaleciendo relación hijo adolescente
La comunicación efectiva con los adolescentes: Cómo establecer vínculos sólidos 800 800 Sandra Ribeiro

La comunicación efectiva con los adolescentes: Cómo establecer vínculos sólidos

La comunicación efectiva desempeña un papel fundamental en la relación con los adolescentes. Durante esta etapa de cambios y descubrimientos, establecer vínculos sólidos a través de una comunicación abierta y respetuosa es esencial para el bienestar emocional y el desarrollo saludable de los adolescentes. En este artículo, exploraremos la importancia de la comunicación efectiva con los adolescentes y compartiremos estrategias prácticas para establecer vínculos sólidos basados en el respeto y la comprensión mutua.

Escucha activa y sin juicios

La escucha activa es la base de una comunicación efectiva con los adolescentes. Es una habilidad de comunicación fundamental que fomenta una comprensión profunda y empática del otro. Significa prestar atención de manera consciente y completa a lo que la otra persona está diciendo, sin emitir juicios ni críticas.

La escucha activa implica estar plenamente presente en la conversación, sin distracciones, y demostrar interés genuino por el punto de vista y las emociones del individuo que está hablando. 

La parte de «sin juicios» es especialmente importante. Significa que el oyente suspende cualquier forma de evaluación o prejuicio personal mientras escucha. No se trata de estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que se dice, sino de aceptar y comprender la perspectiva del otro sin juzgarla. Esto permite que la persona se sienta segura y comprendida, fomentando así una comunicación más abierta y honesta.

Es importante estar presente y prestar atención a lo que dicen, sin interrumpir ni juzgar. Al practicar la escucha activa, les brindamos a los adolescentes un espacio seguro para expresarse y sentirse valorados. 

Cómo realizar una escucha activa y sin juicios

  • Demuestra interés genuino: Muestra un interés real por lo que el/la adolescente tiene que decir. Hazle preguntas abiertas y fomenta un ambiente en el que se sienta cómodo/a compartiendo sus pensamientos y emociones.
  • Evita interrumpir o responder de inmediato: Permite que el/la adolescente termine sus ideas antes de responder. No interrumpas ni trates de adelantarte a lo que va a decir. Sé paciente y brinda espacio para que se exprese completamente.
  • Valida sus sentimientos: Reconoce y valida las emociones del/de la adolescente, incluso si no estás de acuerdo con sus puntos de vista. Validar sus sentimientos le brinda la confianza para expresarse abiertamente y fortalece la conexión emocional.
  • Refleja y resume: Para demostrar que le estás escuchando activamente, repite o parafrasea las ideas principales que el/la adolescente ha expresado. Esto muestra que has entendido y estás siguiendo la conversación.
  • Controla tus propias reacciones emocionales: Mantén tus emociones en equilibrio y evita dejar que tus propias opiniones o prejuicios influyan en la forma en que escuchas al/a la adolescente. Mantén una actitud neutral y abierta.
  • Practica la empatía: Intenta comprender y ponerte en el contexto emocional del/de la adolescente. Ponerte en sus zapatos y tratar de ver las cosas desde su perspectiva puede ayudarte a comprender mejor sus sentimientos y experiencias.

Recuerda que la escucha activa y sin juicios es una habilidad en desarrollo. Cuanto más practiques y te comprometas con ella, mejor te convertirás en un oyente efectivo y comprensivo.

Fomenta la confianza y el respeto mutuo

  • La confianza y el respeto son fundamentales para establecer vínculos sólidos con los adolescentes. Estas son algunas estrategias que pueden ayudarte a fomentar un ambiente de confianza y respeto mutuo:
  • Sé abierto/a y transparente: Comparte tus propias experiencias y emociones de manera apropiada. De esta manera, les muestra al/a la adolescente que pueden confiar en ti y le animas a hacer lo mismo.
  • Evita la crítica y el juicio: En lugar de criticar o juzgar al/a la adolescente, enfócate en comprender su perspectiva y ofrecerle apoyo. La crítica constante puede generar resentimiento y obstaculizar la comunicación abierta y dañar vuestra relación. En lugar de centrarte en los errores o comportamientos negativos del/de la adolescente, es más efectivo resaltar lo positivo, enfatizando sus logros y valorando su esfuerzo. El respeto mutuo es fundamental para mantener una comunicación efectiva y fortalecer el vínculo entre vosotros.
  • Establece límites y normas claras : Establecer límites y normas claras es una parte importante de la comunicación efectiva con los adolescentes. Esto les brinda estructura y les ayuda a comprender las expectativas. Al establecer límites, es fundamental tener en cuenta las necesidades individuales que tiene el/la adolescente en cuestión y llegar a acuerdos mutuos. De este modo, dotamos a los adolescentes de la oportunidad de expresar sus necesidades y preocupaciones con respecto a los límites establecidos. Un enfoque cooperativo en la definición de los límites ayuda a prevenir conflictos y promueve una sensación de responsabilidad compartida.
    El establecimiento de límites consistentes ayuda a los adolescentes a desarrollar habilidades de autodisciplina. Les dota de pautas claras sobre lo que es aceptable y lo que no lo es, aprenden a regular su propio comportamiento y a responsabilizarse de sus decisiones.
  • Sé consistente: Aplica los límites de manera consistente y justa, y siempre desde el amor no de la imposición. Los adolescentes necesitan tener claridad sobre las expectativas y consecuencias de sus acciones. Los límites consistentes y justos brindan protección y seguridad a los adolescentes a la par que les ayuda a desarrollar habilidades de autodisciplina. Gracias a ellos, les dotamos de pautas claras sobre lo que es aceptable o no y los adolescentes aprenden a regular su comportamiento y responsabilizarse de sus decisiones.
  • Fomenta la autonomía y la responsabilidad: A medida que los adolescentes crecen, es importante permitirles tomar decisiones y asumir responsabilidades. Permite que el/la adolescente asuma tareas  apropiadas para su edad y nivel de desarrollo. Esto puede incluir responsabilidades domésticas, gestión del tiempo y  la participación en la toma de decisiones familiares. Estimula su autonomía y empodérale para que se convierta en un individuo responsable.

 

Busca momentos de calidad y conexión

Además de las conversaciones diarias, busca momentos de calidad y conexión con los adolescentes. Estos momentos fortalecen la relación y crean recuerdos significativos. Puedes hacerlo a través de actividades compartidas, salidas en familia o simplemente dedicando tiempo para escuchar y apoyar al/a la adolescente en sus intereses y pasiones.

Algunas alternativas son:

  • Actividades compartidas: Encuentra actividades en las que ambos podáis participar y disfrutar juntos. Esto puede incluir deportes, juegos de mesa, cocinar juntos, ver películas o hacer caminatas. Estos momentos de diversión y complicidad ayudan a crear un vínculo emocional más fuerte.
  • Salidas en familia: Planifica salidas en familia donde podáis explorar nuevos lugares o disfrutar de actividades recreativas. Esto permite que los adolescentes se sientan parte de la unidad familiar y fortalece el sentido de pertenencia. Además, estas experiencias compartidas os brindan la oportunidad de interactuar de manera diferente y desarrollar recuerdos positivos en conjunto.
  • Apoyo en sus intereses: Muestra interés genuino en las pasiones y los intereses de tus adolescentes. Participa en sus actividades, asiste a sus presentaciones o competencias, y hazles saber que valoras sus talentos y esfuerzos. Esto les brinda un sentimiento de apoyo y comprensión, y fortalece la conexión emocional.

Terapia: Un espacio seguro y neutral

Cuando la comunicación entre padres y adolescentes se vuelve difícil y problemática, debido a conflictos, malentendidos o falta de confianza, la terapia puede ser una alternativa valiosa y una zona neutra para fortalecer la comunicación. La terapia puede proporcionar un espacio seguro donde todos los miembros de la familia pueden expresar sus preocupaciones, explorar sus emociones y aprender estrategias efectivas de comunicación.

Cómo puede ayudar la terapia en la comunicación entre padres y adolescentes:

  • Un espacio seguro y neutral: La terapia brinda un entorno seguro y neutral donde los adolescentes y los padres pueden compartir sus preocupaciones, sentimientos y puntos de vista sin temor a juicios o represalias. El terapeuta actúa como facilitador y guía, ayudando a fomentar una comunicación abierta y constructiva. La terapia proporciona un espacio seguro para abordar los problemas de comunicación y una comprensión más profunda de las necesidades, experiencias y perspectivas del otro lo que posibilita una comunicación más empática y efectiva. 
  • Mejora de la comprensión mutua: La terapia familiar ayuda a mejorar la comprensión mutua al permitir que todos los miembros de la familia expresen sus pensamientos y sentimientos de manera estructurada. El terapeuta ayuda a clarificar malentendidos, promueve la empatía y facilita la comunicación efectiva entre padres e hijos.
  • Herramientas y estrategias de comunicación: Durante las sesiones de terapia, se enseñan y practican habilidades de comunicación efectiva que se pueden aplicar en el hogar. La terapia familiar o la terapia individual con el adolescente ofrece una serie de beneficios para mejorar la comunicación entre padres e hijos.
  • Fortalecimiento de los vínculos familiares: La terapia proporciona un espacio seguro para explorar y abordar los problemas de comunicación, lo que permite a los padres e hijos adolescentes fortalecer sus vínculos emocionales y construir relaciones más sólidas.
  • Resolución constructiva de conflictos: La terapia  proporciona herramientas y estrategias para abordar los conflictos de manera constructiva. Los padres y los adolescentes aprenden a expresar sus puntos de vista de manera respetuosa, buscar soluciones mutuamente beneficiosas y fortalecer la resiliencia familiar.
  • Explorar temas subyacentes: La terapia puede ayudar a identificar y abordar problemas subyacentes que pueden estar contribuyendo a la dificultad en la comunicación. Esto podría incluir problemas de salud mental, conflictos familiares pasados no resueltos, cambios importantes en la vida de la familia o desafíos individuales que enfrentan los adolescentes.
  • Fomento de la autonomía y la responsabilidad: La terapia ayuda a los adolescentes a desarrollar habilidades de comunicación y resolución de problemas, promoviendo con ello,  su autonomía y responsabilidad. Esto les permite participar activamente en la construcción de una comunicación familiar saludable.

Estas herramientas ayudan a resolver conflictos, expresar emociones de manera saludable y establecer límites claros. Si sientes que la comunicación en tu familia se ha visto afectada, considera buscar el apoyo de un profesional en terapia familiar.

Recuerda que cada adolescente es único y puede requerir diferentes enfoques de comunicación. Si sientes que necesitas apoyo adicional en la relación con tu hijo/a adolescente, considera buscar la ayuda de un profesional en psicología especializado en terapia con adolescente y/o terapia familiar.

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Sonia Caldera

Psicóloga General Sanitaria (M-33682)

Experta en Psicoterapia Breve con niños, adolescentes y adultos, en Clínica e Intervención en trauma con EMDR

Extensa experiencia en Trastornos de Conducta Alimentaria.

 

Terapia familiar LGBTI: Un espacio seguro para la comunicación
La salud mental en los jóvenes LGBTI 800 800 Sandra Ribeiro

La salud mental en los jóvenes LGBTI

Los jóvenes LGTBI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales) merecen crecer y desarrollarse en un entorno seguro y acogedor que promueva su bienestar mental y emocional, donde puedan expresarse libremente y ser aceptados tal como son. Desafortunadamente, la discriminación y la falta de comprensión aún persisten en nuestra sociedad. Como padres, educadores y miembros de la comunidad, es nuestra responsabilidad construir un entorno seguro que fomente la aceptación, el respeto y la igualdad para todos. Desde la salud mental, es nuestra obligación ayudar a construir un ambiente terapéutico seguro y comprensivo donde los jóvenes LGTBI se sientan aceptados. En este artículo, exploraremos cómo podemos, entre todos, crear un entorno seguro y libre de prejuicios para estos jóvenes.

Apoyo emocional y redes de apoyo

Los jóvenes LGTBI a menudo enfrentan desafíos emocionales y sociales debido a la discriminación y el rechazo. Es esencial proporcionarles un apoyo emocional sólido y conexiones con redes de apoyo. Esto puede incluir la disponibilidad de psicólogos/as especializados/as en salud mental LGBTQ+ y grupos de apoyo donde puedan compartir experiencias y encontrar solidaridad. Además, es importante que los jóvenes tengan acceso a recursos y organizaciones comunitarias que brinden apoyo y orientación específica para ellos.

El papel de los padres y familiares de los jóvenes LGTBI

El papel de los padres y familiares es crucial en la educación y el apoyo de los jóvenes LGTBI. Algunas pautas que pueden ayudar a los padres y familiares en esta labor son:

  1. Educación y comprensión: Los padres y familiares deben educarse sobre la diversidad sexual y de género para comprender mejor las experiencias y desafíos que enfrentan los jóvenes LGTBI. Esto implica aprender sobre terminología, conceptos y cuestiones relacionadas con la identidad de género y la orientación sexual.
  2. Comunicación abierta y respetuosa: Es fundamental establecer una comunicación abierta y respetuosa con los jóvenes LGTBI. Los padres deben crear un ambiente seguro donde los jóvenes se sientan cómodos para expresar su identidad y orientación sexual. Escuchar activamente, validar sus sentimientos y mantener una actitud de aceptación pueden fortalecer el vínculo familiar.
  3. Apoyo emocional: Los jóvenes LGTBI necesitan el apoyo emocional de sus padres y familiares. Esto implica demostrarles amor incondicional, comprensión y aceptación. Los padres deben estar dispuestos a brindar apoyo en momentos de estrés, ansiedad o confusión, y buscar formas de fortalecer la autoestima y la resiliencia de sus hijos.
  4. Revisar y desafiar prejuicios y estereotipos: Los padres y familiares deben examinar y cuestionar sus propios prejuicios y estereotipos con respecto a la orientación sexual y la identidad de género. Esto implica desafiar los estereotipos negativos, promover la igualdad y la inclusión, y tratar a todos los miembros de la familia con equidad.
  5. Acceso a recursos y apoyo: Los padres deben proporcionar a los jóvenes LGTBI acceso a recursos y apoyo, como grupos de apoyo, organizaciones comunitarias y servicios de salud mental. Estas redes de apoyo pueden ayudar a los jóvenes a conectarse con otras personas que comparten experiencias similares y brindarles un espacio seguro para expresarse y encontrar orientación.
  6. Abogar por la igualdad y la inclusión: Los padres y familiares pueden convertirse en defensores de la igualdad y la inclusión de los jóvenes LGTBI en la sociedad. Esto implica abogar por políticas y leyes que protejan los derechos de las personas LGTBI y trabajar para crear entornos seguros y acogedores en la escuela, el trabajo y la comunidad en general.

Algunas recomendaciones para que los jóvenes LGTBI se sientan seguros y escuchados son:

  1. Validar y normalizar las experiencias: Muchos jóvenes LGTBI pueden haber enfrentado discriminación, rechazo o violencia debido a su identidad u orientación sexual. Es imprescindible validar sus experiencias y hacerlos saber que no están solos. Ayudar también a normalizar sus sentimientos y luchas, mostrándoles que hay otros jóvenes que han pasado por situaciones similares.
  2. Fomentar la autenticidad: Ayuda a los jóvenes LGTBI a explorar y aceptar su identidad de género u orientación sexual. Anima la expresión auténtica de quiénes son y brinda apoyo emocional durante este proceso.
  3. Promover la autoaceptación y la autoestima: Ayuda a los jóvenes LGTBI a desarrollar una actitud positiva hacia sí mismos y a construir una sólida autoestima. Puedes trabajar en la aceptación personal, la construcción de habilidades de afrontamiento y la mejora de la resiliencia.
  4. Brindar apoyo social: Puedes ayudarles a encontrar comunidades de apoyo y redes de contacto que sean inclusivas y comprensivas. Esto podría incluir grupos de apoyo para jóvenes LGTBI, eventos comunitarios, organizaciones locales u online, y recursos educativos.
  5. Trabajar en la gestión del estrés y la salud mental: Los jóvenes LGTBI pueden enfrentar un mayor riesgo de problemas de salud mental. Ayúdalos a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables y a buscar ayuda profesional si es necesario.

La salud mental y los jóvenes LGTBI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales)

Es importante tener en cuenta que los jóvenes LGTBI pueden enfrentar una serie de problemas de salud mental debido a las experiencias de discriminación, estigmatización y exclusión a las que están expuestos. Algunos de los problemas de salud mental comunes que enfrentan los jóvenes LGTBI incluyen:

  1. Ansiedad: Los jóvenes LGTBI pueden experimentar ansiedad debido al miedo al rechazo, la discriminación o la violencia, así como a la presión para ocultar su identidad o mantener su orientación sexual en secreto.
  2. Depresión: La discriminación, la falta de apoyo y la alienación social pueden contribuir al desarrollo de la depresión en los jóvenes LGTBI. El estrés crónico y las experiencias de rechazo pueden desencadenar sentimientos de tristeza, desesperanza y falta de interés en las actividades diarias.
  3. Ideación suicida, comportamiento suicida y autolesiones: Los jóvenes LGTBI tienen un mayor riesgo de ideación suicida, comportamiento suicida y autolesiones en comparación con sus pares heterosexuales. Esto puede ser el resultado del estigma, la discriminación, la falta de aceptación y el acoso que enfrentan.
  4. Trastornos de alimentación: Algunos jóvenes LGTBI pueden desarrollar trastornos de la alimentación como resultado de la presión social, la imagen corporal negativa o la falta de aceptación de su identidad de género u orientación sexual.
  5. Abuso de sustancias: Los jóvenes LGTBI pueden recurrir al abuso de sustancias como una forma de afrontar el estrés, la discriminación y las dificultades emocionales que enfrentan. El abuso de sustancias puede ser una forma de escape o autoprotección.
  6. Trauma: Algunos jóvenes LGTBI pueden haber experimentado traumas relacionados con la violencia, el acoso, el abuso o el rechazo familiar. Estas experiencias traumáticas pueden tener un impacto significativo en su salud mental y emocional.
  7. Problemas de identidad y aceptación personal: Los jóvenes LGTBI a menudo enfrentan desafíos en la aceptación y el descubrimiento de su identidad sexual y de género. Pueden experimentar confusión, negación interna, ansiedad y estrés relacionados con su orientación sexual y cómo se perciben a sí mismos.

De cualquier forma, y teniendo en cuenta todo lo comentado en este artículo, es importante tener en cuenta que no todos los jóvenes LGTBI enfrentan problemas de salud mental, y cada individuo es único en su experiencia. Sin embargo, es fundamental proporcionar un entorno de apoyo y acceso a profesionales de la salud mental para aquellos que lo necesiten.

El papel de la terapia psicológica con los jóvenes LGTBI

La terapia psicológica desempeña un papel fundamental en la construcción de un entorno seguro para los jóvenes LGTBI y en la mejora de la comunicación con sus familias. Proporciona un espacio neutral donde los jóvenes y sus seres queridos pueden explorar sus emociones, aclarar malentendidos y aprender a comunicarse de manera efectiva.

Los psicólogos/as especializados/as ofrecen apoyo y orientación, ayudando a las familias a comprender mejor las experiencias de sus hijos y a desarrollar habilidades para el apoyo emocional. Además, la terapia psicológica fortalece la autoestima de los jóvenes LGTBI y los prepara para enfrentar los desafíos externos, como el bullying y la discriminación.

La terapia psicológica implica también comprender y abordar las necesidades específicas de los jóvenes LGTBI en un entorno seguro y comprensivo. El entorno de la terapia es un entorno libre de juicio donde se respeta la identidad y orientación sexual de cada persona que acude en busca de ayuda profesional. Los jóvenes LGTBI necesitan sentirse cómodos expresando sus sentimientos y apoyados para hablar sobre ellos con su familia y amigos.

Los padres y familiares de los jóvenes LGTBI que buscan ayuda o alientan a sus jóvenes a buscar apoyo profesional pueden fortalecer los lazos, mejorar la relación y construir un espacio donde estos jóvenes se sientan amados, aceptados y comprendidos.

 

Si te has identificado con este artículo y crees que te podemos ayudar, pide cita y te acompañaremos en tu proceso terapéutico con toda la confidencialidad y profesionalidad que una terapia psicológica requiere. No estamos aquí para juzgarte, sino para acompañarte en esa etapa tan difícil como importante en dirección a una vida saludable.

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos del Servicio de Psicología Aplicada de la UNED

 

 

Si deseas obtener más información sobre los recursos de apoyo y organizaciones dedicadas a brindar asistencia a la comunidad LGBTI, puedes visitar como por ejemplo otras plataformas como COGAM.

Adolescencia: ¿mi hijo/a necesita un psicólogo? 849 848 Sandra Ribeiro

Adolescencia: ¿mi hijo/a necesita un psicólogo?

Adolescencia: ¿mi hijo/a necesita un psicólogo?

La adolescencia es un período de transición y descubrimiento en la vida de nuestros niños/as. Solemos escuchar que la adolescencia es una fase difícil, complicada, de rebeldía, y de cuantos más adjetivos encontremos que den cuenta de nuestra dificultad para afrontar esa fase tan compleja de la vida de nuestros hijos/as.

Hasta hace poco, este ser adolescente era un/a niño/a, cuyas únicas preocupaciones eran jugar y sacar buenas notas en la escuela, notas que servían de “trofeo” para sus padres y de prestigio entre profesores y compañeros.

Adolescencia: cómo lidiar con los cambios

Hoy no son niños/as, no son adultos, están en el limbo de la identidad. Sin embargo, están obligados a tomar decisiones y asumir la responsabilidad por ellas, pero solo algunas decisiones, “no son adultos para decidirse por sí mismo”. Hay mucho por gestionar y entender: cuerpo en transformación, elecciones por hacer, resignificación, cambios… ¿Quién soy? ¿a dónde iré? ¿hombre o mujer? ¿adulto o niño/a? ¡Qué angustia! “Mis padres quieren que les cuente todo, pero cuando lo hago me castigan por lo que hice. Mejor lo cuento a mis amigos”. “Mis padres quieren tener una buena comunicación conmigo, pero sólo yo hablo. ¡Eso parece un interrogatorio!”

El proceso suele ser desafiante tanto para los adolescentes como para los padres, ya que implica la “desidealización” del adolescente hacia la imagen de sus padres como forma de minimizar el sentimiento de pérdida de las ilusiones infantiles y alejarse de todo lo que significa ser niño/a. Por tanto, hay una separación inevitable de la figura paterna/materna, y el adolescente se enfrenta a ella de una forma en la que no hay retorno. Pero ¡tranquilos papá y mamá! Esa separación no pasa de una transformación en una relación más adulta. Es importante recalcar este punto, ya que la elaboración de esa transformación la hace el adolescente y no los padres, aunque éstos pueden contribuir para que el proceso sea lo más tranquilo y sano posible.

Estrategias necesarias entre padres/madres y adolescentes

Comunicación

Cuando nuestro hijo/hija llega a la adolescencia, todos los problemas que nos tienen agotados como, por ejemplo, los problemas de disciplina, las tan temidas pataletas, las negociaciones eternas, el incumplimiento de los acuerdos alcanzados, la transgresión de las normas, las discusiones sin fin y otros problemas de convivencia, se agravan o se perciben como más intensas.

Es primordial una comunicación asertiva y con límites claros para que los adolescentes puedan pasar por esa fase de su vida de la forma más sana posible y que nosotros como padres/madres no envejezcamos más de lo necesario.

Autocontrol

Autocontrol. ¡Qué difícil es autocontrolarse cuando se tiene un hijo/a adolescente! ¡Sí, es cierto! Sin embargo, podemos aprender herramientas para utilizar los momentos estresantes de nuestros adolescentes de forma deliberada como oportunidades de ayudarles a perfeccionar su pensamiento crítico, su forma de razonar, cómo gestionar sus emociones. Con las estrategias apropiadas, aprenderás a usar tu propia contención y tranquilidad para solucionar un conflicto como forma de enseñarle a autorregularse en sus propias emociones de frustración y de enfado cuando las conversaciones no discurren como ellos desean.

Autonomía

“¡Mi hijo/a ya no me necesita!” ¡Tranquilo/a, eso no es de todo cierto!

Nuestros adolescentes están probando cosas nuevas, están intentando construir su propia identidad y, para ello, tienen que alejarse de todo lo que conocen y que les recuerden los niños que son. Empiezan a cambiar la forma de vestir, de hablar, las músicas que escuchan, el color del pelo… Sin embargo, todo ello solo es una apariencia transitoria. Tu hijo/a te sigue queriendo, te sigue necesitando, sigues siendo su referencia más fiable en los asuntos importantes. Quizás no estés en la última moda o no sepas todo de tecnología, pero no pasa nada, en los asuntos importantes tienen que confiar que pueden contar contigo y tú siempre estarás ahí.  Prueba a contar cosas de tu vida a tu hijo/a más que a preguntar. Cuenta qué tal te ha ido hoy en el trabajo; si te has enfadado con un amigo, si crees que hay algo que piensas que puede ser comprendido por tu hijo/a, hazle partícipe de tus dudas… Así, tú hijo/a se sentirá que cuentas con él/ella y sentirá que también puede contar contigo.

¿Qué puede esperar un adolescente de su psicoterapia?

La psicoterapia le puede ayudar a desarrollar habilidades sociales. Estas habilidades son herramientas que le permiten moverse mejor en tu entorno, con su familia, con sus iguales, en sus relaciones afectivas, así como le ayudan a solucionar situaciones conflictivas. Además, la psicoterapia también le ayudará a identificar sus emociones desagradables y sus creencias dañinas, y cambiarlas por creencias más adecuadas y adaptativas.

¿La psicóloga contará a mis padres lo que hablo durante la psicoterapia?

No. En la psicoterapia con adolescentes, conviene recordar que el paciente no es la familia, a pesar de ser solicitada en ocasiones. Esto significa que se protegen los principios éticos de confidencialidad, y no se transmite a los padres lo dicho por el adolescente durante las sesiones, a menos que el contenido traiga riesgos para el paciente o para los demás, y esto se comenta con el paciente en la primera sesión. Es decir, tu psicóloga tiene la obligación de mantener el secreto profesional. Tus padres siempre estarán informados de tus progresos, tu psicóloga les apoyará con pautas para que se puedan comunicar mejor contigo, pero los detalles de tu terapia solo pertenecerán a ti y a tu psicóloga.

No tienes que entrar en temas que no quieras. Tu psicóloga siempre va a respetar tu ritmo y cuando estés preparado/a para hablar, ella estará ahí para escucharte y ayudarte a gestionar lo que necesites.

Los principales problemas psicológicos en la adolescencia:

  • Ansiedad en la adolescencia
  • Bullying
  • Depresión en la adolescencia
  • Baja autoestima
  • Problemas a nivel de rendimiento escolar
  • Agresividad y conductas violentas
  • Divorcio/separación en la familia
  • Problemas en sus relaciones familiares, afectivas y/o con sus iguales
  • Trastornos alimentarios
  • Adicciones a las redes sociales y/o determinadas sustancias
  • Relaciones tóxicas
  • Dependencia emocional
  • Dificultad para decir no y para poner límites
  • Uso problemático de las nuevas tecnologías

¿Mi hijo/a necesita ir al psicólogo?

Como padres y madres es difícil aceptar que nuestro hijo/hija necesita ayuda psicológica especializada. Para facilitar la identificación de que algo pasa y que es necesario acudir a un psicólogo, os dejamos una serie de señales:

  • Sentimientos de tristeza o melancolía la mayor parte del tiempo.
  • Problemas para dormir (insomnio o duerme demasiado)
  • Irritabilidad frecuente con brotes repentinos de ira.
  • Cambios de humor repentinos.
  • Evitación y aislamiento.
  • Se involucra en actividades ilegales.
  • No disfruta de actividades que antes le gustaba.
  • Consumo de alcohol y/o drogas.
  • Autolesiones y/o conductas de riesgo.
  • Problemas con las notas escolares, la asistencia y/o las tareas.
  • Cambios en amigos o actividades.
  • Problemas con la alimentación: no tener hambre o comer más de lo habitual, no comer con la familia.

Cómo podemos ayudarte

En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro tenemos profesionales especializados en psicoterapia con adolescentes. Esta psicoterapia servirá para que el/la adolescente tenga un espacio seguro para expresar sus emociones, hablar abiertamente de cómo se siente, discutir sobre las situaciones que le afligen y ser escuchado.

Nuestra psicoterapia con el/la adolescente le ayudará a comprender lo que está sintiendo y a conocerse mejor, así como a expresar sus emociones, gestionándolas de forma sana y adaptativa. También le ayudará a relacionarse con los demás, gestionando mejor las dificultades y evitando conflictos innecesarios.

Trabajamos con el adolescente para mejorar su expresión emocional, su autoestima, la comunicación con su familia, su autoconcepto, sus habilidades sociales, su autonomía, entre otros.

Si crees que no puedes hacerlo solo/a, estamos aquí para ayudarte.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

 

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