Terapia de pareja: ¿separarse o reconciliarse? Los objetivos de la terapia de pareja
Terapia de pareja: cuando solo uno de los miembros de la pareja quiere separarse
Cuando solo uno de los miembros de la pareja quiere separarse, puede generar una situación complicada y emocionalmente desafiante y desgastante. La terapia de pareja en este contexto puede tener varios objetivos, incluyendo la exploración de las razones detrás del deseo de separación, la mejora de la comunicación, la toma de decisiones informada y la aceptación de las decisiones individuales.
Si has decidido separarte o la decisión, por el contrario, es de tu pareja, la terapia de pareja con un/a psicólogo/a especializado/a os puede ayudar en:
- Explorar los motivos: es esencial que ambos miembros de la pareja tengan la oportunidad de expresar sus sentimientos y motivos detrás de sus deseos. La terapia puede proporcionar un espacio seguro donde estas conversaciones puedan tener lugar, facilitando una comprensión más profunda de las preocupaciones y necesidades de cada uno.
- Mejorar la comunicación: la terapia puede centrarse en mejorar la comunicación entre los miembros de la pareja. A menudo, las diferencias en la comunicación pueden contribuir a la insatisfacción y al deseo de separación. Un terapeuta puede enseñar habilidades de comunicación efectiva y ayudar a las parejas a expresar sus necesidades y deseos de manera más clara.
- Explorar soluciones intermedias: en algunos casos, puede ser útil explorar soluciones intermedias antes de tomar decisiones definitivas. Esto podría incluir acuerdos temporales como la separación terapéutica, períodos de reflexión o compromisos para trabajar en áreas específicas de la relación.
- Manejar el dolor y la incertidumbre: la terapia también puede ayudar a ambos miembros de la pareja a manejar el dolor y la incertidumbre asociados con la posible separación. Esto implica abordar las emociones intensas, como la tristeza, el miedo o la ansiedad sobre el futuro.
- Reevaluar la relación: a través de la terapia, ambos miembros de la pareja pueden tener la oportunidad de reevaluar la relación. Esto implica mirar tanto los aspectos positivos como los desafíos, y determinar si existe una base sólida para reconstruir la relación o si la separación es la mejor opción.
- Respetar las decisiones individuales: es fundamental respetar las decisiones individuales. Si después de reevaluar la relación, uno de los miembros aún desea separarse, es importante respetar esa elección y trabajar en un proceso de separación saludable.
- Apoyo emocional individual: la terapia también puede implicar apoyo individual para cada miembro de la pareja. Esto puede incluir explorar los objetivos personales, las expectativas y el bienestar emocional independiente de la relación.
En algunos casos, a pesar del trabajo terapéutico, puede que la pareja decida seguir caminos separados. La terapia, en este contexto, puede proporcionar herramientas y recursos para facilitar la transición y minimizar el impacto emocional negativo. Además, puede ser un espacio para el crecimiento personal y la reflexión, ayudando a los individuos a aprender de la experiencia y a llevar consigo lecciones valiosas hacia el futuro.
Terapia de pareja: separación terapéutica
La separación terapéutica es una estrategia que algunas parejas consideran con la ayuda de un/a psicólogo/a de pareja. A diferencia de una separación convencional, donde los miembros de la pareja viven separados sin mucha intervención profesional, una separación terapéutica implica un enfoque más estructurado y dirigido por un/a psicólogo/a para abordar problemas específicos en la relación. Algunas características clave y consideraciones que es importante saber son:
- Objetivos claros: antes de embarcarse en una separación terapéutica, es esencial establecer objetivos claros y específicos. Estos objetivos podrían incluir trabajar en problemas de comunicación, abordar conflictos persistentes o explorar áreas de insatisfacción en la relación.
- Participación activa del/de la psicólogo/a: un/a psicólogo/a guiará el proceso de separación terapéutica, brindando estructura y apoyo a ambas partes. El/la psicólogo/a puede facilitar sesiones individuales y conjuntas, establecer metas y proporcionar herramientas para abordar los desafíos.
- Comunicación abierta: la separación terapéutica a menudo implica un compromiso activo para mejorar la comunicación. Los miembros de la pareja pueden aprender estrategias de comunicación efectivas y practicar la expresión abierta de sus necesidades y preocupaciones.
- Tiempo y espacio para la reflexión: durante la separación terapéutica, se brinda a cada miembro de la pareja tiempo y espacio para reflexionar sobre sus propias necesidades y deseos. Esto puede incluir sesiones individuales para explorar cuestiones personales.
- Exploración de soluciones: la separación terapéutica no solo se trata de alejarse temporalmente, sino de trabajar hacia soluciones concretas. Esto puede incluir la identificación de patrones de comportamiento negativos, la búsqueda de compromisos y la implementación de cambios positivos.
- Reevaluación de la relación: durante la separación terapéutica, se alienta a los miembros de la pareja a reevaluar la relación de manera objetiva. Esto puede implicar sopesar los aspectos positivos y negativos, así como considerar si la relación es sostenible a largo plazo.
- Planificación para el futuro: si bien la separación terapéutica puede ayudar a abordar problemas inmediatos, también es importante planificar para el futuro. Esto podría incluir discutir metas a largo plazo, expectativas y la posibilidad de reconciliación o de seguir caminos separados.
Es crucial destacar que la separación terapéutica no garantiza la reconciliación de la pareja. Algunas parejas descubren que, a pesar de los esfuerzos y la terapia, la mejor opción es seguir caminos separados. Sin embargo, el proceso puede proporcionar claridad, crecimiento personal y mejorar la capacidad de gestionar las relaciones en el futuro, ya sea juntos o por separado.
Terapia de pareja: cuando la decisión de ambos es separarse
Cuando la decisión de la pareja es separarse, la terapia puede desempeñar un papel importante en ayudar a ambos miembros a gestionar la transición de manera saludable y apoyar el proceso emocional. Cuando la decisión es separarse, es importante trabajar en algunos puntos:
- Cierre emocional: la terapia puede proporcionar un espacio seguro para que ambos miembros expresen sus emociones y ayudarles a obtener un cierre emocional. Hablar sobre los sentimientos de pérdida, tristeza, enojo y otras emociones puede ser esencial para procesar la separación de manera saludable.
- Comunicación efectiva: en la terapia, los miembros de la pareja pueden encontrar ayuda para mejorar la comunicación entre ambos durante el proceso de separación. Esto es crucial para discutir temas prácticos, como la división de activos, la custodia de los hijos y otros asuntos logísticos.
- Coordinación para la transición: un/a psicólogo/a especializado/a puede colaborar con la pareja para desarrollar un plan de transición claro y respetuoso. Esto podría incluir acuerdos sobre la vivienda, cómo comunicar la decisión a amigos y familiares, y cómo manejar la interacción futura.
- Apoyo emocional individual: además de la terapia de pareja, puede ser beneficioso que cada miembro busque apoyo emocional individual. La terapia individual puede ayudar a cada persona a explorar sus propias necesidades, objetivos y emociones durante y más allá de este proceso.
- Crianza colaborativa (si hay hijos): si la pareja tiene hijos, la terapia puede ser útil para desarrollar estrategias de crianza colaborativa. Los padres pueden aprender a trabajar juntos para apoyar el bienestar emocional de sus hijos y mantener una relación parental saludable, incluso después de la separación.
- Preparación para el futuro: la terapia puede ayudar a los individuos a prepararse para la vida después de la separación. Esto implica abordar la adaptación a nuevos roles y responsabilidades, establecer límites claros y desarrollar estrategias para mantener la salud emocional.
- Explorar lecciones aprendidas: la terapia también puede ser un espacio para reflexionar sobre la relación y explorar lecciones aprendidas. Esto puede ayudar a ambos miembros de la pareja a comprender mejor sus necesidades y a evitar patrones similares en futuras relaciones.
Como ya hemos comentado, la terapia de pareja durante la separación no tiene como objetivo de reconciliar o separar la pareja, sino que el objetivo es el que trae la pareja, sea la reconciliación o la separación. La terapia busca ayudar a los individuos a atravesar la crisis o la separación de manera más saludable y constructiva. En algunos casos, la separación es la mejor opción para el bienestar a largo plazo de ambas partes, y para los hijos/as, y la terapia puede facilitar ese proceso.
Terapia de pareja: cuando la decisión de ambos es reconciliarse
La terapia de pareja desempeña un papel crucial en la reconciliación y la mejora de las relaciones. ¿Cómo puede contribuir la terapia de pareja a la reconciliación?
- Facilita la comunicación abierta: la terapia proporciona un espacio seguro donde ambas partes pueden expresar sus pensamientos y sentimientos sin temor al juicio. Un/a psicólogo/a especializado/a puede ayudar a mejorar la comunicación y enseñar habilidades de escucha activa.
- Identifica problemas subyacentes: los/as psicólogos/as de pareja están capacitados para identificar problemas subyacentes que pueden estar contribuyendo a la indiferencia o los conflictos en una relación. Al abordar estos problemas, se pueden encontrar soluciones más efectivas.
- Fomenta la empatía: la terapia ayuda a cultivar la empatía entre los miembros de la pareja. Entender los sentimientos y perspectivas del otro puede reducir la indiferencia y fomentar una conexión más profunda.
- Enseña habilidades de resolución de problemas: los/as psicólogos/as pueden enseñar técnicas efectivas de resolución de problemas, lo que es crucial para superar desafíos en una relación. Esto incluye aprender a abordar conflictos de manera constructiva y a trabajar juntos hacia soluciones.
- Reconstruye la confianza: si la indiferencia ha llevado a la pérdida de confianza, la terapia puede ser instrumental para reconstruir esta confianza. Esto implica trabajar en la transparencia, la honestidad y el compromiso mutuo.
- Establece objetivos claros: la terapia ayuda a la pareja a establecer metas claras para la reconciliación. Esto puede incluir cambios en la comunicación, compromisos mutuos o la definición de expectativas realistas.
- Ofrece herramientas prácticas: los/as psicólogos/as proporcionan herramientas prácticas y estrategias que los miembros de la pareja pueden utilizar en su vida diaria. Esto puede incluir prácticas de comunicación efectiva y ejercicios para fortalecer la conexión emocional.
- Manejo de la individualidad y la interdependencia: la terapia aborda la necesidad de equilibrar la individualidad con la interdependencia en una relación. Ayuda a las parejas a comprender que, aunque son individuos, están construyendo una vida juntos.
- Exploración de patrones de comportamiento: la terapia puede ayudar a identificar y cambiar patrones de comportamiento destructivos que puedan estar contribuyendo a la indiferencia. Esto implica un autoexamen y la disposición de hacer cambios positivos.
- Apoyo durante crisis: en situaciones de crisis, como la infidelidad o eventos traumáticos, la terapia proporciona un apoyo esencial. Un/a psicólogo/a puede guiar a la pareja a través del proceso de curación y reconstrucción.
La terapia de pareja no es una solución mágica, pero puede ser una herramienta valiosa para la reconciliación cuando ambas partes están comprometidas con el proceso. Es importante que ambos miembros de la pareja estén dispuestos a participar activamente y a hacer el trabajo necesario para mejorar la relación.
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Sandra Ribeiro
Psicóloga General Sanitaria (M-34885)
Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED
Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva
Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED