Vivir en una familia desestructurada y caótica durante la infancia puede tener un impacto significativo en el desarrollo emocional y psicológico de una persona. La tendencia a intentar controlar todo en la vida adulta es una respuesta común a esta experiencia y puede entenderse desde varias perspectivas.
Motivos de la necesidad de control
- Seguridad y estabilidad: En una familia desestructurada, la falta de estabilidad y previsibilidad puede generar una sensación constante de inseguridad. Controlar todo en la vida adulta se convierte en una manera de crear un entorno más predecible y seguro.
- Ansiedad: La incertidumbre y el caos experimentados en la infancia pueden llevar a niveles altos de ansiedad. El control actúa como un mecanismo para reducir esa ansiedad, proporcionando una falsa sensación de seguridad.
- Autoeficacia: El control puede dar una sensación de competencia y autoeficacia. En un entorno familiar caótico, las personas pueden no haber desarrollado una sensación de logro y capacidad, por lo que controlar su entorno puede compensar esa carencia.
- Trauma y supervivencia: En situaciones de trauma, el control puede ser una estrategia de supervivencia. Mantener el control puede haber sido necesario para manejar situaciones difíciles en la infancia y esta estrategia persiste en la vida adulta.
Función del control
- Reducción de la incertidumbre: El control ayuda a reducir la incertidumbre y el miedo al desconocido.
- Mantenimiento de la paz mental: Proporciona una estructura que puede mantener la paz mental y emocional.
- Sensación de poder: Ofrece una sensación de poder y dominio sobre la vida, contrarrestando sentimientos de impotencia pasados.
- Evitar emociones negativas: Ayuda a evitar enfrentar emociones negativas y dolorosas asociadas con experiencias pasadas.
Cómo aprender a soltar el control
- Reconocimiento y aceptación: El primer paso es reconocer la necesidad de control y aceptarlo como una respuesta a experiencias pasadas.
- Terapia: Trabajar con un/a psicólogo/a especializado/a puede ser crucial para trabajar el control y desarrollar estrategias de espontaneidad, disfrute y resignificación de hechos pasados.
- Mindfulness y meditación: Estas prácticas ayudan a mantenerse en el presente y a aceptar las cosas tal como son, sin la necesidad de controlarlas.
- Desarrollar confianza: Construir la confianza en uno mismo y en los demás puede reducir la necesidad de control. Esto puede implicar trabajar en habilidades de comunicación, establecer límites saludables y aprender a delegar.
- Exposición gradual: Permitir pequeñas situaciones donde no se tiene control y aprender a manejarlas puede ayudar a reducir la necesidad de control. Comenzar con cosas pequeñas y avanzar gradualmente.
- Autocompasión: Practicar la autocompasión y ser amable con uno mismo en momentos de ansiedad y estrés puede reducir la necesidad de controlar como una forma de autodefensa.
- Desarrollar un sistema de apoyo: Rodearse de personas de confianza que puedan ofrecer apoyo emocional puede proporcionar la seguridad necesaria para soltar el control.
Aprender a soltar el control es un proceso gradual y a menudo requiere tiempo y esfuerzo. Es importante ser paciente y reconocer que es un viaje hacia una mayor libertad emocional y mental.
Perfeccionismo, Autoexigencia y Exigencia hacia los demás
También es común que las personas que han vivido en una familia desestructurada y caótica desarrollen rasgos de perfeccionismo, autoexigencia y exigencia hacia los demás. Estos comportamientos pueden surgir como mecanismos de adaptación y supervivencia a las circunstancias difíciles de su infancia.
Perfeccionismo
El perfeccionismo es una forma de intentar mantener el control sobre el entorno y las propias acciones para evitar errores y fracasos, que podrían percibirse como amenazas a su seguridad o autoestima. En un entorno familiar caótico, el perfeccionismo puede haber sido una forma de obtener aprobación o evitar críticas.
Motivos del perfeccionismo
- Búsqueda de aprobación: Intentar ser perfecto para recibir reconocimiento y amor que quizás no se obtuvo en la infancia.
- Evitar la crítica: Minimizar la posibilidad de críticas y desaprobación al hacer las cosas de manera impecable.
- Control de la autoestima: Vincular la autoestima con el desempeño perfecto para sentirse valioso y competente.
Autoexigencia
La autoexigencia es una característica relacionada con el perfeccionismo. Consiste en imponer altos estándares y expectativas sobre uno mismo, lo que puede llevar a la sobrecarga y al agotamiento.
Motivos de la autoexigencia
- Miedo al fracaso: Creer que no cumplir con altas expectativas resultará en fracaso y desaprobación.
- Valor personal: Medir el propio valor y autoestima en función de los logros y el cumplimiento de estándares elevados.
- Supervivencia emocional: Tratar de compensar la falta de validación y apoyo emocional en la infancia mediante logros y rendimiento.
Exigencia a los demás
La exigencia hacia los demás es un intento de controlar el entorno y asegurar que otros cumplan con ciertos estándares para mantener la estabilidad y previsibilidad.
Motivos de la exigencia a los demás
- Seguridad: Asegurar que los demás se comporten de manera predecible y confiable para mantener la sensación de control.
- Proyección: Proyectar las propias expectativas y estándares elevados en los demás.
- Evitar decepciones: Prevenir la decepción y la frustración estableciendo altos estándares para los demás.
Cómo manejar el perfeccionismo, la autoexigencia y la exigencia a los demás
- Conciencia y aceptación: Reconocer estos rasgos y aceptar que pueden estar influenciados por experiencias pasadas es el primer paso.
- Terapia: Trabajar con un terapeuta para abordar las raíces del perfeccionismo y la autoexigencia, y desarrollar estrategias más saludables para manejarlos.
- Mindfulness y autocompasión: Practicar la autocompasión y el mindfulness para aceptar las imperfecciones y reducir la autoexigencia.
- Establecer límites realistas: Aprender a establecer metas y expectativas realistas para uno mismo y para los demás.
- Aceptar la imperfección: Reconocer que la perfección es inalcanzable y que es humano cometer errores.
- Desarrollo personal: Enfocarse en el crecimiento personal y la mejora continua en lugar de la perfección.
- Fomentar relaciones saludables: Desarrollar relaciones basadas en la aceptación y el apoyo mutuo, en lugar de la exigencia y el control.
Abordar estos comportamientos requiere tiempo y esfuerzo, pero es posible desarrollar una relación más saludable con uno mismo y con los demás a través de la autoaceptación y la práctica de estrategias de manejo emocional efectivas.
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Sandra Ribeiro
Psicóloga General Sanitaria (M-34885)
Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED
Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva
Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED