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Maltrato psicológico en la pareja: cómo detectarlo

Maltrato psicológico en la pareja: cómo detectarlo

Maltrato psicológico en la pareja: cómo detectarlo 808 808 Sandra Ribeiro

Maltrato psicológico en la pareja: cómo detectarlo

El maltrato psicológico en la pareja es un tema complejo y sensible que afecta a muchas personas en silencio. Para comprender mejor esta problemática, es esencial profundizar en sus características y consecuencias.

El maltrato psicológico en la pareja no surge de la nada, sino que se instala de manera sutil y gradual en la relación, a lo largo de meses o incluso años. A diferencia de la violencia física, el maltrato psicológico en la pareja no deja marcas visibles, pero va minando nuestra autoestima y confianza en nosotras mismas. Poco a poco, nos sentimos cada vez más incapaces de salir de esa situación de violencia. Puede comenzar con comportamientos aparentemente inofensivos, pero a medida que la relación progresa, se intensifica y se vuelve más destructivo.

Es importante entender que el maltrato en la pareja (físico, psicológico o sexual) no tiene que ver con el amor, la pasión o los celos, sino con el poder y el control. Se trata de sometimiento, de ejercer un dominio sobre la otra persona. El maltratador utiliza diversas tácticas manipuladoras para mantener su poder, desde la humillación y la degradación hasta la limitación de nuestras libertades y la manipulación emocional.

Cuando nos encontramos inmersas en una relación de maltrato, nuestro cerebro intenta encontrar una lógica, una explicación que dé sentido a lo que estamos viviendo. Pero al tener nuestra autoestima ya erosionada, buscamos justificaciones internas: «Estoy agotada y no le presto suficiente atención», «estoy bajo mucho estrés», «soy torpe y no hago nada bien», «le molesto al preguntarle dónde estuvo», «he estado hablando con alguien que no le agrada».

Es fundamental comprender que estas justificaciones internas no son válidas ni ciertas. No hay ninguna excusa o razón válida para justificar el maltrato en la pareja. No debemos cargar con la responsabilidad del abuso, ya que el maltratador es el único responsable de sus acciones y comportamientos destructivos.

A medida que la relación avanza y el maltrato se consolida, nuestras justificaciones ya no tienen cabida. No importa lo que hagamos, los insultos, las agresiones físicas y los castigos persisten. Nuestro cerebro, en un intento de protegernos, distorsiona la realidad y la deforma para que el maltrato encaje de alguna manera. Podemos llegar a pensar: «Él debe estar muy cansado», «ha tenido una infancia difícil y sufre mucho», «necesita que esté a su lado», «en el fondo es una persona noble, porque se disculpa y parece arrepentido cuando se da cuenta de lo que ha hecho». Es natural preguntarnos por qué nuestro cerebro actúa de esta manera y si estamos perdiendo la cordura. Sin embargo, no debemos asustarnos. Todo esto es parte de una adaptación psicológica para protegernos del intenso dolor que experimentamos.

Según Miguel Lorente Acosta, médico forense especializado en violencia de género, las actitudes despreciativas del agresor hacia la víctima, como hacerla sentir torpe, ignorante o descuidada, junto con la falta de afecto y los bruscos cambios de humor, son comparables a formas de tortura. Imagina el dolor y la incongruencia que experimenta alguien cuando la persona que ama y que supuestamente la ama, la insulta, golpea o agrede sexualmente.

Frecuentemente nos encontramos con preguntas como: «¿Por qué no dejas esta relación?» o «¿por qué no te separas de una vez?». La teoría más aceptada para responder a estas preguntas es la teoría de la indefensión aprendida de Martin Seligman (1975).

Seligman descubrió que cuando un animal es sometido repetidamente a descargas eléctricas sin tener la posibilidad de escapar, llega a un punto en el que deja de intentar escapar, incluso si la jaula está abierta. Es decir, deja de manifestar respuestas de lucha o huida. En otras palabras, aprende a sentirse indefenso y deja de luchar o huir, desarrollando un estado de inacción y pierde cualquier tipo de respuesta adaptativa.

Si aplicamos la teoría de la indefensión aprendida a un caso de violencia de género, podemos comprender que el desgaste psicológico y emocional al que se ve sometida la mujer maltratada es tan profundo que siente que no puede hacer nada frente a esta situación tan adversa. Experimenta la violencia como algo incontrolable y se ve atrapada en un comportamiento pasivo en el que no percibe alternativas reales para cambiar o abandonar dicha situación.

Algunas señales que podrían indicar la presencia de maltrato psicológico en una relación de pareja son:

  1. Humillación y degradación: tu pareja te insulta, menosprecia y ridiculiza constantemente, socavando tu autoestima y confianza en ti misma. Se burla de ti delante de tu familia, amigos… Menosprecia tus logros.
  2. Control y dominación: tu pareja ejerce un control excesivo sobre tu vida. Te hace incapaz de tomar decisiones. Esto puede incluir controlar tus actividades, decisiones, amistades, finanzas y comunicaciones, limitando así tu autonomía.
  3. Amenazas y chantaje emocional: tu pareja te amenaza con dañarte a ti, dañarse a sí mismo o a otras personas importantes en tu vida si no se cumplen sus demandas. Intenta impedir que te marches después de una pelea o, al contrario, te abandona en algún sitio después de una pelea para “darte una lección”. Utiliza el chantaje emocional para manipularte y controlarte para conseguir lo que quiere.
  4. Aislamiento social: tu pareja te intenta aislar de tu familia, amigos y redes de apoyo. Te desalienta o prohíbe tus las relaciones sociales y, al final, dependes exclusivamente de él.
  5. Intimidación y miedo constante: tu pareja utiliza tácticas intimidatorias, como miradas amenazantes, gestos violentos, romper objetos o golpear paredes cerca de ti, creando un ambiente de miedo constante que busca controlarte y someterte.
  6. Manipulación emocional: tu pareja manipula tus sentimientos para obtener control. Te culpabiliza de lo mal que va vuestra relación, de cómo se siente y de cómo actúa. Alterna entre comportamientos abusivos y momentos de arrepentimiento, prometiendo cambiar o mostrando un comportamiento amoroso para mantenerte atrapada en la relación.
  7. Aislamiento emocional: tu pareja te niega afecto, apoyo emocional y validación. Minimiza tus sentimientos y necesidades, haciendo que te sientas invisible e insignificante.
  8. Manipulación sexual: tu pareja te presiona para que hagas cosas en el sexo que no deseas hacerlo o te presiona para tener relaciones sexuales. Muchas veces, utiliza argumentos como “soy hombre y tengo mis necesidades”, “me estás empujando a buscar fuera lo que no tengo en casa”.

Puedes reflexionar sobre tu relación de pareja y observar si experimentas alguna de las siguientes situaciones:

  • Sientes miedo o incomodidad debido al comportamiento de tu pareja en ciertas situaciones.
  • Te disculpas constantemente, justificando los comportamientos de tu pareja frente a él/ella o frente a los demás.
  • Crees que, si cambias algo en ti, tu pareja también cambiará.
  • Vigilas constantemente tu comportamiento para evitar enfadar a tu pareja y evitar conflictos.
  • Siempre cedes a las necesidades y deseos de tu pareja, descuidando tus propios deseos y necesidades.
  • Experimentas miedo a terminar la relación debido a la posible reacción de tu pareja.

Es importante tener en cuenta que la terapia puede ser una herramienta valiosa para las víctimas de maltrato psicológico en la pareja. A través de la terapia, pueden encontrar apoyo emocional, fortalecer su autoestima y comenzar el proceso de recuperación de las secuelas del abuso.

Si estás viviendo maltrato en tu relación de pareja o lo has vivido, algunas formas de terapia que podrían ayudarte son:

  1. Terapia individual: La terapia individual brinda un espacio seguro y confidencial donde la víctima puede explorar y procesar las experiencias traumáticas. Un terapeuta especializado en violencia de pareja puede ayudar a la víctima a comprender los patrones de abuso, fortalecer sus recursos personales, mejorar su autoestima y desarrollar estrategias para enfrentar los efectos del maltrato.
  2. Terapia de grupo: La terapia de grupo ofrece un entorno de apoyo donde las víctimas pueden compartir sus experiencias con otros que han pasado por situaciones similares. Participar en un grupo terapéutico puede ayudar a la víctima a sentirse comprendida, validar sus emociones y recibir apoyo mutuo.
  3. Terapia de pareja: En algunos casos, si ambos miembros de la pareja están dispuestos y comprometidos a abordar los problemas, la terapia de pareja puede ser útil. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la terapia de pareja no es apropiada en situaciones de violencia en curso o cuando existe un desequilibrio de poder significativo.

Si estás experimentando maltrato psicológico en tu relación de pareja, es importante buscar apoyo y ayuda. Hablar con personas de confianza, buscar asesoramiento profesional o contactar con organizaciones especializadas en violencia de género puede ser el primer paso hacia la recuperación y la construcción de una vida libre de violencia y respeto mutuo.

Recuerda que buscar ayuda profesional es fundamental para abordar y superar el maltrato psicológico en la pareja. Es esencial buscar a un/a profesional especializado/a en el maltrato de pareja o violencia de género. Recuerda que el proceso de recuperación lleva su tiempo y requiere paciencia, pero con el apoyo adecuado, es posible sanar y reconstruir una vida saludable y libre de violencia. No estás sola, y existen recursos y personas dispuestas a apoyarte en este proceso de sanación.

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Sandra Ribeiro

Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

 

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