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Trastorno Obsesivo-Compulsivo en mujeres: Cuando el TOC se esconde detrás de la culpa, la limpieza o el miedo a fallar

Trastorno Obsesivo-Compulsivo en mujeres: Cuando el TOC se esconde detrás de la culpa, la limpieza o el miedo a fallar

Trastorno Obsesivo-Compulsivo en mujeres: Cuando el TOC se esconde detrás de la culpa, la limpieza o el miedo a fallar 800 800 Sandra Ribeiro

¿Alguna vez has tenido un pensamiento que te ha dejado paralizada de miedo?
Algo que no querías pensar, que no tenía ningún sentido, pero que te hizo sentir como una mala persona solo por haberlo imaginado.

¿Y si sin querer hago daño a mi hijo?
¿Y si me olvido de cerrar la puerta y pasa algo terrible?
¿Y si no he revisado bien el proyecto y mi jefe me echa?

Si alguna vez has tenido este tipo de pensamientos una y otra vez, y has hecho de todo por intentar quitártelos de la cabeza —evitando situaciones, comprobando cosas, limpiando, rezando, pidiendo confirmación o incluso castigándote emocional o físicamente—, es posible que estés conviviendo con algo que tiene nombre: el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), pero quizá nadie te lo ha dicho hasta ahora.

¿Qué es el TOC (y qué no es)?

El TOC no es simplemente tener manías, ni ser una persona ordenada o exigente.
Tampoco es algo que se elige.
Y desde luego, no tiene nada que ver con tu personalidad, ni con tu forma de ser.

El TOC es una forma de ansiedad en la que la mente se llena de pensamientos intrusivos, incómodos, a veces incluso aterradores o vergonzosos, que no puedes controlar. Para calmar el miedo o la angustia que provocan, haces cosas para “neutralizarlos”: repites actos, limpias, evitas, compruebas, pides ayuda o lo revives en tu cabeza una y otra vez.
Al principio puede parecer que eso ayuda, pero pronto descubres que no es así.
Vuelve. Y con más fuerza.

En definitiva, ell TOC es un trastorno de ansiedad que se manifiesta como un bucle de pensamientos que no deseas tener (obsesiones) y acciones, físicas o mentales, que realizas para calmar la angustia que esos pensamientos provocan (compulsiones).
Es un mecanismo de la mente que busca aliviar el miedo y la ansiedad… pero que en realidad lo alimenta.

Cuando eres mujer, el TOC a veces se disfraza

Muchas mujeres llegan a terapia después de años de sufrimiento silencioso. No sabían que eso que les pasaba tenía nombre. Pensaban que eran demasiado sensibles, demasiado controladoras, demasiado inseguras. O peor aún: malas madres, malas parejas, malas personas.

¿Por qué?

Porque el TOC en mujeres muchas veces se esconde detrás de la culpa, del miedo a fallar o de querer hacerlo todo bien.

Y claro, vivimos en una sociedad que espera de nosotras perfección:
Que cuidemos a todos, que anticipemos los riesgos, que estemos tranquilas, ordenadas, limpias, disponibles, entregadas.

Entonces, cuando una mujer tiene miedo de dañar a su bebé (aunque nunca lo haría), se lo calla.
Cuando duda sobre si ama a su pareja como debería, se angustia en secreto.
Cuando necesita comprobar 20 veces que ha cerrado el gas, lo hace a escondidas, avergonzada.
Cuando se imagina una escena horrible, siente que hay algo profundamente roto en ella.

Pero nada de esto te convierte en una persona peligrosa.
Te convierte en alguien que está sufriendo. Y eso merece atención y cuidado, no juicio.

Tipos de TOC más frecuentes en mujeres

Aunque el TOC puede adoptar muchas formas, hay algunas temáticas que aparecen con más frecuencia en mujeres. No porque las mujeres sean más débiles o más ansiosas, sino porque el contexto social, los roles de género y la historia personal influyen en cómo se expresa el malestar psicológico.

Algunos tipos de TOC más comunes en mujeres son:

TOC de contaminación

Miedo a ensuciarse, enfermar o transmitir algo dañino. Puede llevar a lavarse compulsivamente, limpiar en exceso, evitar espacios públicos, usar guantes, cambiarse varias veces de ropa o evitar tocar objetos.

TOC de daño

Pensamientos intrusivos como: “¿Y si hago daño a mi bebé sin querer?”, “¿Y si atropello a alguien y no me doy cuenta?”. Este tipo de TOC genera una culpa muy intensa por tener este tipo de pensamientos y suele ir acompañado de comprobaciones constantes o evitación.

TOC postparto

Surge tras el nacimiento del bebé. Puede incluir imágenes violentas o perturbadoras relacionadas con hacerle daño, miedo extremo a ser una mala madre o necesidad de hacer rituales mentales o físicos para proteger al bebé.

TOC relacional

Se duda constantemente sobre la relación de pareja: “¿Y si no lo amo?”, “¿Y si estoy con la persona equivocada?”, “¿Y si nunca más sentiré deseo por él?”. No se trata de una crisis real de pareja, sino de una ansiedad que se proyecta ahí.

TOC de orden o perfección

Necesidad de que todo esté en su sitio o hecho «como debe ser». El desorden o el error generan una incomodidad intensa, desproporcionada, y muchas veces aparece la sensación de que si no se hace bien, algo malo pasará.

TOC moral o escrupuloso

Obsesiones relacionadas con ser buena, justa, ética, correcta. Aparece la necesidad de revisar cada palabra, disculparse por todo, analizar si se ha ofendido a alguien o hacer esfuerzos mentales para “ser una buena persona”.

¿El TOC se presenta igual en hombres y mujeres?

No. El TOC puede aparecer en cualquier persona, pero las temáticas y formas de expresarse no son iguales en hombres y mujeres, y esto tiene mucho que ver con cómo nos educan y qué se espera de nosotras.

Algunas diferencias clave:

  • Las mujeres suelen mostrar TOC más ligado a la culpa, la maternidad, la limpieza o las relaciones. Se relaciona con los mandatos de cuidado, perfección, responsabilidad afectiva o moral.
  • Los hombres suelen presentar más frecuentemente TOC de tipo sexual, violento, de orden o superstición. Aunque esto está cambiando, el contexto cultural sigue influyendo.
  • El TOC en mujeres tiende a ocultarse más, porque muchas compulsiones son mentales, silenciosas, o se confunden con “manías de madre”, “ansiedad normal” o “cosas de la edad”.
  • Muchas mujeres tardan años en ser diagnosticadas, porque normalizan lo que sienten o lo viven con vergüenza. El TOC puede estar presente desde la adolescencia o incluso la infancia, pero no es raro que se diagnostique tras un embarazo, una ruptura o un pico de estrés vital.

¿Qué impacto tiene el TOC en la vida de una mujer?

Vivir con TOC no es solo tener pensamientos molestos o repetir conductas extrañas.
Es una experiencia profundamente angustiante, agotadora y solitaria.

A nivel emocional:

  • La culpa y la vergüenza son emociones constantes.
  • Se puede perder la confianza en una misma: “¿Y si soy peligrosa?”, “¿Y si estoy loca?”.
  • El TOC erosiona la autoestima y refuerza el miedo a ser rechazada.

A nivel funcional:

  • Dificulta el descanso (por revisar cosas o tener rumiaciones mentales).
  • Interfiere en las relaciones de pareja, maternidad, trabajo y vida social.
  • Puede llevar al aislamiento, la evitación, la depresión o crisis de ansiedad.

Muchas mujeres viven una doble vida: por fuera parecen responsables, entregadas, eficientes; por dentro están agotadas, con miedo, dudando de todo lo que piensan o sienten.

Un mensaje para ti

Si algo de lo que has leído aquí te ha tocado, te ha hecho pensar “esto me pasa a mí”, no lo ignores.

Si te sientes atrapada en tu mente, si repites pensamientos o conductas sin querer, si tienes miedo de lo que piensas o dudas todo el tiempo… es motivo suficiente para consultar con un profesional.

No estás loca.
No eres peligrosa.
Y no estás sola.

No minimices lo que te pasa solo porque desde fuera parezca que “todo está bien”.
No tienes que cumplir un perfil “grave” para pedir ayuda.
No tienes que seguir escondiendo lo que sientes, ni intentar solucionarlo sola.

Hablar de lo que duele también es un acto de amor.

El TOC no dice nada malo sobre ti. No te define. No es tu culpa.
Pedir ayuda profesional no es un signo de debilidad, sino una forma de empezar a cuidarte.

Con el acompañamiento adecuado, puedes volver a vivir con más libertad, más calma y más confianza en ti misma.

Estamos aquí para ayudarte.

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

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