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Sandra Ribeiro

¡Voy a terapia! Cómo elegir al psicólogo ideal para ti
¡Voy a terapia! Cómo elegir al psicólogo ideal para ti 800 800 Sandra Ribeiro

¡Voy a terapia! Cómo elegir al psicólogo ideal para ti

¡Voy a terapia! Cómo elegir al psicólogo ideal para ti desde el rigor científico

Teresa es la protagonista de nuestra nueva historia (la historia de Teresa no representa a ningún/a paciente real. Todos y cada uno de los relatos son meramente ilustrativos. El caso clínico ha sido elaborado para representar a muchas personas que pueden estar viviendo situaciones similares y conviviendo con las mismas secuelas que nuestro personaje). 

Teresa, una mujer de 35 años, enfermera de profesión, atravesó un período difícil durante estas Fiestas Navideñas. Mientras el resto celebraba con alegría, ella anhelaba simplemente quedarse en casa, evitando a toda costa los encuentros sociales. Aunque nunca fue una apasionada de las grandes celebraciones navideñas, Teresa percibe que cada año se le hace más complicado conectar con la efusión de felicidad que envuelve esta temporada.

Este último diciembre fue extraordinariamente desafiante para Teresa. La ausencia de su madre, quien falleció el pasado enero, y la pérdida reciente de su pareja, quien la dejó hace tres meses, marcaron la temporada festiva con un eco de soledad y tristeza. Cada tradición navideña se convirtió en un recordatorio de los momentos compartidos con las personas que ya no estaban a su lado.

No estoy bien: el dolor de mantener las apariencias

La carga emocional que suponía aparentar estar bien en las reuniones familiares se volvió especialmente agobiante para Teresa estas fiestas. Las conversaciones festivas se mezclaban con la nostalgia y la melancolía, y la sonrisa forzada que solía utilizar para ocultar su dolor resultaba cada vez más difícil de mantener. La tristeza que la envolvía se hizo más evidente, y sus seres queridos, aunque bien intencionados, no podían comprender completamente el dolor que Teresa llevaba consigo.

¡Voy a terapia! Cómo elegir el psicólogo ideal para ti: tomando las riendas de mi vida

Fue en medio de este torbellino emocional que Teresa, consciente de que necesitaba ayuda para enfrentar el duelo y la tristeza que la invadían, tomó una decisión valiente. Al dar la bienvenida al nuevo año, decidió que era el momento de buscar ayuda profesional. Reconoció que la carga emocional se estaba volviendo demasiado abrumadora para sobrellevarla sola y que buscar apoyo era un paso crucial para su bienestar mental y emocional.

Teresa comprende que las pérdidas significativas que ha experimentado este año no solo han dejado un vacío palpable en su vida, sino que también han afectado profundamente su bienestar emocional. La búsqueda de ayuda profesional se convierte, entonces, en una búsqueda de respuestas, consuelo y orientación para aprender a vivir con estas ausencias significativas y encontrar una nueva forma de seguir adelante.

¡Voy a terapia! Las incertidumbres del camino

El camino que Teresa ha decidido emprender no está exento de incertidumbre. Se siente abrumada por dudas e inseguridades, pero la determinación de mejorar su bienestar emocional la impulsa hacia adelante. Teresa reconoce la importancia de elegir a la persona adecuada para guiarla en este proceso terapéutico, pero no está segura de por dónde empezar.

En su búsqueda de una psicóloga, Teresa se plantea preguntas fundamentales: 

  1. ¿Cómo encontrar a alguien que comprenda sus necesidades específicas? 
  2. ¿Cuáles son los criterios importantes que considerar al seleccionar a una profesional de la salud mental? 
  3. ¿Cómo será la dinámica de las sesiones? 
  4. ¿Podré abrirme con confianza? 
  5. ¿La psicóloga logrará comprender lo que estoy experimentando?

Para Teresa, este paso hacia la búsqueda de ayuda representa un proceso de autodescubrimiento y autocompasión. Se da cuenta de que el viaje hacia el bienestar emocional y a la salud mental implica más que simplemente superar la melancolía de las fiestas; es un compromiso consigo misma para entender, sanar y crecer.

Como apoyo en su travesía, Teresa necesita pautas claras que la ayuden a dar los primeros pasos en su viaje hacia su nueva vida.

¡Voy a terapia! Cómo elegir el psicólogo ideal para ti

¡Es maravilloso que Teresa haya considerado empezar la terapia! Tomar la decisión de buscar apoyo emocional y psicológico es un paso valiente y positivo para su bienestar. Aquí hay varios aspectos importantes que Teresa debe tener en cuenta para asegurarse de encontrar la profesional adecuada para sus necesidades y circunstancias:

  • Licencia y colegiación: una psicóloga clínica o sanitaria con habilitación y colegiación en el Colegio de la Psicología asegura que el profesional ha cumplido con los requisitos y estándares establecidos por la regulación profesional. Esto garantiza que la psicóloga está legalmente autorizada para ejercer la psicología y que sigue un código ético. Asimismo, el centro de psicología o clínica debe contar con autorización de centro sanitario de la comunidad autónoma en cuestión. 
  • Intervenciones basadas en la evidencia: una psicóloga que sigue criterios de rigurosidad científica utilizará intervenciones respaldadas por la evidencia. Esto significa que las estrategias y técnicas terapéuticas han sido probadas y demostradas como efectivas a través de estudios de investigación.
  • Especialización y experiencia: es importante que Teresa busque una psicóloga con experiencia en las áreas que desea abordar, como el duelo, la pérdida y el manejo del estrés emocional. Si ha tratado casos similares y tiene conocimientos específicos en las áreas relevantes.
  • Enfoque terapéutico: cada profesional tiene su propio marco teórico y estilo de trabajo, y encontrar un enfoque que sea compatible con sus necesidades y preferencias contribuirá significativamente al éxito del proceso terapéutico. Además, diferentes enfoques terapéuticos han demostrado ser más efectivos para ciertos problemas o condiciones.
  • Flexibilidad y adaptabilidad: es importante que la psicóloga cuente con formaciones variadas y que sea flexible. La psicóloga debe tener la capacidad de personalizar la terapia según las necesidades individuales la paciente y ser capaz de adaptar intervenciones basadas en la investigación a las circunstancias específicas de Teresa. 
  • Compatibilidad personal: la relación terapéutica es esencial. Teresa debe sentirse cómoda y comprendida por su psicóloga. En la primera sesión Teresa podrá evaluar si hay una conexión y si se siente a gusto compartiendo sus pensamientos y sentimientos con esa profesional.
  • Costo y disponibilidad:  es importante también considerar aspectos prácticos, como la ubicación de la consulta, los horarios disponibles y el costo de las sesiones. Es fundamental asegurarse de que pueda comprometerse con la frecuencia de las sesiones y el presupuesto asociado. La terapia puede ser breve como, por ejemplo, unas ocho sesiones, pero puede alargarse más en el tiempo. Todo ello, dependerá del problema en cuestión, de cómo se encuentra el/la paciente y de los objetivos terapéuticos acordados entre el/la paciente y la psicóloga.
  • Opiniones y referencias: buscar opiniones de otras personas que hayan trabajado con la psicóloga o las referencias y comentarios pueden proporcionar información valiosa sobre la efectividad y la calidad del servicio.
  • Confidencialidad y ética profesional: asegurarse de que la psicóloga siga principios éticos del Código Deontológico de los Psicólogos y garantice la confidencialidad de la información compartida durante las sesiones. La colegiación está vinculada a la ética profesional. Los colegios de psicólogos establecen códigos éticos que los profesionales deben seguir. Esto podría asegurar que la terapia se lleve a cabo de manera ética, respetuosa y confidencial.

También es muy importante antes de comenzar la terapia que Teresa reflexione sobre sus objetivos. Antes de la primera sesión, es importante pensar en lo que esperas lograr con la terapia. ¿Qué áreas de tu vida te gustaría mejorar? ¿Qué problemas específicos te gustaría abordar?, entre otras cuestiones. 

Durante la terapia

  1. Plan de tratamiento y objetivos
    • Discutir y entender el plan de tratamiento propuesto y los objetivos a alcanzar. Teresa debe tener claridad sobre el tratamiento que se seguirá y cómo se evaluará su progreso a lo largo del tiempo.
      También es cierto que ningún profesional va a garantizar un tiempo determinado de finalización de la terapia. No es como acudir a un taller mecánico en el que dejamos nuestro coche y nos dicen cuándo podemos recogerlo (bueno, y no siempre cumplen la fecha). Tratar con las emociones y problemáticas de la vida de una persona es mucho más complejo. Depende de tantas variables que, determinar un tiempo para la finalización de la terapia, puede ser imprudente y poco sensato en muchos casos. 
  2. Comunicación abierta
    • Establecer expectativas claras sobre cómo será la comunicación fuera de las sesiones programadas, por ejemplo, en casos de emergencia o para resolver dudas puntuales.
    • Comunica cualquier preocupación o duda que puedas tener. La honestidad y la apertura son esenciales para que la terapia sea efectiva. Si no te ha gustado una sesión en concreto, no esperes, en la siguiente sesión comunica a tu psicóloga que no has estado cómodo/a. Las psicólogas somos humanas y también nos podemos equivocar. Además, el feedback del paciente ayuda mucho para las psicólogas podamos redireccionar la terapia, si es necesario. 
  3. Intuición personal
    • Confiar en su intuición. Si Teresa siente que algo no está en sintonía o no se siente cómoda, es importante abordarlo y, si es necesario, explorar otras opciones.
  4. Confianza y conexión: la relación con tu psicóloga es fundamental. No tengas miedo de expresar tus preocupaciones y expectativas desde el principio. La confianza y la conexión entre vosotros/as son clave para el éxito de la terapia.
  5. Proceso gradual: la terapia no es una solución instantánea. Los cambios pueden llevar tiempo. A veces, el paciente lleva 40 años actuando y/o pensando de la misma forma, disfuncional y dañina para él. Cambiar algo que llevas años haciéndolo o cambiar tu forma de pensar no se hace en cuatro sesiones. También es normal experimentar altibajos durante el proceso. Es camino está lleno de baches, pero eso no significa un retroceso. Sé paciente contigo mismo y con el proceso terapéutico.

Después de la terapia

  • Aplicación de lo aprendido: trabaja en aplicar las herramientas y estrategias que aprendas en terapia en tu vida cotidiana. La terapia es más efectiva cuando se traduce en cambios prácticos y positivos en tu vida.
  • Evalúa tu progreso: regularmente reflexiona sobre tu progreso y si tus objetivos están siendo abordados. Si sientes que algo no está funcionando, comunícalo a tu psicóloga.
  • Seguimiento: existe un período de seguimiento antes del alta definitiva de la terapia. Se suele citar al/a la paciente cada mes y luego cada tres meses, según valore el profesional. 

Aspectos prácticos de la terapia

  • Frecuencia de las sesiones: La frecuencia de las sesiones puede variar. Al principio, es posible que las sesiones sean más frecuentes y luego disminuyan a medida que progreses. Lo más habitual y necesario para que la terapia sea efectiva es que las sesiones sean, por lo menos, cada semana. Hay casos más graves o con más necesidad de contención emocional como, por ejemplo, un duelo inesperado y reciente que se puede citar al/a la paciente más veces a la semana hasta que se estabilice.
    Cuando el/la paciente se va encontrando mejor o va adquiriendo herramientas para afrontar mejor su día a día, la terapia empieza a espaciarse. Llegados ese momento, muchos psicólogos citan a sus pacientes cada 15 días, luego cada mes y luego a los tres meses, hasta el alta definitiva.
  • Confidencialidad: la confidencialidad es un principio fundamental en la terapia. Tu psicóloga no compartirá información sobre tu tratamiento sin tu consentimiento, excepto en casos específicos que involucren riesgo para ti o para otros.

Recuerda que cada persona y cada experiencia terapéutica son únicas. Lo más importante es encontrar una psicóloga con la que te sientas cómodo/a y apoyado/a. 

Año Nuevo, nuevos capítulos: mi historia la escribo yo 

¡Buena suerte en tu viaje hacia el bienestar mental y emocional! ¡Vale la pena!

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

obreviviendo a una madre narcisista
De las sombras a la luz: el caso de María, sobreviviendo a una madre narcisista 800 800 Sandra Ribeiro

De las sombras a la luz: el caso de María, sobreviviendo a una madre narcisista

Hoy, en el blog del Centro de Psicología Sandra Ribeiro nos adentrémonos en la complejidad de las relaciones maternas al explorar el impacto de las madres narcisistas a través de un intrigante caso ficticio. Descubre cómo las sutilezas del narcisismo maternal pueden tejer una red de desafíos emocionales, revelando las complejas aristas de la psicología que rodea a estas figuras maternas. En este viaje, exploraremos los matices de una narrativa que destaca la necesidad de comprender y abordar los efectos de este fenómeno en la salud mental y emocional de quienes lo experimentan

Caso Clínico: María, Mujer de 35 años (La historia de María no representa a ningún/a paciente real. Todos y cada uno de los relatos son meramente ilustrativos. El caso clínico ha sido elaborado para representar a muchas personas que pueden estar viviendo situaciones similares y conviviendo con las mismas secuelas que nuestro personaje). 

Historia Clínica

Datos Demográficos:

  • Nombre: María
  • Edad: 35 años
  • Estado Civil: Soltera (vive con su pareja desde hace 5 años)
  • Ocupación: Profesional de Recursos Humanos

Antecedentes Familiares:

  • Madre: 60 años, diagnosticada con Trastorno de Personalidad Narcisista.
  • Padre: fallecido cuando María tenía 15 años debido a un accidente de coche.

Motivo de Consulta: María busca apoyo psicológico para abordar dificultades emocionales y de relaciones interpersonales que ha experimentado a lo largo de su vida.

Historia Clínica: María relata una infancia en la que su madre tenía expectativas poco realistas sobre ella. Desde temprana edad, la madre enfocó la vida de María en función de sus propias necesidades de validación y éxito. Se esperaba que María cumpliera con altos estándares académicos y sociales, y cualquier desviación de estos resultados era castigada con desaprobación y desdén.

La madre de María era altamente crítica y competitiva, constantemente comparándola con otras niñas y resaltando sus propios logros como madre. María describe haberse sentido constantemente infravalorada y nunca lo suficientemente buena. A pesar de sus esfuerzos por complacer a su madre, María se encontraba atrapada en un ciclo interminable de desaprobación y búsqueda de aprobación.

A medida que María creció, su autoestima se vio afectada, y desarrolló patrones de relación difíciles. Buscaba constantemente validación en relaciones románticas, sociales y laborales, pero a menudo se sentía insatisfecha y experimentaba ansiedad ante el miedo al rechazo. La constante necesidad de aprobación y la falta de límites claros en sus relaciones la llevaron a situaciones perjudiciales y a sentirse atrapada en un patrón de autosacrificio.

Actualmente: a pesar del deseo de quedarse embarazada, María expresa un miedo intenso a repetir los patrones de crianza de su madre. Su pregunta es: “¿Soy también una narcisista?”.

El miedo de María de repetir los patrones de crianza de su madre y su preocupación por la posibilidad de tener un Trastorno de Personalidad Narcisista son temas importantes que pueden abordarse en terapia.  

La evaluación profesional, la exploración de experiencias de infancia, la educación sobre el narcisismo y el desarrollo de estrategias específicas pueden ser fundamentales para ayudar a María a abordar estos temores y construir un entorno saludable para la crianza de sus hijos.

Evaluación Diagnóstica: María presenta síntomas consistentes con el impacto de la crianza por parte de una madre narcisista. Se observan características de baja autoestima, dificultades en el establecimiento de límites, patrones de relación codependientes y ansiedad interpersonal.

Plan de Tratamiento:

  1. Psicoterapia individual: se propone una terapia individual centrada en la autoestima, el establecimiento de límites, el autoconocimiento, la psicoeducación sobre el narcisismo, entre otros.
  2. Exploración de patrones de relación: se abordarán los patrones de relación disfuncionales y se trabajará en el desarrollo de relaciones saludables y equitativas.
  3. Terapia de pareja: si es necesario, si puede proponer a María una terapia de pareja para que ambos miembros puedan explorar juntos las expectativas y deseos con respecto a la crianza. Esto puede fortalecer la comunicación y la colaboración en la formación de la familia.
  4. Apoyo en la Identidad Propia: Fomentar la exploración y aceptación de la identidad propia, separándola de las expectativas narcisistas de la madre.
  5. Educación sobre el Trastorno Narcisista: Brindar información sobre el trastorno narcisista y sus efectos, para ayudar a María a comprender y procesar su experiencia.

Este caso clínico ilustra cómo la crianza por parte de una madre narcisista puede tener un impacto significativo en la vida emocional y relacional de una persona, destacando la importancia de la intervención psicológica para abordar los efectos a largo plazo de esta dinámica familiar.

Síntomas característicos en los/las hijos/as de madres narcisistas

Los hijos de madres narcisistas pueden experimentar una variedad de síntomas y efectos derivados de la dinámica narcisista en la relación madre-hijo/a. Estos síntomas pueden manifestarse de diversas maneras y variar en intensidad de una persona a otra. Es común encontrar niveles altos de ansiedad y patrones de comportamiento como el temor al abandono, la autoexigencia extrema y la culpa injustificada. Estos patrones pueden estar profundamente arraigados en la dinámica de la relación con la madre narcisista y pueden afectar significativamente las relaciones interpersonales a lo largo de la vida.

Aquí hay algunos síntomas característicos que pueden observarse en los/as hijos/as de madres narcisistas:

  1. Baja autoestima:
    • Los/as hijos/as de madres narcisistas a menudo pueden desarrollar una baja autoestima debido a la falta de validación y apoyo emocional. La constante necesidad de aprobación y la crítica pueden socavar la confianza en sí mismos.
  2. Busca constante de validación:
    • Pueden buscar constantemente la validación externa para sentirse valiosos y aceptados. Esto puede llevar a una dependencia excesiva de la aprobación de los demás.
  3. Perfeccionismo excesivo:
    • La presión constante para cumplir con las expectativas poco realistas de la madre narcisista puede dar lugar a comportamientos perfeccionistas. Los/as hijos/as pueden sentir que nunca son lo suficientemente buenos y se esfuerzan en exceso para alcanzar estándares irrealmente altos.
  4. Dificultad para establecer límites:
    • Pueden tener dificultades para establecer límites saludables en las relaciones. La falta de límites claros en la relación con la madre narcisista puede llevar a la misma dificultad en otras interacciones.
  5. Ansiedad y depresión:
    • La falta de apoyo emocional y la constante inestabilidad emocional pueden contribuir a la ansiedad y la depresión en los/as hijos/as de madres narcisistas.
  6. Miedo al abandono:
    • Debido a la naturaleza impredecible de las interacciones con una madre narcisista, los/as hijos/as pueden desarrollar un temor profundo al abandono. Esto puede llevar a comportamientos de evitación o apego ansioso en las relaciones.
  7. Dificultades en las relaciones interpersonales:
    • Pueden experimentar dificultades en el establecimiento y mantenimiento de relaciones saludables. La falta de modelos de relación positivos puede afectar negativamente las habilidades sociales y la intimidad.
  8. Hipervigilancia emocional:
    • Los/as hijos/as pueden volverse hipervigilantes ante las señales emocionales de los demás para anticipar cualquier cambio en el estado de ánimo o las expectativas, como una estrategia de supervivencia aprendida.
  9. Sentimiento de culpa injustificado:
    • Pueden experimentar un fuerte sentido de culpa, incluso por cosas que no han hecho. La manipulación emocional de la madre narcisista puede hacer que los/as hijos/as se sientan responsables de las emociones y acciones de los demás.
  10. Patrones de relación codependientes:
    • Pueden desarrollar patrones de relación codependientes, buscando constantemente la validación y la aprobación de los demás a expensas de sus propias necesidades.

Es importante destacar que no todos los/as hijos/as de madres narcisistas experimentarán estos síntomas de la misma manera ni en el mismo grado. 

La terapia puede ser un recurso valioso para ayudar a los individuos a abordar estos síntomas, desarrollar estrategias de afrontamiento y fomentar el crecimiento personal.

El distanciamiento emocional de una madre narcisista

A veces, no es posible un distanciamiento físico de una madre, pero el distanciamiento emocional de una madre narcisista, aunque puede ser un proceso desafiante, muchas veces es el único remedio. La terapia puede ser un espacio valioso para explorar y abordar estos temas. Aquí hay algunas estrategias y enfoques que podrían ser útiles:

  1. Establecer límites saludables:
    • Trabajar en la identificación y establecimiento de límites claros es crucial. Ayuda a la persona a definir sus propias necesidades y a aprender a comunicar y mantener límites con la madre narcisista.
  2. Explorar y validar emociones:
    • Fomentar la expresión abierta de emociones relacionadas con la experiencia con la madre narcisista. Validar estas emociones y ayudar a la persona a entender que sus sentimientos son legítimos.
  3. Desarrollar autoestima y autoconcepto:
    • Trabajar en la construcción de la autoestima y un sentido saludable de autoconcepto es esencial. Esto implica desvincular la valía personal de la aprobación de la madre.
  4. Revisar y reinterpretar la narrativa personal:
    • Explorar la historia de vida y cómo la narrativa personal se ha formado a lo largo de los años. Ayudar a la persona a reinterpretar eventos pasados desde una perspectiva más compasiva y realista puede ser terapéutico.
  5. Fomentar la autonomía emocional:
    • Trabajar en la capacidad de la persona para tomar decisiones basadas en sus propias necesidades y deseos, en lugar de ser impulsada por la aprobación externa, es fundamental para el distanciamiento emocional.
  6. Desarrollar habilidades de afrontamiento:
    • Enseñar y practicar habilidades de afrontamiento efectivas para manejar situaciones difíciles con la madre narcisista. Esto puede incluir técnicas de comunicación asertiva y estrategias para lidiar con el estrés.
  7. Promover la independencia emocional:
    • Fomentar la capacidad de la persona para encontrar apoyo emocional fuera de la relación con la madre narcisista, ya sea a través de amistades, relaciones románticas o comunidades de apoyo.
  8. Explorar la posibilidad de distanciamiento físico:
    • Si es apropiado y seguro, discutir y planificar estrategias para establecer distancias físicas saludables. Esto podría incluir límites en la frecuencia y naturaleza de la comunicación.
  9. Educación sobre el trastorno narcisista:
    • Proporcionar información educativa sobre el Trastorno de Personalidad Narcisista puede ayudar a la persona a comprender mejor el comportamiento de la madre y reducir el sentimiento de culpa.
  10. Enfoque en el autocuidado:
    • Promover prácticas regulares de autocuidado, que pueden incluir ejercicio, meditación, o actividades que proporcionen placer y relajación.

¿Es posible recuperarse de las secuelas de la crianza de una madre narcisista?

Sí, es posible. Aunque puede llevar tiempo y esfuerzo, muchas personas han experimentado mejoras significativas en su bienestar emocional y relaciones a través de la terapia y el trabajo personal. Aquí hay algunos puntos clave a considerar:

  1. Búsqueda de apoyo profesional:
    • La terapia con un/a psicólogo/a especializado/a y capacitado/a en el manejo de traumas y trastornos de personalidad puede ser fundamental. Puede ayudar a la persona a procesar las experiencias pasadas, identificar patrones de pensamiento y comportamiento, y desarrollar estrategias para el cambio.
  2. Autoconocimiento y autoaceptación:
    • Trabajar en el autoconocimiento es esencial. Esto implica explorar y entender cómo la crianza de una madre narcisista ha influido en la visión de uno mismo y en las relaciones. La aceptación y comprensión de uno mismo son pasos importantes en este proceso.
  3. Establecimiento de límites:
    • Aprender a establecer límites saludables es crucial en el proceso de recuperación. Esto incluye aprender a decir «no» cuando sea necesario y protegerse emocionalmente de situaciones que puedan ser perjudiciales.
  4. Desarrollo de habilidades de afrontamiento:
    • Adquirir habilidades de afrontamiento efectivas para manejar el estrés y la ansiedad es esencial. Esto puede incluir técnicas de relajación, mindfulness y otras estrategias que ayuden a lidiar con las emociones difíciles.
  5. Construcción de relaciones saludables:
    • Aprender a establecer y mantener relaciones saludables es un aspecto crucial de la recuperación. Esto implica desarrollar habilidades de comunicación, establecer límites en las relaciones y buscar conexiones significativas.
  6. Fomento de la autoestima:
    • Trabajar en el fortalecimiento de la autoestima y la autoimagen. Esto puede implicar desvincular la valía personal de la aprobación externa y desarrollar un sentido interno de valía.
  7. Reinterpretación de la narrativa personal:
    • Revisar y reinterpretar la historia personal desde una perspectiva más objetiva y compasiva. Esto puede ayudar a cambiar la percepción de uno mismo y liberarse de patrones de pensamiento negativos.
  8. Autocuidado regular:
    • Practicar el autocuidado regularmente, lo cual incluye dedicar tiempo a actividades que brinden placer y relajación. Esto puede incluir ejercicio, hobbies, o simplemente momentos de descanso y reflexión.

Recuperarse de la crianza de una madre narcisista puede ser un viaje desafiante, pero con el apoyo adecuado y un compromiso personal, es posible experimentar un crecimiento significativo y mejorar la calidad de vida emocional. La terapia y otros recursos de apoyo pueden desempeñar un papel fundamental en este proceso.

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

Enfrentando la Anorexia Nerviosa
Enfrentando la Anorexia Nerviosa: la inspiradora historia de Ana y su viaje hacia la recuperación 800 800 Sandra Ribeiro

Enfrentando la Anorexia Nerviosa: la inspiradora historia de Ana y su viaje hacia la recuperación

En un mundo donde la salud mental es crucial, exploramos historias que ilustran la complejidad de los trastornos psicológicos. 

Hoy, compartimos la conmovedora historia de Ana, una estudiante universitaria de 19 años, cuya valentía y determinación la llevaron a superar uno de los más conocidos trastornos alimentarios, la anorexia nerviosa. 

Ana no es una paciente real, pero su historia refleja los desafíos comunes que enfrentan muchos/as pacientes que buscan ayuda en nuestro centro. A través del caso ilustrativo de Ana, buscamos abordar las complejas dinámicas familiares, las pérdidas significativas y las presiones sociales que a menudo subyacen en los trastornos alimentarios, especialmente en el contexto de las pérdidas y presiones familiares. Asimismo, buscamos destacar la importancia de la empatía, la comprensión y el tratamiento integral para abordar los desafíos de padecer una anorexia nerviosa.

Conociendo a Ana

Ana, una estudiante excepcional de arte, comenzó a experimentar cambios notables que despertaron la preocupación entre amigos y familiares. Su pérdida de peso significativa y su enfoque obsesivo en la comida la llevaron a una situación delicada que requería atención profesional.

Desafíos y antecedentes familiares

Ana, siendo la única hija, siempre contó con la protección especial de su padre desde su nacimiento. Sin embargo, esta conexión afectiva se veía desafiada por la naturaleza del trabajo de su padre, que lo llevaba a viajar con frecuencia, dejando a Ana con una sensación de soledad a pesar de la protección que le brindaba.

La relación especial entre Ana y su padre proporcionaba un refugio, pero la ausencia frecuente debido a los viajes laborales generaba un vacío emocional. Aunque protegida, Ana experimentaba momentos de soledad, creando una paradoja emocional que influyó en su desarrollo.

La dinámica materna 

En el otro extremo, la madre de Ana, una mujer exitosa profesionalmente y muy exigente, también desempeñó un papel significativo. La combinación de una figura paterna ausente y las altas expectativas maternas contribuyó a la complejidad emocional de Ana.

Hace dos años, Ana enfrentó una pérdida devastadora: el fallecimiento de su padre. La ausencia de su figura paterna, el duelo no elaborado y la constante exigencia de su madre, crearon un entorno emocionalmente desafiante para Ana.

La necesidad de control sobre su cuerpo y su alimentación puede haber surgido como un intento de encontrar estabilidad en un entorno emocionalmente complejo.

Síntomas y percepciones distorsionadas

El miedo paralizante de Ana a ganar peso la llevó a restringir su ingesta alimentaria, desarrollando un visible problema alimentario.

Su percepción distorsionada de sí misma la impulsó a evitar alimentos calóricos y a establecer estándares inalcanzables de delgadez. La conexión entre su autoestima y su apariencia física se volvió cada vez más estrecha, agravada por las complejas dinámicas familiares. 

Conductas disfuncionales de alimentación

La anorexia nerviosa se caracteriza por conductas disfuncionales de alimentación que resultan en una restricción extrema de la ingesta de alimentos, lo que conduce a un peso corporal significativamente bajo y a una percepción distorsionada del cuerpo. En el caso de Ana, algunas de las conductas disfuncionales de alimentación asociadas con la anorexia nerviosa incluían:

  1. Restricción de la ingesta de alimentos: Ana empezó a limitar de manera significativa la cantidad de alimentos que consumía, evitando grupos de alimientos completos, o estableciendo un número bajo de calorías diarias. Esto puede llevar a una dieta muy limitada y desequilibrada.
  2. Preocupación obsesiva por las calorías y el contenido nutricional: Ana empezó a desarrollar conductas y pensamientos obsesivos relacionados con el conteo de calorías y el contenido nutricional de los alimentos. Pasaba mucho tiempo leyendo etiquetas y calculando las calorías consumidas.
  3. Rituales alrededor de las comidas: Ana desarrolló rituales rígidos en torno a las comidas, como cortar los alimentos en trozos muy pequeños, comer en horarios específicos y realizar ciertos comportamientos antes o después de comer como, por ejemplo, levantarse para ir al baño nada más terminar de comer o mientras comía.
  4. Ejercicio excesivo: Ana utilizaba el ejercicio compulsivo con rutinas intensas de ejercicio con el objetivo de quemar calorías y perder peso, incluso cuando estaba físicamente agotada.
  5. Negación del hambre: Ana constantemente negaba o minimizaba su hambre, ignorando las señales naturales de su cuerpo que indicaban la necesidad de alimentos.
  6. Percepción distorsionada del cuerpo: la percepción de su propio cuerpo estaba distorsionada, y a pesar de la pérdida de peso significativa, Ana se veía a sí misma con sobrepeso.
  7. Evitación de comer en público: comer en situaciones sociales o públicas era algo que Ana evitaba de forma activa, ya que esto aumentaba su ansiedad relacionada con la comida y el miedo al juicio de los demás.

Estas conductas disfuncionales de alimentación son indicativas de la severidad de la anorexia nerviosa y pueden tener consecuencias graves para la salud física y mental. Si se identifica a tiempo, como es el caso que ilustramos en este artículo, en el que estaba empezando a desarrollar ciertas conductas disfuncionales de alimentación, se puede buscar ayuda profesional para abordar estas conductas y trabajar hacia la recuperación integral.

Evaluación y diagnóstico

Los exámenes médicos y psicológicos confirmaron los impactos del trastorno alimentario en Ana: delgadez que empezaba a ser preocupante, amenorrea, conductas muy disfuncionales con la comida. 

La salud de Ana estaba en riesgo, necesitábamos trabajar con un tratamiento integral desde un enfoque multidisciplinario para su tratamiento, considerando tanto los aspectos físicos como los aspectos psicológicos, sociales y familiares de Ana. El tratamiento integral aborda no solo los síntomas de la anorexia nerviosa, sino también las áreas de la vida de Ana que pueden estar influyendo en su salud mental.

Viaje hacia la recuperación

El valiente viaje de Ana hacia la recuperación comenzó con la formación de un equipo multidisciplinario compuesto por una psiquiatra, una nutricionista y una psicóloga especializada en trastornos alimentarios. Este equipo diseñó un plan que incluía la restauración gradual del peso, abordaje de los patrones de pensamiento negativos y terapia familiar para construir un sólido sistema de apoyo que también abordara las dinámicas familiares desafiantes.

Comprendiendo la enfermedad: Anorexia Nerviosa

Ayudar a Ana a comprender su enfermedad, la anorexia nerviosa, es fundamental para su recuperación. Aquí hay algunas estrategias útiles:

  1. Educación sobre la anorexia: ha sido muy importante proporcionar a Ana información detallada y comprensible sobre la anorexia nerviosa. Explicarle los aspectos físicos y psicológicos del trastorno, así como sus posibles causas y consecuencias, así como utilizar recursos visuales y literatura educativa para facilitar la comprensión.
  2. Diálogo abierto y empático: establecemos un espacio seguro para que Ana comparta sus pensamientos y sentimientos. Fomentamos un diálogo abierto y empático, donde pudiera expresar sus preocupaciones y miedos sin sentirse juzgada. Escuchamos activamente a Ana para comprender mejor su perspectiva.
  3. Identificación de patrones de pensamiento: ayudar a Ana a reconocer y entender los patrones de pensamiento negativos que pueden estar contribuyendo a su trastorno ha sido primordial. La terapia es beneficiosa para abordar estos patrones y fomentar pensamientos más saludables.
  4. Involucrar a la paciente en el proceso de tratamiento: otra estrategia importante ha sido involucrar a Ana en las decisiones relacionadas con su tratamiento. Explicarle los diferentes enfoques terapéuticos disponibles y permitir que participara en la elección de estrategias que se adaptaran a sus necesidades. Esto hace que fortalezca su percepción de ser parte del cambio.
  5. Impacto en la salud física y mental: ha sido importante también destacar cómo la anorexia nerviosa afecta tanto su salud física como mental. Utilizamos información concreta sobre los riesgos asociados, como la desnutrición, la debilidad muscular y los efectos en la salud mental. Esto le ha ayudado a comprometerse con el tratamiento.
  6. Apoyo familiar: otro factor importante en el tratamiento ha sido incluir a la familia en el proceso educativo y terapéutico. Facilitamos sesiones en las que Ana y su madre pudieron comprender juntas la anorexia nerviosa, abordar dinámicas familiares y aprender a comunicarse y a brindar apoyo efectivo.

Hitos en la recuperación y resiliencia

A medida que Ana avanzaba en su recuperación, enfrentaba desafíos y celebraba pequeños triunfos. La restauración de su salud física fue un proceso gradual, pero su compromiso con el tratamiento se tradujo en mejoras significativas en su bienestar emocional, demostrando su resiliencia en medio de las adversidades familiares.

La historia de Ana destaca la importancia de comprender la anorexia nerviosa en un contexto más amplio, considerando las complejas dinámicas familiares y las pérdidas significativas. Su valentía al buscar ayuda y su dedicación al tratamiento son testimonios de que, con el apoyo profesional y personal adecuado y la comprensión de todo el sistema familiar, los trastornos alimentarios pueden superarse. En esta narrativa, encontramos un recordatorio poderoso de cómo la conciencia y la comprensión pueden marcar la diferencia en la vida de aquellos que enfrentan desafíos de salud mental en el contexto de relaciones familiares complejas.

Desafíos del tratamiento

Dado el contexto del caso de Ana, con una anorexia nerviosa moderada y sin graves complicaciones médicas, es posible trabajar con ella desde un tratamiento ambulatorio (en consulta). En otros casos más severos y con complicaciones médicas graves, se puede requerir inicialmente una hospitalización para abordar la desnutrición y estabilizar el estado físico del/ de la paciente. Una vez que se haya logrado cierta mejoría en su salud física, se valorará la transición a un tratamiento ambulatorio.

El tratamiento ambulatorio puede incluir consultas regulares con un equipo multidisciplinario. Las sesiones de terapia individual y familiar serían fundamentales para abordar los aspectos emocionales y familiares del trastorno alimentario. Además, un plan de nutrición supervisado podría ayudar a mantener y mejorar la salud física de Ana.

Decisión del tipo de tratamiento

Como hemos comentado, la decisión del tipo de tratamiento dependerá de la gravedad del trastorno alimentario, la estabilidad médica y la capacidad del/ de la paciente para comprometerse con el tratamiento ambulatorio. Es esencial evaluar continuamente su progreso y ajustar el enfoque de tratamiento según sea necesario.

Cabe destacar que la anorexia nerviosa a menudo requiere un enfoque a largo plazo y un continuo apoyo, y el tratamiento ambulatorio puede ser parte integral de este proceso.

A través de la historia de Ana, queremos destacar la importancia de reconocer la interconexión entre la vida familiar, las relaciones emocionales y la salud mental. En nuestro centro, entendemos que cada individuo es único, y estamos comprometidos a proporcionar un espacio seguro y comprensivo donde las personas como Ana puedan emprender un camino hacia la recuperación. La conciencia y la empatía son fundamentales para transformar las complejas realidades familiares en historias de resiliencia y superación.

En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro, disponemos de varias psicólogas especializadas en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

Manipulación Emocional
Manipulación Emocional: Efectos Profundos en la Salud Mental 800 800 Sandra Ribeiro

Manipulación Emocional: Efectos Profundos en la Salud Mental

¿Alguien ya te ha dicho alguna vez que eres una persona inestable, demasiado intensa, bipolar o que estás loca?

En terapia, son muchas las personas, especialmente mujeres (pero no exclusivamente), que nos buscan para saber si les pasa algo o si se están volviendo locas. Nos relatan situaciones en las que otra persona, la mayoría de las veces su pareja, en una discusión, les provoca para que pierdan los papeles. En este momento, nos dicen “él acaba dando la vuelta en la tortilla”. Indican que toda la discusión cambia totalmente, pasando de estar enfadadas ella a enfardarse su pareja. 

Numerosos relatos sugieren la presencia de dinámicas relacionales complejas y perjudiciales. En estos escenarios, una persona, consciente de las reacciones predecibles de la otra, la manipula habilidosamente hasta el punto en que pierde el control y se ve afectada emocionalmente. En ocasiones, la persona que, inicialmente en una posición justificada, se ve despojada de su razón ante afirmaciones como «No puedo hablar contigo de esta manera», «Necesitas buscar ayuda; estás enferma», «Eres bipolar» o «Eres demasiado intensa». Este tipo de manipulación emocional busca no solo desacreditar a la otra persona, sino también socavar su confianza y autoestima. Este comportamiento se denomina manipulación emocional o abuso psicológico.

¿Emociones intensas = personas inestables?

No, expresar emociones de manera intensa no necesariamente significa ser una persona inestable. Las emociones son una parte natural de la experiencia humana, y la intensidad emocional puede variar según la situación, la personalidad y otros factores. Sin embargo, en algunos contextos, las personas pueden interpretar erróneamente la expresión de emociones intensas como inestabilidad emocional. 

Es importante tener en cuenta que, el hecho de que alguien pueda perder los estribos fácilmente no significa necesariamente que «haya perdido la razón». Las personas pueden tener respuestas emocionales intensas debido a una variedad de factores, como el estrés, la ansiedad o experiencias pasadas. Sin embargo, es importante distinguir entre expresar emociones de manera saludable y actuar de manera impulsiva o destructiva debido a la falta de control emocional.

Expresar emociones de manera saludable

1.Conciencia emocional 

  • Saludable: la persona es consciente de sus emociones y puede identificarlas.
  • Destructiva: falta de conciencia sobre las propias emociones o incapacidad para reconocerlas.
  • Comunicación Asertiva
  • Saludable: la expresión de emociones se realiza de manera clara y respetuosa.
  • Destructiva: la comunicación es agresiva, hiriente o despectiva hacia los demás.

2. Empatía

  • Saludable: se muestra empatía hacia el otro, reconociendo y validando sus sentimientos.
  • Destructiva:  falta de consideración hacia los sentimientos y necesidades del otro, centrando la atención solo en las propias emociones y necesidades.

3. Autocontrol 

  • Saludable: a pesar de la intensidad emocional, la persona puede mantener el control sobre sus acciones.
  • Destructiva: incapacidad para controlar las acciones, expresando las emociones a través de conductas agresivas o violentas, ya sea verbal o físicamente. Las reacciones son desproporcionadas en relación con la situación, lo que indica una falta de equilibrio emocional. Después de expresar las emociones de manera impulsiva, la persona siente remordimiento o arrepentimiento por sus acciones.

¿Qué hay detrás de manipulación emocional?

La manipulación emocional puede tener diversas causas y motivaciones, y es importante reconocer que cada situación es única. Algunas posibles explicaciones detrás de la manipulación emocional son:

  1. Control y poder: la manipulación emocional a menudo se utiliza como una estrategia para ejercer control y obtener poder sobre la otra persona. El manipulador busca influir en las emociones y decisiones del otro para satisfacer sus propias necesidades.
  2. Inseguridad y baja autoestima: las personas con inseguridades profundas o baja autoestima pueden recurrir a la manipulación emocional como una forma de sentirse más seguras. Manipular a otros puede proporcionar una falsa sensación de control sobre sus propias inseguridades.
  3. Miedo al abandono: algunas personas manipulan emocionalmente por miedo al abandono. Pueden utilizar tácticas manipuladoras para mantener a la otra persona cerca y evitar que se aleje.
  4. Necesidad de validación: aquellos que tienen una profunda necesidad de validación y aprobación pueden recurrir a la manipulación para obtener la respuesta emocional que desean de los demás.
  5. Falta de habilidades de comunicación: las personas que carecen de habilidades efectivas de comunicación pueden recurrir a tácticas manipuladoras como una forma de expresar sus necesidades o frustraciones, ya que no saben cómo comunicarse de manera directa.
  6. Patrones aprendidos: algunas personas han aprendido a manipular emocionalmente debido a patrones de comportamiento aprendidos en la infancia o en relaciones anteriores. Pueden haber experimentado o presenciado manipulación y la replican inconscientemente.
  7. Falta de empatía: la falta de empatía puede llevar a la manipulación emocional, ya que la persona no es capaz de comprender o preocuparse por el impacto emocional que sus acciones tienen en los demás.
  8. Necesidad de evitar responsabilidad: algunas personas manipulan para evitar asumir responsabilidad por sus acciones o para desviar la atención de sus propios fallos. El miembro de la pareja que no quiere discutir ciertos asuntos puede adoptar tácticas manipuladoras para controlar a su pareja o provocarla hasta el punto de explosión. Así, no solo evita el tema en cuestión, sino que se presenta como la parte más tranquila y razonable de la relación. 

Manipulación emocional: efectos en la salud mental

En una relación sana, es crucial que ambas partes se traten con respeto y comprensión. Si una persona utiliza tácticas para provocar a su pareja con el objetivo de hacerla parecer «loca» o fuera de control, esto podría ser un indicador de problemas más profundos en la relación. 

Es importante abordar la manipulación emocional en las relaciones, ya que puede tener efectos perjudiciales en la salud mental y emocional de la persona manipulada como pueden ser:

  1. Ansiedad y estrés: la manipulación constante puede generar un ambiente de incertidumbre y tensión, lo que contribuye a niveles elevados de ansiedad y estrés.
  2. Depresión: la manipulación emocional a largo plazo puede contribuir al desarrollo de la depresión, especialmente si la persona manipulada se siente atrapada en una situación difícil de cambiar.
  3. Baja autoestima: la manipulación a menudo está destinada a socavar la confianza y la autoestima de la persona manipulada, lo que puede llevar a una percepción negativa de sí misma.
  4. Aislamiento social: la manipulación puede llevar a la persona manipulada a aislarse socialmente, ya que puede volverse difícil confiar en los demás o compartir sus experiencias.
  5. Confusión y duda constante: la manipulación puede generar confusión y duda constante en la persona manipulada, haciendo que cuestione su propia percepción de la realidad.
  6. Trastornos de adaptación: las personas que experimentan manipulación emocional pueden desarrollar trastornos de adaptación, ya que intentan ajustarse a un entorno emocionalmente inestable.
  7. Dificultades en las relaciones: la manipulación puede afectar la capacidad de la persona para establecer y mantener relaciones saludables, ya que puede haber dificultades para confiar en los demás.
  8. Problemas de salud física: el estrés crónico asociado con la manipulación emocional puede contribuir a problemas de salud física, como trastornos del sueño, problemas gastrointestinales y otros problemas relacionados con el estrés.
  9. Sentimientos de desesperanza: la manipulación constante puede generar sentimientos de desesperanza y desamparo, ya que la persona manipulada puede sentir que no tiene control sobre su propia vida.

Si te encuentras en una situación similar o conoces a alguien que lo esté, es importante buscar apoyo. La terapia de pareja o la terapia individual te proporciona un espacio seguro para explorar los problemas de tu relación. La ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a puede ser beneficiosa para abordar estos problemas y desarrollar estrategias más saludables de comunicación y resolución de conflictos. También es esencial reconocer las señales de manipulación y abuso emocional y tomar medidas para proteger tu bienestar emocional.

 

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

Terapia de pareja: ¿separarse o reconciliarse? Los objetivos de la terapia de pareja 800 800 Sandra Ribeiro

Terapia de pareja: ¿separarse o reconciliarse? Los objetivos de la terapia de pareja

Terapia de pareja: cuando solo uno de los miembros de la pareja quiere separarse

Cuando solo uno de los miembros de la pareja quiere separarse, puede generar una situación complicada y emocionalmente desafiante y desgastante. La terapia de pareja en este contexto puede tener varios objetivos, incluyendo la exploración de las razones detrás del deseo de separación, la mejora de la comunicación, la toma de decisiones informada y la aceptación de las decisiones individuales.

Si has decidido separarte o la decisión, por el contrario, es de tu pareja, la terapia de pareja con un/a psicólogo/a especializado/a os puede ayudar en:

  1.     Explorar los motivos: es esencial que ambos miembros de la pareja tengan la oportunidad de expresar sus sentimientos y motivos detrás de sus deseos. La terapia puede proporcionar un espacio seguro donde estas conversaciones puedan tener lugar, facilitando una comprensión más profunda de las preocupaciones y necesidades de cada uno.
  2.     Mejorar la comunicación: la terapia puede centrarse en mejorar la comunicación entre los miembros de la pareja. A menudo, las diferencias en la comunicación pueden contribuir a la insatisfacción y al deseo de separación. Un terapeuta puede enseñar habilidades de comunicación efectiva y ayudar a las parejas a expresar sus necesidades y deseos de manera más clara.
  3.     Explorar soluciones intermedias: en algunos casos, puede ser útil explorar soluciones intermedias antes de tomar decisiones definitivas. Esto podría incluir acuerdos temporales como la separación terapéutica, períodos de reflexión o compromisos para trabajar en áreas específicas de la relación.
  4.     Manejar el dolor y la incertidumbre: la terapia también puede ayudar a ambos miembros de la pareja a manejar el dolor y la incertidumbre asociados con la posible separación. Esto implica abordar las emociones intensas, como la tristeza, el miedo o la ansiedad sobre el futuro.
  5.     Reevaluar la relación: a través de la terapia, ambos miembros de la pareja pueden tener la oportunidad de reevaluar la relación. Esto implica mirar tanto los aspectos positivos como los desafíos, y determinar si existe una base sólida para reconstruir la relación o si la separación es la mejor opción.
  6.     Respetar las decisiones individuales: es fundamental respetar las decisiones individuales. Si después de reevaluar la relación, uno de los miembros aún desea separarse, es importante respetar esa elección y trabajar en un proceso de separación saludable.
  7.     Apoyo emocional individual: la terapia también puede implicar apoyo individual para cada miembro de la pareja. Esto puede incluir explorar los objetivos personales, las expectativas y el bienestar emocional independiente de la relación.

En algunos casos, a pesar del trabajo terapéutico, puede que la pareja decida seguir caminos separados. La terapia, en este contexto, puede proporcionar herramientas y recursos para facilitar la transición y minimizar el impacto emocional negativo. Además, puede ser un espacio para el crecimiento personal y la reflexión, ayudando a los individuos a aprender de la experiencia y a llevar consigo lecciones valiosas hacia el futuro.

Terapia de pareja: separación terapéutica

La separación terapéutica es una estrategia que algunas parejas consideran con la ayuda de un/a psicólogo/a de pareja. A diferencia de una separación convencional, donde los miembros de la pareja viven separados sin mucha intervención profesional, una separación terapéutica implica un enfoque más estructurado y dirigido por un/a psicólogo/a para abordar problemas específicos en la relación. Algunas características clave y consideraciones que es importante saber son:

  1.     Objetivos claros: antes de embarcarse en una separación terapéutica, es esencial establecer objetivos claros y específicos. Estos objetivos podrían incluir trabajar en problemas de comunicación, abordar conflictos persistentes o explorar áreas de insatisfacción en la relación.
  2.     Participación activa del/de la psicólogo/a: un/a psicólogo/a guiará el proceso de separación terapéutica, brindando estructura y apoyo a ambas partes. El/la psicólogo/a puede facilitar sesiones individuales y conjuntas, establecer metas y proporcionar herramientas para abordar los desafíos.
  3.     Comunicación abierta: la separación terapéutica a menudo implica un compromiso activo para mejorar la comunicación. Los miembros de la pareja pueden aprender estrategias de comunicación efectivas y practicar la expresión abierta de sus necesidades y preocupaciones.
  4.     Tiempo y espacio para la reflexión: durante la separación terapéutica, se brinda a cada miembro de la pareja tiempo y espacio para reflexionar sobre sus propias necesidades y deseos. Esto puede incluir sesiones individuales para explorar cuestiones personales.
  5.     Exploración de soluciones: la separación terapéutica no solo se trata de alejarse temporalmente, sino de trabajar hacia soluciones concretas. Esto puede incluir la identificación de patrones de comportamiento negativos, la búsqueda de compromisos y la implementación de cambios positivos.
  6.     Reevaluación de la relación: durante la separación terapéutica, se alienta a los miembros de la pareja a reevaluar la relación de manera objetiva. Esto puede implicar sopesar los aspectos positivos y negativos, así como considerar si la relación es sostenible a largo plazo.
  7.     Planificación para el futuro: si bien la separación terapéutica puede ayudar a abordar problemas inmediatos, también es importante planificar para el futuro. Esto podría incluir discutir metas a largo plazo, expectativas y la posibilidad de reconciliación o de seguir caminos separados.

Es crucial destacar que la separación terapéutica no garantiza la reconciliación de la pareja. Algunas parejas descubren que, a pesar de los esfuerzos y la terapia, la mejor opción es seguir caminos separados. Sin embargo, el proceso puede proporcionar claridad, crecimiento personal y mejorar la capacidad de gestionar las relaciones en el futuro, ya sea juntos o por separado.

Terapia de pareja: cuando la decisión de ambos es separarse

Cuando la decisión de la pareja es separarse, la terapia puede desempeñar un papel importante en ayudar a ambos miembros a gestionar la transición de manera saludable y apoyar el proceso emocional. Cuando la decisión es separarse, es importante trabajar en algunos puntos:

  1. Cierre emocional: la terapia puede proporcionar un espacio seguro para que ambos miembros expresen sus emociones y ayudarles a obtener un cierre emocional. Hablar sobre los sentimientos de pérdida, tristeza, enojo y otras emociones puede ser esencial para procesar la separación de manera saludable.
  2. Comunicación efectiva: en la terapia, los miembros de la pareja pueden encontrar ayuda para mejorar la comunicación entre ambos durante el proceso de separación. Esto es crucial para discutir temas prácticos, como la división de activos, la custodia de los hijos y otros asuntos logísticos.
  3. Coordinación para la transición: un/a psicólogo/a especializado/a puede colaborar con la pareja para desarrollar un plan de transición claro y respetuoso. Esto podría incluir acuerdos sobre la vivienda, cómo comunicar la decisión a amigos y familiares, y cómo manejar la interacción futura.
  4. Apoyo emocional individual: además de la terapia de pareja, puede ser beneficioso que cada miembro busque apoyo emocional individual. La terapia individual puede ayudar a cada persona a explorar sus propias necesidades, objetivos y emociones durante y más allá de este proceso.
  5. Crianza colaborativa (si hay hijos): si la pareja tiene hijos, la terapia puede ser útil para desarrollar estrategias de crianza colaborativa. Los padres pueden aprender a trabajar juntos para apoyar el bienestar emocional de sus hijos y mantener una relación parental saludable, incluso después de la separación.
  6. Preparación para el futuro: la terapia puede ayudar a los individuos a prepararse para la vida después de la separación. Esto implica abordar la adaptación a nuevos roles y responsabilidades, establecer límites claros y desarrollar estrategias para mantener la salud emocional.
  7. Explorar lecciones aprendidas: la terapia también puede ser un espacio para reflexionar sobre la relación y explorar lecciones aprendidas. Esto puede ayudar a ambos miembros de la pareja a comprender mejor sus necesidades y a evitar patrones similares en futuras relaciones.

Como ya hemos comentado, la terapia de pareja durante la separación no tiene como objetivo de reconciliar o separar la pareja, sino que el objetivo es el que trae la pareja, sea la reconciliación o la separación. La terapia busca ayudar a los individuos a atravesar la crisis o la separación de manera más saludable y constructiva. En algunos casos, la separación es la mejor opción para el bienestar a largo plazo de ambas partes, y para los hijos/as, y la terapia puede facilitar ese proceso.

Terapia de pareja: cuando la decisión de ambos es reconciliarse

La terapia de pareja desempeña un papel crucial en la reconciliación y la mejora de las relaciones. ¿Cómo puede contribuir la terapia de pareja a la reconciliación?

  1. Facilita la comunicación abierta: la terapia proporciona un espacio seguro donde ambas partes pueden expresar sus pensamientos y sentimientos sin temor al juicio. Un/a psicólogo/a especializado/a puede ayudar a mejorar la comunicación y enseñar habilidades de escucha activa.
  2. Identifica problemas subyacentes: los/as psicólogos/as de pareja están capacitados para identificar problemas subyacentes que pueden estar contribuyendo a la indiferencia o los conflictos en una relación. Al abordar estos problemas, se pueden encontrar soluciones más efectivas.
  3. Fomenta la empatía: la terapia ayuda a cultivar la empatía entre los miembros de la pareja. Entender los sentimientos y perspectivas del otro puede reducir la indiferencia y fomentar una conexión más profunda.
  4. Enseña habilidades de resolución de problemas: los/as psicólogos/as pueden enseñar técnicas efectivas de resolución de problemas, lo que es crucial para superar desafíos en una relación. Esto incluye aprender a abordar conflictos de manera constructiva y a trabajar juntos hacia soluciones.
  5. Reconstruye la confianza: si la indiferencia ha llevado a la pérdida de confianza, la terapia puede ser instrumental para reconstruir esta confianza. Esto implica trabajar en la transparencia, la honestidad y el compromiso mutuo.
  6. Establece objetivos claros: la terapia ayuda a la pareja a establecer metas claras para la reconciliación. Esto puede incluir cambios en la comunicación, compromisos mutuos o la definición de expectativas realistas.
  7. Ofrece herramientas prácticas: los/as psicólogos/as proporcionan herramientas prácticas y estrategias que los miembros de la pareja pueden utilizar en su vida diaria. Esto puede incluir prácticas de comunicación efectiva y ejercicios para fortalecer la conexión emocional.
  8. Manejo de la individualidad y la interdependencia: la terapia aborda la necesidad de equilibrar la individualidad con la interdependencia en una relación. Ayuda a las parejas a comprender que, aunque son individuos, están construyendo una vida juntos.
  9. Exploración de patrones de comportamiento: la terapia puede ayudar a identificar y cambiar patrones de comportamiento destructivos que puedan estar contribuyendo a la indiferencia. Esto implica un autoexamen y la disposición de hacer cambios positivos.
  10. Apoyo durante crisis: en situaciones de crisis, como la infidelidad o eventos traumáticos, la terapia proporciona un apoyo esencial. Un/a psicólogo/a puede guiar a la pareja a través del proceso de curación y reconstrucción.

La terapia de pareja no es una solución mágica, pero puede ser una herramienta valiosa para la reconciliación cuando ambas partes están comprometidas con el proceso. Es importante que ambos miembros de la pareja estén dispuestos a participar activamente y a hacer el trabajo necesario para mejorar la relación.

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Sandra Ribeiro

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RedesSociales. Adolescentes. Internet.
Conectar a través del dolor: explorando el lado oscuro de las ‘Cuentas Tristes’ en redes sociales y su impacto en la salud mental de nuestros adolescentes 800 800 Sandra Ribeiro

Conectar a través del dolor: explorando el lado oscuro de las ‘Cuentas Tristes’ en redes sociales y su impacto en la salud mental de nuestros adolescentes

Las redes sociales ya son parte de nuestra vida y de la vida de nuestros hijos e hijas. Estas plataformas ofrecen una variedad de beneficios, como la conexión con amigos y familiares, acceso a información, oportunidades educativas y la posibilidad de expresarse creativamente. Sin embargo, también plantean desafíos y preocupaciones que deben abordarse.

Ventajas de las redes sociales en general para nuestros adolescentes y jóvenes

Las redes sociales pueden tener varios beneficios para los adolescentes y jóvenes, siempre que se utilicen de manera equilibrada y consciente. Podríamos citar algunos aspectos positivos como:

  • Conexión social: las redes sociales permiten a los jóvenes conectarse con amigos y familiares, incluso cuando están separados geográficamente y fortalecer relaciones.
  • Expresión personal: las plataformas de redes sociales brindan a los jóvenes la oportunidad de expresar sus opiniones, creatividad y personalidad. Pueden compartir sus logros, intereses, pasiones y contribuir al diálogo en una amplia variedad de temas.
  • Oportunidades educativas: las redes sociales pueden ser una fuente de aprendizaje e información. Los jóvenes pueden acceder a contenido educativo e intereses académicos.
  • Desarrollo de habilidades digitales: los jóvenes pueden aprender a utilizar tecnologías, gestionar su presencia online y discernir información confiable de la no confiable.
  • Conciencia social: los jóvenes pueden conectarse con movimientos sociales, difundir información importante y contribuir a la conciencia pública sobre cuestiones relevantes.
  • Apoyo emocional: los jóvenes pueden encontrar comunidades online donde compartan experiencias similares, lo que puede ayudar a reducir el sentimiento de soledad y ofrecer consuelo.

Es crucial destacar que, aunque hay beneficios, también existen riesgos asociados con el uso de las redes sociales.

En muchos casos, el apoyo emocional en las redes sociales que puede ser un beneficio para nuestros adolescentes y jóvenes puede transformarse en un riesgo importante a través de las llamadas «cuentas tristes».

Las «cuentas tristes» se refieren a perfiles o cuentas en redes sociales que se centran en compartir contenido relacionado con la tristeza, la depresión, la ansiedad u otros temas relacionados con la salud mental. Estas cuentas pueden adoptar diversas formas, y el contenido que comparten puede incluir imágenes, videos, textos poéticos o reflexivos, música y más, todo con una temática melancólica.

En plataformas como TikTok, Instagram, Twitter, entre otras, es común encontrar perfiles que se identifican como «cuentas tristes» o «cuentas depresivas». Los propietarios de estas cuentas a menudo comparten sus propias experiencias personales con la esperanza de conectar con otros que puedan estar pasando por situaciones similares. Algunos pueden buscar consuelo, comprensión o apoyo a través de estas interacciones online.

Es importante señalar que estas cuentas pueden tener efectos variados en las personas. Algunas personas pueden encontrar consuelo y comprensión al conectarse con otros que comparten sus experiencias, mientras que, para otros, el consumo constante de contenido triste puede tener un impacto negativo en su salud mental. Como con cualquier contenido online, es esencial que nuestros adolescentes, así como aquellos que los supervisan, sean conscientes de cómo este tipo de contenido puede afectar la salud emocional, para así fomentar un uso equilibrado y saludable de las redes sociales.

¿Hay beneficios en las “cuentas tristes” en las redes sociales?

Actualmente, hay investigaciones específicas sobre las “cuentas tristes” que nos plantean el impacto de estas cuentas en la salud mental de los adolescentes y jóvenes, y hay diferentes discusiones sobre sus posibles beneficios. Algunos de ellos son:

  • Expresión y comunidad: para algunos jóvenes, estas cuentas pueden ser un lugar donde pueden expresar sus sentimientos y experiencias relacionadas con la depresión, la ansiedad u otros problemas de salud mental. Pueden sentirse comprendidos y menos solos al descubrir que otras personas están pasando por situaciones similares.
  • Concientización y desestigmatización: estas cuentas pueden contribuir a la concienciación sobre la importancia de abordar la salud mental y reducir el estigma asociado con los problemas de salud mental. Al hablar abierta y honestamente sobre estos temas, se puede fomentar un ambiente de aceptación y comprensión.

¿Y cuáles son los peligros de las “cuentas tristes” en redes sociales?

  • Refuerzo negativo: consumir constantemente contenido triste y depresivo puede reforzar sentimientos negativos y mantener a las personas atrapadas en un bucle de tristeza y ansiedad. La exposición continua a este tipo de contenido puede hacer que las personas se sientan aún peor en lugar de mejorar.
  • Comparación social: al ver a otros que están pasando por dificultades similares, algunos jóvenes pueden compararse a sí mismos de manera negativa, lo que puede aumentar su propia sensación de inadecuación y desesperanza.
  • Respuesta social positiva: la percepción de que las «cuentas tristes» reciben muchos likes y comentarios positivos puede influir en la forma en que los adolescentes perciben y utilizan estas plataformas. La dinámica de las redes sociales, que se basa en la retroalimentación social en forma de likes, comentarios y comparticiones, puede tener un impacto significativo en la autoestima y la percepción de aceptación de los adolescentes.
  • Validación emocional: los likes y comentarios pueden percibirse como una validación emocional, lo que sugiere que otros usuarios comprenden y apoyan los sentimientos expresados en la publicación.
  • Construcción de identidad: la atención positiva en publicaciones tristes puede influir en la construcción de la identidad online de un adolescente, llevándolo a identificarse cada vez más con la imagen de alguien que experimenta tristeza o dificultades.
  • Incentivos para compartir más: la respuesta positiva puede actuar como un refuerzo y crear un incentivo para compartir más contenido similar. Esto puede contribuir a un ciclo donde se comparten continuamente experiencias negativas en busca de validación y apoyo.
  • Falta de apoyo profesional: aunque las «cuentas tristes» en redes sociales pueden proporcionar un sentido de comunidad y comprensión, no pueden reemplazar el apoyo profesional necesario para abordar problemas de salud mental de manera efectiva. Los profesionales de la salud mental, como psicólogos y psiquiatras, tienen la capacitación y la experiencia necesarias para proporcionar evaluaciones y tratamientos específicos para cada individuo.

Es importante recordar que la relación entre el consumo de contenido triste en redes sociales y la salud mental es compleja y varía según la persona. Algunos pueden encontrar apoyo y comprensión en estas cuentas, mientras que otros pueden verse perjudicados. Si alguien está luchando con la depresión, la ansiedad u otros problemas de salud mental, es fundamental que busque apoyo de un/a psicólogo/a especializado/a. 

 

 

 

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Responsabilidad afectiva en la pareja
Responsabilidad afectiva en la pareja: La clave de una relación sana 800 800 Sandra Ribeiro

Responsabilidad afectiva en la pareja: La clave de una relación sana

La responsabilidad afectiva en una pareja se refiere a la capacidad y disposición de cada uno de los miembros de la pareja para cuidar y mantener la salud emocional y el bienestar psicológico del otro. Implica asumir una serie de compromisos y acciones que promuevan una relación sana y equilibrada desde el punto de vista emocional.

Es importante no confundir la responsabilidad afectiva en la pareja con la idea de sacrificar tu propia identidad, necesidades y bienestar para satisfacer exclusivamente los deseos del otro. La responsabilidad afectiva implica equilibrio y reciprocidad en la relación, donde ambas partes se cuidan y apoyan mutuamente sin perder de vista su propia salud emocional y bienestar.

Algunos aspectos clave de la responsabilidad afectiva en una pareja incluyen:

  • Empatía: Comprender y ser sensible a las emociones, necesidades y preocupaciones de tu pareja. Esto implica escuchar activamente, mostrar interés genuino y ser solidario en momentos de dificultad emocional.
  • Comunicación efectiva: Fomentar una comunicación abierta y honesta en la relación, de manera que ambos puedan expresar sus sentimientos y pensamientos sin temor a juicios o críticas. La comunicación efectiva también implica resolver conflictos de manera constructiva.
  • Apoyo emocional: Estar presente para tu pareja en momentos de alegría y tristeza, y ofrecer apoyo emocional cuando sea necesario. Esto puede incluir brindar consuelo, aliento y afecto.
  • Cuidado de la salud mental: Reconocer la importancia de la salud mental en la relación y trabajar juntos para mantenerla. Esto puede implicar apoyar a tu pareja en la búsqueda de ayuda profesional si es necesario, como terapia o asesoramiento.
  • Respeto y consideración: Tratar a tu pareja con respeto, consideración y amabilidad en todo momento. Evitar comportamientos que puedan herir o dañar emocionalmente a la otra persona.
  • Espacio personal: Reconocer y respetar la necesidad de cada uno de tener su espacio y tiempo personal. La responsabilidad afectiva también incluye permitir que tu pareja crezca y desarrolle sus propias metas y relaciones fuera de la pareja.
  • Compromiso con la relación: Trabajar juntos en la construcción y el mantenimiento de una relación saludable y duradera. Esto puede requerir esfuerzo y dedicación para superar obstáculos y desafíos que puedan surgir.

Conexión emocional saludable: Un compromiso compartido

En una relación sana, cada miembro de la pareja debe mantener su autonomía, intereses personales y metas individuales, al mismo tiempo que comparten una conexión emocional y se apoyan mutuamente. No se trata de olvidarse de uno mismo en favor del otro, sino de encontrar un equilibrio entre el cuidado de uno mismo y el cuidado de la relación.

Es importante establecer límites saludables y comunicarse de manera abierta para asegurarse de que ambas personas se sientan valoradas y respetadas en la relación. La responsabilidad afectiva implica un compromiso compartido de crear un ambiente de amor, respeto y apoyo mutuo en el que ambos puedan crecer y desarrollarse como individuos, así como en pareja.

Cómo puede ayudar la terapia en el desarrollo de la responsabilidad afectiva

La terapia puede ser una herramienta efectiva para ayudar a una persona o a una pareja a desarrollar la responsabilidad afectiva. La terapia proporciona un entorno de apoyo y orientación profesional que puede ser fundamental para que las personas y las parejas desarrollen una mayor responsabilidad afectiva en sus relaciones. Ayuda a construir una base sólida para relaciones más saludables y satisfactorias. Es importante encontrar un/a psicólogo/a especializado/a en todo lo relacionado a parejas, sea para una terapia de pareja o terapia individual según sea necesario para abordar las necesidades específicas de cada situación.

Aquí hay algunas formas en las que la terapia psicológica puede contribuir a este proceso:

  • Autoconocimiento: La terapia puede ayudar a las personas a comprender mejor sus propias emociones, necesidades y patrones de comportamiento en las relaciones. A través de la introspección guiada por un/a psicólogo/a, pueden llegar a comprender cómo su historia personal y sus experiencias pasadas pueden influir en su capacidad para mantener una responsabilidad afectiva en la relación actual.
  • Comunicación efectiva: Los/as psicólogos/as pueden enseñar técnicas de comunicación efectiva que faciliten la expresión de sentimientos y pensamientos de manera clara y respetuosa. Esto ayuda a las parejas a comunicarse de manera más abierta y a comprender mejor las necesidades emocionales del otro.
  • Resolución de conflictos: La terapia proporciona un espacio seguro para abordar y resolver conflictos en la relación. Los/as psicólogos/as pueden enseñar estrategias para manejar las diferencias de manera constructiva, evitando que los problemas se acumulen y afecten la responsabilidad afectiva en la pareja.
  • Fomento de la empatía: En la terapia se puede trabajar con las personas y las parejas para desarrollar la empatía, ayudándoles a comprender y validar los sentimientos del otro. Esto promueve un ambiente de apoyo emocional y responsabilidad mutua.
  • Establecimiento de límites saludables: En la terapia, se puede aprender a establecer límites saludables para proteger el bienestar emocional de cada miembro de la pareja. Esto asegura que ambos se cuiden a sí mismos mientras mantienen una relación saludable.
  • Exploración de patrones de relación: Los/as psicólogos/as pueden ayudar a identificar patrones de relación poco saludables o disfuncionales que puedan estar interfiriendo en la responsabilidad afectiva. Una vez identificados, se puede trabajar para cambiar estos patrones.
  • Desarrollo de habilidades de resiliencia emocional: La terapia puede ayudar a las personas a desarrollar habilidades de resiliencia emocional para lidiar con el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales que puedan surgir en la vida y en la relación.

La responsabilidad afectiva más allá de la pareja

La responsabilidad afectiva no se limita únicamente a las relaciones de pareja, sino que abarca un concepto más amplio que se aplica a diversas relaciones interpersonales y contextos sociales como, por ejemplo,  la familia, las amistades y el entorno laboral.  

El proceso de desarrollar la responsabilidad afectiva en una relación, ya sea de pareja, familiar o cualquier otro tipo de relación interpersonal, puede ser transformador y gratificante. La terapia puede proporcionar las herramientas, la comprensión y el apoyo necesarios para hacerlo realidad. Al invertir en el crecimiento emocional y la salud de la relación a través de la terapia, las personas y las parejas pueden experimentar una mayor conexión, intimidad y satisfacción en sus relaciones.

Recuerda que la responsabilidad afectiva implica un equilibrio entre cuidar de uno mismo y cuidar de los demás, promoviendo un entorno donde ambas partes puedan crecer y desarrollarse como individuos y como compañeros. Si sientes que tú o tu pareja podrían beneficiarse de la terapia, considera buscar la orientación de un terapeuta o consejero con experiencia en relaciones y salud emocional. El viaje hacia una mayor responsabilidad afectiva puede ser desafiante, pero también puede llevar a relaciones más saludables y significativas a largo plazo.

 

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

ego- amigo o enemigo
Ego: Ego saludable o Ego frágil 800 800 Sandra Ribeiro

Ego: Ego saludable o Ego frágil

Siempre ha sido tema de debate el papel del ego, sin saber si es un aliado o un potencial enemigo para nosotros mismos y nuestras relaciones, aun así el ego es un concepto que ha intrigado a filósofos, psicólogos y personas de todas las edades durante siglos. ¿Es una parte esencial de nuestra identidad o un obstáculo en nuestro camino hacia la felicidad y la realización personal?

En este artículo, exploraremos el papel del ego en nuestras vidas y cómo podemos aprender a manejarlo de manera constructiva.

¿Qué es el ego?

Ego es el pronombre en primera persona del latín, y significa ‘yo’.

El concepto de ego puede variar según la corriente de psicología y la teoría en cuestión. En general, el ego se considera una parte esencial de la estructura  humana y juega un papel fundamental en la forma en que las personas interactúan consigo mismas y con el mundo que las rodea.

Coloquialmente, el ego se refiere a la parte de la psicología humana que se relaciona con nuestra autoimagen y autoestima. Es la voz interior que nos dice quiénes somos, qué merecemos y cómo deberíamos ser percibidos por los demás. Si bien puede ser una fuente de motivación y autoafirmación, también puede conducir a la arrogancia, la rigidez mental y la insatisfacción constante.

De una forma más técnica, y dependiendo de la teoría de la psicología el concepto de ego se aborda de manera diferente. En el psicoanálisis de Sigmund Freud, el ego se ve como una entidad que regula los impulsos y las restricciones sociales; La teoría humanista se centra más en la idea de la autoconciencia, la autorrealización y el crecimiento personal. Se considera el ego como parte de la experiencia consciente que se relaciona con la percepción que una persona tiene de sí misma.

 Algunos aspectos clave del ego incluyen:

  • Consciente e inconsciente: El ego tiene una presencia tanto consciente como inconsciente en la mente humana. En su mayoría, trabaja de manera consciente para lidiar con la realidad externa y las demandas internas, pero también tiene aspectos inconscientes que pueden influir en el pensamiento, el comportamiento y las respuestas emocionales de una persona.
  • Autoconciencia: El ego también se refiere a la percepción que una persona tiene de sí misma, de su identidad personal. La autoconciencia es esencial para mantener un ego saludable y utilizarlo como un aliado en la vida. Esto implica reflexionar sobre tus propias motivaciones, emociones y cómo te relacionas con los demás para encontrar un equilibrio adecuado que te permita aprovechar los aspectos positivos de tu ego sin caer en sus trampas negativas.

El ego y sus funciones

El ego tiene varias funciones importantes:

  • Defensa: El ego utiliza mecanismos de defensa para proteger a la persona de conflictos psicológicos o emocionales. Estos mecanismos pueden incluir la negación, la represión, la proyección y otros.
  • Coherencia de la identidad: El ego contribuye a mantener una sensación constante de identidad personal a lo largo del tiempo, lo que permite a una persona reconocerse a sí misma como la misma entidad a lo largo de su vida.
  • Autoimagen: El ego también está involucrado en la formación de la autoimagen y la autoestima de una persona. Puede influir en cómo uno se percibe a sí mismo y cómo busca la aprobación y la validación de los demás.

Ego saludable: El ego como aliado

El ego, en su forma más saludable, puede ser un aliado valioso en muchas situaciones y aspectos de la vida. Aunque a menudo se asocia con características negativas, como el orgullo excesivo o la arrogancia, un ego saludable puede desempeñar un papel importante en el desarrollo personal y el bienestar. Nos impulsa a esforzarnos, a establecer metas y a buscar el reconocimiento por nuestros logros. Un ego saludable nos permite establecer límites personales y mantener nuestra dignidad y autorrespeto.

 Aquí hay algunas formas en las que el ego puede actuar como un aliado:

  • Autoconfianza: Un ego saludable puede proporcionar autoconfianza, lo que puede ser fundamental para enfrentar desafíos y tomar decisiones con determinación.
  • Autoestima positiva: Un cierto nivel de ego es necesario para mantener una buena autoestima y una imagen positiva de uno mismo. Esto puede contribuir a una mayor satisfacción personal y a relaciones más saludables.
  • Motivación: El ego puede ser una fuente de motivación. El deseo de destacar y ser reconocido por los logros personales puede impulsar a las personas a esforzarse y trabajar duro para alcanzar sus metas.
  • Resiliencia: Un ego saludable puede ayudar a las personas a enfrentar y recuperarse de la adversidad. La confianza en uno mismo y la autoimagen positiva pueden ser recursos valiosos en momentos difíciles.
  • Defensa personal: El ego también puede actuar como una defensa personal. Puede ayudar a las personas a establecer límites saludables en las relaciones, proteger sus intereses y mantener su integridad personal.
  • Creatividad y logros: El deseo de ser reconocido y destacar en un campo o área de interés puede impulsar la creatividad y el logro personal.

Es importante destacar que la clave para aprovechar el ego como un aliado es mantener un equilibrio saludable. Un ego excesivo o poco realista puede llevar a problemas de egoísmo, narcisismo o comportamiento perjudicial para los demás. Por otro lado, un ego insuficiente puede resultar en baja autoestima o falta de confianza en uno mismo.

Ego frágil: Cuando el ego se convierte en enemigo

Un ego frágil puede convertirse en un obstáculo significativo para el bienestar y el desarrollo personal, lo que lleva a que el ego se perciba como un enemigo en lugar de un aliado. Cuando hablamos de un ego frágil, nos referimos a una autoimagen que es vulnerable y sensible a la crítica o a los desafíos externos. Aquí hay algunas maneras en las que un ego frágil puede actuar como un enemigo en la vida de una persona:

  • Sensibilidad extrema a la crítica: Las personas con un ego frágil pueden tomar la crítica de manera muy personal y reaccionar de manera exagerada ante ella. Esto puede llevar a sentimientos de inseguridad, ansiedad y una constante necesidad de aprobación de los demás.
  • Evitación de desafíos: Un ego frágil puede hacer que una persona evite situaciones o desafíos que perciba como amenazantes para su autoimagen. Esto puede limitar el crecimiento personal y profesional, ya que evitan enfrentar dificultades y aprender de ellas.
  • Falta de autorreflexión: Las personas con un ego frágil a menudo tienen dificultades para autorreflexionar de manera objetiva sobre sus propias debilidades o errores. Pueden tener dificultades para reconocer y aceptar críticas constructivas que podrían ayudarles a crecer.
  • Necesidad constante de validación: Aquellos con un ego frágil pueden buscar constantemente la validación y la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismos. Esto puede llevar a relaciones dependientes y una sensación de insatisfacción constante.
  • Evitación del riesgo: El miedo al fracaso o al rechazo puede llevar a una persona con un ego frágil a evitar tomar riesgos en su vida. Esto puede limitar su capacidad para alcanzar metas y perseguir sus sueños.
  • Autoengrandecimiento defensivo: Para compensar su fragilidad, algunas personas pueden adoptar un comportamiento de autoengrandecimiento defensivo, donde exageran sus logros o habilidades para proteger su autoimagen. Esto puede alienar a los demás y provocar conflictos.
  • Fuera de control: Algunas veces, el ego puede volverse inflado y dominante. La arrogancia, la autoimportancia excesiva y la falta de empatía hacia los demás son signos de un ego fuera de control. Esto puede llevar a conflictos en las relaciones, problemas en el trabajo y una sensación general de insatisfacción.

Cómo equilibrar el ego

La clave para mantener un ego saludable es el equilibrio. Aquí hay algunas estrategias para lograrlo:

  1. Autoconciencia: Reflexiona sobre tus pensamientos y acciones para identificar patrones de comportamiento egocéntricos.
  2. Empatía: Practica la empatía al ponerse en el lugar de los demás y comprender sus perspectivas.
  3. Humildad: Reconoce tus limitaciones y errores, y aprende de ellos.
  4. Desapego: No te aferres demasiado a tu autoimagen ni busques la validación constante de los demás.
  5. Meditación: La meditación puede ayudarte a observar tus pensamientos sin juzgarlos y a encontrar la paz interior.

Es importante destacar que un ego frágil no es una característica innata, sino una respuesta a las experiencias de vida y las influencias sociales. La terapia y el autocuidado pueden ser útiles para abordar un ego frágil y trabajar en la construcción de una autoimagen más saludable y resistente. La autoconciencia, el desarrollo de la resiliencia emocional y la búsqueda de apoyo adecuado son pasos importantes para cambiar la dinámica de un ego frágil y convertirlo en un aliado en lugar de un enemigo. 

Recuerda que el ego es una parte de ti, pero no te define por completo. 

 

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Sandra Ribeiro

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La deuda emocional en la relación de pareja
La deuda emocional en la relación de pareja 800 800 Sandra Ribeiro

La deuda emocional en la relación de pareja

La «deuda emocional» es un concepto que se utiliza en el contexto de las relaciones interpersonales, incluyendo las relaciones de pareja. Se refiere a la sensación de que uno de los miembros de la pareja está en deuda con el otro debido a favores, gestos de cariño, sacrificios o apoyo emocional que ha recibido en el pasado. Esta sensación puede surgir cuando uno siente que ha hecho más por su pareja que lo contrario, creando un desequilibrio en la relación.

Es importante tener en cuenta que la deuda emocional puede ser subjetiva y no necesariamente está ligada a una contabilidad precisa de los actos de amor o cuidado en una relación. Puede ser un sentimiento que una persona experimenta y que puede afectar su percepción de la relación de pareja. Algunos ejemplos de situaciones que podrían generar una deuda emocional incluyen:

  1. Apoyo durante una enfermedad o crisis personal: Uno de los miembros de la pareja puede haber brindado un apoyo significativo al otro durante una enfermedad grave o una crisis emocional, lo que podría hacer que sientan que ahora deben algo a cambio.
  2. Sacrificios profesionales o personales: Si uno de los miembros de la pareja ha renunciado a oportunidades profesionales o ha hecho sacrificios personales importantes como, por ejemplo, mudar de casa, ciudad, país…, en beneficio de la relación o del otro, podría surgir la sensación de que hay una deuda emocional pendiente.
  3. Gestos románticos desequilibrados: Si uno de los miembros de la pareja hace constantemente gestos románticos, como sorpresas, regalos o muestras de cariño, mientras que el otro no responde de la misma manera, el desequilibrio puede generar la sensación de una deuda emocional.
  4. Apoyo financiero desigual: Si uno de los miembros de la pareja proporciona un apoyo financiero sustancial o paga la mayoría de los gastos, podría sentir que el otro tiene una deuda emocional por esta razón.
  5. Crianza de hijos y responsabilidades domésticas: La sensación de deuda emocional también puede surgir en situaciones en las que uno de los miembros de la pareja siente que está haciendo la mayor parte del trabajo en la crianza de los hijos o en las responsabilidades del hogar.
  6. Desigualdad en la toma de decisiones: Si una persona siente que su pareja toma todas las decisiones importantes en la relación o que su opinión no es tenida en cuenta, esto puede crear una sensación de deuda emocional.
  7. Falta de reciprocidad emocional: Si uno de los miembros de la pareja siente que está invirtiendo más emocionalmente en la relación que su pareja, esto puede generar la percepción de que hay una deuda emocional.

Es importante tener en cuenta que la percepción de una deuda emocional es subjetiva y puede variar según la interpretación personal de cada individuo. Lo fundamental es que las parejas aborden estas preocupaciones de manera abierta y respetuosa a través de la comunicación para encontrar soluciones conjuntas y mantener una relación equilibrada y saludable.

Comunicarse abierta y sinceramente con tu pareja sobre cómo te sientes es fundamental para evitar que esta sensación de deuda emocional cause resentimiento o problemas en la relación.

Cobranzas emocionales 

Cuando uno de los miembros de una pareja comienza a hacer «cobranzas emocionales» al otro debido a la percepción de una deuda emocional, esto implica que la persona que siente que está en deuda emocional utiliza ese sentimiento para influir o manipular a su pareja de alguna manera. Estas «cobranzas» pueden manifestarse en diversas formas, como reproches constantes, manipulación emocional o chantaje emocional.

Es importante comprender que las cobranzas emocionales son una dinámica negativa en una relación y pueden ser perjudiciales. Estas acciones no promueven una comunicación saludable ni la resolución de problemas. En cambio, pueden crear tensiones, resentimiento y desconfianza en la relación.

Si te encuentras en una situación en la que sientes que estás siendo objeto de cobranzas emocionales o si estás utilizando este tipo de comportamiento hacia tu pareja, es importante tomar medidas para abordar la situación de manera constructiva:

  1. Reflexiona sobre tus propios sentimientos: Antes de confrontar a tu pareja o tomar medidas, es importante comprender tus propios sentimientos y necesidades. ¿Por qué sientes que tu pareja te debe algo emocionalmente? ¿Qué te gustaría lograr al expresar tus sentimientos?
  2. Comunicación abierta y honesta: Habla con tu pareja de manera calmada y respetuosa sobre cómo te sientes y por qué sientes que hay una deuda emocional. Escucha también la perspectiva de tu pareja.
  3. Busca soluciones juntos: En lugar de enfocarte en culpar o hacer demandas, trabaja en conjunto para encontrar soluciones que sean mutuamente satisfactorias. Esto puede incluir compromisos y ajustes en la relación.
  4. Considera la terapia de pareja o la terapia individual focalizada en los problemas de pareja: Si las tensiones y los problemas emocionales persisten, considera buscar la ayuda de un/a psicólogo/a de pareja. La terapia de pareja puede proporcionar orientación y herramientas para abordar las dinámicas negativas en la relación.

Recuerda que una relación saludable se basa en la comunicación abierta, el respeto mutuo y el apoyo emocional. En lugar de utilizar las cobranzas emocionales como táctica, es mejor trabajar juntos para construir una relación sólida y satisfactoria para ambos.

Me lo debes: el castigo en las relaciones de pareja

Es importante destacar que el castigo en una relación de pareja no es una estrategia saludable ni constructiva para abordar problemas o conflictos. Cuando uno de los miembros de la pareja siente que el otro está en deuda con él y comienza a castigarlo, esto puede crear un ambiente tóxico y dañino en la relación.

El castigo puede manifestarse de diversas maneras, como el uso de la manipulación emocional, la retirada de afecto, la crítica constante, los reproches, la venganza o incluso la violencia emocional o física. Estas acciones pueden causar un deterioro significativo en la confianza, la intimidad y la calidad de la relación.

En lugar de recurrir al castigo, es fundamental que las parejas aborden sus problemas y preocupaciones de manera más saludable. Las relaciones saludables se basan en la comunicación, el respeto mutuo y la empatía. Trabajar juntos para abordar los desafíos emocionales y las percepciones de deuda emocional puede fortalecer la relación en lugar de debilitarla.

El papel de la terapia en la gestión de la sensación de deuda emocional en la pareja

El papel de la terapia de pareja o de la terapia individual en la gestión de la deuda emocional es facilitar un proceso en el que la/s persona/s puedan comprender mejor sus propios sentimientos y los de su pareja, aprender a comunicarse de manera más efectiva y encontrar soluciones mutuamente satisfactorias. La terapia puede ayudar a aliviar las tensiones y el resentimiento que a menudo acompañan a la deuda emocional, proporcionando herramientas que ayuden a construir una relación más equilibrada y saludable.

 

 

 

 

 

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Codependencia en la pareja: cómo saber si estoy en una relación de codependencia 800 800 Sandra Ribeiro

Codependencia en la pareja: cómo saber si estoy en una relación de codependencia

La codependencia en las relaciones de pareja es un patrón de comportamiento en el cual una persona tiende a sacrificar sus propias necesidades y bienestar en favor de satisfacer constantemente las necesidades emocionales, físicas o psicológicas de su pareja. Identificar si estás en una relación de codependencia puede ser un proceso complejo, pero aquí hay algunas señales comunes que podrían indicar que estás experimentando codependencia en tu relación de pareja:

  • Priorización de la pareja: Colocas las necesidades y deseos de tu pareja por encima de los tuyos propios, a menudo ignorando tus propias necesidades para asegurarte de que tu pareja esté bien.
  • Baja autoestima: Tu autoestima y sentido de valía personal están fuertemente influenciados por la aprobación y el estado emocional de tu pareja. Te sientes bien contigo mismo sólo cuando tu pareja está contenta contigo.
  • Miedo al abandono: Experimentas un miedo intenso al rechazo o abandono por parte de tu pareja, lo que te lleva a hacer cualquier cosa para evitarlo, incluso a expensas de tu propia felicidad.
  • Dificultad para establecer límites: Te resulta difícil establecer límites saludables en la relación. A menudo permites que tu pareja cruce límites personales sin comunicar tus propias necesidades y deseos.
  • Control excesivo: Sientes la necesidad de controlar a tu pareja y sus decisiones para sentirte seguro/a. Temes que si no lo haces, tu pareja podría tomar decisiones que afecten negativamente la relación.
  • Negación de problemas: Ignoras o minimizas los problemas evidentes en la relación con tal de evitar el conflicto o el riesgo de que tu pareja se aleje.
  • Dificultad para tomar decisiones independientes: Te resulta difícil tomar decisiones sin la aprobación o influencia de tu pareja. Incluso las decisiones pequeñas pueden generar ansiedad si sientes que podrían afectar la relación.
  • Falta de autonomía: Has perdido parte de tu identidad individual en la relación y tiendes a definirte principalmente a través de tu papel en la vida de tu pareja.
  • Necesidad constante de rescate: Te sientes responsable de resolver los problemas de tu pareja y te esfuerzas por «salvarlo/a» de situaciones difíciles, incluso cuando no es saludable para ti.
  • Búsqueda de validación externa: Buscas la validación y aprobación de otras personas, incluyendo a tu pareja, para sentirte bien contigo mismo/a.

Si te identificas con varias de estas señales, es posible que estés en una relación de codependencia. Reconocer y abordar la codependencia es un paso importante hacia la construcción de relaciones más saludables y satisfactorias.

 

¿Cuál es la responsabilidad de mi pareja en esta relación de codependencia?

 

En una relación de codependencia, ambas partes suelen contribuir de alguna manera a mantener este patrón disfuncional. Si bien es importante reconocer que cada situación es única y las dinámicas pueden variar, aquí hay algunas formas en las que tu pareja podría contribuir a la relación de codependencia:

  • Dependencia emocional: Si tu pareja depende en gran medida de ti para su bienestar emocional y no busca otras fuentes de apoyo, esto puede fomentar la codependencia al poner la responsabilidad de su felicidad en ti.
  • Manipulación: Si tu pareja utiliza la manipulación emocional, como el chantaje emocional o la victimización, para obtener lo que desea de ti, esto puede mantener la dinámica de codependencia al hacerte sentir culpable o responsable de sus emociones.
  • Falta de comunicación: Si tu pareja no se comunica abierta y honestamente acerca de sus necesidades, deseos y problemas en la relación, puede ser difícil establecer límites y resolver problemas de manera saludable.
  • Aprovechamiento de tu cuidado: Si tu pareja es consciente de tu disposición a cuidar y satisfacer sus necesidades constantemente, es posible que aproveche esta situación y no asuma la responsabilidad de su propia parte en la relación.
  • No respetar tus límites: Si tu pareja ignora tus límites y continúa demandando tu atención y esfuerzo sin considerar tus propias necesidades, esto puede mantener la dinámica de codependencia al no permitirte establecer límites saludables.
  • Falta de autoconciencia: Si tu pareja no reconoce ni reflexiona sobre sus propios patrones de comportamiento y cómo pueden estar afectando la relación, es difícil para ambos abordar y cambiar la dinámica codependiente.

Es importante recordar que tanto tú como tu pareja pueden estar atrapados en una relación de codependencia debido a vuestra propia historia de vida, traumas pasados y patrones de comportamiento aprendidos. Reconocer y abordar estos patrones lleva tiempo, esfuerzo y compromiso por parte de ambos miembros de la pareja.

Si deseas abordar la codependencia en tu relación, la comunicación abierta y la búsqueda de ayuda profesional son pasos cruciales. Un/a psicólogo/a especializado/a en relaciones de pareja puede proporcionar orientación y estrategias para romper los patrones codependientes y ayudarte a construir una relación más saludable y equilibrada.

 

El papel de la terapia en el tratamiento de la codependencia en la relación de pareja

La terapia desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la codependencia en una relación de pareja. Como hemos comentado, la codependencia es un patrón de comportamiento complejo que a menudo tiene raíces en experiencias pasadas, traumas, creencias limitantes y patrones de relación poco saludables. A través de la terapia de pareja o de la terapia individual, un/a psicólogo/a especializado/a puede proporcionar una guía experta para abordar estos problemas y fomentar cambios positivos en la dinámica de la relación, además de ayudarte o ayudaros a identificar y trabajar sobre el origen de la dinámica codependiente. 

Aquí hay algunas formas en las que la terapia puede ayudar en el tratamiento de la codependencia de pareja:

  • Autoconciencia: La terapia proporciona un espacio seguro para que cada miembro de la pareja explore y comprenda sus propios patrones de comportamiento y cómo estos contribuyen a la dinámica codependiente. A través de la autoconciencia, se pueden identificar los factores subyacentes que alimentan la codependencia.
  • Comunicación efectiva: Un/a psicólogo/a puede enseñarte a ti o ambos miembros de la pareja habilidades de comunicación efectiva, lo que incluye expresar necesidades, deseos y límites de manera clara y respetuosa. La comunicación abierta es esencial para superar la codependencia y construir una relación más saludable.
  • Establecimiento de límites: A menudo, en las relaciones codependientes, los límites personales son difusos o inexistentes. Un/a psicólogo/a puede ayudarte o ayudaros a establecer límites saludables y a respetar los límites del otro.
  • Desarrollo de la autonomía: La terapia puede ayudarte a ti o a cada miembro de la pareja a desarrollar su propia identidad y autonomía fuera de la relación. Esto implica fomentar intereses personales, pasatiempos y amistades fuera de la relación de pareja.
  • Trabajo en equipo: La terapia siempre es un trabajo en equipo. Sea en la terapia individual o en la terapia de pareja. Es muy importante que la pareja aprenda a funcionar como un equipo equitativo en lugar de mantener patrones de rescatador y necesitado, salvador y víctima. Esto implica compartir responsabilidades y decisiones de manera colaborativa.
  • Exploración de patrones familiares: Los patrones de codependencia a menudo se originan en experiencias familiares pasadas. La terapia puede ayudar a explorar cómo las dinámicas familiares pueden estar influyendo en la relación de pareja actual y cómo romper esos patrones.
  • Fomento de la empatía: La terapia puede ayudarte a ti o a cada miembro de la pareja a desarrollar empatía hacia el otro, comprendiendo sus desafíos individuales y cómo esos desafíos afectan la relación.
  • Desarrollo de habilidades de afrontamiento: En la terapia se puede aprender estrategias de afrontamiento saludables para manejar el estrés, la ansiedad y otros desencadenantes emocionales sin depender exclusivamente de la pareja.

Recuerda que el proceso de superar la codependencia lleva tiempo y esfuerzo por parte de ambos miembros de la pareja. Si optáis por una terapia de pareja, es importante que ambos estén comprometidos con el proceso terapéutico y estén dispuestos a realizar los cambios necesarios para construir una relación más saludable y equilibrada. Si, por el contrario, decides venir solo/a a la terapia, trabajaremos sobre un proceso terapéutico individual, buscaremos los patrones que dieron inicio a esas dinámicas codependientes y trabajaremos sobre ello. Los cambios en uno de los miembros de la pareja puede llevar a cambios en el otro.

 

 

 

 

 

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