Las relaciones de pareja pueden ser uno de los vínculos más enriquecedores en la vida, pero también uno de los más desafiantes, especialmente cuando uno de los miembros expresa sus emociones de forma indirecta y poco saludable, como ocurre con el comportamiento pasivo-agresivo. Este tipo de actitud, aunque a menudo sutil, puede causar daño significativo en la comunicación, generar resentimiento y minar la conexión emocional entre los dos.
La comunicación pasivo-agresiva en una relación no es un simple rasgo de carácter, sino una forma de manejar el enfado, la frustración o el desacuerdo de manera indirecta, evitando confrontaciones abiertas. Esto puede crear una dinámica tóxica donde los problemas se acumulan y las emociones quedan sin resolver.
¿Qué es la comunicación pasivo-agresiva?
La comunicación pasivo-agresiva es una forma indirecta de expresar emociones negativas, como el enfado, el resentimiento o la insatisfacción. Aunque estas emociones son normales en cualquier relación, las personas con un estilo pasivo-agresivo evitan expresarlas directamente y recurren a conductas como el sarcasmo, los comentarios hirientes, disfrazados de broma o incluso la retirada emocional.
Según las investigaciones, este comportamiento tiene raíces en el miedo al conflicto, la falta de habilidades para comunicar emociones o experiencias previas en las que expresar sentimientos fue considerado inseguro. A largo plazo, este patrón no solo dificulta la comunicación en la pareja, sino que también erosiona la confianza y la intimidad.
¿Por qué es importante identificar las actitudes pasivo-agresivas?
Aunque a primera vista pueden parecer actitudes menores, los comportamientos pasivo-agresivos son una de las dimensiones más destructivas en una relación. Esto se debe a que crean una atmósfera de incertidumbre y desconfianza, donde el miembro afectado siente que «algo no está bien,» pero no puede señalar con claridad el problema. Identificar estos patrones es el primer paso para abordar el problema y, potencialmente, salvar la relación.
A continuación, exploraremos ejemplos cotidianos de estas actitudes, cómo reconocerlas y qué estrategias puedes implementar para enfrentarlas de manera efectiva. Aprender a gestionar estas dinámicas no solo te ayudará a mejorar tu relación actual, sino también a desarrollar herramientas emocionales valiosas para tus interacciones futuras.
¿Listo para identificar las conductas pasivo-agresivas y trabajar en una solución? ¡Empecemos!
La pasivo-agresividad puede ser difícil de detectar en una relación de pareja, ya que no siempre se manifiesta de forma evidente. Aquí tienes una guía para identificar y abordar estas conductas:
Señales de comportamientos pasivo-agresivos en la pareja
- Sarcasmo constante: Comentarios irónicos o burlones que parecen bromas, pero que contienen críticas encubiertas.
Ejemplo: Estás ilusionado/a con una cena especial que preparaste y tu pareja comenta:
«Ah, qué gourmet, seguro que esto es mejor que un restaurante… aunque quién sabe.»
El comentario parece un halago, pero tiene un tono irónico que te hace dudar.
- Retrasos intencionados: Llegar tarde o evitar cumplir compromisos como una forma de expresar descontento.
Ejemplo: Quedas con tu pareja para salir a una cita a las 8:00 p.m., pero aparece a las 8:45 p.m. con la excusa:
«Bueno, seguro que no era tan importante.»
En realidad, está molesto/a porque no quería salir y, en lugar de decirlo, llega tarde.
- Negación del enfado: Insistir en que «no pasa nada» cuando es evidente que algo molesta.
Ejemplo: Preguntas a tu pareja si está molesto/a por algo y responde fríamente:
«No, todo está bien, pero tú sabrás por qué te lo preguntas.»
Aunque afirma que no pasa nada, su tono o actitud indica lo contrario.
- Resentimiento silencioso: Guardar rencor pero no hablar abiertamente del problema.
Ejemplo: Decides pasar tiempo con amigos, y cuando vuelves, tu pareja no te dirige la palabra.
Cuando preguntas qué ocurre, dice:
«Nada, me alegra que te lo pasaras bien.»
Pero su lenguaje corporal sugiere descontento.
- Sabotaje encubierto: Realizar acciones que interfieren con los deseos o planes de la otra persona de forma sutil.
Ejemplo: Le pides ayuda para organizar una fiesta y se compromete, pero deliberadamente olvida realizar tareas importantes, como comprar la comida o enviar las invitaciones.
Al reclamarle, responde:
«Es que pensé que no era tan urgente.»
- Retirada emocional: Evitar el contacto visual, responder con monosílabos o ignorar conversaciones importantes.
Ejemplo: Después de una discusión, intentas hablar para resolver el problema, pero tu pareja evita mirarte a los ojos, responde con monosílabos o se enfoca en su teléfono.
Es una manera de mostrar descontento sin enfrentarse directamente.
- Críticas indirectas: Hacer comentarios despectivos de forma indirecta, como quejas generales sobre «algunas personas» que en realidad están dirigidas a la pareja.
Ejemplo: Comentas con entusiasmo que planeas cambiar de trabajo y tu pareja dice:
«Bueno, hay gente que siempre está soñando con cosas nuevas, pero nunca las termina.»
Aunque no menciona tu nombre, es evidente que el comentario está dirigido a ti.
Por qué ocurre la pasivo-agresividad
- Dificultades para expresar emociones: Estas personas suelen haber crecido en entornos donde expresar enfado o desacuerdo no era seguro o permitido.
- Miedo al conflicto: Temen confrontaciones directas, lo que los lleva a adoptar formas indirectas de manejar sus emociones.
- Falta de habilidades comunicativas: No saben cómo expresar sus sentimientos de manera asertiva.
Cómo manejar esta situación
- Identifica el patrón: Tómate el tiempo para observar si estas conductas son recurrentes y cómo afectan la relación.
-
Comunica tus observaciones: Habla con tu pareja desde un lugar de empatía, evitando acusaciones. Usa frases como:
- «He notado que cuando hablamos de X, parece que te distancias. ¿Hay algo que te incomoda?»
- Fomenta la comunicación abierta: Anima a tu pareja a compartir sus emociones, pero evita forzarlo.
- Pon límites claros: Si ciertos comportamientos son dañinos, como el sarcasmo o los comentarios hirientes, expresa cómo te afectan y establece límites.
- Trabajen juntos en la asertividad: Si ambos lo consideran necesario, pueden explorar técnicas de comunicación asertiva en pareja.
- Consideren la terapia de pareja: Un terapeuta puede ayudar a identificar patrones destructivos y mejorar la comunicación entre ambos.
Cuándo buscar ayuda externa
Si las conductas pasivo-agresivas persisten y afectan la estabilidad de la relación, o si se intensifican con actitudes hostiles, la intervención profesional es crucial para evitar daños mayores en la dinámica de pareja.
Pide cita:
Rellena nuestro formulario
Para mantenerte informado/a de todos nuestros artículos, síguenos en Instagram.
Sandra Ribeiro
Psicóloga General Sanitaria (M-34885)
Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED
Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva
Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED