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Entendiendo la Diferencia entre Narcisismo Natural y Narcisismo Patológico

Entendiendo la Diferencia entre Narcisismo Natural y Narcisismo Patológico

Entendiendo la Diferencia entre Narcisismo Natural y Narcisismo Patológico 800 800 Sandra Ribeiro

El término «narcisismo» suele evocar imágenes de personas egocéntricas, preocupadas únicamente por sí mismas. Sin embargo, existe una faceta del narcisismo que es inherente a la condición humana y que juega un papel esencial en la supervivencia y en la construcción de vínculos. El narcisismo natural nos impulsa a proteger lo que amamos, a cuidar de nosotros mismos y a mantener relaciones significativas. Es parte del equilibrio entre el amor propio y el cuidado hacia los demás.

No obstante, cuando este narcisismo se desequilibra y se convierte en el centro de nuestras acciones, puede transformarse en narcisismo patológico, una dinámica que distorsiona las relaciones y convierte a los demás en instrumentos para satisfacer nuestras necesidades. Comprender esta diferencia es clave para mantener relaciones saludables y conscientes.

Narcisismo Natural: Un motor para el vínculo

El narcisismo natural se manifiesta en acciones cotidianas. Por ejemplo, cuidar a nuestros hijos no solo responde a su bienestar, sino también a nuestra necesidad de verlos bien y sentirnos satisfechos como padres. Llorar por la pérdida de un ser querido refleja el amor que sentíamos por esa persona, pero también la tristeza por no poder compartir más momentos juntos. Estas respuestas, aunque involucran nuestros sentimientos, no son patológicas, sino humanas.

Este tipo de narcisismo nos ayuda a mantener relaciones significativas, pues implica una reciprocidad emocional. Queremos que las personas que amamos estén bien porque eso también nos brinda paz y satisfacción. Es una simbiosis natural en la que ambas partes se benefician.

Cuando el narcisismo se vuelve patológico

El problema surge cuando esta necesidad de bienestar propio predomina sobre las necesidades y el bienestar de los demás. Un ejemplo claro ocurre en la crianza: si un padre cuida a su hijo no por su desarrollo, sino para evitar sentirse ansioso o garantizar que el hijo lo cuide en el futuro, el amor se convierte en un medio para obtener algo. Aquí, la figura del hijo deja de ser vista como un individuo con sus propias necesidades y pasa a ser una herramienta para satisfacer carencias emocionales.

Un ejemplo similar puede observarse en las relaciones de pareja. Imaginemos que una pareja planea un viaje romántico y, poco antes de partir, una de las partes expresa que no se encuentra bien de salud. En una relación equilibrada, la pareja se preocuparía por el bienestar del otro, poniendo el viaje en segundo plano. Sin embargo, en una dinámica marcada por el narcisismo patológico, la respuesta podría ser: «¿Por qué te sientes así justo ahora, sabiendo que teníamos este viaje programado?». En este caso, el deseo personal prevalece sobre la empatía y el cuidado hacia el otro.

Narcisismo Abierto vs. Narcisismo Encubierto

Es importante distinguir entre dos formas de narcisismo patológico: el narcisismo grandioso y el narcisismo encubierto.

  • Narcisismo Abierto o Grandioso: Se caracteriza por una actitud dominante y despectiva hacia los demás. La persona narcisista grandiosa humilla, menosprecia y deja claro que él o ella es el único que importa. Los demás son vistos como instrumentos para servirle, y sus logros o necesidades se desprecian o ignoran.
    • Ejemplo cotidiano: Una pareja queda para ver una película y, al momento de elegir, uno de ellos menosprecia la elección del otro diciendo: «Esa película es aburrida, la que yo elijo es mucho mejor». Aquí, el objetivo es imponer su criterio desvalorizando el del otro.
  • Narcisismo Encubierto: Este tipo de narcisismo se disfraza de victimización o fragilidad. En lugar de exhibir superioridad de manera explícita, el narcisista encubierto manipula a través de la culpa, la enfermedad o el sufrimiento. Puede hacerse la víctima, exigiendo atención constante y generando dependencia emocional en su entorno.
    • Ejemplo cotidiano: Ante la misma situación de la película, la respuesta de la persona con narcisismo encubierto sería: «No pasa nada, nunca acierto con las películas. Tú siempre eliges mejor que yo». A través de esta autocrítica velada, busca que se elija lo que quiere sin imponerlo directamente, generando culpa en el otro.

Ambos tipos de narcisismo distorsionan las relaciones y convierten a los demás en meros recursos para satisfacer necesidades propias, aunque se manifiestan de formas diferentes.

Reconocer los signos del Narcisismo Patológico

Identificar cuándo el narcisismo comienza a distorsionar nuestras relaciones es fundamental. Algunas señales incluyen:

  • Priorizar constantemente las propias necesidades sin considerar las de los demás.
  • Manipular o culpar a otros cuando las cosas no salen como se esperaba.
  • Sentir que las personas cercanas deben cumplir ciertos roles para mantener el equilibrio emocional propio.
  • Falta de empatía ante las dificultades de los demás.
  • Actuar desde una posición de superioridad (narcisismo grandioso) o victimización (narcisismo encubierto).

Cultivar Relaciones Saludables

Reconocer que el narcisismo natural es parte de nuestra vida puede ayudarnos a ser más comprensivos con nosotros mismos y con los demás. Sin embargo, es importante equilibrar este amor propio con una verdadera empatía y consideración por las necesidades ajenas.

Para mantener relaciones saludables:

  • Practica la escucha activa y valida las emociones de los demás.
  • Reflexiona sobre tus motivaciones: ¿estás actuando desde el amor y el cuidado genuino o desde una necesidad personal no resuelta?
  • Fomenta la reciprocidad, permitiendo que tanto tú como los demás puedan expresar y satisfacer sus necesidades.

El narcisismo en pequeñas dosis es parte del tejido que une nuestras relaciones. El desafío está en evitar que este se convierta en el único hilo conductor de nuestras interacciones.

 

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

 

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